M¨¢s de 100 pruebas y 69 testigos: la Fiscal¨ªa del ¡®caso Ayotzinapa¡¯ prepara el caso Murillo Karam como una final
Documentos obtenidos por EL PA?S muestran el despliegue de la Unidad especial, de cara a la fase decisiva del proceso antes del juicio. El exfiscal enfrenta acusaciones de tortura y desaparici¨®n forzada
Los procesos de la Fiscal¨ªa mexicana contra Jes¨²s Murillo Karam aparecen en el horizonte como una piedra de toque para la dependencia. Se?alada por errores y descuidos en las primeras audiencias, los fiscales preparan el segundo asalto contra el primer fiscal del caso Ayotzinapa como si fuera una final. La estrategia de los investigadores aparece detallada en documentos que constan en la causa penal del primer proceso, a los que EL PA?S ha tenido acceso. Los fiscales acusan a Murillo de tortura, desaparici¨®n forzada y delitos contra la administraci¨®n de justicia. Su plan es probar paso por paso c¨®mo Murillo orden¨® torturar a cuatro detenidos para que contaran una historia, la famosa verdad hist¨®rica; c¨®mo manipul¨® escenarios para que cuadraran en esa historia, y c¨®mo zanj¨® la investigaci¨®n y evit¨® seguir buscando a los 43 estudiantes desaparecidos.
Falta de victorias, siempre envuelta en pol¨¦micas, la Fiscal¨ªa se juega su maltrecho capital pol¨ªtico en un pu?ado de casos, pocos del perfil y el tama?o simb¨®lico de los que ata?en a Murillo Karam. Primer titular de la Fiscal¨ªa durante el sexenio de Enrique Pe?a Nieto (2012-2018), Murillo enfrenta dos procesos por tortura y desaparici¨®n forzada, entre otros delitos, los dos enmarcados en las nuevas investigaciones del caso Ayotzinapa. Murillo dirigi¨® la primera temporada de las pesquisas, el ataque contra los estudiantes y la desaparici¨®n de 43, entre 2014 y 2015. En prisi¨®n preventiva desde hace casi un a?o, los investigadores plantean que el exfiscal teji¨® en realidad una conspiraci¨®n para ocultar la verdad.
Documentos en poder de este diario muestran el despliegue de la Unidad Especial de Investigaci¨®n y Litigio del Caso Ayotzinapa (UEILCA), parte de la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica (FGR), para llevar a buen puerto el primer proceso. Se?alada, rega?ada durante las primeras audiencias por falta de preparaci¨®n, la UEILCA trabaja a marchas forzadas de cara a la etapa intermedia, momento de presentar las pruebas al juez y de que este las apruebe antes del juicio. Los fiscales tienen la intenci¨®n de presentar 69 testigos y m¨¢s de 100 pruebas, entre informes, oficios, v¨ªdeos, mapas y libros de registro. La primera audiencia de la etapa intermedia est¨¢ fijada para septiembre.
Entre los testigos destacan cinco elementos de la Armada, que participaron en operativos ¡°ilegales¡±, a juzgar por la UEILCA, porque nunca fueron recogidos en el expediente del caso en tiempos de Murillo. Son importantes tambi¨¦n los testimonios de agentes del grupo de Operaciones Especiales de la vieja Fiscal¨ªa, que participaron en esos mismos operativos y que constatan la presencia de Murillo en lugares en los que nunca dijo haber estado. Destacan igualmente las declaraciones de funcionarios de la dependencia que dibujan la presunta manipulaci¨®n de evidencias en uno de los escenarios centrales del caso que present¨® Murillo en su tiempo, el r¨ªo San Juan.
Todos estos testigos se a?aden a los que ya present¨® la UEILCA en agosto del a?o pasado, cuando llevaron el caso ante el juez. Los inicios de este primer proceso resultaron algo accidentados. El fiscal general, Alejandro Gertz, forz¨® a los investigadores a que presentaran el caso al juzgado, dando paso a los deseos de justicia de Palacio Nacional. Los fiscales accedieron en contra de su voluntad, pues consideraban que les faltaba tiempo para acabar de preparar la acusaci¨®n. La premura de Gertz provoc¨® un desencuentro con el fiscal especial del caso, Omar G¨®mez Trejo, que acab¨® por dimitir semanas m¨¢s tarde.
Obligada a trabajar a toda velocidad, la UEILCA ofreci¨® una imagen muy pobre frente al juez. Los investigadores prepararon ¡°en horas lo que ten¨ªa que haberse armado en un mes¡±, seg¨²n explica a este diario una fuente cercana a la investigaci¨®n. Pese a las prisas, salvaron un primer escollo. El juez a cargo de las audiencias, Marco Antonio Fuerte, proces¨® a Murillo y lo dej¨® en prisi¨®n preventiva. Murillo ha vivido en la c¨¢rcel desde entonces y los fiscales han tenido tiempo de reforzar la acusaci¨®n. Hace unas semanas, la UEILCA present¨® al juez adem¨¢s el segundo caso contra Murillo, este por tortura y desaparici¨®n forzada temporal de un presunto integrante de Guerreros Unidos, grupo criminal que habr¨ªa participado en el ataque contra los estudiantes de Ayotzinapa, en septiembre de 2014.
En el primer proceso, los investigadores pretenden demostrar que Murillo invent¨® una versi¨®n de lo ocurrido totalmente falsa, la famosa verdad hist¨®rica, relato que se?alaba que Guerreros Unidos hab¨ªa matado a los 43 estudiantes desaparecidos en un basurero. Seg¨²n Murillo, Guerreros Unidos quem¨® los cuerpos de los 43 en ese mismo basurero, en el municipio de Cocula, cerca de Iguala, lugar del ataque, y luego tir¨® los restos al cercano r¨ªo San Juan. La construcci¨®n de esta historia se hizo, seg¨²n los investigadores, a partir del relato de cuatro presuntos integrantes del grupo criminal, torturados a tal fin.
Los cuatro son Agust¨ªn Garc¨ªa Reyes, Patricio Reyes Landa, Jonathan Osorio Cort¨¦s y Dar¨ªo Morales S¨¢nchez. La UEILCA cree que el objetivo de los torturadores no era que los presuntos criminales confesaran el destino de los 43. Los investigadores asumen, en cambio, que Murillo y sus secuaces les torturaron para que se plegaran a un relato que preparaban desde antes, la historia del basurero y del r¨ªo San Juan. Estos hechos, dice la UEILCA, fueron ¡°concebidos, urdidos e inventados a partir del 6 de octubre de 2014 por Murillo¡±. La vieja Fiscal¨ªa hab¨ªa asumido la investigaci¨®n el d¨ªa anterior, apenas semana y media despu¨¦s del ataque y la desaparici¨®n de los 43.
Murillo invent¨® esta historia, seg¨²n los investigadores, para atajar las protestas sociales, muy intensas durante las primeras semanas tras el ataque. De hecho, la UEILCA se?ala dos eventos que a su juicio aceleraron los trabajos conspirativos de Murillo y sus subordinados: la multitudinaria marcha del 26 de octubre de 2014, en protesta por la desaparici¨®n de los 43, y la reuni¨®n que los familiares de los estudiantes mantendr¨ªan con Pe?a Nieto el 29 de octubre. Ante la presi¨®n, Murillo y sus subordinados, principalmente Tom¨¢s Zer¨®n, jefe de investigadores sobre el terreno, hoy pr¨®fugo de la justicia, habr¨ªan decidido cerrar el asunto cuanto antes.
Lo que no queda claro en cualquier caso es de d¨®nde sali¨® la verdad hist¨®rica. Las evidencias que los investigadores han acumulado muestran que Murillo apunt¨® al basurero de Cocula al menos desde el 26 de octubre, antes de la detenci¨®n de los cuatro presuntos integrantes de Guerreros Unidos mencionados arriba. Algo ocurri¨® entre el 5 de octubre, cuando Murillo asumi¨® el caso, y el d¨ªa 26. Poco se conoce de sus movimientos en la sombra esas semanas. Se sabe que el d¨ªa 7 hubo una junta de autoridades en Guerrero, a la que acudi¨® Murillo. La pista se pierde hasta el 26. La investigaci¨®n enfrenta aqu¨ª un gran agujero negro.
Tortura
En esta parte de las pesquisas por el caso Ayotzinapa, los fiscales no parecen demasiado preocupados por responder a las preguntas que plantea el p¨¢rrafo anterior. Lo importante para ellos es probar los delitos de los que se acusa a Murillo, principalmente los de tortura y desaparici¨®n forzada, por los que los acusadores piden al juez una condena de 72 a?os de c¨¢rcel. En ambos casos, la tesis de los fiscales est¨¢ respaldada por los documentos del caso que constan en la causa penal.
Respecto al delito de tortura, la UEILCA cuenta con los testimonios de tres presuntos integrantes de Guerreros Unidos, detenidos entre octubre de 2014 y enero de 2015. En agosto, los abogados de Murillo argumentaban, palabras m¨¢s, palabras menos, que su defendido nunca supo qu¨¦ hac¨ªan sus subordinados, por lo que no podr¨ªa ser culpable de tortura alguna. Los fiscales argumentan que, vista la actuaci¨®n de la vieja Fiscal¨ªa y sus funcionarios, es imposible que no supiera. No solo eso: es impensable que ¨¦l no fuera la mente detr¨¢s de todo.
El argumento principal es que Murillo gozaba de informaci¨®n obtenida de los detenidos mediante tortura. El caso de Agust¨ªn Garc¨ªa, El Chereje, es el ejemplo m¨¢s claro. Detenido por marinos a las 3.00 del 27 de octubre, no lleg¨® a las instalaciones de la Fiscal¨ªa hasta las 23.00 de ese d¨ªa. Y no declar¨® oficialmente hasta la madrugada del d¨ªa siguiente. La UEILCA se?ala que El Chereje fue torturado durante horas desde su detenci¨®n. Ah¨ª intervinieron agentes del CISEN, los servicios de inteligencia, ¡°todo en total conocimiento de Murillo¡±, explica la dependencia.
Luego se lo llevaron a las instalaciones de la Armada, en el sur de Ciudad de M¨¦xico. Las torturas supuestamente siguieron. Y de ah¨ª se lo llevaron a la Subprocuradur¨ªa Especializada en Investigaciones de Delincuencia Organizada (SEIDO), donde ya intervino Tom¨¢s Zer¨®n. Ante el ¡°rompimiento de su voluntad¡±, como dicen los fiscales, el director de la Agencia de Investigaci¨®n Criminal, brazo derecho de Murillo sobre el terreno, solo tuvo que recordarle a El Chereje lo que ten¨ªa que decir, para su declaraci¨®n oficial, el 28 de octubre por la noche.
Para los fiscales, la muestra m¨¢s evidente de que Murillo ordenaba y solapaba su tortura es que el d¨ªa 27 de octubre, por la tarde, horas antes de que los marinos presentaran a El Chereje ante la Fiscal¨ªa, el exfiscal compareci¨® ante los medios y comparti¨® informaci¨®n que oficialmente no exist¨ªa, obtenida de detenidos que oficialmente a¨²n no constaban como tal. Otra muestra es que en una conferencia de prensa posterior, el 7 de noviembre, cuando Murillo dio su primera gran explicaci¨®n del ataque contra los estudiantes, el exfiscal us¨® v¨ªdeos que, aunque ¨¦l present¨® como entrevistas psicol¨®gicas a los detenidos, eran parte en realidad de las sesiones de tortura.
Basurero y El Chereje
Mucho se ha hablado estos a?os del basurero de Cocula. En 2014 y 2015 fue motivo de gran discusi¨®n entre el Gobierno de Pe?a Nieto, por un lado, y las familias y los equipos de investigaci¨®n independientes, el Equipo Argentino de Antropolog¨ªa Forense (EAAF) y el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), que la CIDH comision¨® a M¨¦xico para investigar el caso, por otro. Tanto el EAAF como el GIEI concluyeron que el basurero no hab¨ªa albergado un incendio de las caracter¨ªsticas necesarias para reducir a cenizas a los 43. Tampoco a un grupo amplio de estudiantes.
Los dict¨¢menes de ambos equipos abrieron las primeras grietas en la versi¨®n del basurero y el r¨ªo. El relato result¨® herido de muerte meses m¨¢s tarde, en abril de 2016, cuando el GIEI desvel¨® que Zer¨®n hab¨ªa viajado con uno de los cuatro detenidos de esa tanda, precisamente El Chereje, al r¨ªo San Juan, en secreto, el 28 de octubre de 2014. En este viaje, seg¨²n la UEILCA, Murillo y Zer¨®n orquestaron el gran montaje, la colocaci¨®n de restos de uno de los 43, Alexander Mora, en una bolsa, en el cauce.
La bolsa fue encontrada ah¨ª mismo, en un operativo oficial, al d¨ªa siguiente. El hallazgo de los huesos de Mora, cuya identidad se anunci¨® en diciembre, parec¨ªa demostrar la teor¨ªa del caso de Murillo y Zer¨®n. Pero los dict¨¢menes de los equipos independientes, el descubrimiento del viaje secreto de Zer¨®n y El Chereje al r¨ªo, y un informe posterior de Naciones Unidas, que denunciaba la tortura de decenas de detenidos, la sepultaron. El caso apenas se movi¨® en los a?os de Pe?a Nieto. Murillo sali¨® de la Fiscal¨ªa en 2015 y Zer¨®n sigui¨® su camino un a?o despu¨¦s.
Desaparici¨®n forzada
El montaje del r¨ªo yace en el n¨²cleo de la acusaci¨®n por desaparici¨®n forzada. Los fiscales deben probar que todo lo ocurrido all¨ª entre el 28 y el 29 de octubre de 2014 responde a la conspiraci¨®n urdida por el exfiscal. Para ello contar¨¢n con funcionarios de la coordinaci¨®n de Servicios Periciales de la vieja Fiscal¨ªa, que relatar¨¢n c¨®mo Murillo, por boca de Zer¨®n, orden¨® que varios especialistas se trasladaran al r¨ªo San Juan, el 28 de octubre, para preparar el ¨¢rea de cara al operativo oficial, el d¨ªa siguiente.
Ese d¨ªa, 28 de octubre, con Zer¨®n y El Chereje en el r¨ªo, peritos de la vieja Fiscal¨ªa habr¨ªan manipulado el lugar donde, al d¨ªa siguiente, un grupo de buzos de la Marina encontraron el hueso de Alexander Mora. Los investigadores se?alan varias irregularidades, la primera, que ese d¨ªa, 28 de octubre, los peritos encontraron varias bolsas en el r¨ªo, incluso un hueso, que luego desaparecieron.
La teor¨ªa de los fiscales es que ese 28 de octubre, todo el aparato investigativo, en manos de Murillo y Zer¨®n, se dedic¨®, consciente o inconscientemente, a limpiar el cauce del r¨ªo, a dejarlo ¡°limpio¡±, seg¨²n la misma fuente cerca a la investigaci¨®n mencionada arriba, para que m¨¢s tarde, alguien dejara en el cauce la bolsa con los restos de Mora y as¨ª, al d¨ªa siguiente, los marinos la encontraran.
La idea de limpiar el cauce ten¨ªa el objetivo de evitar el hallazgo de restos de otras personas, ajenas a Ayotzinapa, cosa que hab¨ªa ocurrido en los ¨²ltimos d¨ªas, en el marco de la investigaci¨®n. Desde el ataque contra los estudiantes y la desaparici¨®n de 43, familiares y autoridades hab¨ªa encontrado decenas de fosas y restos humanos en los alrededores de Iguala. Esto se convert¨ªa en un nuevo problema para el Gobierno, seg¨²n los actuales investigadores, de ah¨ª el relato del basurero y el r¨ªo. Con pr¨¢cticamente todos los cuerpos de los 43 reducidos a cenizas, el hallazgo de un fragmento ¨®seo de uno de ellos, en una zona limpia de otros restos, zanjaba el problema.
El relato del basurero y el r¨ªo, presentado por primera vez el 7 de noviembre de 2014 a la prensa, supuso en la pr¨¢ctica el cierre de cualquier l¨ªnea de investigaci¨®n distinta. Con el relato, las b¨²squedas dejaban de tener sentido. Lo ¨²nico que hac¨ªa falta era reforzarlo. As¨ª ocurri¨® en la conferencia de prensa del 27 de enero de 2015, cuando Murillo y Zer¨®n hablaron de la detenci¨®n de otro presunto integrante de Guerreros Unidos, Felipe Salgado, alias El Cepillo, cuyo testimonio apuntalaba lo dicho en octubre. De ah¨ª la acusaci¨®n de desaparici¨®n forzada. Seg¨²n la UEILCA, Murillo no solo tortur¨® a detenidos para ayudar a construir su versi¨®n de la historia. El relato que arm¨® impidi¨® que se siguiera buscando a los 43 estudiantes desaparecidos.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.