La reforma laboral de L¨®pez Obrador abre la puerta a un nuevo pacto entre los sindicatos y los trabajadores
Solo el 12% de los contratos colectivos han sido legitimados a dos d¨ªas de que venza el plazo previsto en la nueva ley, que ensancha la democracia sindical y los derechos laborales
El tiempo de los sindicatos para legitimar los contratos colectivos de sus trabajadores se agota. Como parte de la reforma laboral promulgada por este Gobierno, en 2019, se fij¨® como un requisito la legitimaci¨®n de estos documentos en aras de corroborar su vigencia y el respaldo de los empleados. Las autoridades laborales han dado un plazo m¨¢ximo de cuatro a?os para cumplir con la norma, el cual vence el pr¨®ximo 30 de abril. Aquellos convenios que no hayan iniciado el proceso desaparecer¨¢n. Alfredo Dom¨ªnguez Marrufo, director general del Centro Federal de Conciliaci¨®n y Registro Laboral (CFRCL) ha informado de que unos 15.742 contratos se han legitimado al 17 de abril, cifra que supone el 12% de los 129.000 convenios existentes en el pa¨ªs.
La legitimaci¨®n de los contratos colectivos a trav¨¦s de un proceso de votaci¨®n directa de los trabajadores es un paso en aras de la democracia sindical y un golpe contra los llamados sindicatos charros, un t¨¦rmino con el que se ubic¨® en M¨¦xico a las organizaciones con l¨ªderes sindicales perpetuos, un estricto control de sus agremiados y una sumisi¨®n ante el Gobierno y las empresas. El cacicazgo sindical vertical que perme¨® en M¨¦xico durante a?os se ha visto representado en pol¨¦micos personajes como Fidel Vel¨¢zquez --al frente de la Confederaci¨®n de Trabajadores de M¨¦xico (CTM) por m¨¢s de 50 a?os--, el reci¨¦n destronado l¨ªder sindical de Pemex, Carlos Romero Deschamps y el secretario general del Sindicato ?nico de Trabajadores Electricistas de la Rep¨²blica Mexicana (SUTERM), V¨ªctor Fuentes del Villar, con m¨¢s de 17 a?os en el cargo. Al lado de esta figuras tambi¨¦n han aflorado se?alamientos de fortunas millonarias, opacidad y enriquecimiento il¨ªcito a espaldas de los intereses de los sindicalizados.
Ahora, bajo estas nuevas directrices laborales, los sindicatos se ver¨¢n obligados a contar con el respaldo de sus agremiados. Cada organizaci¨®n deber¨¢ someter a votaci¨®n de sus trabajadores si est¨¢n de acuerdo o no con su contrato colectivo de trabajo. Alfredo Dom¨ªnguez Marrufo, director del Centro Federal Laboral, informa de que en estos procesos de legitimaci¨®n sindical han participado poco m¨¢s de tres millones de trabajadores y solo registran que 250 contratos han sido rechazados por los sindicalizados. En el caso de que un contrato colectivo sea rechazado por sus sindicalizados, los trabajadores tienen varias opciones: desde negociar directamente con su patr¨®n, sin la necesidad de un sindicato, pedir que un nuevo sindicato los represente, o, incluso, elaborar un nuevo convenio con el sindicato de siempre. ¡°El trabajador se va a percatar de que ya tiene derecho al voto personal, libre, secreto y directo para decidir sobre el contenido de su contrato colectivo de trabajo. Este es el inicio de los procedimientos de democracia sindical¡±, refiere.
Dom¨ªnguez Marrufo asegura que los sindicatos estuvieron haciendo ya revisiones salariales o contractuales previamente a la legitimaci¨®n de su contrato colectivo, precisamente para que los sindicalizados estuvieran de acuerdo con respaldarlos. El Centro Federal Laboral publicar¨¢ el pr¨®ximo 2 de mayo en el Diario Oficial de la Federaci¨®n el listado de los convenios legitimados y de los convenios que se han registrado, aunque a¨²n no concluye su proceso de validaci¨®n. ¡°Lo que vamos a hacer es depurar los contratos colectivos en M¨¦xico y solamente van a quedar aquellos que realmente los trabajadores respaldan¡±, zanja.
A la fecha, 4.612 sindicatos se han registrado para llevar a cabo este proceso de legitimaci¨®n, seg¨²n las cifras oficiales. Existen en M¨¦xico sindicatos espec¨ªficos para una sola empresa como Nissan M¨¦xico, hasta sindicatos transversales que amparan a todo un ramo industrial, desde el hotelero hasta el minero y, por ende, tienen distintos contratos firmados con varias compa?¨ªas. Los contratos que ni siquiera est¨¦n en proceso de validaci¨®n, ser¨¢n dados de baja a partir del 1 de mayo. Los sindicatos no perder¨¢n su registro por el hecho de no haber logrado legitimar un contrato.
Para el director del Centro Federal Laboral no ha sido una sorpresa el porcentaje del 11% de contratos legitimado. El funcionario explica que muchos de los contratos registrados en las juntas laborales del pa¨ªs eran una simulaci¨®n, documentos redactados a modo a favor de las empresas para esquivar probables emplazamientos a huelga. ¡°La simulaci¨®n es en el sentido de que los trabajadores no conoc¨ªan del contenido de su contrato, incluso, algunos de ellos ni conoc¨ªan que ten¨ªan contrato colectivo¡±, reconoce.
El proceso, sobre todo en estos ¨²ltimos momentos, no ha estado exento de turbulencias. Apenas esta semana se tuvo que suspender el proceso de validaci¨®n del sindicato de Goodyear en San Luis Potos¨ª, ante un supuesto intento del robo de una urna. Esta planta est¨¢ bajo el amparo del sindicato de la Confederaci¨®n de Trabajadores de M¨¦xico (CTM). Las autoridades laborales afirmaron que el proceso se repondr¨¢ en los primeros d¨ªas de mayo. Antes, en febrero de 2022, los trabajadores de General Motors, en Guanajuato, decidieron darle la espalda a la hist¨®rica CTM y pasar la estafeta a un nuevo sindicato independiente.
Diego Garc¨ªa Saucedo, socio del Despacho Garc¨ªa Vel¨¢zquez, Abogados e integrante de la Academia Mexicana del Derecho Procesal del Trabajo, detalla que los empleados de los convenios que sean cancelados o declarados inexistentes, a partir del 1 de mayo, conservar¨¢n sus derechos y prestaciones fijados en el documento. Los costos de esta situaci¨®n las va a tener que asumir el patr¨®n en tanto no haya una representaci¨®n sindical y, en este caso, detalla, los empleadores tendr¨¢n prohibido cobrar las cuotas obrero-sindicales.
Aunque el experto laboral admite que m¨¢s de un 50% de los 129.000 contratos registrados en las juntas laborales pueden ser una simulaci¨®n o contratos de protecci¨®n para los patrones, tambi¨¦n advierte que el m¨ªnimo porcentaje de legitimaci¨®n hasta ahora alcanzado en M¨¦xico desvela el poco trabajo de los sindicatos para ganarse la afinidad de sus agremiados. ¡°S¨ª, se vieron en jaque las organizaciones de la vieja guardia porque tuvieron que renovar sus procedimientos. Muchos sindicatos se han adaptado bien al cambio, otros tantos empiezan a perder contratos colectivos ante otras organizaciones sindicales¡±, concluye.
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