El r¨¦gimen de Said criminaliza toda ayuda a refugiados y migrantes en T¨²nez
El presidente tunecino ha emprendido una campa?a represiva contra ONG y activistas que asistan a africanos subsaharianos
El presidente de T¨²nez, Kais Said, ha consolidado su estrategia en su intento de convertir T¨²nez en un infierno para la migraci¨®n subsahariana, despu¨¦s de haber difundido discursos racistas y deportado a centenares de refugiados y migrantes. En mayo, las autoridades lanzaron una campa?a represiva contra ONG, activistas e incluso cargos p¨²blicos implicados en acciones solidarias y de apoyo a los migrantes. Pese a estos y otros abusos conocidos cometidos por T¨²nez, la Uni¨®n Europea mantiene sus acuerdos migratorios con Said para controlar la frontera sur.
El disparo de salida de la ¨²ltima ola represiva fue una reuni¨®n del Consejo de Seguridad Nacional celebrado el pasado 6 de mayo. En ella, Said utiliz¨® palabras gruesas como ¡°traidores¡± o ¡°mercenarios¡± para referirse a asociaciones humanitarias, a las que acus¨® de ¡°recibir sumas astron¨®micas (¡) para implantar africanos en T¨²nez¡±. Su discurso encaja con el que pronunci¨® en febrero de 2023, cuando habl¨® de la existencia de ¡°un plan criminal¡± para cambiar la ¡°composici¨®n demogr¨¢fica de T¨²nez¡± y reemplazar su poblaci¨®n ¨¢rabe y musulmana por ¡°hordas¡± de migrantes subsaharianos negros, una idea inspirada en la teor¨ªa del Gran Reemplazo que azuza la extrema derecha europea.
Los d¨ªas siguientes, la polic¨ªa arrest¨® a varios responsables de tres ONG conocidas por sus labores de solidaridad con migrantes. Seis de ellos, incluidos la expresidenta de la ONG francesa Terre d¡¯Asile, Sherifa Riahi; la activista antirracista de Mnemty, Saadia Mosbah; y el presidente del Consejo Tunecino para los Refugiados, contin¨²an entre rejas. Adem¨¢s, otras decenas de personas fueron imputadas o interrogadas por la polic¨ªa, la mayor¨ªa por haber trabajado o colaborado con estas organizaciones. Entre ellos, figuran funcionarios municipales, un exalcalde, trabajadores humanitarios e, incluso, propietarios de hoteles que albergaban refugiados.
Seg¨²n fuentes cercanas al proceso, que se halla en fase de instrucci¨®n, las acusaciones son asociaci¨®n con malhechores con el fin de ayudar a entrar a personas extranjeras ilegalmente en el pa¨ªs y blanqueo de dinero. Las penas para este ¨²ltimo cargo, establecidas en la ley antiterrorista, son muy graves y oscilan entre los 10 y los 20 a?os de c¨¢rcel. En el c¨ªrculo pr¨®ximo a los imputados existe la convicci¨®n de que son acusaciones completamente fabricadas. De momento, las sedes de las tres asociaciones mencionadas han sido selladas y sus cuentas bancarias congeladas, por lo que han cesado su actividad.
¡°Como otras veces, los seguidores de Said lanzaron primero una campa?a de demonizaci¨®n en las redes sociales y poco despu¨¦s empezaron los arrestos¡±, comenta Romdhane Ben Amour, investigador del Foro Tunecino para los Derechos Econ¨®micos y Sociales. El verano pasado, tras un pico de comentarios racistas en las redes, las autoridades deportaron a centenares de migrantes y refugiados subsaharianos a una zona fronteriza con Libia. Atrapados en tierra de nadie, al menos una veintena muri¨® de sed. No fue hasta la citada reuni¨®n del Consejo de Seguridad Nacional que, en boca del propio presidente Said, el Estado reconoci¨® haber realizado estas pr¨¢cticas en algunas ocasiones.
¡°Aterrorizados¡±
¡°Como consecuencia de estas medidas, los migrantes han quedado aislados, privados de la ayuda de cualquier instituci¨®n. Quienes lo hac¨ªan, est¨¢n ahora aterrorizados¡±, comenta Ben Amour, especializado en la cuesti¨®n migratoria. T¨²nez no cuenta con un sistema p¨²blico para el reconocimiento y acogida de refugiados, por lo que esta labor quedaba en manos de ACNUR. La agencia de la ONU subcontrataba a menudo al Consejo Tunecino para los Refugiados, una de las asociaciones v¨ªctimas de la campa?a de represi¨®n. Ahora, la ¨²nica opci¨®n que ofrecen las organizaciones internacionales, esta s¨ª con el apoyo del r¨¦gimen, es el ¡°retorno voluntario¡± a trav¨¦s de la Organizaci¨®n Internacional de las Migraciones (OIM).
El a?o pasado se cre¨® una red informal de activistas que prestaban ayuda a las personas migrantes y refugiados de forma clandestina, ¡°A¨²n continuamos con la labor, pero hemos reducido nuestras actividades¡±, reconoce un miembro del grupo. La ciudadan¨ªa teme realizar cualquier tipo de ayuda, pues incluso se han arrestado propietarios por alquilarles un apartamento. As¨ª las cosas, la mayor¨ªa de migrantes y refugiados se esconden en precarios campamentos en bosques y campos en las afueras de la ciudad de Sfax a la espera de partir en alguna embarcaci¨®n hacia Europa. Antes, era habitual que los migrantes permanecieran en T¨²nez algunos meses, trabajando en el sector informal para ahorrar y sufragar el viaje a Europa. Seg¨²n datos oficiales, ahora hay unas 23.000 personas en situaci¨®n irregular en T¨²nez, un pa¨ªs de 12 millones de personas, lo que representa una reducci¨®n sensible respecto a a?os anteriores.
Kais Said ascendi¨® al poder a trav¨¦s de las urnas en 2019. Sin embargo, dos a?os despu¨¦s, dio un autogolpe y se inici¨® una deriva autoritaria que le ha permitido arrogarse poderes absolutos. Hasta ocho de sus rivales en las elecciones presidenciales del pr¨®ximo 6 de octubre han sido arrestados este mes. ¡°Said es un populista que vive de azuzar el miedo a oscuros lobbies, monopolistas y ¨¦lites corruptas¡±, comenta un analista vetado en los medios por sus opiniones cr¨ªticas. ¡°Pero su mayor obsesi¨®n son las conspiraciones extranjeras. Y las actividades de las ONG humanitarias financiadas desde fuera encajan con su narrativa¡±, a?ade.
Estos ataques se enmarcan tambi¨¦n en una pol¨ªtica de acoso a la sociedad civil en general. Hace meses, Said anunci¨® su intenci¨®n de enmendar el llamado Decreto 88, que regula el mundo asociativo, aprobado tras la Revoluci¨®n de 2011 y de talante garantista. El presidente pretende introducir restricciones draconianas en l¨ªnea con otros reg¨ªmenes autoritarios de la regi¨®n como Egipto. ¡°Si se aprueba [la enmienda] se echar¨¢ a perder toda una d¨¦cada de trabajo en temas como los derechos humanos y la democracia¡±, lamenta Bassem Trifi, presidente de la Liga Tunecina para los Derechos Humanos.
Las medidas contras las ONG humanitarias han contado con una tibia respuesta de la UE. ¡°Su pol¨ªtica de criminalizaci¨®n est¨¢ en l¨ªnea con la de Georgia Meloni y la extrema derecha. A la UE, le va bien porque ha dejado claro que quiere frenar la migraci¨®n a cualquier precio. As¨ª que Said ve que todas estas acciones tienen recompensa en forma de ayudas¡±, espeta Ben Amour. En mayo, tras la presi¨®n de las asociaciones, la delegaci¨®n comunitaria en T¨²nez se limit¨® a emitir un vago comunicado en el que deploraba ¡°las detenciones de figuras de la sociedad civil, periodistas y pol¨ªticos¡±.
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