La generaci¨®n Z de Cher¨¢n: as¨ª es crecer con un autogobierno pur¨¦pecha y cuidando el bosque
En este municipio de Michoac¨¢n (M¨¦xico), entre 2011 y 2018 se plantaron casi dos millones y medio de ¨¢rboles para reforestar una zona devastada por taladores ilegales vinculados con el crimen organizado
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¡°Creo que es una de las escenas m¨¢s fuertes que me ha tocado ver. Hay una calle que es perpendicular al colegio y estaba llena de gente con capuchas y armas largas. Y en la curva estaban estacionadas camionetas. Muchos compa?eros y compa?eras sufrieron crisis nerviosas¡±. Unas horas antes de presenciar esa escena, la ma?ana del 15 de abril de 2011, Daniela Niniz escuch¨® las campanadas de la iglesia del Calvario, muy cerca de su casa. Pens¨® que se le hab¨ªa hecho tarde. Normalmente, si escuchaba las campanadas significaba que se hab¨ªa dormido, que su padre ya no pod¨ªa llevarla al colegio y que ten¨ªa que ir caminando. As¨ª que ese d¨ªa, se visti¨® y sali¨® de casa como si fuera un d¨ªa normal en su vida de adolescente de 16 a?os. No sab¨ªa que esa vez las campanadas sonaban para llamar a la lucha.
La hermana de Daniela, Janneth, ten¨ªa 10 a?os y no hab¨ªa salido de su cuarto todav¨ªa cuando empez¨® a o¨ªr cohetes y balazos.
As¨ª empezaba para ellas el levantamiento en su pueblo, Cher¨¢n, una localidad pur¨¦pecha de cerca de 17.000 habitantes en el Estado mexicano de Michoac¨¢n. El objetivo era expulsar a los talamontes vinculados con el crimen organizado que llevaban a?os destrozando los bosques del lugar para llevarse la madera, ejerciendo violencia sobre la naturaleza, la poblaci¨®n y la econom¨ªa local. Seg¨²n el investigador V¨ªctor Manuel Santill¨¢n, entre 2006 y 2011, desapareci¨® m¨¢s del ¡°70% de la superficie maderable¡±. Aunque en aquellos a?os, lejos de darse una situaci¨®n de buenos y malos, se tejieron ¡°una serie de conexiones¡± entre los locales y los for¨¢neos ¡°que oscilaron entre la cooperaci¨®n y el conflicto¡±, escribe Santill¨¢n.
Durante ese periodo, aquella parte de la meseta pur¨¦pecha, al suroeste de M¨¦xico, se volvi¨® peligrosa. ¡°Se cerraban las tiendas muy temprano. Empezaba a haber extorsiones y secuestros¡±, recuerda Daniela.
Otra investigadora, Giovanna Gasparello, cuenta que en aquel tiempo en Cher¨¢n quince hombres fueron asesinados y seis desaparecieron. De acuerdo con Gasparello, la zona estaba controlada principalmente por grupos vinculados con el c¨¢rtel de La Familia Michoacana y el c¨¢rtel de Los Caballeros Templarios, cuyo principal negocio era la droga. A eso se sum¨® despu¨¦s la tala ilegal. En Cher¨¢n, la organizaci¨®n criminal la lideraba Mauricio Cuitlahuac, alias El G¨¹ero, que fue encontrado muerto con heridas de bala en 2012.
Meses antes de la muerte de El G¨¹ero, la tensi¨®n estall¨® en Cher¨¢n, cuando Daniela pens¨® que llegaba tarde al colegio y Janneth escuch¨® cohetes y balazos.
Doce a?os de autogobierno y cuidado del bosque
Tras aproximadamente un a?o de lucha, consiguieron expulsar a los criminales y el levantamiento termin¨®, aunque para el pueblo de Cher¨¢n, el movimiento es un proceso que sigue vivo dentro de un proyecto pol¨ªtico y social que ellos tienen previsto que apuntale bien sus bases en un per¨ªodo de 30 a?os.
En noviembre de 2011, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de M¨¦xico determin¨® que el pueblo de Cher¨¢n ten¨ªa derecho a elegir a sus propias autoridades, de acuerdo con sus usos y costumbres, siempre respetando los derechos humanos. En enero de 2012, se eligi¨® al primer Concejo Mayor, el principal ¨®rgano de Gobierno del pueblo, formado por 12 personas de los cuatro barrios de la localidad. Eso marcaba una victoria hist¨®rica para la lucha ind¨ªgena y sentaba un precedente en M¨¦xico. Era una muestra de c¨®mo un pueblo originario pod¨ªa conseguir el autogobierno, reclamando el pleno respeto a su identidad. Y abri¨® el camino para que las mujeres ocuparan puestos de poder.
Doce a?os despu¨¦s, ese proyecto sigue vigente, y las pol¨ªticas p¨²blicas de conservaci¨®n de los bosques est¨¢n en el centro de la vida en comunidad. En ese sentido, Cher¨¢n es bastante diferente al resto de Michoac¨¢n, conocido por el cultivo de aguacate. Lo que estuvo ocurriendo en la localidad pur¨¦pecha de 2006 a 2011, la destrucci¨®n y violencia, pas¨® tambi¨¦n en otros lugares del Estado y sigui¨® evolucionando hasta hoy.
Los datos del Gobierno mexicano dicen que en el Estado de Michoac¨¢n, entre 2001 y 2018, se deforestaron m¨¢s de 260.000 hect¨¢reas. El 21% fueron bosques convertidos en tierras agr¨ªcolas. Parte de esta nueva tierra agr¨ªcola se est¨¢ utilizando para cultivar aguacate y exportarlo, para satisfacer la creciente demanda principalmente en Estados Unidos. Esta demanda ha producido grandes beneficios econ¨®micos, llamando la atenci¨®n del crimen organizado, que se ha disputado el territorio y ese negocio, matando y desapareciendo personas. En 2022, en Michoac¨¢n el Gobierno mexicano report¨® 101 delitos contra el medioambiente.
¡°La mayor parte de bosques que se han conservado son propiedad de ejidos y de comunidades donde hay cohesi¨®n y se toman decisi¨®n colectivas. Cuando se ponen de acuerdo, establecen reglas internas fuertes. Ya van 30 comunidades que est¨¢n recibiendo su presupuesto de manera directa. Cher¨¢n fue pionera, y eso es un proceso que nos est¨¢ ayudando¡±, dice Alejandro M¨¦ndez, Secretario de Medioambiente de Michoac¨¢n.
En Cher¨¢n, desde el inicio del movimiento hasta 2018, se han plantado casi dos millones y medio de ¨¢rboles en la zona que los taladores ilegales destruyeron. Esos son los datos que maneja el vivero comunal del pueblo, gestionado por las autoridades pur¨¦pechas y que funciona con el apoyo econ¨®mico de la Comisi¨®n Nacional Forestal, un organismo del Gobierno mexicano. En ese vivero trabajan cuatro personas durante todo el a?o y en la ¨¦poca de lluvias, de junio a agosto aproximadamente, contratan a unas 20 m¨¢s para llevar a cabo la plantaci¨®n. Los miembros del vivero cuentan adem¨¢s que parte del ¨¢rea devastada se ha recuperado gracias a la propia naturaleza.
Identidad pur¨¦pecha y nuevas tecnolog¨ªas
M¨¢s all¨¢ de la reforestaci¨®n, el autogobierno tambi¨¦n ha potenciado la recuperaci¨®n y revalorizaci¨®n de muchas de las costumbres y tradiciones pur¨¦pechas que les unen con su entorno.
¡°Te ense?an desde chiquito que el bosque es parte de ti, parte de Cher¨¢n, que es de todos. Los ¨¢rboles, las plantas, el agua, lo ven como todo un conjunto. Entonces siempre te ense?an que debes cuidarlo¡±, dice Janneth. Aunque eso viene de familia, Janneth recuerda que tras el inicio del movimiento, la importancia del bosque fue algo m¨¢s destacado. Recuerda que en el colegio les llevaban a reforestar y eso les hac¨ªa valorar m¨¢s su entorno.
Daniela cree que, yendo un paso m¨¢s all¨¢, es clave pensarse en ese territorio, ¡°pues tambi¨¦n hay machismos, la tierra es m¨¢s para los hombres¡±. Eso es algo que ella y su hermana est¨¢n poniendo sobre la mesa, como j¨®venes y como parte de varios colectivos que trabajan por la memoria de Cher¨¢n y por la conciencia medioambiental. Cuestionan que desde el centralismo en M¨¦xico se equipare ser ind¨ªgena con estar clavado en el tiempo. ¡°Entre m¨¢s tengas que ver con tus tradiciones inamovibles, m¨¢s originario, y m¨¢s pur¨¦pecha eres. Y nosotras creemos que no. Que somos personas y somos din¨¢micas, entonces pensar la tecnolog¨ªa implica tambi¨¦n pensarnos en nuestra autonom¨ªa, en nuestros derechos¡±, dice Daniela. Algunos amigos de Janneth se escriben o mandan audios por whatsapp en pur¨¦pecha. ¡°T¨² sabes lo que eres, las costumbres que tienes, pero no puedes negarte a las tecnolog¨ªas actuales¡±, cuenta la peque?a de las Niniz.
Ellas, dentro del colectivo Fogata Kejtsitani, est¨¢n montando una intranet: una red local con todos los archivos, entrevistas, audios, libros y dem¨¢s documentos que han ido acumulando a lo largo de los a?os. Como lo define Daniela, es un archivo de saberes aprovechando las tecnolog¨ªas como forma de ¡°comunicaci¨®n estrat¨¦gica para defensa del territorio¡±.
Para difundir sus contenidos utilizan tambi¨¦n las redes sociales, como Instagram, Facebook, y un Tik Tok reci¨¦n abierto. ¡°Lo mismo que aplica a las tecnolog¨ªas, aplica a cualquier cosa. No cerrarse a cualquier nueva ideolog¨ªa, cualquier cambio social. Lo que en un principio nos movi¨® a cuidar el bosque, no olvidarnos de ello y adaptarnos al entorno que viene¡±, dice Janneth.
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