No gritar y ponerse en su lugar: trucos para que tu hijo adolescente controle su ira
El miedo a situaciones desconocidas, el estr¨¦s, los cambios hormonales y la reafirmaci¨®n de la personalidad son algunas de las razones que hacen a los j¨®venes m¨¢s vulnerables a esta emoci¨®n. Pero para ayudarles a gestionar los ataques de ira hay que esperar a que terminen
Desde que los ni?os comienzan con la etapa de las rabietas, a los padres les queda claro que la ira de sus hijos es una emoci¨®n a la que se van a enfrentar a menudo. Y aunque la ira, como apunta Natalia Ortega, psic¨®loga en Activa Psicolog¨ªa, ¡°aparece en la primera infancia ante situaciones de mal manejo de la frustraci¨®n, en la etapa en la que precisamente tratamos de ense?arles a tolerarla¡±, es durante la adolescencia cuando se hace m¨¢s evidente y m¨¢s frecuente. Entre otras razones, Ortega destaca los cambios hormonales, la reafirmaci¨®n de su personalidad o los continuos cambios de humor que sufren. Todo ello les hace ¡°m¨¢s vulnerables a tener estallidos de ira¡±.
Adem¨¢s de todos estos motivos, el bi¨®logo y neuroeducador David Bueno se?ala uno m¨¢s: la falta de madurez de la corteza prefrontal que se desarrolla, precisamente, durante la adolescencia y que es ¡°la que nos permite gestionar nuestras emociones y ser conscientes de ellas¡±. Es decir, que no siempre son ellos los culpables de su ira, sino que lo es, sobre todo, su cerebro, junto con el miedo que les producen las situaciones desconocidas. ¡°La ira es la emoci¨®n que, ante una amenaza que nos produce miedo y de la que no podemos huir, nos lleva a defendernos, simplemente, para no sufrir da?os. La ira y el miedo son dos emociones b¨¢sicas, ambas muy importantes para la supervivencia, que llevan a comportamientos muy similares: ante una amenaza, si no puedo huir, me defiendo. Esa defensa, a veces, va acompa?ada de agresividad, que puede ser f¨ªsica, verbal, gestual o, en algunos casos, autoinfligida¡±, explica el tambi¨¦n autor, entre otros t¨ªtulos, de El cerebro adolescente (Grijalbo, 2022).
Lo que les pasa a los j¨®venes, seg¨²n explica Bueno, es que pasan por muchos momentos de miedo porque se est¨¢n enfrentando por primera vez a situaciones de adulto, pero sin la experiencia que los mayores han ido acumulando a lo largo de los a?os. ¡°Eso significa que muchas veces no saben si las situaciones que viven son una oportunidad, una amenaza o algo neutro. Eso les lleva a tener el miedo m¨¢s activo, simplemente, como mecanismo de protecci¨®n. Por lo tanto, m¨¢s que mucha ira, lo que tienen los adolescentes es mucho miedo. Y este miedo, a algunos, les puede llevar a incrementar el nivel de ira¡±. Estas dos emociones se relacionan muy de cerca con el estr¨¦s, prosigue el neurobi¨®logo, un factor que dificulta todav¨ªa m¨¢s la gesti¨®n emocional, llegando a bloquearles: ¡°Este estr¨¦s puede estar provocado por ex¨¢menes, resultados acad¨¦micos, la relaci¨®n con los padres o con sus iguales, el miedo al rid¨ªculo, a una situaci¨®n social nueva o a las redes sociales¡±.
La actitud de los padres
Ante este tipo de situaciones, el comportamiento de los padres es clave. ¡°Lo que no debemos hacer es gritarles, porque eso incrementar¨¢ su ira. Recordemos que la ira surge de una sensaci¨®n de miedo y, si les gritamos, ese miedo se incrementa favoreciendo que se mantenga la ira. Es recomendable ayudarles a que encuentren lo que les produce miedo d¨¢ndoles apoyo¡±, sugiere Bueno.
Pero para eso hay que esperar a que pase el ataque de ira. ¡°En ese momento no se puede entrar en confrontaci¨®n directa con el adolescente. Y si se pone agresivo, conviene tratar de hacer contenci¨®n, pero sin intervenir ni decir nada. Es buena idea utilizar distracci¨®n cognitiva (alternativas para redirigir su atenci¨®n y energ¨ªa con actividades como juegos, hobbies o ejercicios) y, si es posible, sacarle del lugar f¨ªsico en el que se encuentra para que respire¡±, aconseja Ortega.
Una vez pasada la crisis, ¡°hay que otorgar al adolescente el tiempo y el espacio suficientes para expresar lo que le preocupa, en lugar de tratar de reprimir sus emociones, porque eso le ayuda a aprender a autorregularse a medida que crece. Es fundamental tambi¨¦n que dediquemos tiempo a hablar con ellos, que validemos sus emociones: tan importantes son sus preocupaciones como las nuestras. Hacerle saber que cuenta con sus padres cuando se sienta preparado para hablar o darle una muestra de afecto como un abrazo. Tambi¨¦n es relevante tratar de ver la situaci¨®n desde su punto de vista. Si un adolescente se siente comprendido y escuchado es m¨¢s probable que bajen sus niveles de ira¡±, a?ade la psic¨®loga.
Pero Ortega deja claro que esperar a que se pase la crisis no significa que haya que olvidarla ni actuar como si esta no hubiera ocurrido: ¡°Una vez se haya tranquilizado, ser¨¢ fundamental explicarle que la ira le aleja de las soluciones y, a cambio, le provoca grandes sentimientos de culpa que, a posteriori, da?an su autoestima. Obviamente, los actos tienen consecuencias y eso ha de quedar claro. Pero teniendo en cuenta que la b¨²squeda de soluciones es m¨¢s positiva que los castigos¡±.
Seg¨²n explica Ortega, hay una serie de recomendaciones que los adolescentes pueden tratar de poner en pr¨¢ctica para controlar esos ataques de ira. Uno de ellos es ¡°salir de la situaci¨®n cuando noten que el term¨®metro emocional est¨¢ subiendo de temperatura y les puede llevar a desencadenar una conducta con un final desastroso. Detectar esas situaciones para que las identifiquen f¨¢cilmente es algo para lo que requerir¨¢n de nuestra ayuda¡±. Tambi¨¦n es recomendable que les ense?emos ejercicios de respiraci¨®n y relajaci¨®n; ¡°Suele ser bastante efectivo¡±. La psic¨®loga recomienda adem¨¢s ense?arles habilidades de resoluci¨®n de conflictos: ¡°Puede ser muy positivo para que puedan salir del bucle en el que a veces se van metiendo¡±. Tambi¨¦n explica que ser¨ªa bueno dotarles de unas adecuadas habilidades sociales, que influir¨¢n enormemente en una mejor gesti¨®n y regulaci¨®n emocional. Y una cosa m¨¢s: ¡°Hacer ejercicio f¨ªsico ayuda mucho a la gesti¨®n de emociones, as¨ª como a bajar los niveles de estr¨¦s. Es as¨ª en todas las etapas de la vida, pero a¨²n m¨¢s durante la adolescencia¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.