Ni?os con sofofobia: ?qu¨¦ es y por qu¨¦ ocurre?
El miedo irracional a aprender puede iniciarse por una experiencia traum¨¢tica en el colegio, pero tambi¨¦n fuera de ¨¦l. Factores como el exceso de competencia o la baja motivaci¨®n influyen en el desarrollo de este temor que se puede abordar con el refuerzo positivo
Inmersos en plena era de la informaci¨®n gracias a los infinitos canales y plataformas disponibles, que parecen cubrir la sed de conocimiento tanto en adolescentes como en adultos, surge una fobia completamente antag¨®nica a las ganas de aprender: la sofofobia. ?En qu¨¦ consiste y por qu¨¦ se produce? Clasificada como una fobia poco com¨²n o espec¨ªfica, incluida dentro de las fobias generales en el Manual diagn¨®stico y estad¨ªstico de los trastornos mentales ¡ªgu¨ªa de la Asociaci¨®n Estadounidense de Psiquiatr¨ªa ampliamente utilizada para el diagn¨®stico de adultos y ni?os¡ª, su significado es el temor a saber o a adquirir nuevos conocimientos.
¡°Si un ni?o o adolescente comienza a desarrollar miedo a aprender o temor a acudir a diferentes entornos de aprendizaje como el colegio, tambi¨¦n podr¨ªamos llamarlo fobia escolar¡±, se?ala la psic¨®loga y psicopedagoga Rosa Cohen. En estos casos, prosigue, suele ser necesario analizar c¨®mo ha transcurrido la inserci¨®n del menor en el ¨¢mbito escolar y familiar para descubrir qu¨¦ situaciones le generan p¨¢nico: ¡°Por ejemplo, si ha sufrido alg¨²n tipo de bullying o acoso en el centro educativo¡±.
Cohen explica que el miedo y la ansiedad que puede experimentar un menor con sofofobia son emociones normales durante su crecimiento y desarrollo: ¡°Sin embargo, en algunos casos el miedo puede llegar a provocar una angustia significativa e, incluso, si no se aborda correctamente, alg¨²n tipo de deterioro funcional¡±.
Un estudio publicado en 2022 en la revista cient¨ªfica Neuropsycopharmacology Reports, titulado Aumento de escitalopram y perospirona ¡ªantidepresivos muy eficaces y seguros¡ª en el tratamiento de un paciente adolescente con sofofobia (miedo a aprender), lleg¨® a la conclusi¨®n de que este temor irracional se suele producir como producto de una experiencia traum¨¢tica directa con alg¨²n mecanismo de aprendizaje. De entre dichas experiencias, la investigaci¨®n se?ala que la desmotivaci¨®n prolongada en el tiempo puede dar lugar tambi¨¦n a ansiedad, p¨¢nico y el rechazo a adquirir nuevos conocimientos. Pero hay m¨¢s causas. ¡°Desde simples pensamientos irracionales (denominados as¨ª porque no es demostrable que vaya a ocurrir lo que se piensa), como ¡®no voy a ser capaz de hacerlo¡¯, ¡®no voy a aprender nunca¡¯, ¡®esto no lo voy a superar¡¯, ¡®har¨¦ el rid¨ªculo¡¯, hasta una experiencia que haya podido resultar traum¨¢tica para el ni?o o adolescente¡±, explica Mara S¨¢nchez, psic¨®loga del Centro de Tratamiento Avanzado Psicol¨®gico (TAP), un equipo especializado de psic¨®logas sanitarias, psiquiatras, neuropediatras y psicopedagogas en Madrid.
¡°Si profundizamos en las posibles experiencias traum¨¢ticas para un menor, podemos poner ejemplos como haber sufrido bullying en el colegio, haber recibido comentarios dolorosos durante un evento relacionado con un proceso de aprendizaje, como al tocar un instrumento o realizar alg¨²n deporte¡±, prosigue S¨¢nchez. ¡°O que el menor haya escuchado comentarios por parte de su padre o madre que desvaloriza su capacidad de adquirir conocimiento: ¡®Eres un in¨²til, nunca vas a aprender¡±. Adem¨¢s, seg¨²n explica esta experta, el contexto en el que se da la experiencia traum¨¢tica no tiene por qu¨¦ ser exclusivamente acad¨¦mico, sino que puede ampliarse a otros contextos como el familiar o social. ¡°Puede ocurrir que los ni?os hayan podido adquirir alg¨²n tipo de aprendizaje indirecto donde otra persona ¡ªgeneralmente una figura de referencia para ellos¡ª haya sufrido alguna experiencia dif¨ªcil relacionada con el proceso de aprendizaje. Por ejemplo, haber sido testigo de las burlas que un amigo ha recibido en el colegio, o si su padre ha sido criticado por querer aprender a nadar tarde en su vida¡±, analiza S¨¢nchez.
Competencia y desmotivaci¨®n extremas
La competencia es otra de las causas subyacentes que puede llegar a bloquear las capacidades reales de un ni?o. Con frases como: ¡°No voy a ser capaz de hacerlo; seguro que se r¨ªen de m¨ª¡±. ¡°As¨ª el ni?o se niega a aprender algo nuevo, llegando incluso a experimentar su miedo con s¨ªntomas como presi¨®n en el pecho, temblores, sudoraci¨®n, taquicardia¡¡±, contin¨²a S¨¢nchez. ¡°El abordaje de la fobia ser¨ªa que consiguiera valorar qu¨¦ pruebas o evidencia reales tiene de que no va a lograrlo (afrontar la situaci¨®n de aprendizaje en cuesti¨®n) o qu¨¦ le est¨¢ provocando tener este tipo de pensamiento¡±, puntualiza.
Por otro lado, y tal y como apunta Rosa Cohen, si se habla de desmotivaci¨®n no se puede dejar de pensar en ella como un estado emocional que puede tener diferentes causas: ¡°Un ¨¢mbito escolar que solo promueve la competencia en lugar de la cooperaci¨®n, o que imparta una educaci¨®n basada en el aprendizaje memor¨ªstico y sin sentido cuando el acceso a la informaci¨®n hoy en d¨ªa es ilimitado con el m¨®vil, por ejemplo¡±. ¡°Que un colegio sea muy r¨ªgido en cuanto a la aceptaci¨®n del error como factor interviniente y valioso dentro del proceso de aprendizaje y que en el ¨¢mbito familiar haya una alta exigencia en el rendimiento acad¨¦mico pueden ser otros de los factores que desencadenen una desmotivaci¨®n cr¨®nica, y a la larga, rechazo a aprender¡±, a?ade Cohen. Y en el extremo contrario, la desmotivaci¨®n puede venir por ¡°resolverle todo a los ni?os y adolescentes con la ilusi¨®n de tener todo bajo control y responder as¨ª r¨¢pido a las exigencias del entorno¡±, agrega.
Cohen sostiene que una de las pautas esenciales para abordar de ra¨ªz, o cuanto antes, este tipo de problemas es el refuerzo positivo, por peque?a que sea la acci¨®n, del proceso de aprendizaje del ni?o: ¡°Si sufre por no querer ir a clase de baloncesto, el d¨ªa que quiera ir, aunque al final decida quedarse en las gradas porque no se siente capaz de participar en el entrenamiento, deber¨ªamos reconocer y reforzar ese esfuerzo¡±. En ese sentido, S¨¢nchez recomienda expresiones como: ¡°Qu¨¦ bien lo has hecho, ya est¨¢s m¨¢s cerca de lograrlo¡±, ¡°vamos a ir al ritmo que t¨² necesites¡± o ¡±estoy orgulloso de ti por haber sido tan valiente de venir hoy a ver jugar a tus compa?eros¡±. Para S¨¢nchez, lo interesante es que el menor disminuya, e incluso elimine, su fobia: ¡°M¨¢s all¨¢ de si consigue buenos o malos resultados porque en ocasiones, sin pretenderlo, nos centramos en los resultados como fuente del ¨¦xito y no valoramos el esfuerzo, aspecto que, en el tratamiento de una fobia espec¨ªfica, y en cualquier aprendizaje en la vida, es decisivo¡±.
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