Irene Vallejo y Juan Villoro: ¡°Los libros salvan la vida a cualquiera¡±
La fil¨®loga espa?ola y el escritor mexicano alaban el poder de la lectura en situaciones de emergencia durante una conversaci¨®n en el Hay Festival de Quer¨¦taro

¡°La lectura es como el paracaidismo. En situaciones normales, solo unos esp¨ªritus arriesgados la practican, pero en situaciones de emergencia le salvan la vida a cualquiera¡±. La frase la ha pronunciado el escritor mexicano Juan Villoro en una charla con la fil¨®loga y novelista espa?ola Irene Vallejo, una conversaci¨®n transatl¨¢ntica ¡ªde Espa?a a M¨¦xico y de vuelta¡ª en marco del Hay Festival digital en Quer¨¦taro. Ambos coinciden en que los libros rescatan. ¡°Durante el encierro, si no nos hemos vuelto locos, es gracias a que tenemos distractores y uno de los m¨¢s potentes es, por supuesto, el libro. Ha pasado lo mismo con los libros en situaci¨®n de naufragio, de c¨¢rcel, de enfermedad, de soledad. Este es uno de los valores sociales de la lectura, que hemos vuelto a ver en la pandemia¡±, ha afirmado Villoro, autor de El libro salvaje.
El libro y la literatura, sin embargo, libran una batalla por su propia supervivencia. ¡°Si bien es cierto que el libro ya no ocupa ese papel central que tuvo en otros tiempos ¡ªpensemos, por ejemplo, en el siglo XVIII, donde las novelas eran la principal forma de comunicaci¨®n cultural, equivalente a lo que hoy en d¨ªa ser¨ªa el cine o las series de televisi¨®n¡ª, mantiene una fuerza resistente y creo que precisamente el libro de Irene Vallejo debe su ¨¦xito a esta necesidad, adem¨¢s de la erudici¨®n y la elocuente y muy seductora capacidad de plantear las ideas y las historias que atraviesan estas p¨¢ginas¡±, ha dicho Villoro durante la conversaci¨®n, moderada por la periodista Irma Gallo.
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El escritor se refiere a El infinito en un junco (Siruela), un fen¨®meno en ventas tanto f¨ªsicas como online, Premio Ojo Cr¨ªtico de Narrativa 2019 y Premio Las Librer¨ªas Recomiendan de No Ficci¨®n 2020. La obra de Vallejo hace un recorrido de 30 siglos en el que sigue la fortuna del libro, esa extraordinaria invenci¨®n. El viaje de la autora va desde los tiempos de Alejandr¨ªa, cuando el prestigio del libro era tal que en la Casa o Museo de las Musas a los reyes Ptolomeos les pareci¨® importante alardear del poder real con la casi infinita acumulaci¨®n de vol¨²menes, hasta Roma y los albores del Renacimiento, con ciertas proyecciones al futuro.
¡°Yo creo que durante el periodo del confinamiento nos hemos convertido en Quijotes inversos, que hemos mantenido la cordura gracias a la posibilidad de acudir a los libros. A las ficciones, a las reflexiones, que nos arrancan de esta imperiosa realidad, de la oscuridad que nos circundaba y nos ha permitido viajar, incluso cuando est¨¢bamos obligados a permanecer en el estrecho espacio de nuestras viviendas¡±, ha contado Vallejo. La fil¨®loga relata que los libreros le han transmitido que durante este periodo la gente ha vuelto a recurrir a los libros e, incluso, nuevos lectores se han sumado a este descubrimiento. ¡°Cuando vivimos las cat¨¢strofes colectivas o los dramas individuales recurrimos una y otra vez a la lectura¡±, ha resumido.
Vallejo vivi¨® uno de esos dramas individuales cuando era una ni?a de 8 a?os y sufr¨ªa acoso escolar. Tambi¨¦n fue, como tantos, salvada por la lectura. ¡°Estoy convencida de que, adem¨¢s del apoyo de mi familia, que fue important¨ªsimo, en realidad mi aut¨¦ntico bote salvavidas fueron los libros, porque ah¨ª encontr¨¦ esperanza para afrontar ese presente tan duro y tan demoledor¡±. La escritora descubri¨® que el mundo era m¨¢s amplio que el patio del colegio y sus sue?os pod¨ªan dialogar con los de los autores que le¨ªa cuando peque?a. ¡°Fueron los libros los que me mantuvieron aferrada a la vida. Y esto lo digo con especial ¨¦nfasis porque se suele considerar a los lectores como personas que se evaden en las ficciones y fantas¨ªas de la realidad que tienen que habitar. Para m¨ª, la experiencia fue todo lo contrario. Para m¨ª, los libros me dieron expectativas hacia un futuro mejor¡±.
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Tambi¨¦n Villoro encontr¨® esperanza en los libros, aunque un poco m¨¢s tarde. ¡°Como estudiaba en el Colegio Alem¨¢n, llevaba todas las materias en esa lengua. Los cuentos que me hicieron leer eran tan represivos como la propia educaci¨®n. Muchos de mis maestros hab¨ªan sido soldados durante la Segunda Guerra Mundial, y muchos de ellos segu¨ªan admirando en secreto al F¨¹hrer, a Adolf Hitler. Las historias que recibimos estaban encaminadas a educarnos de manera coercitiva¡±, relat¨® Villoro. ¡°Por ejemplo, hab¨ªa un cuento de un ni?o que descuidadamente se dejaba crecer las u?as. Entonces, llegaba una persona a cortarle las u?as, pero como ya eran tan largas, le cortaban las falanges. A m¨ª esos cuentos me parec¨ªan una forma de crueldad¡±, agreg¨® el autor mexicano. Otra de las an¨¦cdotas que comparti¨® Villoro fue cuando a los 12 a?os escogi¨® leer Cantar del M¨ªo Cid, despu¨¦s de ver la pel¨ªcula de El Cid con Carlton Heston y Sophia Loren: ¡°Me pareci¨® incre¨ªble que una pel¨ªcula maravillosa se hubiera hecho con un guion tan malo¡±.
Y no fue sino hasta que el novelista cumpli¨® 15 a?os que encontr¨® su ¡°propia ventana a los libros¡±, con la novela De Perfil, del escritor mexicano Jos¨¦ Agust¨ªn (Guadalajara, 1944). ¡°Me identifiqu¨¦ tanto con el protagonista que pens¨¦ que le¨ªa mi propia historia, por primera vez un libro me permit¨ªa verme en el espejo y me inclu¨ªa. Estaban todas las deficiencias de mi vida. Mi adolescencia sin br¨²jula. Mi pugna con el mundo de los mayores. Todo. Este fue mi dif¨ªcil trayecto para considerar a los libros mis aliados¡±.
Borges ya hab¨ªa definido a los libros como ¡°el m¨¢s asombroso de los inventos¡± del ser humano. ¡°Los dem¨¢s son extensiones de su cuerpo¡±, dec¨ªa. ¡°El microscopio y el telescopio son extensiones de su vista; el tel¨¦fono es la extensi¨®n de su voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones de su brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensi¨®n de la memoria y de la imaginaci¨®n¡±. Quiz¨¢, gracias a que sus p¨¢ginas nos han llevado a un mundo m¨¢s ancho y con miles de posibilidades, los libros nos han salvado durante los confinamientos duros y laxos de uno y otro lado del mundo. ¡°Si algo tenemos que celebrar en el libro es su capacidad de supervivencia casi ins¨®lita, de irse adaptando a sociedades cambiantes, en contextos hist¨®ricos distintos, extendi¨¦ndose a continentes antes despoblados de libros¡±, ha expuesto Vallejo. ¡°No debemos preocuparnos demasiado de las amenazas o los anuncios de que el libro va a perecer, pero eso no debe eximirnos de la responsabilidad de defenderlo¡±, ha agregado Villoro.
¡°Me atrever¨ªa a pronosticar que la experiencia de la lectura en papel no desaparecer¨¢, porque seguir¨¢ siendo un acto de resistencia¡±, ha apuntado la autora de El infinito en un junco. ¡°Porque en un mundo controlado cada vez m¨¢s por las pantallas, al mismo tiempo que nos ofrecen un mundo de posibilidades, tambi¨¦n nos vigilan. Y toman nota de nuestras actividades, de nuestros horarios, de nuestros intereses. De nuestras b¨²squedas. Los libros son absolutamente respetuosos de nuestra libertad. Son siempre acogedores. No necesitan suministro el¨¦ctrico, ni cargar bater¨ªas. Son objetos que realmente rozan la perfecci¨®n¡±.
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