¡°Mi hija no quiere bajar a la piscina¡±: estas son las consecuencias de la gordofobia en los ni?os
La gordura se ha configurado como lo contrario al cuerpo va?lido, asocia?ndose a la improductividad o descuido personal. Se reproducen las actitudes de rechazo por el hecho de tener sobrepeso
La sociedad, los medios e incluso la cultura se han encargado de decirnos y ensen?arnos la relacio?n entre co?mo vivimos el cuerpo y co?mo se supone que debemos disfrutar con e?l. Reforzando el trabajo corporal y el ejercicio como un me?rito y esfuerzo a reconocer, y posicionando u?nicamente a los cuerpos delgados como saludables, ideales, deseosos y exitosos. La gordura se ha configurado como lo contrario al cuerpo va?lido o ideal, asocia?ndose a la improductividad, la mala salud y al descuido personal. Se reproducen los discursos y actitudes de odio, rechazo e incluso violencia por el hecho de ser ni?os y ni?as con sobrepeso.
Sheila Villalba es promotora de igualdad en Geuk Consultor¨ªa y educadora social en el ¨¢mbito de justicia juvenil nos cuenta que la sociedad, tal y como esta? construida, hace que por regla general, las corporalidades este?n ma?s en el punto de mira. ¡°Si juntamos este componente con la adolescencia, momento de revolucio?n intrapersonal donde vamos forjando nuestra identidad y por ende, buscamos y queremos sentirnos parte de algo o alguien, obtenemos como resultado, personas adolescentes que si no tienen una fuerte autoestima y amor propio (a su fi?sico e intelecto) pueden ser ma?s vulnerables, desarrollar complejos, riesgos de trastornos de alimentacio?n, obsesio?n por alcanzar la perfeccio?n fi?sica¡±. Todo ello, por no poder formar parte de la normativa, es decir, no cumplir los ca?nones de belleza establecidos.
Las representaciones de cuerpos gordos en los medios de comunicaci¨®n y en la cultura suelen ser escasas, y cuando aparecen acostumbran tener una carga negativa asociada a los propios prejuicios gord¨®fobos que la sociedad tiene sobre ellos: torpeza, enfermedad, fealdad o pereza. ¡°En resumen, la imagen de los adolescentes gordos oscila entre la invisibilidad y la burla¡±, nos cuenta Amelia Garc¨ªa P¨¦rez, Coordinadora de Igualdad CIPFP Misericordia de Valencia que asegura que las adolescentes tienen una doble carga de juicios: ¡°Las chicas reciben del mundo exterior multitud de mensajes que les sugieren que sus cuerpos no se parecen a los de la chica del anuncio y buscan moldearlos para asemejarse a un modelo de feminidad que construyen los mas-media. Hoy en d¨ªa prima la delgadez, pero esto no ha sido siempre as¨ª. Todos estos mensajes abocan a las chicas a problemas de salud invisibles para la sociedad en general como son los trastornos alimenticios¡±, asegura la experta. Sin ir muy lejos, ¡°no hay que olvidar que el machismo deposita una brutal exigencia est¨¦tica y obsesi¨®n por la belleza corporal. La gran presi¨®n social para mantenerse siempre j¨®venes, can¨®nicamente bellas y delgadas fue denominada por la soci¨®loga Esther Pineda como violencia est¨¦tica. Y la violencia est¨¦tica recae, mayoritariamente sobre las mujeres¡±, afirma Amelia Garc¨ªa P¨¦rez.
La sex¨®loga y psic¨®loga Arola Poch animar¨ªa a las j¨®venes (y a los chicos) a tener consciencia ¡°de que lo que ven en publicidad, series o Instagram no es la norma. Que el 90% de lo que ven corresponde a un 10% de la poblaci¨®n. La inmensa mayor¨ªa estamos fuera de esos c¨¢nones, pero al plantearlos como lo deseado nos ejerce presi¨®n a todos y a todas¡±. Arola Poch animar¨ªa a los adolescentes a fijarse en otro tipo de cuerpos, ¡°que vieran la gran diversidad de posibilidades que hay y que destacaran algo que les gustase de ellos. Han de saber que los c¨¢nones de belleza evolucionan con la sociedad y la cultura, es decir, no hay una ¨²nica forma de belleza. Y, por ¨²ltimo, que se fijen en movimientos como #bodypositive que buscan poner en valor otros cuerpos, otras bellezas¡±, afirma.
Sheila Villalba nos habla sobre el empoderamiento personal en los j¨®venes: ¡°La aprobacio?n de una misma tiene que ser personal y no social. Esto es fa?cil decirlo, pero lo contrario, seguir el sistema hegemo?nico, supone continuar alimentando el sufrimiento, arrepentimiento y en ocasiones el sentimiento de vergu?enza¡±. Es necesario que exista un cambio en la imagen pu?blica y se nos ensen?e la sociedad tal y como es, en su diversidad, caracteri?sticas y necesidades. Necesitamos referentes donde se vean cuerpos y personas de todo tipo, donde se d¨¦ voz y protagonismo a las personas por lo que valen, no por su apariencia fi?sica.
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