El privilegio de ser madre
Una progenitora es amor porque es cari?osa, afectuosa, protectora, tierna, comunicativa, paciente, algo que hay que tener muy presente este domingo 2 de mayo, jornada en la que se celebra en Espa?a su D¨ªa
Mam¨¢, mama o mami. Da igual, diga c¨®mo se diga, tiene una musicalidad especial. Nunca olvidar¨¦ el d¨ªa en el que mis peque?os pronunciaron ¡°mam¨¢¡± por primera vez. Qui¨¦n lo ha vivido, sabe de lo que hablo. O aquella primera vez que estiraron sus brazos hacia m¨ª porque era la ¨²nica que les pod¨ªa consolar. Dicen que una madre es comprensi¨®n porque sus palabras sosiegan, tranquilizan, porque sus besos y abrazos sanan. Una madre es paciencia en grado extremo por su temple, por su perseverancia, por su capacidad de amar. Una madre es amor porque es cari?osa, afectuosa, protectora, tierna, comunicativa, paciente, algo que hay que tener muy presente este domingo 2 de mayo, D¨ªa de la Madre 2021. El amor de una madre es el motor que le permite al ser humano hacer lo imposible.
Yo soy qui¨¦n soy gracias a la m¨ªa. Con sus virtudes y sus defectos, pero le debo todo. Madre no hay m¨¢s que una y ella siempre ha estado justo en el lugar y en el momento en el que m¨¢s lo necesitaba. Sin juzgarme ni etiquetarme. Alent¨¢ndome en cada uno de mis proyectos, poni¨¦ndome l¨ªmites, ayud¨¢ndome a descubrir mis talentos, confiando siempre en m¨ª. Convirti¨¦ndose en la mejor abuela que mis hijos pueden tener. Desde que soy madre, la respeto y la valoro a¨²n m¨¢s si cabe. Recuerdo el d¨ªa en que descubr¨ª que estaba embaraza, que me convertir¨ªa en mam¨¢. Una mezcla de ilusi¨®n y miedo floreci¨® dentro de m¨ª. Supe que en ese mismo instante que mi vida se transformar¨ªa radicalmente, que me embarcaba en la aventura m¨¢s apasionante de mi vida, un vag¨®n compartido con mi marido e hijos para siempre.
Nunca olvidar¨¦ la cara de mi padre al enterarse de que en pocos meses tendr¨ªa entre sus brazos a su primer nieto, jam¨¢s lo hab¨ªa visto tan feliz. La emoci¨®n de mis hermanas por compartirse en t¨ªas, la alegr¨ªa de mis suegros al saber que la familia aumentaba. En el momento que vi a mi primer hijo por primera vez sent¨ª que me hab¨ªa enamorado de inmediato. Esa persona que ser¨ªa capaz de robarme a diario una sonrisa, de emocionarme con sus progresos, de preocuparme por su salud, que se convertir¨ªa en la fuerza motriz de todos mis retos. Al que deseaba querer, mimar y proteger para siempre.
La maternidad cambi¨® mi concepci¨®n del tiempo, del espacio, del sentir. Mi forma de mirar la vida, de establecer mis prioridades, de saber lo que es realmente era importante. De hacer frente a los problemas, de escribir mi futuro. Ser mam¨¢ te hace m¨¢s tenaz, m¨¢s valiente, m¨¢s constante. Te ense?a a ser m¨¢s flexible, m¨¢s polivalente, a simplificar tus necesidades. A querer ser tu mejor versi¨®n, a pelear contra las adversidades con todas tus fuerzas para que el presente sea mucho mejor.
Hace casi 16 a?os que soy mam¨¢, para m¨ª el mejor oficio del mundo. El ¨²nico oficio en el que primero te otorgan el t¨ªtulo y luego cursas la carrera. Una licenciatura llena de contratiempos, de inseguridades y de aspectos por aprender. Que te hace reaprender a diario y te ayuda a ser cada d¨ªa un poco mejor. Que te regala cari?o a raudales, amor sin condici¨®n, abrazos que reinician. A ser mam¨¢ se aprende con mucha paciencia y grandes dosis de humor y sentido com¨²n. Por suerte, el paso del tiempo te ense?a que en la educaci¨®n de tus hijos no existen f¨®rmulas m¨¢gicas, trucos o atajos. Que el secreto de una maternidad feliz es no necesitar tenerlo todo controlado, aceptar y aprender de tus errores, entender que la culpa no es una buena compa?era de viaje.
Ojal¨¢ antes de ser mam¨¢ alguien me hubiese explicado que exist¨ªan mil formas de entender la maternidad y que todas eran adecuadas. Que mis hijos no necesitan tener una madre perfecta, solo alguien que les acepte y les acompa?e sin condici¨®n. Que los quiera con avaricia y les conceda el tiempo que necesitan para aprender. Ojal¨¢ me hubiesen aclarado que las mam¨¢s tenemos derecho a la queja, a sentirnos agotadas, a explotar, a querer desconectar. A sentirnos vulnerables, a a?orar a ratos la soledad. A querer cultivar nuestra carrera profesional y a no permitir que la M de madre aplaste a la M de mujer.
Despu¨¦s de tantos a?os he comprendido que mis hijos necesitan una madre que se muestre disponible, que les acepte tal y como son, que sepa valorar sus esfuerzos, que les ponga l¨ªmites y no le importen ¨²nicamente los resultados. Que regale palabras que alienten, silencios que acojan, abrazos y besos que protejan. Que valide todas las emociones que sienten y encuentre un equilibrio entre la firmeza y la amabilidad. Que se sepa cuidar para poder acompa?ar desde la calma y la empat¨ªa. Que pida ayuda siempre que lo necesite sin sentir verg¨¹enza o debilidad. Que eduque con el ejemplo, eliminando los gritos, las etiquetas o los reproches que tanto da?an los v¨ªnculos. Que quiera acompa?¨¢ndolos sin sobreproteger, respetando sus necesidades e intereses, despertando las ganas de aprender y descubrir. Que sea capaz de contagiar el placer de vivir, las de tomar la iniciativa, el deseo de so?ar en grande. Es dar alas y ra¨ªces a la vez, dejar ir regalando oportunidades.
Madre Teresa de Calcuta dec¨ªa: ¡°Ense?ar¨¢s a volar, pero no volar¨¢n tu vuelo. Ense?ar¨¢s a so?ar, pero no so?ar¨¢n tu sue?o. Ense?ar¨¢s a vivir, pero no vivir¨¢n tu vida. Sin embargo¡, en cada vuelo, en cada vida, en cada sue?o, perdurar¨¢ siempre la huella del camino ense?ado¡±. No se me ocurre mejor forma de definir la maternidad.
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