Segunda ronda de vacunas en Ecatepec: una lecci¨®n aprendida
El populoso municipio inocula a sus mayores en 10 sedes abiertas simult¨¢neamente y se disipan las largas filas en las calles
A mediados de febrero comenzaron las vacunas en Ecatepec, un populoso municipio del Estado de M¨¦xico que, aquellos primeros d¨ªas de inoculaci¨®n de las personas mayores de 60 a?os, fue noticia en los medios de comunicaci¨®n porque el caos se adue?¨® de las filas de gente esperando su turno en la calle. Ahora ha comenzado la segunda dosis, que se alargar¨¢ hasta el 17 de abril, y nada parece lo mismo. Hay lecciones aprendidas. Diez sedes se reparten a la poblaci¨®n mayor por distintos sitios de la ciudad y los ciudadanos van entrando por decenas en las enormes carpas donde les espera una vacuna r¨¢pida y vuelta a casa. La ma?ana est¨¢ tranquila, los papeles, mucho m¨¢s sencillos ahora, casi todos en orden; decenas de voluntarios del municipio y personal del Gobierno federal van organizando los turnos y recibiendo con un alegre ¡°Bienvenidos¡± a los ancianos. A los que presentan mayor dificultad de movimiento se les presta una silla de ruedas y un lugar preferente. De tanto en tanto se oye un aplauso: una tanda de vacunados se despide as¨ª, ya inoculado por segunda vez, y marcha a su domicilio.
Bajo las carpas se han situado miles de sillas donde cada quien espera su inyecci¨®n de Sinovac. En alguna de ellas hay capacidad para poner 480 inyecciones cada 15 o 20 minutos. Lo explica el responsable m¨¦dico, Isaac Languren, quien reconoce que algunos de los vacunadores no han recibido a¨²n su segunda dosis. ¡°Ser¨¢ lo m¨¢s pronto posible, ellos tambi¨¦n est¨¢n cercanos a la covid¡±, dice en la sede de Las Am¨¦ricas. Ecatepec ha recibido unas 190.000 vacunas para esta segunda vuelta tomando como referencia los alrededor de 177.000 que se acercaron en la primera fase. ¡°Siempre hay una merma respecto a la poblaci¨®n total, porque algunos se han marchado con sus hijos, o fallecieron¡±, dice el responsable federal de la log¨ªstica, Luis Valdepe?a. O simplemente no quisieron vacunarse. Son los menos.
Tanta tranquilidad en las carpas de vacunaci¨®n, muy lejos de la imagen de febrero, ha extendido el rumor de que muchos han renunciado a la segunda dosis. Valdepe?a lo niega. ¡°Lo que pasa es que en la primera ocasi¨®n no se abrieron tantas sedes al inicio y la gente se acumul¨® en las que hab¨ªa abiertas. Ahora se reparten entre las 10 que hay¡±. Tambi¨¦n cree que estos d¨ªas de vacaciones ser¨¢n m¨¢s flojos y despu¨¦s recibir¨¢n a muchos rezagados. No lo ve muy responsable por parte de la poblaci¨®n. ¡°Algunos vienen a pedirme que los vacune antes de que sea el d¨ªa de su turno, pero no podemos hacer eso, para algo hay un calendario¡±, explica.
Pero no son pocos los ancianos que llegan con el d¨ªa equivocado, muestran los papeles de la primera dosis y el personal que organiza la entrada los impide el paso. ¡°A usted le toca el 3 de abril¡±. Es triste ver c¨®mo se vuelven por donde han venido. Alguno reclamaba su primera vacuna, pero tambi¨¦n se tiene que marchar. Una mujer llega desde Veracruz, fue a visitar a su madre, que ya est¨¢ vacunada. Ha madrugado pero no le tocaba este mi¨¦rcoles. Tendr¨¢ que volver.
¡°El calendario de la segunda dosis se ha anunciado por las redes sociales, sobre todo¡±, dice Marina Moreno, una de las servidoras de la naci¨®n que hace su trabajo en la carpa situada en la Universidad Estatal del Valle de Ecatepec (Unave). Explica que cada carpa tiene sus criterios, que ellos han inoculado al algunos ancianos que se les ve¨ªa m¨¢s d¨¦biles aunque se hubieran equivocado de d¨ªa. Otros son inflexibles.
M¨¦xico ya ha aplicado 7,8 millones de dosis de la vacuna contra la covid, aunque tienen disponibles casi seis millones m¨¢s. El colectivo de los mayores de 60 a?os es el m¨¢s avanzado en la primera dosis, pero el m¨¢s rezagado en la segunda: se ha inoculado a algo m¨¢s de seis millones de personas pero solo un 4,8% ha completado el segundo ciclo. Se espera vacunar un total de 15 millones de adultos mayores. ?Por qu¨¦ si hay vacunas suficientes no se habilitan m¨®dulos para seguir avanzando con la primera dosis? ?En qu¨¦ lugares de la rep¨²blica est¨¢n los mayores rezagos? Si el Gobierno reclut¨® al Ej¨¦rcito para acelerar el proceso, ?en qu¨¦ lugares est¨¢n operando estos efectivos? Son preguntas que a¨²n no tienen una respuesta clara. En Ecatepec no parece faltar personal. El jefe m¨¦dico dice que tienen vacunadores suficientes que esperan por si la demanda crece, pero no es el caso esta ma?ana del mi¨¦rcoles. No falta personal, no faltan vacunas. Pero el proceso es lento en todo el pa¨ªs. En Ecatepec, el segundo municipio m¨¢s poblado de M¨¦xico y uno de los Estados donde m¨¢s ha afectado la enfermedad, podr¨ªan avanzar con otros sectores de la poblaci¨®n, para empezar por aquellos vacunadores que no han recibido su segunda dosis y la tienen a mano cada ma?ana.
El coche atraviesa calles mal asfaltadas entre casas grises de concreto y chapa. A la sombra dormitan decenas de perros callejeros y el cauce que pone l¨ªmite al mercadillo lleva m¨¢s basura que agua. El polvo se levanta entre aparatos eviscerados que se amontonan para su desguace. Arriba de la cuesta se ve una hilera de gente esperando alrededor de la sede de Chiconautla 3000 y el paisaje cambia: un centro bien ordenado, con flores y cuartos de ba?o recibe a los ancianos. Dentro, hace fresquito al mediod¨ªa. El lunes y el martes apenas sobrepasaron el medio centenar de vacunas; entre el mi¨¦rcoles y el jueves, sin embargo, esperan poner m¨¢s de 1.200. Cristian Espinosa, uno de los trabajadores del municipio, explica que se debe al reflejo con las primeras dosis de febrero. Entonces no se abri¨® esta sede los dos primeros d¨ªas y aquellos que acudieron a otros puestos han repetido all¨¢ este mes. Sin embargo, los que s¨ª se vacunaron en Chiconautla 3000 ahora vuelven al mismo sitio por su segunda dosis.
En la puerta, un hombre muestra sus papeles. ¡°Aqu¨ª no se puede vacunar¡±, le dicen, ¡°porque usted se puso una AstraZeneca y ac¨¢ tenemos Sinovac, no podemos mezclar¡±. El hombre vuelve sobre sus pasos contrariado. La primera dosis se la puso en Michoac¨¢n. ?Y c¨®mo es que ahora viene a Ecatepec? ¡°Porque all¨ª hac¨ªa mucho calor¡±, responde. Y se r¨ªen ambos, el anciano y el voluntario. Espinosa cuenta que han tenido alguna se?ora que ven¨ªa desde Estados Unidos. ¡°Pero si all¨ª vacunan a todo el mundo¡±, dice. ¡°No siempre es f¨¢cil con los mayores¡±, a?ade. Pero en esta sede, especialmente, el trato que se les da es muy amable. No es de extra?ar que se despidan con aplausos.
En la Universidad han instalado una enorme bocina que canta ritmos mexicanos al volumen mexicano, es decir, pasado de decibeles. Pero Yolanda mueve sus pies siguiendo el son sentada en su silla de ruedas. La hija corrobora: ¡°A mi madre solo hace falta que le pongan m¨²sica para revivirla¡±. Cerca de las dos de la tarde, el puesto ha parado porque faltan vacunas y han ido a buscarlas al centro de salud. Yolanda sigue moviendo los pies y tamborileando con las manos en las piernas cuando llegan los biol¨®gicos. Una enfermera le levanta la manga y le asesta el pinchazo. ¡°Pues no me ha dolido¡±, le dice detr¨¢s del cubrebocas. ¡°Eso es por lo buena que soy¡±, responde con chanza la uniformada. Y sigue el proceso, respetando el orden de los que llegan primero.
Marina Moreno reconoce que algunos no se han enterado y que ir¨¢n llegando en los siguientes d¨ªas. A los rezagados se les admite, no as¨ª a los que se adelantan. ¡°El primer d¨ªa tuvimos unos 200, ayer cerca de 500 y hoy ser¨¢n muchos m¨¢s¡±, asegura mientras sigue la m¨²sica. Entre los que trabajan en estas carpas, nadie parece tener la impresi¨®n de que la gente no busca su segunda dosis, como trascendi¨® el primer d¨ªa. Es la Semana Santa, quiz¨¢; que hay m¨¢s sedes para repartirse y que las redes sociales no alcanzan a todo el mundo, mucho menos a los mayores. ¡°Yo no puedo obligarles¡±, zanja Valdepe?a. ¡°Pero tampoco me voy a saltar el calendario, que para eso est¨¢. Algunos piden que les adelante porque ya tienen boletos de avi¨®n comprados. No podemos hacer eso¡±.
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