Once claves para educar a los ni?os ante el miedo
Nuestros hijos necesitan madres y padres que mantengan la calma y les ayuden a entender todo lo que est¨¢ pasando con serenidad y mucha comprensi¨®n
Llevamos m¨¢s de un a?o improvisando, pendientes de cifras de contagios, de restricciones, reinvent¨¢ndonos casi a diario para intentar adaptarnos a esta ¡°nueva normalidad¡±. Si algo nos ha ense?ado esta pandemia es a darnos cuenta de que no podemos controlar casi nada, que de la noche a la ma?ana todo puede cambiar. Muchos meses despu¨¦s seguimos viviendo en d¨ªas de m¨¢xima incertidumbre, rodeados de noticias sesgadas que nos confunden, de situaciones que nos llenan de angustia porque no las acabamos de entender. De p¨¦rdidas personales, laborales, de sue?os rotos. Alejados de los nuestros y pendientes de cu¨¢ndo las vacunas nos van a devolver parte de tantas cosas que hemos postergado.
Un virus que est¨¢ condicionado enormemente la infancia de nuestros hijos, sus relaciones, sus deseos. Que les ha privado de estar junto a sus seres queridos que tanto necesitan, de jugar con libertad en los parques, de poder celebrar fiestas de cumplea?os junto a sus amigos. Una crisis sanitaria y social que les ha obligado a adaptarse a una escuela que ha cambiado radicalmente. Las mascarillas les han robado poder ver las sonrisas de sus compa?eros y maestros, la distancia social el juego libre en los patios, los grupos estables de convivencia la socializaci¨®n con el resto de compa?eros.
Una pandemia que les ha contagiado en muchos momentos de miedo. Miedo a no saber qu¨¦ va a suceder, a perder a alg¨²n ser querido, a que pap¨¢ o mam¨¢ pierdan su trabajo o a no poder salir a jugar a la calle con libertad. Un sentimiento que se ha hecho mayor la dificultad de entender bien qu¨¦ era lo que exactamente estaba pasando, ante el temor de poderse contagiar o tener que volver a vivir confinamientos por haber estado en contacto con alg¨²n positivo.
El miedo es una emoci¨®n natural, primaria y adaptativa e imprescindible para nuestra supervivencia. El miedo nos protege, nos hace estar alerta delante de un peligro y poder reaccionar a tiempo, nos hace analizar, aprender y evolucionar. Nos permite identificar las situaciones de peligro y conocer d¨®nde est¨¢n los l¨ªmites. Pero el miedo tambi¨¦n puede llegar a bloquearnos, dominarnos y anular nuestra capacidad de razonamiento. A modificar nuestra conducta y hacernos tomar decisiones poco acertadas. Una situaci¨®n angustiosa que nos hace sentir m¨¢s fr¨¢giles y vulnerables, nos llena de ansiedad y nos imposibilita disfrutar de los peque?os placeres de la vida.
Por este motivo, y en una situaci¨®n tan excepcional como la que vivimos, nuestros hijos necesitan mam¨¢s y pap¨¢s que mantengan la calma y les ayuden a entender todo lo que est¨¢ pasando con serenidad y mucha comprensi¨®n. Que les expliquen que estamos viviendo d¨ªas inciertos que nos producen inestabilidad, pero que juntos ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil salir adelante. Adultos que no les expongan a noticias procesadas por medios de comunicaci¨®n que no tengan la capacidad de entender, que se conviertan en modelos asertivos a la hora de gestionar todos los cambios, que les transmitan amor, calma y seguridad. Ayud¨¢ndoles a entender, con grandes dosis de afecto, que todo esto pasar¨¢ y que pronto volveremos a recuperar la normalidad.
?C¨®mo se educa ante el miedo?
1. Lo primero que deber¨ªamos hacer es explicarles que todos tenemos miedo, que es una emoci¨®n muy necesaria en nuestra vida. Miedo al virus, a la oscuridad, a la muerte o a estar solos.
2. Ense?ando que la mejor manera de afrontar el miedo es hablando de ¨¦l sin verg¨¹enza ni tapujos. Identific¨¢ndolo, poni¨¦ndole nombre, valid¨¢ndolo, acogi¨¦ndolo y desarrollando habilidades para poder luchar contra ¨¦l. Plant¨¢ndole cara con valent¨ªa sin dejar que condicione nuestro d¨ªa al d¨ªa.
3. Ayud¨¢ndoles a enfrentar sus miedos de forma gradual, poco a poco. Utilizando recursos como cuentos, pel¨ªculas, canciones o historias que les ayuden a verse triunfadores frente a lo que les da temor. Ofreci¨¦ndoles recursos de apoyo en las situaciones que le producen miedo y mucha protecci¨®n.
4. Fomentando la autoestima, la autonom¨ªa y la toma de decisiones ofreci¨¦ndoles nuestra comprensi¨®n y apoyo. D¨¢ndoles tiempo para aprender, respetando sus ritmos y necesidades, sus silencios.
5. Mostrando grandes dosis de cari?o, empat¨ªa y paciencia. Haci¨¦ndoles sentir que entendemos y respetamos todo aquello que les puede causar temor y que estamos a su lado sin condici¨®n. Sin ignorarlos ni ridiculizarlos cuando muestren sus temores.
6. Ense?¨¢ndoles que al miedo se le combate con grandes dosis de humor; ri¨¢monos juntos de ¨¦l, inventemos historias divertidas que nos ayuden a espantarlo, dibuj¨¦moslo buscando su lado m¨¢s alegre.
7. Nunca utilizar el miedo en forma de amenaza para lograr que nuestros hijos obedezcan, acepten o modifiquen ciertas conductas o valores. El miedo se hace monstruoso cuando lo usamos err¨®neamente.
8. Explicando que el problema no reside en tener miedo sino en el efecto que este tiene sobre nuestras vidas. Mostremos un modelo positivo de conducta y ayud¨¦mosles a convertir el miedo en prudencia.
9. Ense?¨¢ndoles a contrarrestar el miedo con t¨¦cnicas de relajaci¨®n, escuchando m¨²sica tranquila para serenarse o practicando la respiraci¨®n consciente en los momentos que se sientan m¨¢s nerviosos y muestren dificultades para aceptar la situaci¨®n con serenidad.
10. Educando sin sobreprotegerlos, inform¨¢ndoles de todo aquello que es importante que sepan adapt¨¢ndonos a lo que puedan entender por su a edad. Evitemos datos o cifras que les puedan alarmar, pero expliqu¨¦mosles todo aquello que deber¨ªan saber con honestidad y rigurosidad.
11. Ofrezcamos a nuestros hijos una visi¨®n positiva del mundo, ense?¨¢ndoles a no preocuparse excesivamente por las cosas, a buscar soluciones creativas ante los problemas, a pedir ayuda siempre que lo necesiten sin temor al qu¨¦ dir¨¢n.
Consigamos ser el refugio donde nuestros hijos puedan cobijarse cuando se sientan fr¨¢giles, el lugar donde siempre puedan acudir cuando necesiten ayuda y una palabra de consuelo.
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