Berta P¨¢ramo, escritora: ¡°Hubo un tiempo en Siberia en el que, si una mujer le daba un piojo a un hombre, le estaba declarando amor verdadero¡±
La autora de ¡®Manual de supervivencia para piojos¡¯, un libro para saber m¨¢s de estos bichitos que infestan, sobre todo, las cabezas de los peque?os, asegura que, si observamos bien, incluso estas criaturas pueden ser realmente asombrosas
Berta P¨¢ramo (Palencia, 47 a?os) es arquitecta retirada por vocaci¨®n y hace a?os se cruz¨® en su camino el M¨¢ster en ?lbum Infantil Ilustrado de i con i¡ª organizaci¨®n que se dedica a temas de actualidad, tendencias, dise?o y marketing y que ha puesto el foco en las ilustraciones de los cuentos¡ª y le atraparon los libros: ¡°Siempre he tenido diversos y muy variados intereses, de modo que los relatos cubren ampliamente mis inquietudes. Me entusiasmo investigando un piojo o un robot de hace 1.000 a?os. Disfruto enormemente escribi¨¦ndolos y espero que mis lectores sean felices ley¨¦ndolos¡±.
Con esta curiosidad por bandera, P¨¢ramo acaba de sacar Manual de supervivencia para piojos (Litera Libros, 2023); un divertido, y exhaustivo libro informativo con todo lo que siempre quisieron saber los padres y las madres sobre uno de los animales m¨¢s presentes en la vida de un ser humano (sobre todo si es de corta edad). Y un tema que, sin duda, preocupa un curso escolar m¨¢s.
PREGUNTA. Los piojos adoran las cabezas limpias, ?verdadero o falso?
RESPUESTA. En realidad, los piojos no son muy exigentes, van al sucio y van al limpio, pero es cierto que las preferencias generales tienden al pelo limpio y liso.
P. Los piojos son una familia muy bien avenida y que crece de manera gustosa. ?Por qu¨¦?
R. Su ¨²nica misi¨®n es la pediculosis, es decir, invadirnos. As¨ª que, si un humano ofrece comida y calorcito¡ ?No esperes que se queden quietos! Esa oferta no ser¨¢ voluntaria, pero eso les importa poco a estos par¨¢sitos.
P. Tanta ciencia y no somos capaces de terminar con ellos. ?Esto no ser¨¢ una estrategia de las farmac¨¦uticas para seguir vendiendo, verdad?
R. Las teor¨ªas conspiranoicas existen en todos los ¨¢mbitos, aunque podr¨ªamos preguntarnos c¨®mo no se extinguieron durante el confinamiento. Lo cierto es que siguen con nosotros y gracias a las farmac¨¦uticas y la paciencia en el uso de la lendrera podemos combatirlos.
P. ?A los piojos les gustan m¨¢s unas ¨¦pocas que otras? ?Y zonas geogr¨¢ficas?
R. Se podr¨ªa decir que proliferan cuando son m¨¢s favorables los contactos, y esto pasa en campamentos o en el colegio, normalmente. Son felices a unos 30 grados temperatura que encuentran cerca de nuestro cuero cabelludo. Y su zona geogr¨¢fica preferida no la vemos en el mapa, sino en nuestra cabeza, justo por detr¨¢s de las orejas y hacia la nuca, las zonas que consideran m¨¢s confortables.
P. ?Por qu¨¦ dan tanto asco si son inofensivos?
R. Los piojos de la cabeza no transmiten enfermedades, pero hay que reconocer que son molestos, provocando picores. Adem¨¢s, creo que hay un sentimiento aprendido. Hace un tiempo me hice amiga del zoo de Madrid, que es un carnet que te permite ir cuando quieras durante un a?o. Iba un d¨ªa a ver los osos y otro a ver las serpientes o los gorilas. Pude escuchar las conversaciones de las familias que muchas veces inclu¨ªan un ¡°mira qu¨¦ asco¡± o ¡°qu¨¦ miedo¡± ante animales que nada les hab¨ªan hecho. Ah¨ª me sent¨ªa afortunada recordando que en mi ni?ez, mi hermano se acercaba con una babosa o una lagartija y me dec¨ªa: ¡°Mira qu¨¦ animal m¨¢s fascinante¡± y yo lo ve¨ªa as¨ª por c¨®mo se mov¨ªa o c¨®mo com¨ªa¡ Opino que es importante c¨®mo hablamos a los ni?os y no borrar esa mirada curiosa y sin prejuicios ante el mundo que nos rodea. Si observamos bien, nos daremos cuenta de que hasta una criatura como un piojo, tan peque?a, pero extraordinariamente adaptada a su medio, puede ser realmente asombrosa. Como curiosidad te contar¨¦ que hubo un tiempo en Siberia en el que, si una mujer le daba un piojo a un hombre, le estaba declarando amor verdadero. ¡°Mi piojo es tu piojo¡± se convert¨ªa aqu¨ª en un tierno ¡°te quiero¡±.
P. ?C¨®mo se contagian?
R. Ni saltan ni vuelan, sus patas est¨¢n adaptadas a nuestro pelo y no tienen alas. Necesitan un contacto para pasar de pelo a pelo y esto sucede jugando, abraz¨¢ndonos o haci¨¦ndonos un selfie. Pueden ocurrir contagios al compartir gorros o accesorios, pero el piojo tiene que encontrar un nuevo hospedador r¨¢pidamente o morir¨¢ de inanici¨®n o de fr¨ªo.
P. ?Es la lendrera su peor enemiga?
R. No s¨¦ si la peor, pero, desde luego, es enemiga. Estos peines de p¨²as tan finas no dejan escapar ni a los liendres, los huevos de los piojos que sus madres pegan a conciencia a nuestro pelo. Lendreras encontramos en todas las ¨¦pocas, en 2017 hallaron una del 1700 a.C. en el yacimiento israel¨ª de Tel Lachish. Es de marfil y contiene una inscripci¨®n en cananeo que dice as¨ª: ¡°Que este colmillo elimine los piojos del cabello y de la barba¡±. Lo que demuestra que este insecto lleva incordi¨¢ndonos much¨ªsimo tiempo.
P. ?Por qu¨¦ les gustan unas cabezas y otras no?
R. Les gustan m¨¢s las cabezas j¨®venes, por eso es m¨¢s com¨²n entre los ni?os. Parece que los adultos generamos un sebo que no les satisface aunque, como he dicho ya, no son muy exigentes y tambi¨¦n nos invaden si es necesario. Hay tipos de pelo m¨¢s afines a sus querencias, pero yo no me relajar¨ªa en un entorno piojil.
P. ?Tienen alguna finalidad en la tierra?
R. Hasta donde yo he podido investigar, su ¨²nica misi¨®n es la pediculosis ?y sobrevivir!
P. Si se acabase la humanidad, ?ellos morir¨ªan tambi¨¦n?
R. Claro, son par¨¢sitos obligados, esto quiere decir que necesitan un hospedador para vivir s¨ª o s¨ª. El piojo de la cabeza solo vive en humanos y si no existieran los humanos se extinguir¨ªan¡ esperemos que esto no suceda, aunque tengamos que seguir pele¨¢ndonos con ellos.
Puedes seguir Mamas & Papas en Facebook, X o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter quincenal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.