Reproducci¨®n asistida y las mujeres: un verdadero avance
Hoy, tras muchos esfuerzos, ellas deciden c¨®mo y cuando ser madre. Maternidad en solitario, o con pareja femenina, vitrificaci¨®n de ¨®vulos para posponerla¡ Opciones que hace unos pocos a?os eran impensables
Eran los a?os noventa. Las mujeres nos incorpor¨¢bamos al mundo laboral y la esterilidad empezaba a dejar de ser una lacra: arrancaba la era de la reproducci¨®n asistida. Por aquel entonces, trabajaba en el Hospital Ram¨®n y Cajal. Una mujer trajo la muestra de semen de su marido para un an¨¢lisis, como parte del estudio de esterilidad. Era joven y estaba muy nerviosa. Cuando le pregunt¨¦ como se hab¨ªa obtenido la muestra (se pregunta siempre para conocer si es completa o se ha perdido parte), me contest¨® que¡ ?La hab¨ªa recogido de la cama sin que ¨¦l se diera cuenta! Mi sorpresa no ten¨ªa l¨ªmites. Yo era entonces 30 a?os m¨¢s joven, pero la situaci¨®n no dejaba de ser surrealista. Me cont¨® que su marido no quer¨ªa tener hijos, pero ella s¨ª. Hab¨ªa dejado de tomar la p¨ªldora anticonceptiva, y estaba dispuesta a embarazarse fuese como fuese.
La semana pasada, el d¨ªa de la obtenci¨®n de los ovocitos de una pareja que iba a iniciar un tratamiento de fecundaci¨®n in vitro, el hombre no quiso facilitar una muestra de semen. No estaba convencido de querer ser padre y, en el ¨²ltimo momento, decidi¨® no participar en el proceso. Los ovocitos se vitrificaron y la mujer se ha separado del marido. Va a comenzar un tratamiento para utilizar sus ¨®vulos con semen de donante.
Entre estas dos historias hay 30 a?os de diferencia. Tres d¨¦cadas de nuestra propia historia como mujeres. Una historia en la que, no hace tanto tiempo, la mujer ten¨ªa que someterse al var¨®n si quer¨ªa ser madre. En la que un embarazo sin pareja era un drama familiar y en muchos casos una tragedia. El precio que hab¨ªa que pagar por la autonom¨ªa, por la libertad, en muchos casos era demasiado alto, y muchas mujeres no estaban en disposici¨®n de poder pagarlo.
De aquellos tiempos pasados, solo recuerdo un caso con verdadera alegr¨ªa: la de una paciente que en aquel entonces quiso gestar sin pareja, y tuvo una hija, orgullosa de su madre y de su origen, que posteriormente estudi¨® Medicina (?se dedicar¨¢ a la Ginecolog¨ªa?).
Hoy, tras muchos esfuerzos, la mujer decide c¨®mo y cuando ser madre. Maternidad en solitario, o con pareja femenina, vitrificaci¨®n de ¨®vulos para posponerla¡ Opciones que hace unos pocos a?os eran impensables.
Incluso m¨¢s all¨¢ de la reproducci¨®n asistida: los permisos de maternidad ya no son ¨²nicamente para las mujeres. Los hombres tambi¨¦n tienen el derecho (y el deber) de participar en la crianza de sus hijos.
Las t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida han evolucionado enormemente en los ¨²ltimos a?os, pero lo han hecho paralelamente a los cambios sociales y a la situaci¨®n de la mujer. No s¨¦ que fue primero, si el huevo o la gallina, pero el hecho es que, hoy, D¨ªa Internacional de la Mujer, me llena de orgullo haber podido participar en estos cambios. Tomar distancia y comprobar que nuestra lucha ha servido para algo.
*Roc¨ªo N¨²?ez Calonge es doctora en Biolog¨ªa y experta en Reproducci¨®n Asistida y Bio¨¦tica
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