El derecho al asilo se resquebraja en la Uni¨®n Europea
El bloque comunitario endurece sus posiciones en inmigraci¨®n y avanza hacia medidas que antes eran tab¨², como la apertura de centros de internamiento
La Europa blindada por vallas y muros, que env¨ªa a los solicitantes de refugio a campos de internamiento fuera del territorio ¡ªpara no verlos ni sentirlos¡ª y que est¨¢ centrada en c¨®mo deportar m¨¢s y mejor, va tomando forma. La Uni¨®n Europea resquebraja el derecho al asilo, uno de los valores en los que se asienta la fundaci¨®n del bloque de hoy, nacido tras la Segunda Guerra Mundial.
Es un gesto pol¨ªtico en un continente que, adem¨¢s, atraviesa un invierno demogr¨¢fico y pierde capital humano y competitividad. No llega acompa?ado de una oleada migratoria que pone a prueba las costuras del sistema de acogida, como sucedi¨® en 2015. Lo hace en un momento en el que las llegadas irregulares a la Uni¨®n ¡ªen media¡ª han bajado, pero en el que la ultraderecha y los populismos antiinmigraci¨®n se est¨¢n haciendo fuertes y la derecha tradicional ha empezado a cabalgar la misma ola.
El jueves, en una cumbre clave para la pol¨ªtica comunitaria de asilo, los l¨ªderes de los Veintisiete llamaron a considerar ¡°nuevas medidas para prevenir y contrarrestar la inmigraci¨®n irregular¡±. Un amplio caj¨®n en el que muchos meten tambi¨¦n la creaci¨®n de centros de deportaci¨®n en pa¨ªses extracomunitarios, a los que la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen abri¨® la puerta con una carta enviada a los l¨ªderes en v¨ªsperas de la reuni¨®n y que la Italia de la ultraderechista Giorgia Meloni ya ha lanzado en Albania.
La jefa del Ejecutivo comunitario, que empieza en breve su segunda legislatura y que fue ratificada gracias a los votos de su familia pol¨ªtica, la del Partido Popular Europeo, junto a socialdem¨®cratas, liberales y Verdes, ha profundizado en el coqueteo con las posturas de extrema derecha y empieza a exhibir la que ser¨¢ la pol¨ªtica migratoria que dise?e durante los pr¨®ximos cinco a?os. La conservadora alemana ha anunciado una reforma de la regulaci¨®n sobre deportaciones para endurecerla ¡ªcomo hab¨ªa reclamado una quincena de pa¨ªses¡ª en la que, adem¨¢s, podr¨ªa encajar una f¨®rmula para abrir campos de expulsi¨®n fuera del territorio comunitario.
Es una idea que se desterr¨®, por sus dudas legales, en 2018. Y que, ahora, se abre camino con el ejemplo del protocolo de Meloni en Albania, pese a que ha fracasado estrepitosamente en su lanzamiento esta semana. Precisamente, por problemas jur¨ªdicos. ¡°El modelo italiano es un fiasco: es caro y log¨ªsticamente complicado. Pero da igual, es pol¨ªtica y ha abierto una espita clave que otros, cada uno a su manera, quieren emprender¡±, dice una veterana fuente europea. De hecho, Pa¨ªses Bajos quiere explorar una v¨ªa a¨²n m¨¢s dura en Uganda, Dinamarca va a enviar a un centro en Kosovo a unos 300 reclusos extranjeros que cumplen condena en c¨¢rceles danesas y Albania asegura que otros pa¨ªses le han sondeado para imitar a Meloni.
Los Veintisiete han avalado el quiebre del derecho al asilo en la Uni¨®n Europea al justificar esta semana su suspensi¨®n en ciertas situaciones. Como la actual de Polonia. Su primer ministro, el conservador Donald Tusk (del Partido Popular Europeo, como Von der Leyen), denuncia que Rusia y Bielorrusia est¨¢n empleando a los migrantes como armas envi¨¢ndoles a cruzar la frontera para desestabilizar su pa¨ªs y toda la UE en otra forma de guerra h¨ªbrida, que ya se vio en 2021 en la frontera este y en los B¨¢lticos. Tusk hab¨ªa anunciado d¨ªas antes la suspensi¨®n del derecho al refugio ¡ªcomo hizo Finlandia hace meses de facto al cerrar sus fronteras con Rusia¡ª. La Comisi¨®n no le ha reprendido y los l¨ªderes le han respaldado.
La lista del cambio de modelo se alarga solo unos meses despu¨¦s de que se aprobase el pacto migratorio, un conjunto de reglas que debe entrar en vigor a mediados de 2026 y que establece un reparto solidario de los solicitantes de asilo entre los Estados miembros, una vez que han llegado a territorio comunitario. Ahora, Bruselas trata de ahondar en las f¨®rmulas para que no lleguen ¡ªcomo los acuerdos con pa¨ªses denunciados por vulnerar los derechos humanos, entre ellos T¨²nez o Egipto, para enviarles fondos a cambio de que controlen sus fronteras y frenen las salidas¡ª y para facilitar su expulsi¨®n una vez que est¨¢n en la Uni¨®n.
Von der Leyen se ha comprometido a revisar, de aqu¨ª al a?o que viene, el concepto de ¡°terceros pa¨ªses seguros designados¡±; aquellos a los que se puede deportar a los solicitantes de asilo. La intenci¨®n, explica una fuente diplom¨¢tica, es elaborar una lista europea y que sea mucho m¨¢s amplia que la que ahora tiene la mayor¨ªa de los pa¨ªses con el objetivo de aumentar el n¨²mero de Estados a los que se puede deportar. No solo a sus propios ciudadanos, sino a otros solicitantes de asilo. ¡°Hay migrantes que necesitan protecci¨®n, somos perfectamente conscientes de ello, pero no es necesario que esa protecci¨®n sea en Europa, sino que puede ser en pa¨ªses terceros seguros¡±, ha lanzado la presidenta de la Comisi¨®n Europea.
¡°Nos estamos dirigiendo innegablemente hacia una erosi¨®n del derecho de asilo tal como se ha entendido tradicionalmente, potencialmente incluso hacia su muerte¡±, remarca Iole Fontana, profesora de la Universidad de Catania y experta en migraciones, que ve un ¡°cambio de paradigma¡±. En esa v¨ªa, la polit¨®loga incluye los acuerdos con terceros pa¨ªses, la ¡°instrumentalizaci¨®n¡± del concepto de ¡°tercer pa¨ªs seguro¡± y la tendencia creciente a equiparar a los solicitantes de asilo con riesgos para la seguridad.
Lo que sobrevuela en Bruselas, lo que se respira y se comenta en varios Estados miembros, como Dinamarca ¡ªcon un Gobierno de coalici¨®n liderado por los socialdem¨®cratas, pero en el ala m¨¢s dura en cuestiones migratorias¡ª es que el derecho al asilo, recogido en la convenci¨®n de Ginebra de la d¨¦cada de 1950 y en el derecho internacional y comunitario, es anacr¨®nico. Que hay que reformarlo.
Nathalie Tocci, directora del Istituto di Affari Internazionali en Roma, cree que, con el debate de externalizar la pol¨ªtica migratoria, la UE vive en una suerte de ¡°d¨ªa de la marmota¡±. El tema vuelve una y otra vez a la mesa, desde la idea de los centros de deportaci¨®n (con el nombre que sea) a los acuerdos con pa¨ªses extracomunitarios, como el que se hizo con Turqu¨ªa en 2016. ¡°Hay una especie de perseverancia en un m¨¦todo que no parece funcionar, pero como no se nos ocurre una alternativa, porque no estamos abiertos a reconocer el hecho de que no es un problema que se pueda resolver deleg¨¢ndolo en terceros pa¨ªses, seguimos intentando lo mismo una y otra vez¡±, dice la experta.
Viraje a la derecha
Tocci enmarca la deriva de la pol¨ªtica migratoria actual en el creciente giro a la derecha en el continente. En el Parlamento Europeo, en la Comisi¨®n, en el Consejo Europeo. Todo el espectro pol¨ªtico se ha desplazado hacia la derecha, incluso algunos partidos socialdem¨®cratas, como en Alemania, donde el debate migratorio se ha endurecido y se ha ordenado un cierre de fronteras del espacio Schengen, que se suma al de un buen n¨²mero de Estados miembros y que, la mayor¨ªa de las veces con el argumento de preocupaciones de seguridad, puede dar un estacazo final a la libre circulaci¨®n dentro del territorio comunitario. ¡°Hace tiempo que la Europa de la acogida ha desaparecido. Pensemos en los cientos de miles que han muerto en el Mediterr¨¢neo tratando de llegar a la UE... Llevamos en una Europa hostil desde hace tiempo, pero ahora hemos visto que la tendencia se acelera¡±, se?ala Tocci.
La ultraderecha marca la agenda, pero lo cierto es que la inmensa mayor¨ªa de pa¨ªses apunta por endurecer, en general, las pol¨ªticas migratorias. ¡°Los l¨ªderes quieren mandar un mensaje de que tienen el control de las fronteras, de las llegadas; creen que si no no se garantizar¨¢n la confianza de la ciudadan¨ªa en el resto de asuntos¡±, apunta una alta fuente comunitaria. ¡°Hay un claro cambio de discurso de un debate que es eminentemente pol¨ªtico¡±, a?ade.
Un debate que lidera el ala dura contra la inmigraci¨®n. Sobre todo la italiana Giorgia Meloni, l¨ªder de un partido de ra¨ªces fascistas. Sin embargo, su mensaje es el mismo ¡ªaunque con un tono diferente¡ª que el que lleva lanzando a?os el nacionalpopulista Viktor Orb¨¢n. El jueves, justo antes de la cumbre, un c¨®nclave dirigido por Italia, Pa¨ªses Bajos (con una coalici¨®n de gobierno liderada por la extrema derecha) y Dinamarca reunieron en la delegaci¨®n italiana de Bruselas a Austria, Chipre, Polonia, la Rep¨²blica Checa, Grecia, Hungr¨ªa, Malta y Eslovaquia para hablar de inmigraci¨®n. En ese desayuno tambi¨¦n particip¨® Von der Leyen. Los socialdem¨®cratas y los Verdes cuestionaron el papel y la deriva de la alemana. ¡°No est¨¢ defendiendo la legislaci¨®n europea ni haciendo que se ponga en marcha¡±, critica Bas Eickhout, col¨ªder de los Verdes.
La l¨ªnea dura migratoria, sin embargo, gana peso en toda la Uni¨®n. Salvo Espa?a, donde el presidente Pedro S¨¢nchez ha clamado contra la indignidad de los campos de deportaci¨®n como los de Albania ¡ªque en su momento puso de ejemplo tambi¨¦n el l¨ªder del Partido Popular, Alberto N¨²?ez Feij¨®o¡ª, los pa¨ªses que se ha mostrado esc¨¦pticos con la f¨®rmula lo han hecho por cuestiones econ¨®micas o log¨ªsticas. Es el caso del canciller alem¨¢n, Olaf Scholz.
¡°Lo que est¨¢ sucediendo no solo erosiona el derecho a solicitar asilo ¡ªreducido a una concesi¨®n, y reh¨¦n de la lucha contra la migraci¨®n irregular¡ª, sino que tambi¨¦n socava fundamentalmente los valores de la UE y su compromiso con los derechos humanos¡±, advierte Iole Fontana.
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