C¨®mo est¨¢ afectando la pandemia a la salud mental de las familias
Una investigaci¨®n de la Asociaci¨®n Americana de Psicolog¨ªa concluy¨® que, en los meses de abril y mayo, los padres con ni?os menores en casa estaban m¨¢s estresados que los que no eran padres
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
Lourdes est¨¢ divorciada y tiene un hijo de ocho a?os. El confinamiento le pill¨® embarazada como madre soltera por elecci¨®n. Es funcionaria y ha estado teletrabajando de marzo a junio, hasta la semana 36 de embarazo. Su hijo naci¨® tres semanas despu¨¦s, en la semana 39. ¡°Teletrabajar as¨ª ha sido un horror entre otras cosas porque no ten¨ªa el espacio acondicionado para hacerlo. Adem¨¢s, ten¨ªa que trabajar cuando no estaba mi hijo porque en el momento en que estaba ¨¦l, yo ten¨ªa que ayudarle con las cosas del colegio o reclamaba mi atenci¨®n. S¨®lo ten¨ªamos un ordenador port¨¢til viejo en casa, lo que lo hac¨ªa mucho m¨¢s complicado porque no pod¨ªamos compatibilizar todo¡±, cuenta. En junio le dijeron que ten¨ªa que volver a su puesto presencialmente y aquello increment¨® considerablemente el estr¨¦s por la dificultad que encontraba para organizarse, pero tambi¨¦n por el miedo al contagio en la recta final de su embarazo. ¡°Ya durante el confinamiento tuve bastante ansiedad por la angustia que sent¨ªa para llegar a todo, unido a la situaci¨®n de confinamiento y a que me suspendieron todas las citas m¨¦dicas de revisi¨®n del embarazo. Estuve 16 semanas sin que me viera nadie¡±.
Hemos llegado al s¨¦ptimo mes de la pandemia. La incertidumbre y el malestar de aquellas primeras semanas de confinamiento siguen ah¨ª. Quiz¨¢s ahora son como ese ruido casi imperceptible que s¨®lo se deja escuchar cuando paras. Como la vibraci¨®n de la nevera o el ruido de las ca?er¨ªas. Le ocurre a Lourdes, que recuerda a menudo el sonido incesante de las ambulancias durante el confinamiento y que ahora vive a caballo entre el alivio de la vuelta al cole y el miedo al contagio. Y es que, aunque la pandemia ha afectado a la salud mental de todos los grupos demogr¨¢ficos, una investigaci¨®n de la Asociaci¨®n Americana de Psicolog¨ªa mostr¨® que en abril y mayo, los padres con ni?os en casa menores de 18 a?os estaban marcadamente m¨¢s estresados que los que no eran padres. Sorprende (o no) que en nuestro pa¨ªs no se haya planteando el impacto de la pandemia en la salud mental de las familias con ni?os peque?os.
Trabajar y cuidar: malabarismos en un clima pand¨¦mico
En la Universidad el Pa¨ªs Vasco, el Grupo Consolidado de Investigaci¨®n en Psicolog¨ªa Social: Cultura, Cognici¨®n y Emoci¨®n, creado en 1999, ha comenzado una investigaci¨®n transcultural acerca de los aspectos psicol¨®gicos y sociopol¨ªticos derivados de la pandemia por la covid-19. El portavoz del estudio, Lander M¨¦ndez Casas, psic¨®logo y miembro del grupo de investigaci¨®n, considera que esta situaci¨®n ha provocado un vuelco en las din¨¢micas y estilos de vida de las familias, lo que para muchas de ellas ha supuesto un reajuste de dif¨ªcil encaje. ¡°Hasta ahora, en Espa?a, el soporte para poder llevar adelante la vida en t¨¦rminos de conciliaci¨®n han sido los abuelos. En esta nueva situaci¨®n en la que el distanciamiento entre personas se considera un elemento determinante para frenar la propagaci¨®n del virus, los hogares se han visto sin ese apoyo fundamental¡±, se?ala. A diferencia de otros contextos europeos, M¨¦ndez cree que en nuestro pa¨ªs la conciliaci¨®n laboral es una asignatura pendiente, pero tambi¨¦n la precariedad laboral, que es otro factor que afecta en gran medida al bienestar de los hogares.
Comparte esa idea Esther Ram¨ªrez, psic¨®loga y autora de Psicolog¨ªa del posparto, para quien la salud mental de las familias, especialmente con ni?os m¨¢s peque?os, se ha visto m¨¢s deteriorada debido a las dificultades de nuestro pa¨ªs para trabajar ¨Co teletrabajar¨C y cuidar en un contexto marcado muchas veces por la precariedad o la falta de apoyos. ¡°Casi de un d¨ªa para otro los padres, madres y nuestras criaturas tuvimos que aceptar una situaci¨®n diferente para la que considero no est¨¢bamos preparados. Ni a nivel log¨ªstico, ni a nivel emocional. Nos encontramos con una falta tremenda de ayuda para la conciliaci¨®n de nuestro trabajo con el cuidado de las criaturas, a la vez que hac¨ªamos malabares para sostenernos emocionalmente nosotros y a ellos y ellas en medio de un clima de aut¨¦ntico p¨¢nico¡±, explica.
Marta (nombre ficticio) vive con su marido y su hijo de 5 a?os. Los dos son aut¨®nomos: ¨¦l da clases y ella es traductora freelance, y trabaja desde hace m¨¢s de 10 a?os en casa. Asegura que el teletrabajo en situaci¨®n de pandemia no es teletrabajo: ¡°Creo que las instituciones, las empresas y la gente en general se ha quedado con la sensaci¨®n de que el teletrabajo es la gran trampa, de que desaparecen los horarios, de que es un ?ap¨¢?atelas como puedas, a m¨ª no me cuentes nada?, y no es as¨ª. El teletrabajo no es trabajar, cuidar y encargarte de la casa al mismo tiempo. El teletrabajo es trabajar igual que en una oficina, pero desde tu casa, y tiene muchas ventajas que con la pandemia no se ven¡±.
Noelia tiene dos hijas de tres y seis a?os. Su pareja trabaja en casa y ella, que es funcionaria, pudo teletrabajar de marzo a junio, momento en el que tuvo que volver a su puesto presencialmente. En el caso de Noelia y de su pareja, para ambos ha sido muy complicado teletrabajar con las ni?as en casa. ¡°No consigues hacerles caso, el trabajo te supone el doble de esfuerzo de lo habitual. Ha sido una experiencia totalmente horrible, la ni?a peque?a necesita atenci¨®n constante y la mayor necesitaba ayuda con los deberes. Le sumas atender comidas, limpieza, lavadoras y es un caos todo. Nadie est¨¢ satisfecho¡±. Sobre si se han tomado suficientes medidas para las familias con ni?os peque?os Noelia tiene claro que no se ha tomado ninguna medida en este sentido. ¡°Los que tenemos abuelos que nos ayudan habitualmente tenemos que decidir entre sobrevivir malamente o ponerles en peligro¡±.
Niveles elevados de ansiedad y agotamiento
Dice Marta que es consciente de lo ¡°afortunados¡± que son por teletrabajar y haber podido quedarse en casa durante el confinamiento, pero para ella fue muy duro ver c¨®mo la vida conocida desaparec¨ªa ante sus ojos. ¡°Pas¨¦ casi un mes como en estado de shock, no pod¨ªa creer lo que estaba pasando ah¨ª fuera: el mundo se estaba desmoronando, el n¨²mero de muertos no paraba de crecer y ten¨ªa un sentido de impotencia tremendo, porque no pod¨ªa hacer nada. Lloraba mucho, me sent¨ªa extremadamente triste, no era capaz de hablar con nadie. Entr¨¦ en un estado de ?supervivencia mental?: dorm¨ªa, trabajaba, com¨ªa, cuidaba dentro de las paredes de mi casa, y no era capaz de hacer nada m¨¢s¡±, cuenta.
?Cu¨¢les son los malestares, patolog¨ªas, que m¨¢s padecen las familias desde que todo esto empez¨®? Responde Esther Ram¨ªrez que, en general, ha encontrado niveles alt¨ªsimos de ansiedad y miedo en las familias, en algunos casos incluso trastornos obsesivos compulsivos que tienen como base el miedo a contagiarse o a contagiar a los dem¨¢s. Tambi¨¦n mucha tristeza en las personas que han perdido a sus seres queridos y no han podido despedirse de ellos. Para Lander M¨¦ndez es importante recordar que muchos hogares han perdido el empleo y se han visto forzados a pedir ayuda a familiares u otros organismos. ¡°Para las familias resulta muy duro verse en esa situaci¨®n y, sobre todo, no saber cu¨¢ndo podr¨¢n revertirla. Este tipo de situaciones generan un sentimiento de incapacidad de dar a sus hijos e hijas lo que necesitan y pueden llegar a generar cuadros depresivos en las cabezas de familia¡±, explica el psic¨®logo.
Para Noelia su mayor preocupaci¨®n desde que comenz¨® todo es que les tengan que ingresar en el hospital a ellos o a los padres de ambos, y m¨¢s a¨²n la posibilidad de fallecer. Tambi¨¦n que sus hijas formen parte del peque?o porcentaje de ni?os con afectaciones graves o que le pase algo a su marido y se quede sola con las dos ni?as. Ella ha acudido a una psic¨®loga y a una psiquiatra, y aunque dice que le est¨¢n ayudando, tambi¨¦n debe lidiar con la preocupaci¨®n a?adida del impacto econ¨®mico que esto supone en su familia. ¡°Aunque es un esfuerzo grande econ¨®micamente, quiero estar mejor para que las ni?as est¨¦n mejor. En mi caso ya tengo ansiedad de antes, y me preocupa cualquier enfermedad que podamos contraer, as¨ª que con la pandemia mi miedo se ha visto amplificado¡±, explica.
En el caso de Marta, su mayor preocupaci¨®n al inicio de la pandemia era tambi¨¦n que ellos o que sus padres enfermaran, y aunque reconoce que esto ¨²ltimo a¨²n le sigue preocupando, su m¨¢xima preocupaci¨®n hoy es la incertidumbre econ¨®mica. ¡°Los dos somos aut¨®nomos y por tanto, no sabemos cu¨¢nto vamos a ganar cada mes. Nuestros ingresos han bajado mucho, se prev¨¦ un invierno duro, y la verdad es que tiemblo cuando pienso en c¨®mo nos vamos a apa?ar¡±. Otro gran malestar para ella es su bienestar emocional ante un segundo confinamiento en las mismas condiciones que el primero: sin saber cu¨¢nto va a durar, sin que los ni?os puedan salir, sin ning¨²n tipo de apoyo. ¡°Creo que no lo podr¨ªa resistir¡±, dice. Cuando empez¨® el proceso de desescalada Marta no se ve¨ªa capaz de enfrentarse al mundo de nuevo y busc¨® ayuda profesional. Desde entonces est¨¢ en terapia, lo que le est¨¢ ayudando a ¡°no verlo todo tan oscuro¡±, aunque sabe que le queda a¨²n mucho camino por recorrer para llegar a ser su ?yo? de antes. Para Marta su hijo ha sido un cable a tierra en los momentos m¨¢s duros y oscuros. ¡°El hecho de estar con ¨¦l y cuidarlo (hacer comidas, jugar con ¨¦l y la propia rutina que exige un ni?o de esta edad) era lo ¨²nico que daba sentido a toda la situaci¨®n. La vida segu¨ªa y deb¨ªa estar ah¨ª para acompa?arlo. Su alegr¨ªa ha sido mi motor para seguir adelante¡±, cuenta.
Sobre si la pandemia tiene un mayor impacto en la salud mental de las madres que de los padres, Lander M¨¦ndez explica que la literatura cient¨ªfica acerca de la parentalidad muestra que el bienestar de las mujeres se ve afectado en mayor medida que el de los hombres. ¡°En la coyuntura actual de pandemia, en un estudio que realizamos (pendiente de ser publicado) con muestras de 17 pa¨ªses, los an¨¢lisis por g¨¦nero indicaban peores puntuaciones en las mujeres en todos los indicadores empleados para medir el bienestar. Se sent¨ªan m¨¢s preocupadas, en mayor tensi¨®n y m¨¢s deprimidas¡±, sostiene. Adem¨¢s, el psic¨®logo destaca que tras el par¨¦ntesis econ¨®mico que hemos vivido, se observa que las mujeres se han visto mayormente afectadas por las tasas de paro: ¡°La crisis ha castigado m¨¢s a las mujeres al verse sin empleo y con mayor carga de trabajo en sus hogares. Y no podemos olvidarnos de las familias monoparentales, que en un 81% est¨¢n encabezadas por una mujer y que, por tanto, es la ¨²nica responsable de cuidar y asumir las exigencias de la parentalidad y llevar a cabo su jornada laboral¡±. Este es el caso de Lourdes, quien asegura que aunque ya ten¨ªa atenci¨®n psicol¨®gica de antes, ha sido igualmente muy complicado. ¡°No ten¨ªa ning¨²n momento para m¨ª: a los cuidados de mi hijo le sumaba que recib¨ªa correos y mensajes de Whatsapp del trabajo cualquier d¨ªa de la semana y a cualquier hora. En la atenci¨®n telef¨®nica la matrona claramente vio desde la semana 35 que ten¨ªa que coger la baja por mis niveles de ansiedad, pero tard¨¦ a¨²n una semana m¨¢s en conseguir que me la dieran¡±, cuenta.
?Podr¨ªan agravarse en el futuro estos problemas como consecuencia de la propia crisis al no poder acceder a recursos para afrontarlos? Considera Lander M¨¦ndez que en Espa?a las consecuencias sociales derivadas de la pandemia ser¨¢n duras en este sentido. ¡°La falta de medidas sociales estructurales, se han puesto de manifiesto con esta nueva realidad. Hablamos de la falta de inversi¨®n en recursos y de la falta de una senda de proyecto de pa¨ªs a largo plazo. La imposibilidad de acceso para muchas familias a los recursos necesarios para poder afrontar los a?os venideros, probablemente tenga consecuencias negativas muy importantes en la salud mental de las personas. Creemos que un aspecto al que deberemos poner especial atenci¨®n en adelante es los ¨ªndices de divorcio, violencia dom¨¦stica y suicidio¡±, denuncia.
Marta siente que las familias son las grandes olvidadas, que el abandono institucional es total. ¡°Han importado m¨¢s las terrazas y las discotecas que las escuelas, como todos hemos podido ver durante los meses de verano. No hay ninguna medida que realmente nos vaya a ayudar en caso de que tengamos que cumplir cuarentenas por positivos en el aula. Desde marzo, siento que las familias estamos abandonadas y lo triste es que no veo que esto vaya a cambiar. Eso me provoca much¨ªsima impotencia. Los pol¨ªticos hablan de recuperaci¨®n econ¨®mica, pero sin conciliaci¨®n, no hay recuperaci¨®n. No pueden pretender que trabajemos como si los ni?os no existieran, como lo hicieron durante el confinamiento: existen, son personas y tienen unas necesidades. Toda esta situaci¨®n est¨¢ tensando la cuerda de las familias m¨¢s y m¨¢s, se nos pide que nos apa?emos como podamos a casi todo y ya no podemos m¨¢s. Son muchos meses cargando con todo el peso¡±, concluye.
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