El sindicato educativo mexicano se propone el rescate de los alumnos que no iniciaron el curso
Miles de maestros del SNTE est¨¢n convocados a peinar el territorio para poner nombres a los ni?os que se se ven alejados de la escuela por las condiciones socioecon¨®micas de las familias
La pobreza es enemiga de la escuela. Las familias que en M¨¦xico tienen dificultades para llenar los platos en casa se cuentan por millones, en circunstancias as¨ª es no se piensa en libros. En esos lugares, casi siempre remotos, las aulas no son dignas de tal nombre y los maestros, cuando los hay, reman a contracorriente. La violencia, cotidiana tambi¨¦n, se alza en contra de los esfuerzos pedag¨®gicos. M¨¦xico pertenece, sin embargo, al club de los pa¨ªses ricos. Esta semana, el Gobierno contaba cerca de 30 millones de ni?os y ni?as que iniciaban el curso escolar, pero faltaban en ese censo los miles, quiz¨¢ m¨¢s de un mill¨®n, que no pisar¨¢n la escuela. Es una situaci¨®n que reconocen los documentos oficiales y ante la que cada Administraci¨®n se plantea objetivos y leyes. La transformaci¨®n educativa proyectada en este sexenio pone el foco en los conocimientos que debe proporcionar la escuela y c¨®mo alcanzarlos. Pero la prioridad sigue siendo la misma: ir a la escuela. En ello se afana el hist¨®rico sindicato educativo mexicano, el SNTE.
Despu¨¦s del largo desierto pand¨¦mico, que ha cerrado las aulas por casi dos a?os, muchos infantes ya no retomaron la ense?anza reglada. Otros ni siquiera la empezar¨¢n. Entre las causas, la estad¨ªstica no diferencia pandemia de pobreza, ambas se meten en el mismo saco, naturalmente. En la ¨²ltima d¨¦cada, M¨¦xico ven¨ªa experimentando un incremento en la matr¨ªcula de estudios b¨¢sicos, que en la actualidad son obligatorios de los tres a los 18 a?os, aunque la realidad es muy distinta. De 2016 a 2019, las inscripciones a las aulas en preescolar reflejaban una disminuci¨®n anual de 1,3% de promedio. La pandemia agudiz¨® dr¨¢sticamente esa tendencia y para el curso 2020-2021 la reducci¨®n de la matr¨ªcula alcanz¨® un 8,6%, seg¨²n los datos de la Comisi¨®n para la Mejora Continua de la Educaci¨®n, Mejoredu. En etapas posteriores tambi¨¦n se ha reflejado la ca¨ªda de la matr¨ªcula. Las autoridades educativas no lo llaman abandono escolar para no cargar con esa palabra la responsabilidad en el alumno, sino desafiliaci¨®n escolar, conscientes de que muchos querr¨ªan seguir la ense?anza prevista y no pueden.
Este curso, con una tardanza que a nadie se le escapa, M¨¦xico inicia pruebas piloto de su nuevo plan educativo en m¨¢s de 900 planteles. Pero antes de abordar el ambicioso cambio did¨¢ctico y pedag¨®gico, una prioridad acucia a los maestros: rescatar a los ni?os y adolescentes que se han visto apartados de las aulas. El poderoso sindicato SNTE ha convocado a miles de maestros a peinar el territorio para poner nombres a las cifras. Ellos son los ¨²nicos que podr¨¢n llegar a las familias, analizar con ellas las causas y buscar remedio al ausentismo. No hay tarea m¨¢s necesaria que esa. El presidente del sindicato, Alfonso Cepeda Salas, inform¨® de que, con las encuestas a docentes y directivos previstas en la campa?a Todas y todos a la escuela, estos podr¨¢n ¡°identificar el porcentaje de rezago estudiantil para generar las estrategias que propicien su regularizaci¨®n, su permanencia en las aulas y la conclusi¨®n exitosa de su trayectoria formativa¡±. Todo ello, dice, ¡°de acuerdo con el proyecto de transformaci¨®n del pa¨ªs¡±. El sindicato sit¨²a la recuperaci¨®n de estos alumnos como su primer punto de inter¨¦s.
Los maestros, a decir del sindicato, han experimentado un reconocimiento a su profesi¨®n en estos a?os de pandemia en los que las familias han percibido con claridad la tarea que desarrollan. En efecto, muchos tutores que han tenido que bregar en casa con la formaci¨®n de sus hijos han notado el esfuerzo que ello requiere y en las comunidades m¨¢s remotas, se ha apreciado el impulso de los docentes para sacar adelante la enorme labor educativa en las peores condiciones. ¡°A lomos de mulas hay que llegar a muchos de estos pueblos, porque el helic¨®ptero es muy caro, ?verdad?¡±, ironiza Carlos Ornelas Navarro, especialista en Pol¨ªtica Educativa y Educaci¨®n Comparada de la Universidad Aut¨®noma Metropolitana (UAM). El profesor cita datos de Unicef: ¡°800.000 ni?os no han contado con una atenci¨®n debida en estos tiempos de pandemia, por m¨¢s que se contrataron los servicios de las grandes televisoras para llevarles la ense?anza hasta las casas¡±. En efecto, no todos tienen se?al televisiva, muchos menos computadoras o internet. Es notable, en esos casos, el trabajo que desarrollan los instructores comunitarios, porque ni maestros hay en algunas zonas. Son muchachos con estudios de bachillerato y algunos meses de capacitaci¨®n did¨¢ctica los que se encargan de trasmitir a los alumnos conocimientos b¨¢sicos.
Ornelas Navarro conf¨ªa en la campa?a que emprender¨¢ el SNTE aldea por aldea, barrio a barrio, familia a familia, para devolver al alumnado a las escuelas. ¡°Qui¨¦n mejor que ellos. Lo har¨¢n bien, ya lo demostraron en la pandemia: ellos se encargaron de levantar el censo de escuelas que fueron vandalizadas mientras permanecieron cerradas: hasta 45.000¡å. La violencia y la pobreza, que no pocas veces bailan juntas tambi¨¦n, son caracter¨ªsticas con las que M¨¦xico y buena parte de Am¨¦rica Latina tienen que luchar. Si el Gobierno est¨¢ trabajando para llevar m¨¦dicos a territorios remotos y empapados en violencia, donde muchos reh¨²san ir, circunstancias parecidas se dan en el magisterio. ¡°Los aumentos de sueldo a los maestros, con no ser muy grandes, han sido superiores a los del resto de los servidores p¨²blicos¡±, dice Ornelas Navarro, aunque considera que el Gobierno vive muy ajeno a la educaci¨®n. ¡°El presidente [Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador] no tiene inter¨¦s en la educaci¨®n. Habla de becas, s¨ª, pero no menciona el aprendizaje o la empat¨ªa con los ni?os. No como trata otros asuntos¡±, dice el profesor. Parecido opinan otros especialistas en Educaci¨®n, que han visto como transcurr¨ªa el sexenio sin que la educaci¨®n se alzara como un asunto fundamental, eclipsado por otras pol¨ªticas sociales o de Seguridad. A dos a?os de concluir esta Administraci¨®n, se inicia t¨ªmidamente una de las reformas educativas m¨¢s ambiciosas en el pa¨ªs, con m¨¦todos did¨¢cticos en sinton¨ªa con los que est¨¢n ensayando algunos de los pa¨ªses m¨¢s avanzados en la escala econ¨®mica.
Al margen de los avatares pol¨ªticos, pero con su colaboraci¨®n, el sindicato educativo pretende ejercer su funci¨®n: ¡°La escuela es nuestra materia de trabajo y nos interesa preservarla¡±, ha manifestado Cepeda Salas. Pero entre sus objetivos, los cambios pedag¨®gicos los sit¨²an por debajo del rescate de los alumnos rezagados o alejados de la escuela, una prioridad l¨®gica: si no hay ni?os, no hay escuela.
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