C¨¦sar Bona: ¡°Pensamos mucho en los ni?os, pero se nos olvida pensar como ni?os¡±
El maestro, nominado al Global Teacher Prize en 2015, reivindica la necesidad urgente de repensar las prioridades de una escuela que no equipa a los ni?os con las herramientas vitales que necesitan
Cuando, hace poco m¨¢s de un a?o, estall¨® la pandemia, se declar¨® el estado de alarma y las escuelas cerraron sus puertas, millones de estudiantes quedaron confinados en sus casas y obligados a continuar su educaci¨®n de manera remota. Docentes, centros educativos y familias se adaptaron bruscamente a un entorno radicalmente distinto y la conversaci¨®n se centr¨® en la mejor manera de seguir impartiendo contenidos, en c¨®mo evaluar y examinar a los alumnos o con cu¨¢ntas asignaturas podr¨ªan pasar de curso. Un proceso l¨®gico ante una situaci¨®n nunca antes vivida... pero ?fue acaso lo m¨¢s pr¨¢ctico? C¨¦sar Bona, docente aragon¨¦s y autor de Humanizar la educaci¨®n (Plaza Jan¨¦s, 2021), hubiera hecho algo muy diferente: colgar el cartel de ¡°cerrado por obras¡± y aprovechar ese tiempo para formar al profesorado y dar un vuelco radical al sistema educativo.
¡°Cuando todo esto pas¨®, hubo dos cosas que me llamaron la atenci¨®n: la primera, c¨®mo se miraba a la infancia y a la adolescencia desde la adultez, como si fueran seres insensibles metidos en una burbuja a los que esto no les afectaba¡±, recuerda Bona. ¡°Y luego, que en todos los debates que se planteaban sobre el impacto de la pandemia, se formulaban todas las preguntas desde un punto de vista adultoc¨¦ntrico y ¡°pr¨¢ctico¡±, lo que era un sinsentido: parec¨ªa que la misi¨®n era cerrar los ojos y apretar los pu?os hasta que esto pasara y pudi¨¦ramos volver a lo de antes¡±. Antes de la pandemia, esgrime, ya hab¨ªa muchos casos de ansiedad, estr¨¦s o trastornos del sue?o (y no solo en adultos, sino tambi¨¦n en ni?os y adolescentes), y esta crisis hizo que no solo aumentaran en n¨²mero, sino tambi¨¦n en intensidad.
Para Bona, la situaci¨®n que vivimos ha mostrado las carencias del sistema educativo y lo alejado que est¨¢ de la realidad, con un sistema que no funciona (uno de cada cuatro alumnos de la ESO no termina los estudios obligatorios) y que falla, insiste una y otra vez, en lo m¨¢s importante: escuchar a los ni?os, los grandes protagonistas de esta historia: ¡°Yo creo que hay que escuchar mucho m¨¢s; porque esta ser¨ªa una manera de solucionar el fracaso escolar y muchos otros problemas que afectan a la sociedad¡±. Y, entre muchas otras cosas, denuncia la inflexibilidad del curr¨ªculum: ¡°Ten¨ªamos que haberlo acercado a la realidad y no al rev¨¦s, que es lo que sigue pasando. Debemos plantearnos para qu¨¦ sirve realmente la educaci¨®n, porque si es para que unos pasen y otros se queden atr¨¢s... Lo siento, no somos jueces. Yo creo que debe ser una herramienta para ayudarles a crecer en todos los sentidos: el f¨ªsico, el emocional, el individual, el social...¡±
Es hora de replantear las preguntas
A trav¨¦s de Humanizar la educaci¨®n, C¨¦sar Bona plantea un debate sobre el tipo de educaci¨®n que queremos y si somos capaces, como sociedad, de dar un vuelco al escenario: ¡°Lo primero que hay que preguntarse es si realmente creemos que el sistema que intentamos perpetuar es un sistema de ¨¦xito. Y realmente no lo es, porque uno de cada cuatro se queda fuera y porque no les damos la atenci¨®n ni las herramientas que necesitan¡±. Mecanismos como saber conectar contenidos; desarrollar habilidades sociales; aprender a respetar (a los dem¨¢s, a uno mismo, al medio ambiente, a otras culturas...); a usar la tecnolog¨ªa de un modo ¨¦tico y responsable o a gestionar adecuadamente las emociones y el cuidado de la salud.
¡°Al escucharme, algunos se preguntar¨¢n si acaso la educaci¨®n est¨¢ deshumanizada. Pues a lo mejor... Si alguien dice eso, pensemos que, si es redundante para ¨¦l o ella, tambi¨¦n deber¨ªa ser redundante decir ¡°educaci¨®n inclusiva¡±, o ¡°educaci¨®n en valores¡±. Y nadie se puede apropiar de los valores; porque estos son universales y deber¨ªan ser la base de la educaci¨®n¡±, reflexiona, para a continuaci¨®n insistir en su defensa: ¡°Hay quien se opone porque dicen que eso es politizar, dogmatizar... pero no, son v¨¢lidos para todos los seres humanos y necesitamos fomentarlos¡±.
En vez de intentar dar nuevas respuestas a las preguntas de siempre, el maestro Bona invita a replantearse las preguntas: y la primera de ellas es para qu¨¦ queremos que nuestros hijos vayan a la escuela. En las respuestas de los padres (para que aprendan a convivir, para que tengan herramientas para la vida, para que sean felices...) est¨¢ la clave, y si eso es lo que se quiere, hay que hacer lo posible por conseguirlo.
En este esfuerzo, el docente destaca la necesidad de hablar sobre educar en el di¨¢logo y en el pensamiento cr¨ªtico, sobre la relaci¨®n entre familia y escuela, sobre el compromiso social y medioambiental y sobre la necesidad de reflexionar: ¡°Cuando hac¨ªas un examen, daba igual que sacaras un 10 que un tres, porque se pasaba a otra cosa. Si hab¨ªas aprobado, enhorabuena, y si no, como mucho una recuperaci¨®n, o directamente ah¨ª te quedaba. No reflexionabas por qu¨¦ o para qu¨¦ lo hab¨ªas aprendido¡±.
¡°Lo m¨¢s importante, para todo el mundo, es la salud (f¨ªsica y emocional). Y si nos preguntamos qu¨¦ peso tiene en las escuelas, veremos que es casi nulo¡±, afirma. ¡°Son cosas que damos por hechas en la educaci¨®n, y que precisamente por eso no se hacen: porque educar en ellas ser¨ªa redundante, o porque son tan importantes que han de ser tocadas en todas las materias. Y ah¨ª entra en lo transversal, y choca directamente con los contenidos¡±.
?Se dan demasiados contenidos?
La exigencia por cumplir con una programaci¨®n que considera demasiado exhaustiva se extiende a todas las etapas educativas, lo que a su juicio interfiere con lo que deber¨ªa ser el verdadero prop¨®sito de la educaci¨®n: ¡°Con todos los contenidos que hay que dar, se mete una presi¨®n extraordinaria hasta en Educaci¨®n Infantil (¡). El caso es que no hay tiempo para escuchar a los ni?os. Si t¨², como adulto, no te sientes escuchado en tu trabajo, te preguntar¨¢s qu¨¦ haces ah¨ª. Y a los adolescentes les pasa igual, especialmente en esa etapa en la que uno m¨¢s necesita sentirse escuchado¡±.
Reclamar menos contenidos, se defiende, no significa minusvalorar su importancia, ¡°ya que cuanto m¨¢s sabe una persona, m¨¢s se ampl¨ªa su abanico de posibilidades en la vida¡±. Pero reclama que estos contenidos se conecten unos con otros y que, sobre todo, tengan relaci¨®n con la vida de los alumnos. ¡°Cuando digo que los contenidos a veces incomodan, es porque a miles de docentes les gustar¨ªa ocuparse tambi¨¦n de asuntos que realmente importan a los ni?os. Si pudi¨¦ramos rebajarlos, los chicos podr¨ªan aportar m¨¢s cosas¡±. Se trata, a?ade Bona, de impartir contenidos fomentando la curiosidad de los alumnos, y de hacerlo sabiendo que no vas a llegar a todo, porque si lo haces, hay mucha parte de la realidad de los ni?os que muere.
Y termina con una reflexi¨®n m¨¢s: ¡°Yo creo que uno se va de cualquier sitio m¨¢s feliz y con ganas de volver al d¨ªa siguiente, si lo hace con una pregunta que le interesa, en vez de con datos que ma?ana va a tener que repetir. Un ni?o tiene que salir de la escuela con m¨¢s curiosidad que con la que entr¨®, con m¨¢s preguntas que respuestas. Si esto sucede, estamos en el buen camino, porque empezar¨¢ a aprender tambi¨¦n con todo lo que tiene alrededor¡±.
Puedes seguir De mamas & de papas en Facebook, Twitter o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.