Israel capea un aislamiento internacional m¨¢s ret¨®rico que real
La guerra de Gaza sigue lejos de convertir en paria al pa¨ªs, pese al creciente malestar social y tono de las condenas. EE UU pone de relieve sus diferencias con Netanyahu al abstenerse en la ONU, pero mantiene las entregas de armamento

Eretz Nehederet, el principal programa sat¨ªrico de Israel, parodi¨® esta semana al primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu cantando con los miembros m¨¢s radicales de su Gobierno al son de We are the world, el famoso tema interpretado en los a?os ochenta por un elenco de estrellas estadounidenses para recaudar fondos para mitigar la hambruna en Etiop¨ªa. En la s¨¢tira, el t¨ªtulo era Without the world (Sin el mundo) y conten¨ªa estrofas como: ¡°Ha llegado el momento de cantar alto ante el mundo: ¡®ya no os necesitamos¡±, ¡°nos apa?aremos muy bien, tambi¨¦n sin EE UU¡± o ¡°no necesitamos favores de los goyim [no jud¨ªos]¡±.
El sketch refleja la ret¨®rica de Netanyahu y sus principales aliados ultraderechistas en la semana en la que Washington ha querido manifestar su molestia con su gran aliado absteni¨¦ndose en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que saliese adelante la primera resoluci¨®n de alto el fuego en Gaza. Es una medida poco habitual en las relaciones entre ambos pa¨ªses y a la que EE UU no recurr¨ªa desde 2016, cuando Donald Trump se dispon¨ªa a ocupar la Casa Blanca y un Barack Obama sin nada que perder aprovech¨® el tiempo de descuento para cobrarse ocho a?os de sinsabores con Netanyahu con otra abstenci¨®n, esta en una resoluci¨®n de condena de los asentamientos jud¨ªos.
La de este lunes no tendr¨¢ previsiblemente consecuencias pr¨¢cticas, pero ha abierto el debate de si la guerra de Gaza ha metido a Israel en un laberinto rumbo al aislamiento internacional, en particular por sus trabas a la entrada de ayuda humanitaria y su empecinamiento en invadir Rafah, la zona fronteriza con Egipto que concentra a la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, ya desplazada a la fuerza por el ej¨¦rcito de otras partes de Gaza.
El problema del debate es que tanto Netanyahu como EE UU y hasta Ham¨¢s (su l¨ªder, Ismail Haniye, celebraba este jueves en Ir¨¢n el ¡°aislamiento pol¨ªtico sin precedentes¡± del enemigo israel¨ª) tienen inter¨¦s en alimentarlo, aunque la realidad no apunte en esa direcci¨®n. Los dos primeros, por intereses electorales. A Netanyahu, con un ojo en los comicios que se celebrar¨¢n previsiblemente en los pr¨®ximos meses, le conviene centrar el debate en c¨®mo afronta las presiones externas por el bien de la seguridad nacional. Y el presidente Joe Biden siente en el cogote, en pleno a?o electoral, el creciente malestar entre los votantes dem¨®cratas por las escasas fisuras en su apoyo a Israel.
¡°Hay una sensaci¨®n de que Israel est¨¢ aislado, pero no se corresponde con los hechos y se ha exagerado por distintos motivos¡±, asegura Yonatan Touval, analista s¨¦nior de pol¨ªticas en Mitvim, un think tank con sede en Tel Aviv que analiza la pol¨ªtica exterior israel¨ª. ¡°Estar aislado internacionalmente es otra cosa: sanciones, implicaciones en el deporte o la cultura... Y eso no est¨¢ pasando¡±, a?ade. Israel, por ejemplo, participar¨¢ en mayo en Eurovisi¨®n y su selecci¨®n jug¨® la semana pasada contra Islandia en la clasificaci¨®n para la Eurocopa de f¨²tbol, a diferencia de lo sucedido con Rusia a ra¨ªz de la invasi¨®n de Ucrania.
Touval subraya dos ideas. Una, que el creciente enfado no es tanto ¡°contra Israel como pa¨ªs¡±, como ¡°ad hominem, por c¨®mo est¨¢ gestionando Netanyahu la guerra y por la sospecha de que act¨²a por sus propios intereses¡±. La otra, que la resoluci¨®n de alto el fuego en la ONU coincid¨ªa con los deseos de Washington, por lo que la abstenci¨®n no supuso ¡°un cambio de postura¡±, sino ¡°un mensaje a Israel de que no puede seguir dando su apoyo por sentado¡±, haga lo que haga.
Inseguridad alimentaria
De momento, en casi seis meses de guerra, las Fuerzas Armadas de Israel han matado en Gaza a unas 32.500 personas y situado a otros 1,1 millones en fase 5 (la mayor, considerada catastr¨®fica) de inseguridad alimentaria. Son m¨¢s que durante la extensi¨®n de la hambruna en Somalia en 2011, con seis veces menos poblaci¨®n. La destrucci¨®n en la Franja carece de precedentes desde la II Guerra Mundial (1939-1945) y en las redes sociales v¨ªdeos grabados por los propios soldados israel¨ªes muestran abiertamente asesinatos de civiles, incendios de casas por diversi¨®n, robos, humillaciones a detenidos, bromas con ropa interior femenina que hallaron en casas de desplazados y otras expresiones de honda deshumanizaci¨®n de los palestinos.

Pese a la indignaci¨®n en las calles, sobre todo en el mundo ¨¢rabe y en algunas capitales occidentales, y a las condenas diplom¨¢ticas, ninguno de los cinco pa¨ªses ¨¢rabes que mantienen relaciones diplom¨¢ticas con Israel (Jordania, Egipto, Emiratos ?rabes Unidos, Marruecos y Bar¨¦in) las han cortado. La Uni¨®n Europea, integrada por pa¨ªses con diferentes sensibilidades respecto al conflicto de Oriente Pr¨®ximo, no ha pedido un alto el fuego definitivo. Y Estados Unidos, el aliado que proporciona cada a?o a Israel 3.800 millones de d¨®lares (unos 3.520 millones de euros) en ayuda militar (m¨¢s que a ning¨²n otro pa¨ªs) mantiene las entregas de armamento y financiaci¨®n, y ha vetado tres resoluciones de alto el fuego antes de abstenerse en la ¨²ltima.
El Gobierno de Biden, que este viernes se hizo eco del ¡°dolor¡± que padecen hoy los ¨¢rabes estadounidenses, ha venido autorizando en silencio en los ¨²ltimos d¨ªas ¨Den los que sub¨ªa el tono contra la invasi¨®n de Rafah¨D la entrega a Israel de 1.800 bombas MK84 de 900 kilos, 500 bombas MK82 de 227 kilos y 25 cazas F-35 y motores, seg¨²n desvel¨® este viernes el diario The Washington Post. Solo en las primeras semanas de guerra, Israel lanz¨® en Gaza (uno de los lugares m¨¢s densamente poblados del planeta) cientos de las primeras bombas, pese a que pueden matar o herir a 300 metros de donde impactan. Dejan un cr¨¢ter de m¨¢s de 10 metros y son cuatro veces m¨¢s pesadas que las mayores que el ej¨¦rcito de EE UU emple¨® en la ciudad iraqu¨ª de Mosul.
¡°Hay diferencias con EE UU, pero la verdad es que en estos seis meses nos han dado lo m¨¢s importante que necesita Israel¡±, admite por tel¨¦fono Zaki Shalom, experto en relaciones entre los dos pa¨ªses en el Instituto Misgav de Seguridad Nacional y Estrategia Sionista, con sede en Jerusal¨¦n. ¡°Lo primero, libertad de acci¨®n. En Gaza hacemos casi todo lo que queremos hacer, incluidas cosas que eran tab¨² en anteriores enfrentamientos, como estar dos semanas en el hospital Al Shifa, o destruir mezquitas o universidades que creemos que pod¨ªan suponer una amenaza¡±, a?ade.
Dos pol¨¦micas recientes prueban que la Administraci¨®n de Biden no pretende ir al choque ni reducir las entregas de armas, algo que s¨ª hicieron anteriores administraciones. La primera ha sido su insistencia en describir la resoluci¨®n en la que se abstuvo de ¡°no vinculante¡±, cuando todas lo son. La segunda, la r¨¢pida aclaraci¨®n a la afirmaci¨®n del m¨¢ximo mando militar del pa¨ªs, Charles Q. Brown, de que los interlocutores israel¨ªes les solicitan ¡°casi en cada encuentro¡± las armas que quieren, pero ¡°no han recibido todo lo que pidieron¡±. El portavoz del Pent¨¢gono, Jereal Dorsey, matiz¨® que se refer¨ªa a cuestiones t¨¦cnicas. ¡°EE UU sigue proveyendo asistencia de seguridad a nuestro aliado Israel mientras se defiende de Ham¨¢s¡±, subray¨®.
Alex Lederman, de la organizaci¨®n jud¨ªa estadounidense Israel Policy Forum, escrib¨ªa por ello en el diario The Forward que Netanyahu ha elegido ¡°echarse las manos a la cabeza¡± tras la abstenci¨®n estadounidense ¡°porque le sirve pol¨ªticamente¡±, se?alando a ¡°sus bases derechistas que no se rendir¨¢ a la presi¨®n exterior¡±, en un ¡°mensaje atractivo para los israel¨ªes que est¨¢n ya predispuestos a ver el mundo en su contra¡±. Una ret¨®rica de la que han echado mano recientemente el primer ministro (¡°Todos tenemos que permanecer juntos contra la posici¨®n de EE UU de que no debemos entrar en Rafah¡±) y su pol¨¦mico ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, al acusar a Biden de preferir ¡°la l¨ªnea¡± del l¨ªder de Ham¨¢s en Gaza, Yahia Sinwar, y de la congresista palestino-estadounidense Rashida Tlaib.
Uno de los congresistas dem¨®cratas que presionan al presidente para endurecer su postura, Ro Khanna, criticaba este jueves en un podcast la falsa ecuaci¨®n sobre la que pivota la relaci¨®n: ¡°Con lo que discrepo y es parte de la narrativa medi¨¢tica [es que] Netanyahu y Biden est¨¢n en cierto modo en posici¨®n de igualdad. No. Somos la gran superpotencia mundial, damos armas a Netanyahu y este deber¨ªa mostrar deferencia hacia el presidente de EE UU, sea quien sea. Encuentro insufriblemente arrogante que act¨²e como si estuviese en posici¨®n de igualdad¡±.
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