Israel Vallarta, 16 a?os en prisi¨®n sin sentencia y una amnist¨ªa con bendici¨®n presidencial

Un manto de sigilo envuelve el caso de Israel Vallarta, a punto de cumplir 16 a?os en la c¨¢rcel acusado de secuestro en un proceso pre?ado de irregularidades, torturas, documentos falsos, pruebas que ayer estaban y hoy desaparec¨ªan, versiones policiales mutantes y escenograf¨ªas dise?adas para la televisi¨®n. Si no fuera porque el asunto destroz¨® la vida de una familia, solo podr¨ªa calificarse de chiste: una enorme comedia de los Monty Python bajo el sello inconfundible de los a?os m¨¢s oscuros de la Administraci¨®n pol¨ªtica y judicial de M¨¦xico. Hoy, el Gobierno parece resuelto a poner fin a esta tragedia con trasfondo de venganza recurriendo a una amnist¨ªa que abra las rejas a un hombre que a¨²n no tiene sentencia.

El asunto no es f¨¢cil, sin embargo, y la Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n est¨¢ moviendo sus piezas con tensi¨®n de ajedrecista. Israel Vallarta ha prohibido que se d¨¦ informaci¨®n sobre su caso a la familia, de modo que el Gobierno ha optado por un perfil bajo y de la reuni¨®n que mantuvo el mi¨¦rcoles la titular de la Unidad de Apoyo al Sistema de Justicia, Paulina T¨¦llez, con los parientes del encarcelado se sabe poco. Sin embargo, Guadalupe Vallarta, la hermana de Israel, atesora una impresi¨®n tras ese encuentro: ¡°Yo creo que va a salir muy pronto¡±.

El mismo preso parece haberse convertido en su peor enemigo, decidido a cerrar victorioso este asunto, sin ayuda ni compasi¨®n. Total, ya ha pasado tantos a?os encerrado que uno m¨¢s¡­ ¡°?l no quiere que lo indulten ni que lo perdonen¡±. As¨ª lo interpreta su hermana Guadalupe, quien, como el resto de la familia, tiene vetadas las visitas a la prisi¨®n. Israel ha roto esos puentes, que solo mantiene tendidos con Mari Sainz, su actual pareja. Pero hace 15 a?os ten¨ªa otra novia, la francesa Florence Cassez. Ah¨ª empez¨® todo.

El caso Florence Cassez ha sido uno de los asuntos de corrupci¨®n policial y lodosos manejos pol¨ªticos m¨¢s sonados de M¨¦xico. Corr¨ªa 2005 y el jefe de la Agencia Federal de Investigaci¨®n, Genaro Garc¨ªa Luna, hoy encarcelado en Estados Unidos por supuestos v¨ªnculos con el narcotr¨¢fico, quiso hacer un favor a un amigo que quer¨ªa vengarse de su socio comercial, un tal Cassez, en la persona de su hermana, Florence. Inventaron un secuestro para inculpar a la francesa y a su novio. Garc¨ªa Luna, adem¨¢s, se quiso apuntar un tanto ante la opini¨®n p¨²blica: llam¨® a la televisi¨®n y les sirvi¨® en directo un burdo montaje en el que la polic¨ªa liberaba a tres personas del rancho las Chinitas. Bajo los focos, se declaraban inocentes Florence e Israel, ambos aturdidos, ¨¦l visiblemente torturado. Resulta que no los estaban deteniendo entonces, sino que lo hicieron el d¨ªa de antes, como qued¨® demostrado despu¨¦s. Dio tiempo a las torturas.

¡°A Garc¨ªa Luna el asunto se le fue de las manos¡±, dice el escritor mexicano Jorge Volpi, que convirti¨® en un libro el aberrante desatino que ten¨ªa con la boca abierta a todo el pa¨ªs. Una novela criminal narr¨® aquel desprop¨®sito que destruy¨® a una familia entera, varios de cuyos miembros pasaron por la c¨¢rcel en un proceso que crec¨ªa como la espuma a gusto de la polic¨ªa, que se prodigaba en desarticulaciones de bandas, como la de los Zod¨ªaco. Hoy, adem¨¢s de Israel, siguen presos un hermano, Mario, y un sobrino, Sergio. Pocos como Volpi conocen el entramado de este dram¨¢tico caso. Netflix ultima una serie en la que ha participado Florence Cassez, que vive en Dunkerque tras su liberaci¨®n en 2013. Para entonces, el Gobierno franc¨¦s hab¨ªa ense?ado al mexicano todos los dientes.

Sobre el caso se escribieron r¨ªos de tinta. Pero hoy emerge con fuerza un personaje que ha causado el efecto del viento en los rescoldos para que el presidente se decida a retomar el asunto y hablar de amnist¨ªa: Carlos Loret de Mola, quien transmiti¨® en directo el 9 de diciembre de 2005 aquel falso secuestro. El periodista fustiga al presidente desde su tribuna y L¨®pez Obrador lo ha convertido en su bestia negra cada ma?ana en las conferencias presidenciales. La animadversi¨®n que los une trajo de nuevo este caso a la pantalla el mi¨¦rcoles por la ma?ana. L¨®pez Obrador habl¨® de falsos montajes period¨ªsticos y el nombre de Israel Vallarta sali¨® de nuevo a colaci¨®n, esta vez con la promesa de estudiar el caso exhaustivamente en busca de una liberaci¨®n pol¨ªtica a falta de la judicial.

¡°El caso es que mi hermano tambi¨¦n parece querer un careo con Loret de Mola, cuando esa persona poco puede aportar ya al caso. Las pruebas, porque nosotros hemos tenido que demostrar la inocencia en lugar de ellos la culpabilidad, las hemos reunido durante a?os. Israel podr¨ªa haber salido de la c¨¢rcel el a?o pasado, pero¡­¡±, dice Guadalupe Vallarta, esperanzada en que, ahora s¨ª, podr¨¢n traerlo de vuelta a casa. El padre y la madre de los Vallarta murieron ¡°acosados por la polic¨ªa, hostigados en los juzgados¡± y con una petici¨®n de ¨²ltima hora: que nadie desfalleciera en la liberaci¨®n de los encarcelados. As¨ª lo relata Guadalupe, y en ello siguen empe?ados los parientes, aunque las relaciones, cosas de la c¨¢rcel, son ahora fr¨ªas. ¡°Es l¨®gico que mi hermano tenga algunos problemas emocionales¡±, justifica Guadalupe.

Quiz¨¢ hay m¨¢s razones para que el caso de Vallarta, a punto de cumplir 50 a?os, casi un tercio de su vida encerrado, haya cobrado visibilidad de nuevo. Es temporada electoral. Puede que eso influya, reflexiona Guadalupe, ¡°pero por lo menos le est¨¢n poniendo atenci¨®n a Israel¡±, afirma. El presidente, adem¨¢s, ha mostrado su determinaci¨®n de que no haya ¡°inocentes en las c¨¢rceles¡±. As¨ª lo expres¨® el mi¨¦rcoles en la conferencia diaria, donde la secretaria de Gobernaci¨®n, Olga S¨¢nchez Cordero, se?al¨® m¨¢s de 35 casos que prepara su departamento para que la justicia les conceda una amnist¨ªa. Guadalupe considera que la intenci¨®n del presidente es genuina. ¡°Creo que tiene la voluntad de conocer y hacer justicia y de que Israel sea liberado¡±. En M¨¦xico, un pa¨ªs con un sistema fuertemente presidencial, puede aplicarse la m¨¢xima del Vaticano. Roma locuta, causa finita. Y el presidente ha hablado.

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