Polonia busca afianzarse como nuevo centro de Europa
Con Par¨ªs y Berl¨ªn en crisis y la guerra de Ucrania a sus puertas, Varsovia reivindica un papel preeminente en la UE
La naturaleza siente horror al vac¨ªo, y lo mismo podr¨ªa decirse de la Uni¨®n Europea. El vac¨ªo que est¨¢n dejando Francia y Alemania con sus respectivas crisis pol¨ªticas lo empieza a llenar Polonia, quiz¨¢ llamada a ser la potencia central en la nueva Europa.
Para reivindicar el liderazgo ¡ªo ¡°asumir responsabilidades¡±, como prefieren decir en Varsovia¡ª, este pa¨ªs fronterizo con la Ucrania en guerra exhibe varias cartas. Una es la econom¨ªa, que crece como pocas en el continente. Otra, un rearme que dispara el gasto en defensa y se explica por la situaci¨®n geogr¨¢fica y la conciencia aguda de la amenaza que supone Rusia.
Hay algo m¨¢s, que otorga, seg¨²n el polit¨®logo Jacques Rupnik, ¡°credibilidad pol¨ªtica¡± a Polonia. Y es haber dejado atr¨¢s los a?os del populismo nacionalista del partido Ley y Justicia (PiS) con el regreso hace un a?o a la jefatura del Gobierno del europe¨ªsta Donald Tusk.
Varsovia ofrece estos d¨ªas una imagen vibrante, una ciudad segura de s¨ª misma y consciente de ser una de las capitales, acaso la capital, de esta Europa en la que el centro de gravedad se aleja de Par¨ªs y Berl¨ªn. Es la Europa que, durante cuatro d¨¦cadas, vivi¨® bajo dominio sovi¨¦tico. La que hace 35 a?os se liber¨®. La que en 2004 ingres¨® en la Uni¨®n Europea. Es la ¡°otra Europa¡±, por citar el t¨ªtulo del libro de Rupnik publicado en los a?os del derrumbe sovi¨¦tico, o el ¡°Occidente secuestrado¡± sobre el que teoriz¨® Milan Kundera en 1983, pero ahora ya no es ¡°otra¡± y es ¡°occidental¡±.
¡°Hablamos de asumir responsabilidades. Hablamos de trabajar juntos en Europa y actuar juntos¡±, dice una fuente del Gobierno polaco, que requiere anonimato, ante la pregunta sobre si este pa¨ªs est¨¢ preparado para liderar Europa. La conversaci¨®n se desarrolla a unas semanas de que Polonia ocupe en enero la presidencia rotatoria del Consejo de la UE. El momento es cr¨ªtico. Donald Trump, que en enero regresa a la Casa Blanca, ha prometido resolver en unas horas con el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, la guerra en Ucrania. Y ha amenazado con desentenderse de sus aliados europeos en la OTAN.
¡°Polonia est¨¢ buscando un socio, pero hoy no hay socios en Europa¡±, analiza el periodista J?drzej Bielecki, especialista de pol¨ªtica internacional en el diario Rzeczpospolita. En Francia, donde acaba de nombrarse primer ministro a Fran?ois Bayrou tras la ca¨ªda del Gobierno de Michel Barnier en una moci¨®n de censura, el presidente, Emmanuel Macron, se encuentra extraordinariamente debilitado. Como el canciller alem¨¢n, Olaf Scholz, obligado a adelantar elecciones al 23 de febrero tras romperse su coalici¨®n gubernamental.
¡°La seguridad y la ayuda a Ucrania son nuestra prioridad, nuestro compromiso¡±, dice la citada fuente gubernamental polaca. ¡°Tenemos buenas cartas para convencer y animar a nuestros amigos a colaborar¡±.
Las principales cartas son un crecimiento del 3% en 2024 y, seg¨²n las previsiones de la Comisi¨®n Europea, un 3,6% en 2025. El gasto militar previsiblemente se elevar¨¢ al 4,7% del producto interior bruto. Ning¨²n otro pa¨ªs de la OTAN gasta tanto en defensa como Polonia (Espa?a es el que menos gasta, con un 1,28%).
Hay m¨¢s. La conciencia, por la propia experiencia hist¨®rica y la vecindad, de haber visto venir la amenaza de Putin mientras Par¨ªs y Berl¨ªn cre¨ªan posible apaciguarlo. Y la debilidad de Scholz y Macron que, sumada al deterioro de la relaci¨®n franco-alemana, deja espacio a Polonia para modelar la UE del futuro.
¡°La pareja franco-alemana no puede liderar Europa por s¨ª sola¡±, observa Piotr Buras, responsable en Varsovia del laboratorio de ideas European Council on Foreign Relations. ¡°Hay algunas divergencias de inter¨¦s fundamentales entre Par¨ªs y Berl¨ªn. Y estos pa¨ªses son, para decirlo honestamente, demasiado occidentales, en un momento en el que la historia europea tiene lugar en el Este. Aunque no me convence esta teor¨ªa seg¨²n la cual el centro de gravedad de la UE se desplace hacia el Este, s¨ª creo que el centro de atenci¨®n se desplaza hacia el Este. Ah¨ª es donde se juega el futuro de la Uni¨®n Europea¡±.
¡°La voz de Polonia pesa en Europa ahora¡±, comenta Rupnik, investigador em¨¦rito en Sciences Po, y recuerda que el anterior Gobierno ultraconservador, a la vez que ped¨ªa firmeza con Rusia, comparaba la UE con la URSS. ¡°Era la incoherencia total¡±. Ahora, en cambio, ¡°Polonia podr¨¢ tener un nuevo papel gracias a la credibilidad que le da el retorno de la democracia.¡± Tambi¨¦n el gasto en defensa, seg¨²n el experto. Pero a?ade que Varsovia necesita ¡°redefinir¡± la relaci¨®n con Alemania, en la que siguen pesando recelos hist¨®ricos. Y tambi¨¦n con Ucrania, pues, pese al decidido apoyo polaco ante Rusia, hay contenciosos por la II Guerra Mundial, adem¨¢s de recelos ante la candidatura de Kiev a la UE y su impacto, entre otros terrenos, en la agricultura polaca.
Rupnik a?ade otro matiz de peso: la divisi¨®n en Europa no es hoy solo entre Oeste y Este, sino en el mismo Este. Argumenta que existe un noreste europeo que se ampl¨ªa hacia los pa¨ªses escandinavos, hacia Finlandia y Suecia, y se caracteriza por una posici¨®n firme ante Rusia. Y hay otro bando en la Europa central y del sureste m¨¢s cercana a Rusia con pa¨ªses como la Hungr¨ªa de Viktor Orb¨¢n, Eslovaquia o Serbia. La ¡°otra Europa¡± son en realidad ¡°otras Europas¡±.
Con el liberal-conservador Tusk, expresidente del Consejo Europeo, Polonia intenta situarse en el centro de un juego de alianzas con la Europa favorable a Ucrania. Se ha reavivado el llamado Tri¨¢ngulo de Weimar, que incluye, adem¨¢s de Polonia, a Alemania y Francia, y el grupo se ha ampliado a Espa?a, Italia y el Reino Unido. El primer ministro polaco particip¨® en noviembre en una cumbre de pa¨ªses escandinavos y b¨¢lticos. Para ellos, la amenaza rusa no es una abstracci¨®n, sino una realidad, como recuerdan en el Gobierno: ¡°En el pasado intentamos convencer a nuestros socios de que Rusia era una amenaza y, desgraciadamente, ten¨ªamos raz¨®n¡±.
Pero Polonia es reticente a la hora de liderar, y es sintom¨¢tico que las citadas fuentes gubernamentales rechazasen pronunciar la palabra ¡°liderazgo¡±. Como si quisieran evitar cualquier signo de arrogancia. O supieran que todo es incierto, desde las decisiones de Trump una vez instalado en el Despacho Oval hasta las elecciones presidenciales polacas en mayo. El actual presidente, el ultraconservador Andrzej Duda, representa un obst¨¢culo al desmantelamiento de la herencia iliberal del PiS.
En Varsovia, para rebajar las expectativas sobre el liderazgo polaco, se alude a que esta es una potencia europea media: 36 millones de habitantes, menos que Espa?a. Otros subrayan que, sin aliados de peso ¡ªes decir, sin Alemania y Francia¡ª poco puede hacer en la UE. Y Polonia no est¨¢ en el euro.
¡°El hecho de no estar y no querer estar en el euro pone l¨ªmites al papel de Polonia, a pesar de que hoy d¨ªa la clave sea la defensa¡±, dice Bielecki, de Rzeczpospolita. ¡°Y, cuando miramos a Berl¨ªn o Par¨ªs...¡±, a?ade en alusi¨®n a la Alemania y la Francia en crisis. ¡°Se supon¨ªa que ¨ªbamos a integrarnos en Occidente, pero resulta que Occidente desapareci¨®¡±.
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