Dani Alves pone a Ciudad Universitaria a sus pies
El futbolista brasile?o hace su debut en M¨¦xico con los Pumas en un estadio Ol¨ªmpico Universitario con m¨¢s de 35.000 aficionados
En el estadio Ol¨ªmpico Universitario se han visto proezas irrepetibles en el deporte. Del salto de longitud de Bob Beamon de 8,90 metros que nadie ha batido, el grito con el pu?o en alto en contra de la violencia racial de John Carlos y Tommie Smith a un Diego Armando Maradona imbatible durante la fase de grupos en el Mundial de 1986. Ah¨ª mismo aterriz¨® un Dani Alves, que cambia el estr¨¦s por la sonrisa perpetua. El brasile?o, en una gambeta tan imposible como insospechada, ya hizo su debut con los Pumas. Complet¨® los 90 minutos y dio la asistencia para el gol del empate frente a Mazatl¨¢n (1-1) en el ¨²ltimo minuto. ¡°Para empezar, no est¨¢ mal, apenas llegu¨¦¡°, resumi¨® el veterano.
Alves ha tenido un ritmo de juvenil reci¨¦n fichado en Europa. Arrib¨® a la capital mexicana un viernes por la tarde, al otro d¨ªa dej¨® de lado el jet lag para firmar su contrato, ser presentado y realizar su primer entrenamiento. Un par de d¨ªas despu¨¦s, viaj¨® a Guatemala a tramitar su visa de trabajo y volver para entrenar. Su titularidad de este mi¨¦rcoles era un respaldo a la constancia del brasile?o. El primer partido de Alves, de 39 a?os, cay¨® a mitad de semana debido al calendario. La lluvia parec¨ªa ahuyentar a los aficionados, pero no todos los d¨ªas pod¨ªan tener en su campo a un multicampe¨®n. Esto parec¨ªa, con m¨¢s de 35.000 aficionados, m¨¢s una noche de final que la quinta fecha de la Liga MX
Con botines verde chillante, Dani Alves se present¨® ante los suyos. Los aficionados mexicanos le dedicaron el primer c¨¢ntico para consentirlo: ¡°?O¨¦, o¨¦, Dani, Dani, o¨¦, o¨¦!¡±. El brasile?o les respondi¨® con un aplauso. La m¨²sica del estadio pas¨® de The Weeknd a Mas que nada de S¨¦rgio Mendes, un clich¨¦ v¨¢lido para esta noche. El futbolista fue investido como uno m¨¢s de Pumas cuando levant¨® el pu?o en alto y escuch¨® el himno universitario, ceremonia de abolengo en la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM).
Alves mut¨® sobre el terreno: fue un mediocampista diestro, dispuesto a servir pases m¨¢s que correr. Con cada jugada, cada toque, era vitoreado. Incluso si solo pegaba la carrera de rutina. Cuando cobr¨® su primer tiro de esquina fue celebrado como un gol. Eso s¨ª, cuando alguien le comet¨ªa falta, el alboroto era como si se hubiesen denigrado los murales de Siqueiros o de O¡¯Gorman.
La noche que iba a ser de Alves, fue robada por los de Mazatl¨¢n a falta de 15 minutos del final con un gol que silenci¨® las gradas. Los Pumas hab¨ªan mostrado m¨¢s al ataque, pero se empacharon de tanto toque. El tiempo se agotaba y los felinos se aferraban a esas ¨²ltimas jugadas para empatar. Alves, con el guion ya escrito en sus piernas, cobr¨® un tiro de esquina justo para que su compa?ero Nicol¨¢s Freire hiciera el 1-1. Alegr¨ªa para los universitarios que no se quer¨ªan ir sin nada en el bolsillo con las estad¨ªsticas a su favor: 20 tiros a puerta por solo siete de sus rivales; 427 pases de los felinos frente a solo 284 de los de Sinaloa. ¡°[Alves] es alguien que contagia, con much¨ªsimo recorrido, anticipa muchas cosas. Tiene una lectura diferente. Es un privilegio de escucharlo, habla bastante. Es un aprendizaje tambi¨¦n, debe de tener 3.000 batallas luchadas¡°, valor¨® su entrenado, Andr¨¦s Lillini. El nuevo ¨ªdolo puma, Dani Alves, ya dio motivos para creer en que pelea en serio por un lugar en el Mundial de Qatar con Brasil.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.