Ant¨®nio Costa: ¡°No deber¨ªamos especular con lo que vaya a hacer Trump¡±
El ex primer ministro portugu¨¦s asume este domingo la presidencia del Consejo Europeo con una llamada a ¡°escuchar¡± a la ciudadan¨ªa y dispuesto a ser ¡°creativo¡± para buscar soluciones aceptables para un bloque unido pero diverso
Pese a su laber¨ªntica estructura, ser¨¢ dif¨ªcil que Ant¨®nio Costa se pierda en la sede del Consejo Europeo, la instituci¨®n que representa a los l¨ªderes de los Estados miembros en Bruselas, cuya presidencia asume oficialmente este domingo. El socialista portugu¨¦s pas¨® mucho tiempo entre los muros de uno de los centros neur¨¢lgicos de la Uni¨®n Europea durante los ocho a?os (2015-2023) que, como primer ministro de Portugal, particip¨® en las casi siempre maratonianas cumbres de l¨ªderes que ahora se dispone a conducir durante el pr¨®ximo lustro.
Una tarea de arbitraje nada f¨¢cil, en momentos de extrema polarizaci¨®n pol¨ªtica y grandes incertidumbres dentro y fuera de las fronteras europeas, para la que el veterano pol¨ªtico (Lisboa, 61 a?os) se ha preparado a fondo: seg¨²n explica en una entrevista con un grupo de diarios europeos, entre ellos EL PA?S, ya ha visitado a 25 de los 27 gobernantes de la UE (salvo Bulgaria y Rumania, porque est¨¢n en proceso de formar nuevos gobiernos) para saber cu¨¢les son sus prioridades ¡ª¡°para todos la inmigraci¨®n es una prioridad m¨¢xima¡±, asegura, con divergencias sobre c¨®mo afrontarla¡ª y qu¨¦ esperan de ¨¦l en unos tiempos agitados que requieren, seg¨²n sostiene, una caracter¨ªstica esencial: escuchar. Escuchar a los pol¨ªticos pero, sobre todo, ¡°escuchar a los ciudadanos y actuar¡± para ellos.
Costa tambi¨¦n quiere escuchar, lo antes posible, lo que tiene que decir quien supone ahora la mayor inc¨®gnita internacional, pero que dominar¨¢ buena parte de su mandato y trabajo: Donald Trump. Frente a la ansiedad generalizada, el portugu¨¦s, un optimista irredento, piensa que no es buena idea ¡°especular con lo que la nueva Administraci¨®n de Trump vaya a hacer¡±. Pero tampoco va a esperar hasta que arranque el nuevo Gobierno republicano estadounidense, a finales de enero. ¡°Intentar¨¦ contactar con ¨¦l despu¨¦s del 1 de diciembre. Y, desde luego, coordinaremos nuestras posiciones sobre la base de nuestros intereses comunes y una alianza larga¡±, promete. ¡°Nuestro di¨¢logo con Trump tiene que desarrollarse sobre la base del inter¨¦s mutuo de Europa y Estados Unidos. Somos aliados, socios y amigos. Seguro que encontraremos una buena manera de discutir cuando est¨¦ en la Casa Blanca¡±.
?Ir¨¢ a verlo antes a su residencia en Florida, como ha hecho el secretario general de la OTAN, Mark Rutte? ¡°No, puedo usar el tel¨¦fono¡±, replica con una sonrisa que no pierde pese a lo may¨²sculo de su tarea y agenda, en la que tambi¨¦n tiene ya fijada otra cita: ¡°Tengo acordado un encuentro con el presidente Volod¨ªmir Zelenski para decirle personalmente que apoyaremos a Ucrania el tiempo que haga falta y tanto como sea necesario¡±.
Costa tiene claro que los tiempos no son f¨¢ciles incluso para un veterano como ¨¦l, de regreso al primer plano pese a que muchos dieron su carrera por finalizada cuando, hace un a?o, dimiti¨® como primer ministro de Portugal por una investigaci¨®n judicial que afect¨® a su c¨ªrculo ¨ªntimo, pero que se ha acabado desinflando. La Europa en la que estar¨¢ al frente del Consejo Europeo tiene en Ucrania una guerra a sus puertas, y acechan las consecuencias de otro conflicto, el de Oriente Pr¨®ximo, en el que los Veintisiete siguen sin encontrar una voz unida firme: ¡°Somos 27 pa¨ªses con 27 historias distintas que miran el mundo con 27 puntos de vista diferentes; no es f¨¢cil, lleva tiempo, pero lo importante es la voluntad de lograrlo¡±, dice sobre una de las cuestiones que m¨¢s han mostrado las divisiones entre los Estados miembros. Tambi¨¦n deber¨¢ lidiar con un pulso comercial no solo con China, sino probablemente con un Trump que amenaza a medio mundo con aranceles.
Todo ello en una Europa con el motor franco-alem¨¢n gripado y con una ciudadan¨ªa profundamente polarizada que parece buscar soluciones cada vez m¨¢s a la derecha. Algo que ya ha tenido efecto en las instituciones europeas: desde las elecciones de junio, la Euroc¨¢mara tiene m¨¢s fuerzas ultras que nunca y la nueva Comisi¨®n Europea est¨¢ igualmente m¨¢s derechizada (con 14 comisarios del Partido Popular Europeo e incluso un vicepresidente de una familia de ultraderecha), reflejo a su vez del Consejo Europeo que va a presidir, donde se sientan l¨ªderes ultras como la italiana Giorgia Meloni o el h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n.
El panorama no arredra a Costa. El portugu¨¦s, que asegura no olvidar sus ra¨ªces socialistas, aunque subraya que como presidente del Consejo Europeo debe actuar ¡°por encima¡± de su familia pol¨ªtica y hasta de su pa¨ªs, asume estas fracturas sociales y pol¨ªticas como uno de sus grandes retos.
¡°Vivimos en tiempos en que nuestras democracias est¨¢n, al mismo tiempo, m¨¢s y m¨¢s polarizadas y m¨¢s y m¨¢s fragmentadas (¡). Quiz¨¢s sea esta la nueva normalidad. Se ha convertido en algo m¨¢s complejo, pero la democracia va de la decisi¨®n de los ciudadanos y esto es el resultado de esa decisi¨®n. Nuestra democracia es m¨¢s diversa, pero funciona¡±, afirma haciendo gala de su optimismo ¡°cr¨®nico y a veces irritante¡±, como lo defini¨® el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa. En cualquier caso, insiste de nuevo, ¡°es importante que los ciudadanos sientan que los escuchamos y que trabajamos para ellos¡±.
Algo que tambi¨¦n se aplica: al contrario que su predecesor, el belga Charles Michel, que ha tenido una fuerte rivalidad con la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, Costa asegura que mantiene una ¡°relaci¨®n pol¨ªtica y personal excelente¡± con la conservadora alemana, con la que, revela, lleva reuni¨¦ndose de forma regular desde septiembre. Porque tras ¡°contribuir a la unidad de los Estados miembros¡±, su ¡°segunda misi¨®n¡± es ¡°garantizar relaciones fluidas entre las instituciones para asegurar la representaci¨®n de la Uni¨®n en pol¨ªtica exterior y de seguridad¡±. Pero tambi¨¦n, subraya de nuevo, ¡°para acercar las instituciones a los ciudadanos, para impulsar su confianza en la UE¡±.
M¨¢s diplomacia ¨¤ la Costa: en su periplo por las capitales europeas, su primera parada fue Roma. Con la primera ministra, Giorgia Meloni, tuvo ¡°una charla muy buena¡±. Estoy seguro de que trabajaremos muy bien juntos¡±, conf¨ªa el socialista. Tampoco tiembla ante un primer ministro h¨²ngaro, Orb¨¢n, que nunca duda en poner zancadillas a Bruselas para ganar puntos nacionales. ¡°No tenemos la misma posici¨®n sobre cuestiones importantes, pero siempre lo he visto con una posici¨®n constructiva en el Consejo para superar las dificultades¡±, se?ala, y apunta a la cumbre de diciembre de 2023, donde se aprob¨® la hist¨®rica apertura de negociaciones de adhesi¨®n a la UE de Ucrania: para evitar dar su apoyo, pero no bloquear la decisi¨®n, el h¨²ngaro abandon¨® la sala para tomarse un caf¨¦ justo cuando se aprobaba ese punto.
¡°A veces necesitamos creatividad para resolver los problemas. La unanimidad no siempre es espont¨¢nea, pero los l¨ªderes est¨¢n dispuestos a resolver problemas, a tomar decisiones¡±, asegura.
El pol¨ªtico socialista piensa seguir tirando de creatividad. De hecho, anda ya organizando junto con el pr¨®ximo presidente de turno de la UE, el polaco Donald Tusk, lo que califica de ¡°d¨ªa de brainstorming¡± (tormenta de ideas) en materia de defensa, una cita que quiere convocar para el 3 de febrero ¡°cerca de Bruselas¡± con los l¨ªderes europeos, y a la que quiere invitar tambi¨¦n al secretario general de la OTAN y al primer ministro brit¨¢nico, Keir Starmer. Un formato m¨¢s informal que una cumbre, que da as¨ª m¨¢s espacio y libertad a los l¨ªderes para discutir, sin la presi¨®n de tener que anunciar resultados.
¡°Discutiremos nuestra relaci¨®n con la OTAN, lo que podemos hacer entre los 27 Estados miembros, qu¨¦ capacidades necesitamos a nivel europeo y, ciertamente, c¨®mo financiarlo¡±, adelanta Costa. Reconoce que a¨²n falta acercar posiciones, pero sostiene que tampoco hay tab¨²es, ni siquiera a la hora de plantear propuestas como los bonos europeos de deuda para defensa. ¡°Muchos l¨ªderes dicen que no est¨¢n de acuerdo, pero nadie dice que sea imposible (¡). Lo que he visto con todos es que afrontan esto con una mente abierta, son conscientes de lo que tenemos que hacer y est¨¢n intentando buscar un buen equilibrio entre las diferentes soluciones¡±. Trabajo tiene para rato.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.