El debate de las armas de juguete para ni?os: ?son violentas o un juego simb¨®lico?
Los expertos explican que jugar con la muerte es una manera de tratar de dominarla y que la imitaci¨®n de las acciones que realizan los adultos es esencial para el aprendizaje, pero advierten que debe ocurrir de forma paralela a un desarrollo moral
Con el verano, llegan las pistolas y las metralletas de colores que se rellenan de agua para paliar el calor. Siendo los ¨²nicos disparos que refrescan, algunas familias se preguntan qu¨¦ hay en ellos de juego y qu¨¦ de interiorizaci¨®n de la violencia. Ya no solo por estos juguetes, sino tambi¨¦n por las espadas o los tanques, entre otros, y por algunos videojuegos que en ocasiones tienen a los adolescentes absortos. ?scar Casado es doctor en Educaci¨®n y autor, junto a Beatriz Castro, de Ni?os aut¨®nomos (Plataforma Actual, 2022). Casado explica que el hecho de que ni?os y ni?as quieran jugar voluntariamente con espadas o pistolas puede estar provocado por una imagen id¨ªlica del guerrero, del h¨¦roe o de la hero¨ªna que quieren llegar a ser. ¡°Esto a priori no tiene por qu¨¦ ser malo, sin embargo, cuando esa representaci¨®n o imagen lleva asociado el uso indiscriminado del arma como diversi¨®n para matar, asesinar... corre el riesgo de contribuir a interiorizar o banalizar una forma de relacionarse con otros que no es adecuada para nuestra sociedad¡±.
Beatriz Castro, la otra autora de Ni?os aut¨®nomos y maestra especialista en Pedagog¨ªa Terap¨¦utica, asegura que la funci¨®n del juego simb¨®lico, que es lo que hacen los ni?os cuando juegan a imitar acciones de los adultos, es una herramienta fundamental para el aprendizaje. ¡°Es un entrenamiento que les prepara para ir aprendiendo mejor c¨®mo ser mayores. Es un juego lleno de sentido y funcionalidad para ellos. Jugar a las cocinitas, a mam¨¢s y pap¨¢s, a las carreras, a las tiendas... desarrolla en ellos im¨¢genes de s¨ª mismos que refuerzan su autoestima y sus habilidades¡±, explica la experta. Aunque Casado se pregunta: ¡°?Qu¨¦ sentido tiene fomentar este tipo de juego simb¨®lico cuando precisamente esa conducta imitada no es algo que vaya a ser de utilidad en su vida?¡±.
Casado explica que existen multitud de formas diferentes de jugar que no tienen riesgo de convertirse en algo peligroso, como considera que podr¨ªa ser en este caso. ¡°?Por qu¨¦ precisamente fomentar una de las pocas que s¨ª? ?Por qu¨¦ comprar pistolas, espadas, bombas o escopetas cuando a veces ni siquiera las han pedido ellos o ellas?¡±, se cuestiona. Por su parte, Castro asegura que si el ni?o espont¨¢neamente muestra afinidad por este tipo de juegos, tampoco hay que preocuparse. ¡°Debemos actuar con naturalidad para tratar de entender qu¨¦ sentido le da, y qu¨¦ busca o encuentra en este tipo de juegos¡±, afirma. Y propone que si observamos signos de que esto conduce a la violencia sin m¨¢s, ¡°se le pueden ir planteando alternativas menos violentas para que progresivamente sus elecciones vayan alej¨¢ndose de este tipo de conductas¡±.
La maestra y especialista en Pedagog¨ªa Terap¨¦utica afirma que ni los videojuegos ni el juego con pistolas normalizan las conductas violentas. A lo que Casado a?ade: ¡°El problema no est¨¢ en el juego o el videojuego, sino en la persona que los utiliza¡±. Para explicar esto, la experta brinda un ejemplo: ¡°Un videojuego, por muy violento que sea, en manos de un adolescente con la cabeza bien ordenada no supone un riesgo, porque sabe distinguir realidad de ficci¨®n. Sin embargo, en manos de un adolescente con problemas mentales o simplemente de un ni?o de muy corta edad que tenga dificultades para diferenciar lo que es real y lo que no, es un grave peligro¡±.
En algo que s¨ª coinciden los autores de Ni?os aut¨®nomos es en que la educaci¨®n en casa es fundamental. ¡°Cuando vemos que juegan a pelearse, en lugar de re¨ªrles las gracias o dejarles que sigan haci¨¦ndolo porque es jugando, hay que hacerles ver que, aunque es un juego, sigue teniendo consecuencias reales y podr¨ªan hacerse da?o¡±, a?ade Castro. Para la maestra, esta explicaci¨®n a los ni?os les ayuda ¡°a entender que realidad y ficci¨®n a veces est¨¢n muy unidos, de manera que, si ya est¨¢n comprobando que el propio juego provoca consecuencias poco deseables, menos ganas tendr¨¢n de reproducirlo en la realidad¡±. La clave es hacerles reflexionar sobre lo ocurrido, ya que siempre ayuda a tener una mejor comprensi¨®n del mundo que les rodea.
Educar en la complejidad (Plataforma Actual, 2022) es el libro que ha publicado el docente e investigador Juan Fern¨¢ndez. Su labor como divulgador trata de abordar las cuestiones educativas desde la investigaci¨®n cient¨ªfica. A la pregunta de si hay alguna evidencia de que jugar con armas aumenta el temperamento violento, la respuesta es no. ¡°Los estudios han demostrado una y otra vez que los juegos violentos y los videojuegos no tienen un efecto detectable¡±, asegura. Ya el psic¨®logo suizo Jean Piaget afirmaba en el siglo XX que el juego ¡°es el trabajo de la infancia¡±, y para Juan Fern¨¢ndez es precisamente en la infancia cuando se empieza a concebir que existe un yo, y que ese yo morir¨¢ alguna vez. ¡°Por tanto, jugar con la muerte es tambi¨¦n una manera de tratar de dominarla. Sin embargo, debe ocurrir tambi¨¦n paralelamente un desarrollo moral: ?est¨¢ bien matar a otra persona?¡±, se cuestiona. ¡°En el fondo se trata de ir abriendo paso a la posibilidad de que el otro tambi¨¦n siente y piensa¡±, a?ade el experto.
Fern¨¢ndez tiene una p¨¢gina web llamada Investigaci¨®n Docente que se ha convertido en uno de los referentes en materia de Educaci¨®n en espa?ol. El experto asegura que el juego de simulaci¨®n es importante para el desarrollo cognitivo en los primeros a?os de aprendizaje ¡°ya que ayuda a los ni?os a reflexionar y regular su propio comportamiento cognitivo, as¨ª como a obtener una comprensi¨®n m¨¢s profunda de la mente¡±. As¨ª que propone sustituir formas de ocio que en general son ¡°pasivas y egoc¨¦ntricas¡± por otras formas alternativas que sean ¡°inclusivas y socialmente relevantes¡±, matiza. Fern¨¢ndez considera que en el juego tenemos una oportunidad ¨²nica de aprender a relacionarnos.
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