Desterrar el mito de la media naranja desde la infancia para futuras relaciones sanas
Las expertas en igualdad inciden en la necesidad de desmitificar el amor rom¨¢ntico, que puede normalizar la dependencia o los celos en una relaci¨®n, as¨ª como educar a los ni?os y ni?as en el cuidado y el respeto entre iguales
El amor rom¨¢ntico lo invade todo: la literatura, las pel¨ªculas, la m¨²sica, incluso los juegos y relatos cotidianos con los que conviven los ni?os y las ni?as. La idea fuerza de que el amor todo lo puede es lo que mueve a la Sirenita a sacrificar su voz a cambio de piernas para ir en b¨²squeda de su pr¨ªncipe; o, en La Bella y la Bestia, a que Bella se olvide de que est¨¢ siendo secuestrada en pro a verle otras cualidades buenas a su carcelero. Estos dos casos lo que defienden es que aunque la relaci¨®n sea un desastre eso da igual, porque si hay amor todo se soluciona. Y que si el amor duele o hay celos es ¡°porque me quiere¡±.
Gema Otero es formadora e investigadora en coeducaci¨®n y prevenci¨®n de la violencia estructural contra las mujeres desde la infancia. Afirma que los mitos del amor rom¨¢ntico son: el amor todopoderoso, omnipresente; la falta de espacio personal; el control y los celos como pruebas de amor; y la creencia de que es eterno: ¡°El relato de la media naranja es perfecto: parece que somos la mitad hasta que encontramos quien nos complete. El fin ¨²ltimo ser¨ªa buscar a toda costa a la otra parte¡±.
Este contexto se alimenta de imaginarios e idearios que hipersexualizan y cosifican a las ni?as desde edades muy tempranas, as¨ª como sexualizan las relaciones cotidianas entre ni?as y ni?os. Preguntar a las menores si tienen novios y a ellos si tienen novias es un claro ejemplo de que tener una pareja (adem¨¢s, dando por hecho la heterosexualidad) sigue siendo un mandato en la socializaci¨®n. El maestro Jos¨¦ Luis Exp¨®sito Campos trabaja en la Escola Pompeu Fabra de Vilanova i la Geltr¨² (Barcelona), y asegura que en la edad de la Educaci¨®n Primaria no deber¨ªa haber un relato del amor como fin ¨²ltimo, como destino o meta. Y afirma que la idea suele introducirse a partir de preguntas como: ¡°?Te gusta tal ni?o?¡± o ¡°?a que es guapo?¡±. ¡°A esas edades tienen que divertirse y aprender. Relacionarse entre ellos de manera sana, sin la idea de compromiso o enlace amoroso de por vida que los complete¡±. Por tanto, aconseja hablar de compa?eros y compa?eras, no de novios o amores: ¡°Inculcar la idea de relaciones amorosas, de gustar y ser gustado, es hacerlos crecer con prisas y de golpe¡±, afirma.
Para Otero se sigue inculcando el amor como hilo conductor especialmente en la vida de las ni?as: ¡°Tal y como se?ala Ana de Miguel, fil¨®sofa y feminista, las ni?as son socializadas para establecer relaciones afectivo-sexuales desde la no reciprocidad. El itinerario de su socializaci¨®n pasa por la expropiaci¨®n del yo, anteponiendo el bienestar de otras personas al suyo¡±. Las chicas reciben comentarios constantes sobre su forma de vestir y su aspecto f¨ªsico, prosigue esta experta, adem¨¢s son reforzadas cuando se muestran d¨®ciles y sonrientes. Y apunta: ¡°En nuestra cultura, ser una ni?a no tiene tanto valor ni relevancia como ser un ni?o. De ah¨ª que las palabras ¡®ni?a¡¯ o ¡®nenaza¡¯ se sigan utilizando como un insulto¡±. Para esta formadora, para conocer la ra¨ªz de la violencia estructural contra las mujeres, muchas veces ligada al mito del amor rom¨¢ntico, se tiene que aprender a identificar el proceso de socializaci¨®n como una maquinaria perfecta para seguir perpetuando la desigualdad.
El modelo de relaci¨®n afectivo-sexual de la sociedad sigue estando basado en una serie de mitos que normalizan el control, la dependencia, la posesividad, los celos y las faltas de respeto en las relaciones. As¨ª lo cree la agente de igualdad Leonor Goicoechea que, adem¨¢s, apunta: ¡°No hay que confundirlo con el romanticismo, que son los detalles como llevar el desayuno a la cama, preparar una lista de m¨²sica o una cena ¨ªntima o comprarle a tu pareja algo que le gusta¡±. Y a?ade: ¡°Los problemas de las relaciones que se basan en el amor rom¨¢ntico tienen que ver con la dificultad de poner l¨ªmites cuando algo duele o afecta negativamente, con las dificultades de establecer espacios personales y propios, con la normalizaci¨®n de las discusiones subidas de gritos y palabras ofensivas, as¨ª como con la tolerancia en las actitudes posesivas y de maltrato¡±.
Goicoechea avisa de la necesidad de actuaci¨®n de madres y padres: ¡°Es conveniente que desde peque?os les hablemos de las relaciones de forma cr¨ªtica y hacer el ejercicio con ellos y ellas de analizar las trampas, por ejemplo viendo una peli con una relaci¨®n t¨®xica y se?al¨¢ndola¡±, afirma. Una novedad editorial creada ex profeso para esto es Solo soy m¨ªa, de Raquel D¨ªaz Reguera (NubeOcho, 2022). La historia cuenta la deriva de la relaci¨®n de una ratita y su rat¨®n: primero ¨¦l le proh¨ªbe a ella salir con sus amigos, le mira el m¨®vil, le controla la ropa... hasta que el rat¨®n se convierte en gato y quiere cazarla. ¡°Otro ejemplo lo encontramos en Arturo y Clementina (Kalandraka, 2021) de Adela Tur¨ªn; fue escrito hace m¨¢s de 30 a?os y es todo un cl¨¢sico. Va sobre una pareja de tortugas en las que ella cada vez llevar¨¢ m¨¢s peso en su caparaz¨®n por las imposiciones de su compa?ero¡±.
Amor sano por bandera
Txell Sastre ?lvaro es dinamizadora e informadora en el Espai Jove de Cubelles (Espacio para la juventud de Cubelles, Barcelona). Aboga por desmantelar las relaciones t¨®xicas a favor de las saludables. Opina que los adolescentes deben tener claro que el amor no hace da?o, no es una obligaci¨®n, tiene que ser f¨¢cil, agradable, respetuoso y que son las chicas las que escogen con qui¨¦n relacionarse y cu¨¢ndo acabar de hacerlo: ¡°Por tanto, el relato educativo desde las familias tiene que huir de aguantar, complacer y cuidar a la otra persona sin pensar en nosotras mismas¡±. Se tratar¨ªa, seg¨²n explica, de desmontar desde el hogar el relato del pr¨ªncipe salvador y la princesa que espera ser salvada por su amado: ¡°Como en el caso de la leyenda real de san Jorge, que no salv¨® a la princesa, sino que ambos, juntos, pudieron apresar al drag¨®n y llevarlo de vuelta a la ciudad¡±.
¡°Igual que aprenden a hablar, a caminar y a socializarse, ni?os y ni?as tienen que aprender a construir relaciones afectivas sanas e igualitarias, a identificar situaciones de violencia sexual como v¨ªctimas o victimarios¡±, afirma Gema Otero. Ella recomienda ense?ar a los hijos a poner nombre a las emociones, miedos, temores y malestares, y a interiorizar que cuando se relacionan con alguien siempre tiene que haber consenso y deseo mutuo: ¡°Un amor sano es un amor que nos hace crecer y que se construye desde la empat¨ªa, la autoestima, la camarader¨ªa, el di¨¢logo constante, el buen trato, el disfrute y el cuidado mutuo. Lo dem¨¢s son pel¨ªculas de terror¡±.
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