Dentro de los ensayos cl¨ªnicos de CanSino en M¨¦xico: ¡°Soy una rata de laboratorio, una parte necesaria para encontrar la vacuna¡±
Desde la p¨¦rdida de un familiar hasta la esperanza de acabar con la pandemia: cuatro voluntarios cuentan por qu¨¦ participan en las pruebas de la empresa china contra el coronavirus
Tras nueve meses de pandemia, la pregunta que intriga a millones de personas en el mundo es cu¨¢ndo estar¨¢ lista la vacuna contra el coronavirus. Aunque hay cientos de prototipos, solo un pu?ado ha llegado a la recta final de la fase de pruebas antes de que puedan comprarse y repartirse. M¨¦xico ha hecho una serie de convenios con laboratorios para ofrecer participantes que ayuden a superar el obst¨¢culo de los ensayos cl¨ªnicos y tener m¨¢s posibilidades de asegurarse las dosis para inmunizar a 127 millones de habitantes. Entre 10.000 y 15.000 personas est¨¢n llamadas a participar en los tests de la vacuna china de CanSino, en las que est¨¢n depositadas gran parte de las esperanzas del pa¨ªs porque es la ¨²nica entre el portafolio que se ha tanteado que solo necesita una aplicaci¨®n: hasta 35 millones de mexicanos quedar¨ªan protegidos. Desde la p¨¦rdida de un ser querido hasta el deseo de recobrar la normalidad, cuatro voluntarios cuentan c¨®mo es y por qu¨¦ decidieron participar en los experimentos que pueden marcar el rumbo de los meses y a?os que vienen.
¡°Lo vi como una oportunidad para obtener la vacuna¡±
Cuando Denise Zavala vio que una amiga comparti¨® los requisitos en un grupo de WhatsApp no lo pens¨® dos veces. ¡°Me impuls¨® el deseo de estar protegida¡±, explica Zavala, una profesora de bachillerato de 32 a?os. ¡°Consider¨¦ que iba a haber incertidumbre por las dosis que est¨¦n disponibles y lo vi como una oportunidad para obtener una vacuna por adelantado¡±. Menos de dos d¨ªas despu¨¦s, el 10 de noviembre, un taxi pagado por la farmac¨¦utica china ya la esperaba afuera de su casa en Oaxaca para llevarla a la cl¨ªnica. El ¡°sujeto 22¡±, el perfil que le asignaron, lleg¨® a una sala amplia con peque?os cub¨ªculos y fue integrada a un grupo con una docena de personas que rondaban los 25 y los 35 a?os.
Lo primero que le pidieron fue una muestra de orina para asegurarse de que no estuviera embarazada. Uno de los requisitos m¨¢s importantes, le dijeron, es que no se embarazara en los pr¨®ximos cuatro meses. Los organizadores proyectaron despu¨¦s un v¨ªdeo sobre el ensayo: no les ped¨ªan ning¨²n cuidado ni alimentaci¨®n especial y les recalcaron que era un proceso estrictamente voluntario, no hab¨ªa ninguna obligaci¨®n ni paga por medio. Firm¨® el consentimiento y despu¨¦s le hicieron un chequeo de rutina: su talla, peso, saturaci¨®n de ox¨ªgeno, niveles de glucosa, ritmo card¨ªaco, presi¨®n y todos sus antecedentes m¨¦dicos. M¨¢s adelante, le sacaron sangre para tener un primer par¨¢metro de sus anticuerpos y comparar c¨®mo evolucionaba en 29 d¨ªas tras recibir la vacuna. Finalmente, vino el piquete.
¡°Lo que m¨¢s me preocupaba era que me tocara un placebo, yo quer¨ªa que me pusieran la vacuna¡±, agrega Zavala. Le dijeron que los efectos secundarios m¨¢s comunes eran n¨¢useas, dolor de cabeza, temperatura y molestias en el brazo por la inyecci¨®n. Un d¨ªa despu¨¦s solo sinti¨® como si le fuera a dar una gripe, pero no tuvo ning¨²n otro problema. ¡°Esperaba que todos mis amigos se apuntaran como yo y luego me di cuenta de que fui la ¨²nica, creo que eso te dice el recelo que tiene la gente sobre estas pruebas¡±, cuenta. Se prometi¨® a todos los participantes que recibir¨ªan una vacuna si se aprobaba, aunque el seguimiento durar¨¢, al menos, un a?o.
¡°Mi madre me dijo que estaba loco¡±
Juan Ram¨®n L¨®pez recuerda la impotencia que sinti¨® en los momentos m¨¢s duros de la primera ola de la pandemia. Faltaban m¨¦dicos en los hospitales y ¨¦l, a¨²n un estudiante de medicina de 19 a?os, no pod¨ªa hacer nada para ayudar. ¡°Te quieres dedicar a esto y es el momento en el que la humanidad necesita m¨¢s a los doctores y no pod¨ªa hacer nada¡±, narra. Poco despu¨¦s falleci¨® su abuela, una de las m¨¢s de 100.000 v¨ªctimas de la covid-19 en M¨¦xico. Vio su oportunidad para aportar en el ensayo que se hac¨ªa en Coahuila, contact¨® con una de las doctoras de su escuela que trabajaban en el proyecto y se convirti¨® en el primer voluntario de Saltillo.
A su familia no les pareci¨® una buena idea. ¡°Reaccionaron como todos los padres: mi madre me dijo que estaba loco y mi padre me corri¨® de la habitaci¨®n¡±, relata entre risas. Sin embargo, al ver en las noticias que se trataba de la fase final del proyecto y que ya hab¨ªa sido probada en otros pa¨ªses accedieron. Su madre fue una de las testigos necesarias para inscribirse al procedimiento y le acompa?¨® a inyectarse el pasado mi¨¦rcoles.
L¨®pez recuerda que al llegar hab¨ªa pocos voluntarios. Lo que m¨¢s le sorprendi¨® de la explicaci¨®n fue la medida de no tener relaciones sexuales sin protecci¨®n para evitar contagiarse de VIH. Adem¨¢s, en el caso de embarazo, se desconoce qu¨¦ efectos puede tener la vacuna en el feto. Asegura que no tuvo miedo durante el proceso, salvo cuando al d¨ªa siguiente tuvo mareo y dolor en el brazo. ¡°Me hab¨ªan dicho que en el 10% de los casos hab¨ªa efectos secundarios leves como cuando te aplican la vacuna de la influenza¡±, dice con tranquilidad. Us¨® el term¨®metro que le regalaron para comprobar su temperatura y se tranquiliz¨®. El dolor dur¨® unos d¨ªas y desapareci¨®. ¡°No estoy orgulloso de ser voluntario, tampoco hice la gran cosa. Soy solo una rata de laboratorio, una parte necesaria para encontrar la vacuna¡±, sentencia. ¡°Se me dio la oportunidad y pens¨¦ que era mi momento para ayudar¡±.
¡°Me siento contenta, pero tambi¨¦n tengo temor¡±
Ismael Pacheco Fern¨¢ndez se sac¨® la licencia de aviaci¨®n comercial poco antes de la pandemia. Cuando buscaba trabajo, el coronavirus ya hab¨ªa mermado las aerol¨ªneas y tuvo que quedarse desempleado en Guanajuato con su familia. ¡°Decid¨ª participar en el estudio porque varios conocidos han tenido esta enfermedad y al ver que ellos estaban mal, me motiv¨¦ a buscar una soluci¨®n porque ahorita no hago nada y quiero aportar algo¡±, expresa. Su madre, una m¨¦dica jubilada de 55 a?os, decidi¨® ser su testigo y acab¨® participando como voluntaria. ¡°Me dio miedo, pero me dije que si ya es un laboratorio que est¨¢ en fase 3 y es beneficioso, no pasaba nada¡±, recuerda Ana Mar¨ªa Fern¨¢ndez, quien padece de hipertensi¨®n y diabetes.
Madre e hijo fueron a la cl¨ªnica de Aguascalientes y les sorprendi¨® que no hubiera m¨¢s gente. ¡°Me dijeron que esperaban alrededor de 1.000 voluntarios y solo llevaban 200 o 300 tras varias semanas de estudio¡±, cuenta Pacheco indignado. ¡°Le dir¨ªa a la gente que se animara, que no pasa nada. La vacuna ya est¨¢ pr¨¢cticamente lista¡±, asegura.
Su madre estaba asustada y le sali¨® la presi¨®n alta, un impedimento para continuar en la prueba. ¡°Fue por el temor a lo desconocido, pero un enfermero me dijo que comiera fruta y me calm¨¦¡±, recuerda. Al terminar la inyecci¨®n aguardaron en una sala durante 30 minutos, el tiempo necesario para vigilar si aparecen reacciones adversas. Pacheco empez¨® a sentir mareos, malestar en el cuerpo y sensaci¨®n de falta de aire. ¡°Nos contaron que el estudio es a ciegas y no saben a qui¨¦n dan la vacuna y a qui¨¦n es el placebo, pienso que a m¨ª me pudo tocar la vacuna porque a los dem¨¢s no les caus¨® ning¨²n efecto¡±, detalla.
Fern¨¢ndez insiste en que su carrera en Medicina no la motiv¨® tanto como la decisi¨®n de su hijo de participar y espera que el estudio haya servido para algo. ¡°Me siento bien contenta, pero tambi¨¦n tengo temor. Tengo fe de que me haya tocado la vacuna y haya quedado protegida¡±, admite.
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