La dispar derrama econ¨®mica de los n¨®madas digitales en Ciudad de M¨¦xico
La ola de extranjeros que visitan por largos periodos de tiempo genera grandes ingresos, pero provoca el desplazamiento de los vecinos de siempre y trabajadores hosteleros tampoco se benefician
Denis Orlov, de 33 a?os, comparte una mesa con su novia en un caf¨¦ de la c¨¦ntrica Colonia Roma Norte, en Ciudad de M¨¦xico. Ambos trabajan en silencio en sus laptops mientras sorben sus bebidas. Llegaron hace tres d¨ªas con un objetivo concreto: decidir si mudarse por un periodo extendido de tiempo.
¡°Es nuestra primera vez en M¨¦xico y estamos estudiando la posibilidad de quedarnos unos tres o cuatro meses, estamos en la etapa exploratoria¡±, dice Orlov, originario de Rusia, quien actualmente vive en Berl¨ªn, Alemania. Tant¨ªsimos de sus conocidos se han mudado en los ¨²ltimos tres a?os, cuenta, y todos lo recomiendan. ¡°Estamos buscando un sentido de comunidad, una vibra relajada, una cultura de mente abierta y un costo de vida bajo¡±, agrega el turista, en ingl¨¦s.
Orlov no lo sabe, pero su llegada y la de miles de otros visitantes de su perfil ha despertado el malestar entre algunos vecinos. Esto tiene que ver, en parte, con que su poder adquisitivo, muy por encima del promedio nacional, est¨¢ empeorando la ya muy alta inflaci¨®n general. Adem¨¢s, el rostro de las colonias en donde se concentran est¨¢ cambiando y la derrama econ¨®mica, por m¨¢s atractiva que sea en su valor nominal, no ha tra¨ªdo grandes beneficios a los trabajadores peor pagados.
Especialista en marketing digital, Orlov tiene un sueldo fijo de 3.500 euros al mes, y suma unos 2.000 m¨¢s, en promedio, a trav¨¦s de trabajos extra que hace de manera independiente. Con su ingreso total de 5.500 euros, equivalente a unos 109.300 pesos mexicanos ?casi 10 veces m¨¢s que el salario medio mexicano?, le alcanza para alquilar un amplio departamento en cualquiera de las colonias m¨¢s adineradas de la ciudad, aquellas que, a diferencia de la mayor¨ªa en la mancha urbana, son relativamente seguras, limpias y ofrecen todos los servicios b¨¢sicos las 24 horas del d¨ªa.
Hay un beneficio econ¨®mico claro para Orlov y otros n¨®madas digitales, personas con trabajos remotos y que pueden vivir en cualquier parte del mundo. Los salarios y los costos de distribuci¨®n en M¨¦xico son bajos, lo que resulta en un costo de vida barato. Quien gana en d¨®lares u euros puede estirar m¨¢s su sueldo. Ciertos sectores de la econom¨ªa capitalina as¨ª como el Gobierno (por su recaudaci¨®n de impuestos), tambi¨¦n ven un beneficio. Aunque la derivada fiscal no es directa v¨ªa salarios porque lo n¨®madas digitales no tributan en M¨¦xico.
El a?o pasado, la derrama econ¨®mica de extranjeros como Orlov en restaurantes y servicios de transporte y turismo fue de 9.300 millones de pesos, seg¨²n estimados de Airbnb. La empresa firm¨® recientemente un controvertido convenio con el Gobierno de Claudia Sheinbaum para atraer a este nuevo tipo de visitantes. La derrama equivale al 15% de los ingresos totales del turismo, por lo que la Administraci¨®n busca generar los incentivos para captar esos recursos a?o tras a?o.
¡°La llegada de los n¨®madas digitales, junto con la elevada inflaci¨®n, se ha traducido en un incremento en los costos de la vivienda para los habitantes tradicionales de la Ciudad de M¨¦xico¡±, apunta H¨¦ctor Maga?a, economista y profesor de la Escuela de Negocios del Tec de Monterrey. Tan solo en la Colonia Hip¨®dromo Condesa, una de las m¨¢s populares, el costo del alquiler ha subido hasta alcanzar un rango promedio de entre 18.000 y 60.000 pesos al mes.
Datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Geograf¨ªa (Inegi) arrojan que la mitad de los trabajadores mexicanos gana menos de 4.300 pesos al mes, mientras que el salario promedio un habitante de la Ciudad de M¨¦xico es de entre 6.000 y 10.000 pesos al mes, asegura Maga?a.
¡°Si vamos un poco m¨¢s all¨¢, encontramos que solamente el 2% de la poblaci¨®n que labora en nuestro pa¨ªs percibe m¨¢s de 21.300 pesos al mes¡±, dice el especialista, ¡°esto ha provocado que no todos puedan costear el pago de la renta y tuvieran que migrar hacia otro lugar dentro de la Ciudad de M¨¦xico o, en el peor de los casos, fuera de la ciudad¡±. Muchos se han tenido que mudar lejos de su lugar de trabajo, agregando traslados diarios de dos horas, mientras otros se han mudado a colonias con m¨¢s contaminaci¨®n y peores servicios.
De no implementar ciertas medidas que pudieran delimitar la llegada de los n¨®madas digitales, estos incrementos en los costos de la vivienda se puedan salir de control, opina Maga?a. ¡°El Estado debe de buscar regular que los precios de la renta est¨¦n de acuerdo con los salarios percibidos por los habitantes de la ciudad, para que haya un equilibrio. Y, tambi¨¦n, que tenga muy en claro los espacios que van a estar disponibles, para evitar una sobre oferta que deje sin espacio a aquellas personas que no cuentan con los recursos necesarios para poder ocupar esa vivienda¡±.
El tema de la vivienda es solo uno de los puntos sensibles en esta controversia. Dentro del gremio de restauranteros y due?os de bares y antros hay una divisi¨®n profunda sobre c¨®mo afrontar estos r¨¢pidos cambios en su clientela. Recientemente, la due?a de una sandwicher¨ªa en Condesa anunci¨® en redes sociales que no estar¨ªa atendiendo a sus compradores en ingl¨¦s, como muchos comenzaban a ¡°exigir¡±, asegur¨®. La publicaci¨®n se viraliz¨® r¨¢pidamente, desatando un debate sobre los derechos y obligaciones de esta nueva comunidad internacional en el pa¨ªs. (La reacci¨®n en redes fue tal que la usuaria elimin¨® la publicaci¨®n).
Joosef Ayoub, quien dirige varios restaurantes y antros en la Colonia Roma Norte, entre ellos La Zaranda, Caf¨¦ Para¨ªso y Leonor, ha abordado esta nueva cara de la colonia con la estrategia opuesta. Ahora, por pol¨ªtica de la empresa, Ayoub busca empleados con un m¨ªnimo de 60% de conocimiento de ingl¨¦s. En promedio, los comensales extranjeros consumen 12% m¨¢s, mientras que aquellos que visitan los antros gastan 20% m¨¢s que los mexicanos, comparte el empresario. ¡°Para nosotros ha sido bastante bueno,¡± dice Ayoub.
Esto no se ha visto reflejado en las propinas para los meseros, cuenta Isaac Mart¨ªnez, socio de restaurantes en Condesa y Roma como Ciena y Meroma, entre otros. ¡°La parte del servicio no se ha visto beneficiada¡±, dice el empresario, ¡°pudieras pensar que por ser extranjeros dejar¨ªan el 15% de propina o m¨¢s, tal vez el 20%, pero eso no es lo que hemos visto¡±. Un mesero en Ciudad de M¨¦xico gana, en promedio, entre 3.800 y 7.300 al mes sin contar propinas, seg¨²n la C¨¢mara de Comercio, Servicios y Turismo en Peque?o de la Ciudad de M¨¦xico (Canacope). Las propinas de los meseros mexicanos hacen una enorme diferencia en su poder adquisitivo.
El propio Orlev, en su tercer d¨ªa en M¨¦xico, comparte que ha estado pagando 10% de propina. ¡°Lo hago porque es un comportamiento esperado, pero la expectativa de una propina corrompe la econom¨ªa¡±, dice Orlev, ¡°permite que los empleadores paguen mal a sus empleados porque saben que recibir¨¢n jugosas propinas y eso no es bueno¡±.
Los europeos y los estadounidenses, quienes conforman la mayor¨ªa de los n¨®madas digitales en la ciudad, tienen pol¨ªticas distintas cuando de propinas se trata, dice Ayoub. Los americanos suelen dejar cerca del 20%, porque su cultura de bajos salarios es similar al a mexicana, mientras que los que visitan de Europa est¨¢n acostumbrados a que la propina sea opcional.
¡°Un incremento en el ticket por persona hace que la gente deje un poquito m¨¢s de propina, aunque no es el indicador que yo quisiera, porque genuinamente quisiera que a todos mis colaboradores les fuera much¨ªsimo mejor¡±, dice Ayoub, refiri¨¦ndose a los meseros que laboran en sus restaurantes. ¡°Pero aqu¨ª tambi¨¦n nace la filosof¨ªa que tienes que desarrollar t¨² como colaborador de aprender m¨¢s. Normalmente tu trabajo era venir a atender y que se la pasaran bien. Ahora tambi¨¦n es estudiar ingl¨¦s u otro idioma para tener esa conexi¨®n con la persona que viene a visitarte y que te deje un poco m¨¢s de dinero¡±, opina el empresario.
Este pudiera ser solo el principio de una tendencia mundial impulsada por el teletrabajo, y Gobiernos como el de Costa Rica y Grecia est¨¢n creando leyes y regulaciones para adaptarse a este nuevo tipo de visitante que es m¨¢s que un turista, pero no es un residente permanente. Un estudio de la plataforma de consultor¨ªa MBO Partners encontr¨® que hubo 15,5 millones de n¨®madas digitales estadounidenses en 2021, un aumento del 42% desde 2020 y del 112% desde 2019. En la encuesta, MBO pregunt¨® a estadounidenses que actualmente no son n¨®madas digitales si planean convertirse en n¨®madas digitales en los pr¨®ximos dos o tres a?os y 24 millones dijeron que s¨ª.
Tanto Maga?a, como Ayoub y Mart¨ªnez coinciden en un hilo conductor fundamental: la promoci¨®n del Gobierno de la ciudad como destino para este nuevo tipo de visitante tiene que venir con reglas claras que protejan a los locales, adem¨¢s de ofrecer la misma seguridad y servicios en colonias que no suelen atraer turistas.
¡°No hay una consciencia de los efectos a largo plazo, del desplazamiento, de la responsabilidad que debe acompa?ar estos movimientos¡±, dice Mart¨ªnez. ¡°Esta puede ser una oportunidad perdida si no hay un refuerzo de lo local, de promover el arraigo, de valorar a la gente que siempre ha estado ah¨ª¡±, agrega el empresario.
Ayoub, por su parte, espera poder catapultar a la capital como una de las mejor conocidas por su oferta gastron¨®mica y de entretenimiento. ¡°Necesitamos posicionarnos y y convertirnos en una ciudad much¨ªsimo m¨¢s importante¡±, dice entusiasmado, ¡°que las noches de antros sean como en Berl¨ªn y los restaurantes como en Par¨ªs o en Nueva York. Siempre existe tema de retroceso entre los mexicanos que decimos ¡®es que deber¨ªamos de pelear m¨¢s por nuestro pa¨ªs¡¯. Carnal, eso es un retroceso. Pelear por tu pa¨ªs es abrirte a todo lo nuevo que est¨¢ llegando y poner en alto el nombre de M¨¦xico¡±.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.