El lejano efecto colateral del Tren Maya: la destrucci¨®n de un cerro en un ¨¢rea protegida de Veracruz

En la Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas hay monos ara?a y saraguatos, tucanes y ¨¢guilas elegantes, cacomixtles y loros cariamarillos. Bosques mes¨®filos de monta?a, selva perennifolia y manglares. En ella se han encontrado vestigios arqueol¨®gicos que revelan la presencia de los olmecas hace milenios. Tambi¨¦n hay, desde hace un a?o, decenas de m¨¢quinas retroexcavadoras y camiones de carga para extraer roca de uno de sus cerros, el de Balzapote, a orillas del Golfo de M¨¦xico. Es la secuela que est¨¢ teniendo a cientos de kil¨®metros de la pen¨ªnsula de Yucat¨¢n el Tren Maya, el proyecto estrella del presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Activistas y abogados ambientalistas cuestionan la legalidad de la cantera, que est¨¢ utilizando un permiso invalidado por la Suprema Corte.

La opacidad es total, como un enorme muro de concreto. Entendible por la naturaleza del proyecto, pero no por eso menos sorprendente. La Secretar¨ªa de Medio Ambiente no contesta. La Procuradur¨ªa de Medio Ambiente de Veracruz no contesta. El Gobierno de ese Estado no contesta. Es como si un pacto de silencio se hubiera posado sobre este asunto, a la vez tan dif¨ªcil de ocultar a la vista: un pe?¨®n comido por la maquinaria, un cerro rebanado casi hasta su base, monta?as de piedra reci¨¦n extra¨ªda y triturada, el trasiego continuo de camiones, el polvo de la cantera entremezcl¨¢ndose con la bruma del mar.

Lo que es un hecho es que en abril del a?o pasado llegaron las m¨¢quinas a esa ?rea Natural Protegida y empezaron a extraer poco a poco la piedra del cerro de Balzapote hasta que lo dejaron en los huesos. La monta?a est¨¢ compuesta por dura roca bas¨¢ltica, codiciada en los proyectos de infraestructura porque permite estabilizar los suelos. En este caso, el del Tren Maya. En julio de 2021, la Administraci¨®n Portuaria de Veracruz anunciaba el traslado de 7.000 toneladas de piedra bas¨¢ltica desde all¨ª para la construcci¨®n del tramo 2 del ferrocarril. Cuenta Eduardo ?lvarez, de la asociaci¨®n Defensores del Medio Ambiente de Los Tuxtlas y quien fuera gu¨ªa ecotur¨ªstico en la zona por m¨¢s de una d¨¦cada, que sol¨ªa llevar a los visitantes al mirador que se alzaba en lo alto del pe?¨®n. Tambi¨¦n hac¨ªa r¨¢pel y escalada libre, disfrutando de las vistas del inmenso Golfo de M¨¦xico.

La explotaci¨®n del cerro de Balzapote ha logrado pasar casi inadvertida porque cuenta con el aval de los ejidatarios que viven en la zona, dice ?lvarez. Las comunidades ya estaban asentadas all¨ª cuando, en 1998, se declar¨® a Los Tuxtlas como Reserva de la Biosfera. La escasez de trabajo y las necesidades universales de las ¨¢reas rurales de M¨¦xico llevaron a los ejidatarios a buscar otras formas de conseguir un sustento y encontraron en las canteras una v¨ªa para hacerlo. Ya en los a?os ochenta se hab¨ªa extra¨ªdo roca de Balzapote, pero la naturaleza se encarg¨® de regenerarlo con el paso del tiempo. All¨ª se encontraba, hasta el a?o pasado, una colonia de monos aulladores, una de las especies m¨¢s representativas de la zona junto con el saraguato o el tuc¨¢n. Cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, la historia se repite.

¡°Ese cerro era como una protecci¨®n natural contra eventos meteorol¨®gicos, como los huracanes. Vamos a estar m¨¢s vulnerables sin esa protecci¨®n¡±, lamenta el ambientalista. ¡°No se tom¨® en consideraci¨®n eso, solo ven lo que pueden obtener de recursos y no ven todo lo dem¨¢s¡±. El cerro es solo un peque?o punto en la gigantesca reserva, de m¨¢s de 155.000 hect¨¢reas, una de las m¨¢s estudiadas de M¨¦xico gracias a la estaci¨®n de biolog¨ªa tropical de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM), que lleva all¨ª desde los a?os 60. La direcci¨®n de esa estaci¨®n tambi¨¦n ha preferido no comentar sobre el asunto. En todo caso, los n¨²meros que ofrece sobre el lugar son apabullantes: m¨¢s de 3.000 especies de plantas, 565 de aves, casi 140 de mam¨ªferos, 160 de anfibios y reptiles y otras m¨¢s de 1.000 de insectos. En la reserva tambi¨¦n se encuentran siete grandes volcanes, como el de San Mart¨ªn Tuxtla, y el Lago de Catemaco, el tercer cuerpo de agua m¨¢s extenso de M¨¦xico.

Katya Andrade Escobar, directora de la Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas -que tampoco atendi¨® a las llamadas de este peri¨®dico-, asegur¨® a medios locales en abril que la Secretar¨ªa de Medio Ambiente (Semarnat) est¨¢ reutilizando un permiso que hab¨ªa otorgado en 2014 para la extracci¨®n de roca en ese cerro, originalmente destinado al proyecto de ampliaci¨®n del Puerto de Veracruz. Aquella autorizaci¨®n nunca se consum¨®, porque por aquel entonces Eduardo ?lvarez y otros ambientalistas organizaron un movimiento llamado La roca no se toca, y la presi¨®n ciudadana consigui¨® parar la cantera. Tambi¨¦n influy¨® la oposici¨®n a la ampliaci¨®n del puerto, que incluso logr¨® este a?o que la Suprema Corte de Justicia frenase la obra.

El permiso de 2014 sigue existiendo en la base de datos de la Semarnat. Se busca la clave 30VE2014FD006 y se encuentra una resoluci¨®n que autoriza extraer dos millones de metros c¨²bicos de roca de Balzapote, por un periodo de cuatro a?os. Lo que se desconoce es si est¨¢n reutilizando ese permiso de forma legal. A las reiteradas preguntas de este diario, la Semarnat ha preferido no dar entrevista y tampoco ha respondido, despu¨¦s de cuatro semanas, al cuestionario enviado. La abogada del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) Yoatzin Popoca afirma que las autoridades no est¨¢n respetando la ley porque aquel permiso de 2014 qued¨® ¡°insubsistente¡± desde abril de este a?o. La explicaci¨®n es que la decisi¨®n de la Suprema Corte de frenar la ampliaci¨®n del puerto de Veracruz invalid¨® todos los permisos relacionados con ese proyecto, incluidos los bancos de extracci¨®n de piedra de Balzapote. ¡°Ya est¨¢n en la completa ilegalidad si siguen sacando piedra¡±, dice con firmeza la abogada.

Al ser preguntado por este peri¨®dico sobre el tema, el Procurador de Medio Ambiente de Veracruz, Sergio Rodr¨ªguez, respondi¨® con un cr¨ªptico mensaje de WhatsApp: ¡°Traen procedimientos abiertos todos¡±. Entonces empez¨® un confuso intercambio de mensajes e intentos de llamadas no respondidas. Su ¨²ltima comunicaci¨®n: ¡°No te puedo ayudar mucho, porque, repito, est¨¢n intervenidas y no puedo dar mucha informaci¨®n¡±. Ocho d¨ªas de llamadas despu¨¦s, nada.

El Gobernador del Estado, Cuitl¨¢huac Garc¨ªa, s¨ª que se anim¨® a hablar brevemente sobre el caso durante la conferencia matutina de L¨®pez Obrador en Veracruz el pasado 22 de abril. Al ser preguntado por la explotaci¨®n del cerro de Balzapote para la construcci¨®n del Tren Maya, Garc¨ªa respondi¨®: ¡°En efecto, hay bancos en la zona de Los Tuxtlas, todos cuentan con manifestaci¨®n de impacto ambiental (MIA) federal. El Estado, a trav¨¦s de la Profepa, los ha intervenido, y tambi¨¦n estamos ya en la firma del convenio para la remediaci¨®n y compensaci¨®n ambiental. Los empresarios est¨¢n en toda la disposici¨®n de colaborar en ello¡±. Las reiteradas llamadas y mensajes de este diario al responsable de prensa del Gobierno del Estado para ahondar en esa declaraci¨®n tampoco han sido atendidas hasta el momento.

Lo que est¨¢ claro es que la Procuradur¨ªa del Medio Ambiente estatal est¨¢ investigando algo, lo que apunta a una sospecha de ilegalidad. Los medios locales tambi¨¦n se han referido a otra Manifestaci¨®n de Impacto Ambiental presentada el a?o pasado para la explotaci¨®n de piedra en Balzapote, la que se puede encontrar con la clave 30VE2020ID107. Pero el resolutivo emitido por la autoridad explica que ese tr¨¢mite ha caducado porque el interesado no present¨® la informaci¨®n requerida por la Semarnat. Y, mientras la cuesti¨®n legal se enreda, la extracci¨®n de piedra contin¨²a.

En cualquier caso, el impacto de la destrucci¨®n del cerro de Balzapote es peque?o si se compara con el resto de amenazas que sufre la reserva desde hace d¨¦cadas, seg¨²n un bi¨®logo que trabaja en la zona y que se anim¨® a hablar, aunque bajo condici¨®n de anonimato por miedo a represalias. ¡°Hay una devastaci¨®n general en toda la zona n¨²cleo. Hay un grupo de gentes a las que expropiaron, pero que nunca se fueron y ahora est¨¢n lotificando, deforestando, invadiendo terrenos de otros, es un desastre la situaci¨®n¡±. La propia Comisi¨®n Nacional de ?reas Naturales Protegidas (Conanp) reconoce que, entre 1980 y 2007, la p¨¦rdida de cobertura forestal ha superado las 1.000 hect¨¢reas por a?o. A juzgar por los datos, el Tren Maya es solo la punta del iceberg de lo que est¨¢ pasando en la Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas.

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