Laura Filloy: ¡°Los museos de arte a veces nos intimidan¡±
La arque¨®loga es la primera mexicana nombrada curadora de la colecci¨®n de objetos prehisp¨¢nicos del Museo Metropolitan de Nueva York

El museo Metropolitan de Nueva York conserva en su colecci¨®n m¨¢s de 6.000 objetos que fueron creados hace siglos en el territorio que actualmente ocupa Am¨¦rica. Son vasijas olmecas, m¨¢scaras de jade, esculturas de piedra aztecas, tejidos de Per¨² o figuras de concha ta¨ªnas que comparten con artefactos de ?frica y Ocean¨ªa la galer¨ªa Michael C. Rockefeller del Met, abierta al p¨²blico en 1982. Tras 40 a?os, la instituci¨®n privada ha iniciado una remodelaci¨®n del espacio, ¡°una completa revisi¨®n conceptual y f¨ªsica¡± que estar¨¢ lista en noviembre de 2024. En el equipo, est¨¢ la investigadora mexicana Laura Filloy, doctora en Arqueolog¨ªa por la Universidad de Par¨ªs, que ha sido nombrada curadora asociada de la colecci¨®n de objetos prehisp¨¢nicos. ¡°El desaf¨ªo es encontrar un espacio propio para el arte de Am¨¦rica en el museo¡±, cuenta desde Nueva York, donde se instal¨® en febrero.
Filloy (Ciudad de M¨¦xico, 55 a?os) se?ala que la colecci¨®n americana tendr¨¢ ¡°un nuevo espacio discursivo¡± dentro de la sala de 40.000 metros cuadrados que mira al Central Park. ¡°La doctora Joanne Pillsbury, que es experta en el arte de Sudam¨¦rica, y yo, que llego a complementar la parte desde Centroam¨¦rica hacia el norte, buscaremos el di¨¢logo para dar voz a todos estos objetos, que tienen una profundidad cultural de m¨¢s de 4.000 a?os¡±, explica Filloy, que ser¨¢ la primera mexicana en ocupar el cargo en el museo estadounidense. En su a?os como conservadora, se ha interesado especialmente por las biograf¨ªas de objetos milenarios: ha estudiado, por ejemplo, piezas como el chimalli, un escudo de piel y plumas que se conserva en el Museo de Historia de M¨¦xico. ¡°Lo m¨¢s importante¡±, dice, ¡°es tratar de darle la voz a estos artistas del pasado y traerlos al presente¡±.
Pregunta. ?C¨®mo es el encaje de piezas arqueol¨®gicas dentro de un museo de arte?
Respuesta. Pues precisamente hay que tratar de entenderlas en el marco de lo que es una producci¨®n art¨ªstica, una materializaci¨®n de la creatividad y las ideas que hay detr¨¢s de un objeto. En estos a?os, sabemos m¨¢s de la historia de los hombres que vivieron en este continente a trav¨¦s de ellos mismos. Se ha profundizado, por ejemplo, en el conocimiento de la escritura maya y sabemos m¨¢s acerca de esta producci¨®n art¨ªstica desde la voz de sus creadores. Si bien no en todas las culturas se firmaban las obras, s¨ª hay obras que est¨¢n firmadas. Por ejemplo, en el arte maya existe una intencionalidad de los creadores por tomar un espacio creativo y decir ¡®nosotros somos quienes hicimos esto¡¯.
Es interesante que, en este momento en M¨¦xico, en el Museo de Bellas Artes, se le d¨¦ un espacio al arte ind¨ªgena contempor¨¢neo. En general est¨¢ en el museo de Antropolog¨ªa o en el de Artes Populares, pero ahora encuentra su espacio precisamente en este recinto dedicado a las bellas artes y eso es s¨²per significativo. Est¨¢ habiendo un cambio en la manera de ver las cosas.
P. ?Cu¨¢l es el mayor desaf¨ªo de este nuevo cargo?
R. Uno de los desaf¨ªos es tratar de encontrar un espacio propio para el arte de Am¨¦rica en el museo. Desde la creaci¨®n del Metropolitan, las colecciones de Am¨¦rica no hab¨ªan encontrado su lugar en el mundo de la creaci¨®n art¨ªstica universal. Esto es por la historia del arte en s¨ª, y la ubicaci¨®n del arte de M¨¦xico siempre ha sido compleja. Muchos de los objetos estuvieron incluidos en la colecci¨®n de escultura, despu¨¦s pasaron al arte del Renacimiento, al arte del posrenacimiento, incluso a las artes decorativas. Es decir, no encontraban su espacio como producci¨®n art¨ªstica de una regi¨®n y varias culturas.
La renovaci¨®n de las salas va a lograr eso. Por un lado, va a estar en un espacio del museo muy importante: la galer¨ªa Michael C. Rockefeller es muy amplia y da hacia el Central Park. Los objetos de Am¨¦rica van a estar en esa zona, donde ingresa mucha luz natural, lo que nos va a permitir ver los objetos de otra manera. Tradicionalmente las piezas est¨¢n colocadas en espacios cerrados con poca iluminaci¨®n o donde no es posible ver las cualidades que tienen los materiales y la manera en que se hicieron. El continente estar¨¢ en di¨¢logo, pero cada una de las culturas hablar¨¢ por s¨ª misma. Y estar¨¢, por la tradici¨®n de c¨®mo llegaron los objetos al museo, tambi¨¦n con el arte de ?frica y el arte de Ocean¨ªa. Pero no revuelto.

P. ?C¨®mo llegaron al museo?
R. Las colecciones del Metropolitan est¨¢n enmarcadas en el inter¨¦s del siglo XIX por conocer la producci¨®n y el arte americano, y tratar de entender las conexiones con otras tradiciones art¨ªsticas del mundo. Estos objetos americanos, en general en el mundo, eran m¨¢s del inter¨¦s de antrop¨®logos, arque¨®logos, incluso ge¨®logos. En general las colecciones de Am¨¦rica estaban ubicadas en los museos de Historia Natural. El Met tiene un inter¨¦s muy temprano por explorar las caracter¨ªsticas de estos objetos como creaciones art¨ªsticas, donde se vea la innovaci¨®n y la creatividad. O sea, reconocer a la gente que est¨¢ detr¨¢s de estos objetos y posicionar el arte de Am¨¦rica en el lenguaje universal del arte.
P. Hace dos siglos los museos eran ¡°c¨¢maras de las maravillas¡±. ?Cu¨¢l es hoy la funci¨®n de un museo como el Met?
R. Los museos son para el p¨²blico. Y su deber es transmitir de diferentes maneras los avances en el conocimiento, desde la perspectiva que tengan. A fin de cuentas todos estamos dedicados al estudio de la producci¨®n humana. Para m¨ª algo muy importante es tratar de acercar al museo a la mayor diversidad de p¨²blicos y no solamente pensar en el p¨²blico culto, o en el p¨²blico conocedor. Me gustar¨ªa tratar de acercarme a las comunidades que en general no van a los museos de arte. A veces nos intimidan los museos de arte, nos acercamos m¨¢s a un museo de historia natural.
P. Como parte de la remodelaci¨®n de la sala, ?habr¨¢ tambi¨¦n una revisi¨®n conceptual y de narrativa?
R. Claro que s¨ª. La colecci¨®n se ha revisado a lo largo de estos a?os, pero no solo eso, sino que en estos 40 a?os ha habido un avance sustancial en el ¨¢mbito de los estudios prehisp¨¢nicos en todo el mundo. La idea es retomar lo que se sabe de la colecci¨®n en particular y ampliarlo con lo que lo que ha avanzado el estudio de la historia del arte, la arqueolog¨ªa, la antropolog¨ªa y el estudio de los materiales. Por otro lado, tambi¨¦n se ha buscado que colegas expertos de las diferentes ¨¢reas culturales se involucren con ideas sobre c¨®mo narrar mejor estos objetos en el contexto espec¨ªfico de la producci¨®n art¨ªstica y tratar de encontrar un di¨¢logo entre estas piezas.
P. ?Cu¨¢l le gustar¨ªa que sea su aporte?
R. Me gusta contar historias y tratar de que el p¨²blico no vea solamente un objeto, sino que el objeto le mueva algunas fibras, que le haga pensar m¨¢s all¨¢ de la forma o del material, y ver el objeto como un contenedor de ideas. Otra cosa que es interesante es ver la materialidad de los objetos y entenderla desde la perspectiva del artista, por qu¨¦ es que seleccion¨® cierto tipo de materiales. Puede ser porque le permit¨ªa hacer un tipo de trabajo, pero tambi¨¦n estas materias est¨¢n imbuidas con significados. Me gustar¨ªa, por ejemplo, que pudi¨¦ramos apreciar la transparencia de las piedras verdes: pensamos que los jades son piedras densas, pero no, si las vemos con otro tipo de luz podemos percibir esta transparencia, estos verdes que estaban relacionados con conceptos importantes para los mayas. Siempre me ha interesado contar las biograf¨ªas de los objetos, o sea, entenderlos desde el contexto de por qu¨¦, c¨®mo y por qui¨¦nes fueron creados, y cu¨¢l ha sido su historia.
P. Es dif¨ªcil determinar la procedencia de piezas que salieron hace siglos del territorio donde fueron creados.
R. S¨ª, precisamente el avance que ha habido en el estudio de los de los estilos, de las t¨¦cnicas, de los materiales de estos objetos permite contextualizarlos y ubicarlos en una temporalidad y en una geograf¨ªa. En el Museo Metropolitan hay un gran equipo cient¨ªfico que apoya esta parte de la investigaci¨®n y existen tambi¨¦n registros que dan cuenta de esta historia posterior de los objetos y que nos permiten rastrear bastante de su historia.
P. En diferentes pa¨ªses se viene dando el debate sobre la devoluci¨®n de piezas arqueol¨®gicas a los pa¨ªses que las reclaman. Recientemente, Francia entreg¨® un lote a Ben¨ªn, por ejemplo, y en enero dos mexicanos introdujeron audiogu¨ªas falsas para abrir el debate en Viena sobre el traslado del penacho de Moctezuma. ?Cu¨¢l es su postura sobre la devoluci¨®n de piezas arqueol¨®gicas que conservan los museos?
R. Es complicado porque acabo de llegar al museo. Todav¨ªa no tengo todas las herramientas para poder dar una respuesta desde mi puesto actual. Lo que s¨ª puedo decir es que los museos son espacios de conservaci¨®n, de di¨¢logo y de transmisi¨®n de conocimiento, y eso es lo que debemos de fomentar. Ahora, habr¨¢ otros puntos que hay que considerar, y creo que Alisa LaGamma puede dar una mejor respuesta, ya que es la curadora de las colecciones de ?frica [del Met] y ha participado en este tipo de iniciativas.

P. ?Dentro del museo este debate se est¨¢ dando?
R. Me es dif¨ªcil contestar. Pero s¨ª hay una sensibilidad dentro del museo. Alisa LaGamma, la curadora de ?frica, naci¨® en ?frica, y Maia Nuku es la curadora Ocean¨ªa y sus ancestros son maor¨ªs, y ahora Joanne Pillsbury y yo agregamos el lado americano a este departamento. Es dar la voz a las comunidades de origen. S¨ª hay experiencias, pero no puedo hablar de ellas porque no las he conocido. Pero tanto Ocean¨ªa como ?frica han estado involucradas en este discurso que se est¨¢ dando a nivel mundial.
P. En M¨¦xico, el Gobierno insiste en los esfuerzos por traer las piezas desde el exterior.
R. No estoy muy metida en esa parte pol¨ªtica de asunto. En M¨¦xico tenemos unos recintos muse¨ªsticos incre¨ªbles, tenemos unas colecciones maravillosas, tenemos un patrimonio cultural ampl¨ªsimo y tendr¨ªamos que estar preocupados porque hubiera dinero para estudiar ese patrimonio, conocerlo, difundirlo y hacerlo del conocimiento no solamente local, sino tambi¨¦n mundial. Viajar dentro del territorio, ir a otro lado y conocer lo que hace el otro, es importante, y si uno tiene la oportunidad de viajar m¨¢s all¨¢ de las fronteras y ver otro tipo de producci¨®n humana es incre¨ªble, te hace entender mucho de c¨®mo funciona el mundo.
P. Por otro lado, el sindicato nacional de restauradores del Instituto Nacional de Antropolog¨ªa e Historia (INAH) lleva meses reclamando mejoras. Usted ha sido activa en apoyar ese pedido. ?C¨®mo las reducciones de presupuesto ponen el patrimonio en riesgo?
R. Podr¨ªamos pensarlo justo al rev¨¦s. Tendr¨ªamos que estar buscando la manera de tener presupuesto para poder seguir estudiando, conservando, valorando y protegiendo el patrimonio cultural. Obviamente, no solamente es presupuesto directo y asociado a la conservaci¨®n, sino tambi¨¦n a su estudio y a su difusi¨®n. A falta de recursos, obviamente, es dif¨ªcil llevar a cabo las tareas que tienen que ver con este gran mundo de la protecci¨®n y el estudio del patrimonio cultural. Lo esperable ser¨ªa que la tendencia mundial fuera de tener m¨¢s presupuesto para la cultura y para la educaci¨®n. Yo creo que eso nos va a ser mejores como como seres humanos. La situaci¨®n en M¨¦xico es compleja, pero tambi¨¦n existe capital humano que da todo por proteger el patrimonio, por entenderlo, por estudiarlo, por comprenderlo y por difundirlo.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.