La adicci¨®n a los videojuegos y las apuestas ¡®online¡¯ entre los adolescentes
Los chicos tienen un mayor riesgo de padecer estas patolog¨ªas. Las variables m¨¢s relevantes para el ajuste personal de ellos son ¡°demostrar habilidad, competir y ganar¡±, seg¨²n los expertos
Cualquiera que tenga cerca adolescentes de ambos g¨¦neros habr¨¢ observado que a ellos les pirra jugar con videojuegos y que ellas se decantan por pasar horas chateando y en redes sociales. Pues bien, lo que respond¨ªa a una intuici¨®n tiene base cient¨ªfica. As¨ª lo corrobora Detecci¨®n temprana y prevenci¨®n de adicciones tecnol¨®gicas en adolescentes, un informe realizado por la Facultad de Psicolog¨ªa de la Universidad de Valencia en colaboraci¨®n con Fundaci¨®n Mapfre en el que han participado 3.597 estudiantes de 13 comunidades aut¨®nomas de entre 11 y 20 a?os. Uno de sus autores es Mariano Ch¨®liz, de la Unidad de Juego y Adicciones Tecnol¨®gicas de esa universidad: ¡°Efectivamente, los datos nos indican que, tanto en el caso de los videojuegos como en el juego online, son los adolescentes varones los que obtienen puntuaciones significativas de dependencia mucho m¨¢s altas que las mujeres¡±. Las razones podr¨ªan tener que ver con ¡°las variables m¨¢s relevantes para el ajuste personal de ellos: demostrar habilidad, competir y ganar¡±. Aunque tampoco puede despistarse el hecho de que los videojuegos se comercializan para ellos, ¡°usando los principales estereotipos masculinos¡±, afirma Ch¨®liz.
Jos¨¦ Antonio Tamayo, psic¨®logo sanitario del centro Activa Psicolog¨ªa lo entiende del mismo modo, pero a?ade ¡°factores socioculturales que inciden en la socializaci¨®n desde la infancia, aunque tampoco pueden descartarse influencias biol¨®gicas, que afecten diferencialmente al comportamiento en funci¨®n del g¨¦nero¡±. Porque a ellas les interesan m¨¢s los servicios de mensajer¨ªa instant¨¢nea. Es decir, comunicarse con sus iguales a trav¨¦s del WhatsApp. ¡°Las adolescentes podr¨ªan tener una mayor inclinaci¨®n por la interacci¨®n social y la cooperaci¨®n; algo que podr¨ªan satisfacer en mayor medida a trav¨¦s de tecnolog¨ªas de car¨¢cter interpersonal, como el tel¨¦fono m¨®vil o internet¡±. Tanto es as¨ª que su autoestima a menudo depende de los likes conseguidos en redes sociales. A los padres, sin duda, nos puede parecer una p¨¦rdida de tiempo (y una soberana estupidez), pero al menos en principio, no supone un problema grave. Los videojuegos y los juegos de azar, si: la adicci¨®n.
Una edad peligrosa
Seg¨²n el psic¨®logo de Activa Psicolog¨ªa, la adicci¨®n a las tecnolog¨ªas en poblaci¨®n adolescente ronda el 5%, con un inicio m¨¢s precoz en los varones. Es evidente que es una edad complicada. Lo cuenta Marta Marcos, compa?era de Ch¨®liz en la Universidad y coautora del estudio: ¡°Son especialmente vulnerables por la etapa evolutiva en la que se encuentran. No est¨¢n formadas todav¨ªa las ¨¢reas cerebrales de la planificaci¨®n y el control y esto influye en la toma de decisiones que les conduce a asumir mayores riesgos sin ser conscientes de las consecuencias derivadas de la forma en que utilizan las tecnolog¨ªas o el modo de relacionarse con ellas¡±.
Pero es que lo que les ofrece el juego es muy atractivo para ellos que se asumen como invulnerables, como afirma Marcos: ¡°Es otra forma de asumir riesgos y debe considerarse en el contexto natural de los j¨®venes en cuanto al abordaje del inter¨¦s y la experimentaci¨®n y deseo de independencia que caracteriza esta etapa evolutiva.¡± Lo que pasa es que no saben identificar el peligro, aunque s¨ª tienen claro que las adicciones pueden llevar a quien las padece a ¡°perderlo todo¡±.
A m¨ª no me va a pasar
Claro que eso no va con ellos: ¡°Gran parte de las conductas de juego manifiestas sugieren una combinaci¨®n de expectativas positivas y negativas en torno al juego que podr¨ªan diluir el riesgo general de la adicci¨®n. Y lo mismo ocurrir¨ªa con el resto de las adicciones tecnol¨®gicas: videojuegos, m¨®vil y redes sociales, lo que nos sugiere que se tratar¨ªa de un mecanismo interno para disminuir la disonancia y mantener la autoestima intacta mientras se sigue llevando a cabo la actividad que necesitan y de la cual ya dependen¡±. Ante esta dicotom¨ªa, se decantan por el ¡°eso a m¨ª no me va a pasar¡±, incluso cuando ya tienen problemas, que los que suelen culpabilizar a otras situaciones o circunstancias.
El problema es mayor con los juegos de apuestas online, un verdadero peligro para los chicos. ¡°Las apuestas deportivas se han convertido en el principal juego al que los adolescentes varones dedican su tiempo y su dinero, debido a que se trata de una actividad que no solamente les resulta atractiva, sino que est¨¢ ampliamente promocionada y publicitada. Un factor que, junto a la proliferaci¨®n de salas de juego y apuestas, ha sido crucial para la normalizaci¨®n de una actividad que contribuye sin duda a la adicci¨®n entre un p¨²blico juvenil que, socialmente, ha sido condicionada para no encontrar ning¨²n riesgo en estas actividades disponibles y accesibles dentro del contexto cotidiano¡±.
M¨¢s importante la relaci¨®n que las horas
Ante esta perspectiva, es evidente que los padres debemos estar muy atentos a los posibles s¨ªntomas, que no siempre se corresponden con el tiempo que pasan ante la pantalla, sino con la relaci¨®n que se establece con ella. ¡°Los criterios de adicci¨®n definen una forma de utilizaci¨®n o relaci¨®n con la tecnolog¨ªa esencialmente adictiva. Es decir, no es tanto el n¨²mero de horas que la persona pasa conectada, sino la relaci¨®n que establece la persona con una actividad que se vuelve una afici¨®n descontrolada e irrefrenable¡±, comenta Ch¨®liz.
En ese sentido, los s¨ªntomas que denotan esa relaci¨®n patol¨®gica ser¨ªan los siguientes:
- Necesidad de uso creciente de la tecnolog¨ªa para conseguir los mismos beneficios que al inicio (tolerancia).
- Reacciones emocionales negativas ante la imposibilidad de usar la tecnolog¨ªa o ante un tiempo considerable sin poder usarla (s¨ªndrome de abstinencia).
- Uso excesivo de las tecnolog¨ªas que interfiere con todas las esferas de la vida de la persona.
- Dificultades para dejar la tecnolog¨ªa a pesar de ser consciente de las consecuencias negativas de esta conducta.
- Modificaci¨®n del estado de ¨¢nimo como estrategia de escape aprendida para hacer frente a las dificultades propias del curso de la vida.
- P¨¦rdida de oportunidades acad¨¦micas y/o laborales.
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