Ayudas universales, bajas de maternidad no ligadas al empleo y permisos remunerados para cuidar: tres claves para una crianza digna
Las organizaciones de infancia consideran fundamental un cambio de mirada por parte de la sociedad y de las empresas hacia las necesidades de las familias para aligerar su carga
Criar un hijo o una hija cuesta de media en Espa?a 672 euros al mes, seg¨²n el informe El coste de la crianza en 2022 de Save the Children, publicado en junio. La cifra, que se ha incrementado m¨¢s de un 14% desde 2018, es evidentemente insostenible para muchas familias en el contexto de crisis e inflaci¨®n que transitamos, sobre todo para las m¨¢s vulnerables.
¡°En Espa?a, las madres y padres no duermen, porque no ven por ninguna parte las ayudas a la crianza que s¨ª se perciben en otros pa¨ªses europeos. Esta falta de ayudas tambi¨¦n le quita el sue?o a las ni?as y ni?os que no pueden ir a una excursi¨®n porque se ha roto la lavadora o no pueden ir a nataci¨®n porque ha subido el recibo de la luz¡±, explicaba Almudena Escorial, responsable de Incidencia Pol¨ªtica de la Plataforma de Infancia, en la presentaci¨®n el pasado 5 de septiembre de la campa?a La crianza nos quita el sue?o, con la que pretenden visibilizar la necesidad de un compromiso social y pol¨ªtico que aligere la carga de las familias.
El reclamo no es nuevo. Las organizaciones de defensa de los derechos de la infancia llevan a?os denunciando la falta de inversi¨®n en pol¨ªticas de protecci¨®n a la infancia y a la familia en Espa?a que, a diferencia de otros pa¨ªses europeos, solo invierte el 1,3% del PIB, una cifra que est¨¢ muy por debajo de la media europea, situada en el 2,3%. Explica Almudena Escorial a EL PA?S que la falta de apoyo a la crianza deber¨ªa ser una de las grandes preocupaciones de toda la sociedad porque los ni?os y ni?as necesitan crecer en un contexto adecuado y digno, pero tambi¨¦n por las implicaciones a largo plazo que tiene para cualquier pa¨ªs: ¡°Invertir en infancia siempre tiene un retorno econ¨®mico para todos. Tenemos que reconocer el valor social de la crianza y ello implica a toda la sociedad, desde empresas que deben facilitar la conciliaci¨®n de las personas con hijos e hijas hasta las administraciones, que deben garantizar el apoyo econ¨®mico y los servicios necesarios para que las familias puedan criar con dignidad¡±.
Desde la Plataforma de Infancia consideran fundamental no solo un cambio de mirada por parte de la sociedad y de las empresas hacia las necesidades de las familias ¡ªponiendo fin a esa idea individualista imperante de ¡°Tus hijos, tus problemas¡±¡ª, sino tambi¨¦n la creaci¨®n de ayudas universales para la crianza. Esto tendr¨ªa un impacto en el hecho de poder tomar una decisi¨®n m¨¢s libre a la hora de tener hijos o no tenerlos en un escenario de precariedad estructural, y tambi¨¦n ayudar¨ªa a sostener la responsabilidad del cuidado a las familias.
Ayudas universales para la crianza
En el entorno europeo, las familias de dos terceras partes de los pa¨ªses de la UE cuentan con una ayuda universal para la crianza. Seg¨²n datos de esta plataforma, en Alemania, por ejemplo, reciben una ayuda de 219 euros al mes hasta la mayor¨ªa de edad de sus hijos e hijas. En Irlanda perciben una prestaci¨®n de 140 euros al mes por cada hijo o hija hasta los 15 a?os, siendo ampliable hasta los 17 en determinados casos. En Hungr¨ªa, 33 euros al mes por el primer hijo o hija, una cifra que aumenta para las familias monoparentales. En Espa?a, el apoyo que se da a la infancia se articula a trav¨¦s de deducciones fiscales, lo que deja fuera a las familias que no realizan la declaraci¨®n de la renta y que son, parad¨®jicamente, las m¨¢s vulnerables, seg¨²n informan.
Por eso, desde Plataforma de Infancia insisten en la universalidad de las ayudas como caracter¨ªstica irrenunciable en la lucha contra la pobreza infantil ¡ªcifra que es la m¨¢s alta de los ¨²ltimos cinco a?os, seg¨²n la Encuesta de Condiciones de Vida 2021¡ª. ¡°Las prestaciones universales han demostrado ser las m¨¢s eficaces en la lucha contra la pobreza infantil en otros pa¨ªses de nuestro entorno, ya que inciden especialmente en la prevenci¨®n. Con ellas se apoya no solo a quienes ya est¨¢n en situaci¨®n de pobreza o exclusi¨®n social, sino tambi¨¦n a personas que podr¨ªan verse en una situaci¨®n de exclusi¨®n por falta de ingresos¡±, se?ala la responsable de Incidencia Pol¨ªtica de la Plataforma de Infancia.
Adem¨¢s, la universalidad tiene otros beneficios: ¡°Las prestaciones universales eliminan la barrera de acceso que supone la burocracia a la que se enfrentan las personas que quieren solicitarla, evitando que muchas personas se queden por el camino, como ha ocurrido con el Ingreso M¨ªnimo Vital. Adem¨¢s, se evita la estigmatizaci¨®n. Por otro lado, suelen ser m¨¢s baratas al eliminar muchos gastos de gesti¨®n de las Administraciones. Los derechos humanos se deben proteger y garantizar con pol¨ªticas universales¡±, a?ade Escorial, quien recuerda que tener hijos es un factor de riesgo frente a la pobreza en nuestro pa¨ªs.
M¨¢s all¨¢ de las 16 semanas
En la b¨²squeda del bienestar infantil, la duraci¨®n de los permisos de maternidad y paternidad y su concepci¨®n como derecho individual o familiar siguen siendo cuestiones por abordar en Espa?a. Desde organizaciones de infancia y otras como la asociaci¨®n por la transferibilidad de los permisos PETRA Maternidades Feministas se reclama desde hace a?os la ampliaci¨®n de la baja hasta al menos los seis meses.
En el caso de esta asociaci¨®n, adem¨¢s, se se?ala la desigualdad que supone la intransferibilidad de los permisos ¡ªteniendo en cuenta que las madres pasan por procesos por los que no pasan los padres¡ª y la no universalidad de los mismos. ¡°M¨¢s del 35% de las madres no tienen acceso al permiso de maternidad. Nos encontramos con madres desempleadas, con empleos precarios o que no cumplen los requisitos para acceder al permiso. De hecho, las madres acceden a menor n¨²mero de permisos y peor remunerados que los padres debido a su mayor tasa de desempleo y a que tienen sueldos m¨¢s bajos. Todas deber¨ªan tener acceso al permiso de maternidad por el simple hecho de ser madres. Por lo tanto, esta prestaci¨®n no puede estar condicionada al empleo¡±, se?ala una de las portavoces de PETRA Maternidades Feministas.
El cuidado de los hijos y de las hijas no termina a las 16 semanas ni a los cinco a?os. Medidas como el teletrabajo y la flexibilidad horaria son importantes, pero no solo: los ni?os y ni?as tambi¨¦n necesitan otros cuidados cuando, por ejemplo, se ponen enfermos. ¡°M¨¢s all¨¢ de ofrecer garant¨ªas para adaptar el horario de trabajo, excedencias o facilitar el teletrabajo cuando sea posible, necesitamos impulsar la existencia de permisos remunerados para cuidar. En Espa?a no tenemos esta posibilidad, y la regulaci¨®n de los permisos para cuidados genera un elemento segregador por renta, donde solo los que se pueden permitir reducir un sueldo pueden plante¨¢rselo¡±, argumenta Ricardo Ibarra, director de la Plataforma de Infancia.
La mayor¨ªa de pa¨ªses europeos disponen de un permiso parental remunerado que cubre una parte proporcional del salario y garantiza una serie de d¨ªas al a?o para el cuidado del ni?o o de la ni?a hasta una determinada edad. ¡°Necesitamos empezar a abordar estas cuestiones, hemos avanzado mucho en relaci¨®n con los permisos de nacimiento para los padres y tenemos que seguir mejorando el de las madres hasta los seis meses. Sobre todo en Espa?a tenemos que empezar a abordar la necesidad de permisos parentales remunerados. Es imposible cuidar y conciliar si no tenemos ni algo tan b¨¢sico como la seguridad de poder disponer de tiempo. Sabemos que la crianza supone en s¨ª misma incertidumbre, pero necesitamos algunas garant¨ªas y certezas en las que apoyarnos¡±, a?ade Ibarra.
Tanto Ibarra como Escorial insisten en la necesidad de que la crianza est¨¦ en el debate p¨²blico en may¨²sculas y no como un asunto menor. ¡°Una de las cosas que trajo la pandemia es la concienciaci¨®n de la sociedad espa?ola sobre la imposibilidad de cuidar, y c¨®mo el teletrabajo no es una posibilidad ni la panacea cuando se trata de cuidar a la vez. Creo que la sociedad se va dando cuenta de que no es posible cuidar ahora mismo si no dispones de una red de apoyo personal o unas condiciones econ¨®micas fuertes. Tenemos que aprovechar que por fin ese debate est¨¢ planteado para reflexionar en las soluciones, porque en el bienestar de los ni?os y las ni?as la sociedad al completo tiene responsabilidad¡±, concluye el director de Plataforma de Infancia.
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