Ense?ando a convivir: ser un buen modelo para ni?os, ni?as y adolescentes

Seguimos en pandemia, aunque por fin en este principio de curso vamos mejor. Y aunque a¨²n queda mucho, y cada poco tiempo nos hablan de nuevas variantes, este a?o en los centros educativos habr¨¢ que retomar algo que es fundamental en la vida escolar: la convivencia.

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Cuando hablamos de ense?ar a convivir no podemos dejar de lado dos aspectos claves aparte de nuestras habilidades y caracter¨ªsticas personales: lo que vemos en los dem¨¢s y c¨®mo lo aplicamos. En este sentido, el aprendizaje social es ahora m¨¢s que nunca un factor fundamental para saber adaptarte y saber tomas decisiones adecuadas. Y tener un modelo cuando no sabes que hacer y c¨®mo hacer, es un salvoconducto que te puede ayudar mucho.

Como adultos, tenemos la responsabilidad de saber modelar diferentes comportamientos en ni?os, ni?as y adolescentes en un ambiente en el que la toma de decisiones no solo puede depender de tus pensamientos y habilidades, sino de las que ves en los dem¨¢s.

Y s¨ª, es este momento en el que hay que hablar de nosotros. De adultos como modelos de comportamientos para que los m¨¢s peque?os se vean reflejados en una forma de actuar responsable y saludable.

Un modelo es alguien en quien fijarse, fijarse en c¨®mo act¨²a y c¨®mo se comporta. Y esta forma de aprender es una de las bases del aprendizaje social, o aprendizaje por imitaci¨®n. Albert Bandura, psic¨®logo Canadiense y uno de los referentes del modelado, dec¨ªa que el aprendizaje no solo puede partir de la experiencia, sino de la observaci¨®n de los otros como modelo.

?No estamos en una ¨¦poca en la que ser modelo es algo necesario? Teniendo en cuenta la situaci¨®n, el ambiente y el contexto en el que estamos, ?No deber¨ªamos saber modelar a los m¨¢s j¨®venes para que sepan tomar decisiones adecuadas?

El aprendizaje social se basa en la relaci¨®n que se crea entre lo que hace un modelo y lo que ve el observador. O lo que es lo mismo: la adquisici¨®n de una serie de representaciones simb¨®licas de la conducta modelada (la conducta a imitar) y no solamente de asociaciones entre est¨ªmulos y respuestas en los que no interfieren variables disposiciones del entorno y de la persona en cuesti¨®n.

En este sentido, la funci¨®n de dirigir la atenci¨®n de forma vicaria (fij¨¢ndonos en un modelo) permite a quien observa darse cuenta con mayor facilidad de como tiene que actuar en diferentes contextos, y tener una base s¨®lida sobre la que decidir cu¨¢l es la conducta modelada que se considera apropiada y que se debe mantener para afrontar con ¨¦xito una situaci¨®n dif¨ªcil.

?Cu¨¢l es la consecuencia de esto? Pues que al hacerlo bien obtienes un incentivo motivacional, pues se mantiene la conducta al haber sido reforzada y haber sabido afrontar una situaci¨®n de riesgo con ¨¦xito.

Es por tanto necesario ser modelos para ni?os, ni?as y adolescentes en una ¨¦poca prolongada de crisis como est¨¢ para generar un pensamiento que ayude a tomar conciencia de lo que pasa, saber afrontarlo de forma adecuada por ti y por los dem¨¢s, y no relajarnos en situaciones en las que el riesgo puede ser alto. Ahora mismo hay que anticiparse, no arrepentirse.

Como adultos tenemos la obligaci¨®n de ser modelos para que los m¨¢s j¨®venes se vean reflejados en la cultura del cuidado personal y social como salida a una situaci¨®n que cada vez se parece m¨¢s al d¨ªa de la marmota. El aprendizaje social, el modelado, los adultos tenemos que saber ayudar a las nuevas generaciones. Si olvidamos que el comportamiento diario y la observaci¨®n son una de las principales formas de aprendizaje de ni?os, ni?as y adolescentes, estaremos equivoc¨¢ndonos de nuevo y cayendo una vez tras otra en el mismo error.

C¨®mo adultos responsables solo tenemos una forma de pensar hoy en d¨ªa: la de ser un buen modelo para ense?ar a convivir. Ahora mismo ense?ar a convivir es sin¨®nimo de prevenci¨®n y de futuro. No lo olvides.

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