El aire que mata en Am¨¦rica Latina
Adem¨¢s de las emisiones que contribuyen al calentamiento global, el impacto ambiental humano tiene un efecto mucho m¨¢s inmediato en la calidad de vida de millones de personas a trav¨¦s de las diminutas part¨ªculas que acabamos por respirar
Mientras la COP26 se centra en los impactos de largo plazo de las emisiones humanas en la atm¨®sfera, otros efectos de largo plazo llevan d¨¦cadas dej¨¢ndose sentir en la poblaci¨®n de las ciudades de Am¨¦rica Latina: los de la poluci¨®n de part¨ªculas que, aunque no duran lo suficiente en el ambiente para determinar el calentamiento global como s¨ª lo hacen otras como las de di¨®xido de carbono, s¨ª alcanzan a producir miles de muertes y p¨¦rdidas de calidad de vida a lo largo y ancho del continente. As¨ª, la poluci¨®n ambiental y el cambio clim¨¢tico son, en palabras del Programa Medioambiental de las Naciones Unidas (PMNU), dos caras de la misma moneda: la del mantenimiento de est¨¢ndares de bienestar a trav¨¦s del uso intensivo de ciertos formatos energ¨¦ticos, de consumo y de producci¨®n, tanto agr¨ªcola como industrial. La buena noticia es atacar que una ayuda con la otra. La mala es que, mientras no se solucione ninguna de las dos, sus respectivos da?os se acumulan e incluso, en ciertos aspectos, se llegan a multiplicar.
Las grandes ¨¢reas metropolitanas acumulan la mayor parte de la poluci¨®n ambiental. No s¨®lo por tama?o: la congesti¨®n que viene con la densidad y el tama?o aumenta las emisiones de manera no lineal, y tambi¨¦n favorece que impacten a m¨¢s personas (los habitantes de las propias ciudades). Los ¡®puntos negros¡¯ m¨¢s destacados est¨¢n en las propias periferias de aglomeraciones como la de Lima, Ciudad de Guatemala, Monterrey, Medell¨ªn (encajada dentro de un valle) o Brasilia (que sufre la penalidad de ser una ciudad dise?ada para el coche). Pero tambi¨¦n en n¨²cleos no tan grandes como La Paz o en un rosario de ciudades medianas en la cordillera andina de Chile cuyos hogares dependen de combustibles como la le?a o el carb¨®n en el d¨ªa a d¨ªa.
Porque el otro patr¨®n geogr¨¢fico claro que se adivina en la distribuci¨®n americana de la poluci¨®n ambiental (y que se reproduce en todo el mundo) es el econ¨®mico. Esta relaci¨®n tiene, hist¨®ricamente, forma de pico: durante las primeras fases del crecimiento, el aumento de emisiones indica una adopci¨®n intensa de combustibles f¨®siles y otros recursos en los que apoyarse para seguir creciendo. Pero, llegado a un punto, la relaci¨®n se da la vuelta, porque se abre la posibilidad de emplear fuentes que no generan part¨ªculas (por ejemplo, sustituyendo le?a por gas en la cocina) o que lo hacen de manera m¨¢s reducida (los motores de combusti¨®n actuales en comparaci¨®n con versiones anteriores).
Los pa¨ªses con m¨¢s muertes per capita a causa de la poluci¨®n se cuentan entre los m¨¢s pobres de la regi¨®n, mientras que los que han logrado reducir esta tasa suelen ser los de mayor ingreso. En el primer grupo, son los combustibles en el hogar (le?a, carb¨®n pero tambi¨¦n keroseno y otros derivados f¨®siles) los que empujan al alza las cifras de la mayor¨ªa, especialmente en Am¨¦rica Central, Paraguay y (algo menos) Bolivia.
Una vez minimizado este problema, las part¨ªculas en el exterior se vuelven protagonistas: en Uruguay o Costa Rica, el 90% de muertes relacionables a la poluci¨®n vienen de ah¨ª.
En consecuencia, es en realidad la combusti¨®n de interiores la que guarda una relaci¨®n m¨¢s clara con el grado de desarrollo econ¨®mico, medido en PIB per capita. Las part¨ªculas en el exterior (tampoco las que tienen que ver con el ozono) no presentan v¨ªnculo alguno, sugiriendo que en Am¨¦rica Latina (y, en realidad, en la mayor parte del mundo).
Comparativamente, la combusti¨®n en el hogar es un objetivo m¨¢s f¨¢cil a abatir, al menos a la luz de los datos: en los ¨²ltimos 27 a?os, la inmensa mayor¨ªa en la reducci¨®n de muertes atribuibles a la poluci¨®n en la regi¨®n puede atribuirse f¨¢cilmente a las que ten¨ªan que ver con el uso privado, en interiores.
En consecuencia, han sido precisamente pa¨ªses como Guatemala o Bolivia los que han reducido m¨¢s sus muertes per capita en t¨¦rminos absolutos. Para Uruguay, Panam¨¢ o Costa Rica las mejoras relativas son igual de importantes, pero, al partir de mejores niveles, significan menos vidas salvadas una por una.
Esta resistencia relativa de los fallecimientos por las fuentes externas de poluci¨®n se aprecia particularmente bien con la cifra de porcentaje de poblaci¨®n expuesta a niveles que la OMS considera como excesivos: la pr¨¢ctica totalidad del continente latinoamericano lo estar¨ªa. En consecuencia, se estima que en lugares como M¨¦xico una de cada 18 muertes est¨¢ relacionada con la poluci¨®n.
Efectos multiplicados
Todos estos son precisamente los efectos inmediatos sobre la salud de las personas que se suman a los que ya producen por s¨ª mismos los usos de combustibles f¨®siles sobre el clima a largo plazo. Pero adem¨¢s de ellos, la poluci¨®n ambiental puede influir negativamente sobre el calentamiento global, produciendo una multiplicaci¨®n de costos. Una de esas v¨ªas es, seg¨²n UNEP: ¡°la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica en forma de part¨ªculas procedentes de los motores di¨¦sel circula por todo el planeta y acaba en los lugares m¨¢s remotos, incluidas las regiones polares. Al caer sobre el hielo y la nieve, los oscurece ligeramente, lo que hace que se refleje menos luz solar en el espacio y contribuye al calentamiento global¡±. El UNEP ofrece otro ejemplo en la misma l¨ªnea: ¡°las temperaturas ligeramente m¨¢s c¨¢lidas animan a las plantas de la regi¨®n sub¨¢rtica a crecer un poco m¨¢s, y a medida que crecen a trav¨¦s de la nieve proyectan una sombra que, al multiplicarse por millones de peque?as plantas, tambi¨¦n tiene el efecto de oscurecer la superficie de la Tierra, lo que conduce a un mayor calentamiento¡±.
Desde esta perspectiva, y aunque el objetivo final se mantenga sobre el cambio clim¨¢tico, al menos algunos avances de los que se logren en la actual Cumbre del Clima deber¨ªan mejorar las perspectivas vitales de los habitantes de Am¨¦rica Latina en m¨¢s de un frente por vez.
Metodolog¨ªa y fuentes. Los datos de efectos sobre la salud vienen originariamente del Global Burden of Disease, Banco Mundial; recopilado y publicado en ¡®Our World in Data - Air Pollution¡¯, por Hannah Ritchie y Max Roser.
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