El Nuevo Frente Popular, el dique de la izquierda francesa para frenar a la extrema derecha
Las fuerzas progresistas luchan por cerrar filas y convencer a los reticentes para bloquear el acceso al poder del Reagrupamiento Nacional en las elecciones m¨¢s angustiosas de la historia reciente de Francia
Philippe Antzenberger es trotskista de toda la vida y su esposa, Marie-Catrine Poirier, siempre vot¨® ecologista. Pero el d¨ªa en que los partidos de la izquierda francesa anunciaron su uni¨®n en un Nuevo Frente Popular para las elecciones legislativas convocadas de forma inesperada por el presidente, Emmanuel Macron, tras la victoria de la extrema derecha del Reagrupamiento Nacional (RN) en las europeas del 9 de junio, no lo dudaron. Desde entonces, trabajan como voluntarios de campa?a de Lounes Adjroud, candidato socialista por la alianza de izquierdas en el departamento de Altos del Sena, al oeste de Par¨ªs.
¡°Aqu¨ª todas las izquierdas nos pele¨¢bamos, pero eso se acab¨® el 9 de junio¡±, cuenta Antzenberger mientras reparte panfletos electorales a la salida de un colegio y frente a un supermercado del centro de la localidad de Clamart. No queda muy lejos de donde, en 1962, el general Charles de Gaulle sufri¨® un atentado de la organizaci¨®n terrorista de extrema derecha OAS, algunos de cuyos miembros luego se unieron al Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen, formaci¨®n que su hija Marine ha reconvertido, con ¨¦xito, en el RN que ahora acaricia las puertas del poder. El partido ha cambiado mucho desde entonces; ahora ¡°estamos ante un RN cre¨ªble; ese es el peligro¡±, subraya Antzenberger.
¡°La extrema derecha ya tiene un pie en la puerta y el 7 de julio hay que evitar que meta los dos porque, si no, el d¨ªa despu¨¦s va a ser aterrador¡±, resume Adjroud, teniente de alcalde de la localidad vecina de Ch?tillon y antiguo portavoz del Partido Socialista (PS). ¡°Si Francia se escora a la extrema derecha, no habr¨¢ freno, iremos a una Europa de extrema derecha¡±, advierte.
Impedir que la extrema derecha vuelva al poder por primera vez desde el fin del r¨¦gimen de Vichy (que fue colaboracionista con los nazis) es el pegamento que ha logrado por fin unir a una izquierda que, pese a haber ido perdiendo peso pol¨ªtico, fracas¨® estrepitosamente una y otra vez a la hora de cohesionarse durante los siete a?os de gobierno de Macron, tiempo en el que se han hundido las fuerzas m¨¢s moderadas de ambos lados del arco pol¨ªtico. En el Nuevo Frente Popular (NFP) ¨Dnombre que rinde homenaje a la uni¨®n progresista francesa de los a?os treinta contra el fascismo y que luego inspirar¨ªa a su hom¨®nima espa?ola¨D est¨¢ el Partido Socialista (PS), favorable a la UE y la OTAN, junto a Los Verdes y el Partido Comunista, adem¨¢s de la izquierda radical euroesc¨¦ptica de La Francia Insumisa (LFI), liderada por el carism¨¢tico, pero muy controvertido y divisivo, Jean-Luc M¨¦lenchon.
¡°No es un matrimonio de amor¡±, dice Gilles Finchelstein, analista de la Fundaci¨®n Jean-Jaur¨¨s y antiguo asesor en el Gobierno del primer ministro socialista Lionel Jospin. ¡°Es un acuerdo circunstancial del que cabe la duda que dure m¨¢s all¨¢ del 7 de julio¡±, reconoce. Aun as¨ª, es un matrimonio de conveniencia crucial, remarca, para asegurar, en el complicado sistema a dos vueltas de las legislativas francesas, que el RN no lograr¨¢ los esca?os suficientes para poder nombrar a su candidato, Jordan Bardella, primer ministro. Por eso, afirma Finchelstein, ¡°no solamente va en inter¨¦s de la izquierda hacer un acuerdo electoral; tambi¨¦n va en inter¨¦s del pa¨ªs, porque es un dique suplementario para impedir una mayor¨ªa absoluta del RN el 7 de julio¡±.
Nadie oculta que el acuerdo ha sido dif¨ªcil y sigue generando muchas suspicacias. De hecho, las diversas fuerzas han librado un pulso para que sus ideas se incluyeran en el cat¨¢logo de 160 medidas electorales. Por ejemplo, se atribuye al eurodiputado Rapha?l Glucksmann ¨Dcuya alianza con el PS en las elecciones europeas logr¨® casi el 14% de los votos, pis¨¢ndole los talones a los macronistas y bastante por delante de las dem¨¢s fuerzas de izquierda¨D que haya claridad en cuestiones como el apoyo a Ucrania. Tambi¨¦n, que se califique de ¡°masacre terrorista¡± el ataque de Ham¨¢s contra Israel del 7 de octubre, importante ante las repetidas acusaciones de antisemitismo que rodean a la formaci¨®n de M¨¦lenchon. Sin embargo, los recelos vienen tambi¨¦n desde fuera, donde muchos electores, sobre todo los m¨¢s moderados, lamentan la presencia de las fuerzas m¨¢s radicales, especialmente los insumisos de LFI. En un v¨ªdeo difundido en X, una mujer rechaza en Marsella el panfleto que intenta darle Glucksmann: ¡°Con LFI no¡±, dice. Aun as¨ª, el eurodiputado, que no se presenta a las legislativas y que tampoco oculta que el acuerdo con M¨¦lenchon le hace rechinar los dientes, defiende el Nuevo Frente Popular como una ¡°unidad de acci¨®n electoral de resistencia¡±.
Unos y otros se esfuerzan en subrayar que no se trata de una Nupes 2.0, la precaria alianza que establecieron varios grupos de izquierda durante la pasada Asamblea Nacional y que estuvo muy dominada por los partidarios de M¨¦lenchon.
¡°El contexto no es el mismo¡±, puntualiza el senador comunista Ian Brossart. Por un lado, explica, ¡°hoy el riesgo es un gobierno de extrema derecha, una cat¨¢strofe absoluta para nuestro pa¨ªs¡±. Y est¨¢ la ¡°desacreditaci¨®n¡± del macronismo: ¡°En 2022, Macron ven¨ªa de ser reelegido como presidente, ahora salimos de unas europeas donde el macronismo ha sacado el 14,6%, una cifra muy d¨¦bil para un partido en el poder¡±. A ello se une, matiza Brossart, que el NFP ¡°es una alianza m¨¢s diversa, m¨¢s grande pol¨ªticamente¡±. Y que ha logrado lo que no hizo la Nupes hace dos a?os: el garante de figuras moderadas. El expresidente socialista Fran?ois Hollande, que reneg¨® de la Nupes, aspira ahora a un esca?o por el NFP, igual que el exministro macronista de Sanidad, Aur¨¦lien Rousseau, que dimiti¨® en diciembre despu¨¦s de que Macron aprobara una controvertida ley de inmigraci¨®n que apoy¨® la extrema derecha. Incluso el ex primer ministro conservador Dominique de Villepin se ha mostrado dispuesto a votar por el NFP si sirve para impedir la victoria del RN, ¡°la verdadera amenaza nacional¡±.
¡°Durante esta campa?a electoral hemos visto emerger un reequilibrio de la relaci¨®n de fuerzas en la izquierda¡±, analiza Finchelstein. ¡°La corriente socialdem¨®crata, que domin¨® la izquierda francesa los ¨²ltimos 50 a?os, hab¨ªa quedado marginada. [Primero] un poco, justo despu¨¦s de las presidenciales de 2017; [despu¨¦s] tras las de 2022, mucho¡±. Sin embargo, los resultados de las europeas le han permitido ¡°retomar su lugar como fuerza motriz de la izquierda¡±.
Aun as¨ª, el Nuevo Frente Popular todav¨ªa tiene que superar muchas dudas. Especialmente, en el plano econ¨®mico. El viernes, present¨® su programa, un ambicioso plan ¡°keynesiano¡± de ¡°ruptura tranquila¡± que calcula costar¨¢ 100.000 millones de euros en 2025. Asegura que financiar¨¢ ¨ªntegramente medidas como el aumento del salario m¨ªnimo y la indexaci¨®n de los dem¨¢s sueldos a la inflaci¨®n, con ingresos equivalentes procedentes, sobre todo, de nuevos impuestos a los m¨¢s ricos, de los que quedar¨¢n exonerados ¡°el 92% de los franceses¡±. Pero en una Francia endeudada hasta las cejas y a la que Bruselas acaba de rega?ar por sobrepasar el l¨ªmite de d¨¦ficit, la preocupaci¨®n es grande, y no solo de los m¨¢s ricos. ¡°Hay que ser realistas. Los franceses no son tontos y no se les puede proponer un programa as¨ª, que parece genial sobre el papel, pero que es irrealizable a menos que se les cobre dos veces m¨¢s de impuestos¡±, critica Manon Studnia, directora de una empresa de contrataci¨®n de personal. El NFP tiene todav¨ªa siete d¨ªas para convencer de lo contrario y cumplir su objetivo principal: cerrar la puerta del poder a la extrema derecha.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.