Hungr¨ªa mantiene su pulso con Bruselas y defiende extender visados a rusos y bielorrusos
El Gobierno de Orb¨¢n responde, con dos d¨ªas de retraso, a una carta de la Comisi¨®n Europea, inquieta por el riesgo para la seguridad de los Veintisiete de la iniciativa de Budapest
Cuando se trata de Hungr¨ªa, la sensaci¨®n de d¨¦j¨¤ vu se repite en Bruselas. Que el Gobierno de Viktor Orb¨¢n se haya saltado porque s¨ª el plazo fijado por la comisaria de Interior, Ylva Johansson, para responder por su controvertida decisi¨®n de ampliar a rusos y bielorrusos su forma m¨¢s laxa de visado laboral, la denominada tarjeta nacional, no ha sorprendido a nadie. Tampoco lo ha hecho ¡ªcuando finalmente ha llegado este mi¨¦rcoles, dos d¨ªas despu¨¦s de la fecha l¨ªmite¡ª, su respuesta, en la que rechaza cualquier inquietud europea por las potenciales implicaciones de la medida h¨²ngara en materia de seguridad de la Uni¨®n en el tercer a?o de ofensiva rusa en Ucrania.
Es una muestra, otra m¨¢s, del duro pulso pol¨ªtico que Orb¨¢n, el m¨¢s prorruso de los Veintisiete, parece dispuesto a mantener con sus socios comunitarios, incluso durante la actual presidencia de turno h¨²ngara de Consejo de la UE.
La presidencia europea h¨²ngara lleva ya varios sobresaltos. Sobre todo, por la presunta ¡°misi¨®n de paz¡± que llev¨® a Orb¨¢n a Mosc¨², Pek¨ªn y luego a Mar-a-Lago, la residencia del estadounidense Donald Trump en Florida, en un viaje abiertamente desautorizado por la UE. El 1 de agosto, un mes despu¨¦s de comenzar la presidencia h¨²ngara, Johansson envi¨® una dura carta a Budapest exigiendo explicaciones por la medida que facilitar¨¢ los visados a rusos y bielorrusos.
¡°Rusia es una amenaza para la seguridad. Necesitamos m¨¢s vigilancia, no menos. Dar a potenciales esp¨ªas y saboteadores rusos un acceso f¨¢cil a la UE socavar¨ªa la seguridad de todos nosotros¡±, le advirti¨® la responsable de Interior europea al Gobierno h¨²ngaro, que ha torpedeado una y otra vez los esfuerzos de la UE para apoyar a Kiev frente a la ofensiva b¨¦lica de Mosc¨². Ese mismo d¨ªa se produc¨ªa el mayor intercambio de prisioneros entre Rusia y Occidente desde la Guerra Fr¨ªa, que sirvi¨® para demostrar que Mosc¨² sigue intentando ¡ªy logrando¡ª infiltrar por cualquier v¨ªa a esp¨ªas en Europa.
En su misiva, Johansson ped¨ªa a Budapest explicaciones concretas sobre el programa especial de visados h¨²ngaro para ¡°comprobar si es compatible con la legislaci¨®n europea o si pone en riesgo el funcionamiento de todo el ¨¢rea [Schengen] sin fronteras internas, para sacar las consecuencias apropiadas¡±. La fecha l¨ªmite para esa respuesta era el 19 de agosto. Ese d¨ªa lleg¨®, y pas¨®, y Budapest segu¨ªa sin enviar su contestaci¨®n, como reconoci¨® la Comisi¨®n, que ha confirmado a este peri¨®dico que, ahora s¨ª, tiene la respuesta en su poder.
Aunque no era un plazo legal y la Comisi¨®n no puede imponer sanci¨®n alguna por su incumplimiento, el gesto es interpretado como otro desaf¨ªo m¨¢s de un Budapest que no ha dudado en poner zancadillas a sus socios siempre que ha podido en todo lo relacionado con Ucrania, y m¨¢s all¨¢.
¡°Ning¨²n riesgo¡±
Bruselas ha intentado quitarle hierro al asunto. ¡±Entendemos que la respuesta est¨¢ siendo preparada, estamos en contacto con las autoridades¡±, dijo el martes una portavoz comunitaria. Pero Hungr¨ªa ya ten¨ªa lista su argumentaci¨®n. Solo que no la ofreci¨® a tiempo: 24 horas antes de que se cumpliera el plazo l¨ªmite, el ministro h¨²ngaro de Exteriores, P¨¦ter Szijj¨¢rt¨®, hab¨ªa asegurado en un mensaje en redes sociales que el programa, que flexibiliza las condiciones de admisi¨®n de viajeros y trabajadores invitados procedentes de Rusia y Bielorrusia, no supone ning¨²n riesgo para la zona Schengen, pese a que les permite trabajar en Hungr¨ªa durante dos a?os prorrogables sin necesidad de una autorizaci¨®n de seguridad, llevar a sus familias al pa¨ªs y facilita que soliciten la residencia permanente. ¡°Estos individuos siguen teniendo que someterse a comprobaciones para entrar y quedarse en Hungr¨ªa¡±, asegur¨®, mientras que denunciaba la ¡°continuada campa?a de mentiras¡± contra Budapest que achaca a los ¡°colegas b¨¢lticos y del norte de Europa (¡) cegados por su postura prob¨¦lica¡±.
La respuesta oficial la firma ahora el ministro del Interior, S¨¢ndor Pint¨¦r, y no es muy diferente: ¡°Hungr¨ªa aplicar¨¢ las mismas comprobaciones migratorias y de seguridad para las demandas de la tarjeta nacional que en el caso de otros permisos de residencia¡±, replica a Johansson, seg¨²n ha anunciado el responsable h¨²ngaro de Asuntos Europeos, J¨¢nos B¨®ka.
La documentaci¨®n ¡°ser¨¢ emitida de acuerdo con el marco europeo relevante y teniendo en consideraci¨®n posibles riesgos de seguridad que puedan surgir¡±, asevera Pint¨¦r, que cuestiona que la Comisi¨®n ponga en duda unas pr¨¢cticas que no son nuevas (esa tarjeta nacional ya estaba disponible para ciudadanos de Serbia y Ucrania) y a las que, hasta ahora, subraya, no hab¨ªa puesto pegas. Adem¨¢s, acota B¨®ka, ¡°solo una fracci¨®n de los ciudadanos rusos y bielorrusos residentes en a UE est¨¢n en Hungr¨ªa, y Hungr¨ªa es responsable solo de una fracci¨®n de los permisos de residencia emitidos¡±.
La Comisi¨®n no se ha puesto un plazo para analizar la respuesta h¨²ngara, aunque ya ha indicado lo que espera aclarar: en tanto que miembro del espacio de libre circulaci¨®n dentro del territorio comunitario, ¡°Hungr¨ªa est¨¢ obligada en todo momento a cumplir las normas Schengen¡±, record¨® la portavoz comunitaria. Y eso significa, recalc¨®, que ¡°los controles deben de ser muy exhaustivos¡±, especialmente los de ¡°seguridad¡±. Aunque Bruselas dice no querer ¡°especular¡± sobre posibles consecuencias, podr¨ªa decidir aislar a Hungr¨ªa del espacio Schengen.
La respuesta h¨²ngara llega tarde, aunque a tiempo para que no se vuelva en un nuevo reproche abierto a Budapest de sus socios europeos durante el Consejo de Exteriores que se celebrar¨¢ en Bruselas la semana que viene. Esta cita ya es, en s¨ª misma, una muestra del hartazgo europeo con Orb¨¢n: originalmente iba a ser una reuni¨®n informal de los ministros de Exteriores y de Defensa de la UE, el denominado Gymnich, en Budapest, como capital de pa¨ªs que ostenta la presidencia rotatoria europea. Pero las visitas de Orb¨¢n a Mosc¨² y Pek¨ªn han enfurecido tanto a sus socios europeos que estos no han dudado en empezar a boicotear el semestre h¨²ngaro: en vez de Gymnich, el alto representante para Pol¨ªtica Exterior de la UE, Josep Borrell, convoc¨® la cita de la semana que viene en la capital belga.
Ya en julio, la Comisi¨®n decidi¨® no enviar a ning¨²n comisario a las reuniones de ministros de Justicia e Interior en Budapest, una l¨ªnea que Bruselas dice que continuar¨¢ ¡ªapoyada por no pocos Estados miembros que tampoco mandan a ministros a las citas h¨²ngaras¡ª cuando en septiembre se retome el curso pol¨ªtico.
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