Los puntos ciegos del desastre minero en Coahuila
Cuatro especialistas exponen sus dudas y preocupaciones tras el colapso de la mina de Sabinas: desde las negligencias y las precarias condiciones laborales hasta las sospechas de corrupci¨®n y el dif¨ªcil reparto de responsabilidades
Sabinas ha aguantado la respiraci¨®n durante m¨¢s de una semana, a la espera de tener noticias de los 10 trabajadores que quedaron atrapados tras el derrumbe de una mina de carb¨®n del pasado 3 de agosto. La angustia del rescate tras la inundaci¨®n del pozo se ha topado con otra incertidumbre alrededor del desastre en Coahuila: un alud de irregularidades, sospechas de corrupci¨®n y negligencias que detonaron el colapso y han dificultado las labores de rescate. Cuatro especialistas en Geolog¨ªa, Protecci¨®n Civil y Miner¨ªa desgranan sus dudas y cuestionamientos sobre cu¨¢les fueron las fallas que se cometieron, qui¨¦nes fueron los responsables y qu¨¦ tiene que cambiar en la industria para evitar que una emergencia como esta vuelva a repetirse.
¡°Solo nos queda esperar un milagro¡±, afirma el ge¨®logo Delfino Hern¨¢ndez, con m¨¢s de 25 a?os de experiencia en Protecci¨®n Civil y Gesti¨®n de Riesgos. El acad¨¦mico de la Universidad Aut¨®noma Metropolitana (UAM) pone en la mira todas las normas oficiales de prevenci¨®n que no se cumplieron: desde lineamientos espec¨ªficos sobre la seguridad en minas subterr¨¢neas hasta protocolos de emergencia, medidas de mitigaci¨®n de riesgos y reglamentos pertinentes sobre se?alizaci¨®n, trabajo en alturas, equipo necesario, explotaci¨®n y trabajo de obras. Hern¨¢ndez, certificado en varias de estas normas, asegura que se dejaron de hacer muchas cosas: ¡°Es un sinf¨ªn de incumplimientos e irregularidades¡±.
Wendy Morales y Sergio Rodr¨ªguez, acad¨¦micos del Instituto de Geolog¨ªa de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM), subrayan que en el caso de Sabinas todo indica que no se tomaron las precauciones necesarias ante la presencia de agua y gas metano en el subsuelo ni se estudiaron las condiciones geol¨®gicas que pod¨ªan afectar la extracci¨®n de carb¨®n. Tampoco funcionaron los sistemas de alarma, las rutas de evacuaci¨®n ni hubo un seguimiento de la obra civil, de la estructura o de la necesidad de estabilizar el pozo y los t¨²neles, de acuerdo con la informaci¨®n que se ha hecho p¨²blica. Los investigadores se?alan que no hay planos de la mina, bit¨¢coras para monitorear el trabajo de los mineros ni documentos que acrediten que se haya cumplido con los protocolos o que se les haya capacitado para responder a una emergencia. ¡°Esto hace que los rescatistas vayan a ciegas y que definan su estrategia conforme van enfrentando estos obst¨¢culos¡±, apunta Morales. ¡°Es posible que las labores de rescate se prolonguen por varias semanas¡±, agrega.
¡°Hacer un rescate como este no es tarea sencilla¡±, acota Rodr¨ªguez, quien se?ala que es todo un c¨²mulo de factores lo que precipit¨® el siniestro y evita hablar de un fen¨®meno generalizado en la industria a partir de este incidente. A la profundidad, la falta de visibilidad y al terreno inundado, se suma el reto de que las condiciones en el subsuelo son cambiantes. El material se sigue moviendo y puede haber el riesgo de que haya m¨¢s colapsos. En escenarios como este, precipitarse significa poner en peligro tambi¨¦n la vida de los rescatistas y es otro factor por considerar para que los da?os no sean mayores. ¡°Se hace lo mejor que se puede¡±, dice el acad¨¦mico, ¡°pero la prevenci¨®n ten¨ªa que haber sido una labor constante, de todos los d¨ªas¡±.
La ley minera establece que las empresas deben garantizar las condiciones de seguridad para que el Gobierno les otorgue una concesi¨®n de explotaci¨®n. En el caso de la mina colapsada en la zona de Las Conchitas, la concesi¨®n fue otorgada en 2003 a Minera R¨ªo Sabinas SA de CV, pero despu¨¦s la transfiri¨® a la compa?¨ªa minera El Pinabete, han informado las autoridades. Aleida Azamar, investigadora de la UAM, cuestiona que esta transferencia no qued¨® asentada propiamente en los registros comerciales y asegura que es un punto clave para entender las irregularidades. No est¨¢ afiliada a la c¨¢mara minera, no hay informaci¨®n fiscal ni de sus protocolos de seguridad, asegura Azamar. ¡°Es un contexto sumamente opaco y un tema francamente preocupante¡±, dice la acad¨¦mica, que ha seguido la industria minera desde hace 10 a?os.
El supuesto propietario de la mina, Cristian Sol¨ªs Arriaga, es ¡°un joven trabajador, sin ning¨²n tipo de riqueza y que muy posiblemente sea un prestanombres¡±, comenta Azamar. En el trasfondo del rescate tambi¨¦n se ha se?alado a Regulo Zapata, exalcalde de Sabinas, como uno de los due?os reales. El pol¨ªtico se ha deslindado de cualquier v¨ªnculo con el Pinabete. La pol¨¦mica ha llegado hasta la conferencia ma?anera de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. El presidente ha dicho este viernes que la hip¨®tesis de que Sol¨ªs sea un hombre de paja es factible y ha exhortado a la Fiscal¨ªa a dar con todos los responsables.
Las irregularidades en torno a la propiedad impactan directamente en la tragedia, por las condiciones de trabajo de los trabajadores y el reparto de responsabilidades. L¨®pez Obrador toc¨® tambi¨¦n el tema de que la concesi¨®n se otorg¨® a 50 a?os, vence en 2053. Azamar afirma que este es otro de los puntos delicados: tras un derrumbe como este, la concesi¨®n se suspende, pero no se pierde. ¡°Hay una corrupci¨®n evidente entre los empresarios y los gobiernos, porque se permite que operen estos proyectos¡±, dice Azamar. ¡°La principal causa de este desastre es la flexibilidad de la ley minera con los empresarios, se les permite hacer cualquier cosa con tal de que paguen¡±, asegura.
¡°La zona minera no se escapa de un pa¨ªs que es corrupto y de algunos funcionarios que claramente no son competentes¡±, concuerda Hern¨¢ndez y agrega que la corrupci¨®n es m¨¢s habitual al momento de otorgar los permisos. ¡°No hay voluntad pol¨ªtica en ninguno de los niveles de gobierno para atacar el problema de fondo¡±, afirma.
L¨®pez Obrador se?al¨® directamente al ¡°periodo neoliberal¡± como origen de esas irregularidades. Pero el derrumbe tambi¨¦n ha salpicado a la pol¨ªtica de austeridad de esta Administraci¨®n. Hern¨¢ndez comenta que la normativa est¨¢ bien definida, pero el problema es que no se vigila que se cumpla la ley. Azamar dice que los inspectores de la Secretar¨ªa del Trabajo y Previsi¨®n Social no son suficientes y cuentan con pocos recursos. No son los ¨²nicos que han hecho estos se?alamientos y la cartera a cargo de Luisa Mar¨ªa Alcalde ha rebatido en un comunicado este viernes que pr¨¢cticamente cuatro de cada diez inspecciones mineras se han realizado en la zona carbon¨ªfera de Coahuila (387 en los ¨²ltimos tres a?os), que el 84% de las concesiones que se han suspendido est¨¢n en ese Estado y que tres de cada cuatro multas que se imponen son a mineras de esa entidad, donde se extrae el 99% del carb¨®n en M¨¦xico.
Pero son muchos m¨¢s los encargados del cumplimiento: la Secretar¨ªa de Econom¨ªa otorga las concesiones, Salud y el Instituto Mexicano del Seguro Social deber¨ªan revisar las condiciones de los trabajadores, las autoridades medioambientales estatales deben monitorear la contaminaci¨®n y Protecci¨®n Civil tiene atribuciones de vigilancia. El modelo extractivista y la legislaci¨®n que favorece a las mineras tambi¨¦n vuelven a ser interpelados, as¨ª como la demanda permanente de carb¨®n para la producci¨®n el¨¦ctrica de la Comisi¨®n Federal de Electricidad y el alcance de las fiscal¨ªas para procurar justicia.
La norma oficial sobre minas subterr¨¢neas (NOM-032-STPS-2008) establece que los trabajadores deben usar equipo de protecci¨®n personal, contar con servicios de seguridad y una brigada propia de rescate, recibir atenci¨®n m¨¦dica y capacitaci¨®n peri¨®dicas, identificar los riesgos y acreditar el cumplimiento de la normativa como obligaciones del patr¨®n. En el fondo del colapso de Sabinas y de episodios como Pasta de Conchos, en el que murieron 65 personas, se tocan los factores pol¨ªticos, sociales y t¨¦cnicos con la precariedad y la falta de garant¨ªas para los mineros, que han asegurado que regresar¨ªan a trabajar ante la falta de oportunidades y alternativas laborales. ¡°Las empresas priorizan las ganancias, lo dem¨¢s queda en segundo plano¡±, lamenta Hern¨¢ndez. El investigador advierte de la urgencia de un viraje: ¡°Si las cosas no cambian, esta desgracia no ser¨¢ la ¨²ltima¡±.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.