Macarena Rodr¨ªguez, la ¨²nica espa?ola presa en M¨¦xico: 15 a?os por un delito que nunca se cometi¨®
Fue sentenciada a 22 a?os por secuestro ¡®express¡¯, un crimen que seg¨²n testigos y la propia v¨ªctima nunca sucedi¨®. Ahora, gravemente enferma y tras un proceso plagado de irregularidades, est¨¢ m¨¢s cerca de conseguir ser trasladada a su pa¨ªs
El Centro Femenil de Reinserci¨®n Social de Santa Martha Acatitla se encuentra en el paisaje gris de la periferia de Ciudad de M¨¦xico. Desde afuera del penal, rodeado de un muro alto con valla de espino, se ven las ventanas donde las mujeres privadas de su libertad tienden la ropa. En el interior se encuentra Macarena del Rosario Rodr¨ªguez Farr¨¦, de 50 a?os, originaria de L¨¦rida, Espa?a. Orgullosamente gitana y lesbiana, Rodr¨ªguez est¨¢ por cumplir 15 a?os recluida. Fue sentenciada a 22 a?os de c¨¢rcel acusada de un delito de secuestro express por una disputa de 1000 pesos, unos 50 d¨®lares. Seg¨²n Rodr¨ªguez, testigos y la propia v¨ªctima, tal secuestro nunca sucedi¨®.
Ya estando presa, Rodr¨ªguez ha desarrollado una enfermedad cr¨®nica degenerativa, poliquistosis renal, la cual acorta significativamente la esperanza de vida. Pese a las iniciativas recientes impulsadas por el Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador para amnistiar a presos por delitos menores, Rodr¨ªguez se ve condenada a morir en la c¨¢rcel. En una carta desde su celda, ella misma explica as¨ª su situaci¨®n: ¡°Los mismos servidores p¨²blicos me han llegado a decir: no creas que por ser extranjera y tener embajada te tenemos miedo. Aqu¨ª no tienes voz ni voto y haces lo que nosotros queramos¡±.
Una amplia gama de abogados y expertos en derechos humanos se han sumado a su causa, constatando numerosas irregularidades en el caso. Desde la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos al entonces presidente de la Suprema Corte de la Justicia de la Naci¨®n, Arturo Zald¨ªvar. Tras esfuerzos por diferentes v¨ªas, se le acaba de aprobar una petici¨®n de traslado a Espa?a gracias a un convenio bilateral, lo que permitir¨ªa que termine su sentencia en su pa¨ªs. Sus abogados buscar¨¢n, una vez en Espa?a, la posibilidad de una amnist¨ªa.
La detenci¨®n
Rodr¨ªguez lleg¨® a M¨¦xico en 1998. Vend¨ªa chamarras de cuero en un local en la colonia Ju¨¢rez, donde viv¨ªa c¨®modamente con su esposo e hijos. En el a?o 2005, su esposo la abandon¨® despu¨¦s de una estafa que les hizo perder su negocio y su vivienda en L¨¦rida. Rodr¨ªguez se encontr¨® en M¨¦xico sin apoyo familiar y econ¨®mico, teniendo que hacerse cargo de tres hijos menores.
Sin oportunidades laborales, empez¨® a ganarse la vida a trav¨¦s del trabajo sexual. Una noche en agosto del 2008, en un hotel en la colonia Guerrero donde viv¨ªa y ejerc¨ªa la prostituci¨®n, una compa?era tuvo un conflicto con un cliente. El hombre no tra¨ªa dinero para pagar a la sexoservidora. Pidi¨® a Rodr¨ªguez que hablara a la madre del cliente y se hiciera pasar por polic¨ªa para pedir que le trajera 1.000 pesos (unos 50 d¨®lares).
Cuando la se?ora lleg¨® y descubri¨® el motivo verdadero de la llamada y del dinero, se neg¨® a pagarlo. Comenzaron a discutir. Queriendo resolver la disputa, Rodr¨ªguez habl¨® a una patrulla que pasaba por la zona. Pidieron que el cliente, la madre, la trabajadora sexual y Rodr¨ªguez les acompa?ar¨¢n a la delegaci¨®n para resolver el asunto.
Llegando a la delegaci¨®n, seg¨²n Rodr¨ªguez, ella not¨® que el se?or y su madre hablaban en privado con los polic¨ªas. A Rodr¨ªguez le informaron que ah¨ª no les pod¨ªan atender, y se trasladaron a la sede de la Fiscal¨ªa General de Justicia. Un polic¨ªa judicial le dijo que la iba a llevar con el m¨¦dico. En la carta que escribi¨® sobre su detenci¨®n y reclusi¨®n, ella relata: ¡°Me dijeron que agarrara como un cartel en donde dec¨ªa secuestro express y empezaron a hacerme fotos. As¨ª fue que supe que estaba presa¡±.
El juicio
Nunca le leyeron sus derechos. No se le inform¨® de qu¨¦ estaba siendo acusada, ni notificaron al consulado espa?ol. Fue trasladada al penal de Santa Martha Acatitla. Se le imput¨® un cargo de secuestro expr¨¦s, alegando que ella y un muchacho que trabajaba en el hotel cuidando veh¨ªculos hab¨ªan secuestrado al hombre y extorsionado a su madre un pago de 1.000 pesos.
En el juicio, los mismos testigos aseguraron que no hab¨ªa sucedido ning¨²n secuestro. Seg¨²n el expediente del caso, al que ha tenido acceso este diario, la madre de la v¨ªctima asegur¨® que ella nunca hizo una denuncia de secuestro expr¨¦s: ¡°As¨ª lo pusieron en la delegaci¨®n.¡± El representante legal del hotel tambi¨¦n afirm¨® que ¡°no es cierto que haya habido un secuestro¡±. El juez fundament¨® su argumento en la presunci¨®n de culpabilidad, argumentando que la acusada no present¨® ning¨²n elemento que probara su inocencia. Sentenci¨® a Rodr¨ªguez a 22 a?os y seis meses en prisi¨®n.
La fabricaci¨®n de delitos es una pr¨¢ctica end¨¦mica dentro del sistema de justicia en M¨¦xico. Seg¨²n datos oficiales del 2021, el 42% de personas privadas de su libertad aseguraron haber sido golpeadas o maltratadas por autoridades para aceptar hechos falsos sobre el delito imputado. M¨¢s de la mitad de las personas encarceladas no se declararon culpables, y m¨¢s de la mitad que se declararon culpables lo hizo a pesar de no reconocer los hechos imputados.
Zald¨ªvar reconoci¨® en 2021 que las prisiones en el pa¨ªs ¡°est¨¢n repletas de gente pobre e inocente a los que se les fabricaron delitos.¡± Rodr¨ªguez es una de ellas. Seg¨²n la ONG Intersecta, el secuestro es el delito fabricado m¨¢s com¨²n en M¨¦xico
Adem¨¢s, en los mismos a?os de sus detenci¨®n, el peri¨®dico El Universal report¨® en mayo del 2008, la Secretar¨ªa de Seguridad P¨²blica manejaba una esquema de incentivos econ¨®micos que premiaba a los polic¨ªas por realizar detenciones. Rodr¨ªguez asegura haber sido blanco de tal esquema. ¡°Aqu¨ª en Santa Martha, supe que a los polic¨ªas les estaban dando un bono de 5.000 pesos y unos vales de despensa por cada secuestrador que tra¨ªan a la c¨¢rcel. Eso cost¨® el dejarme sin libertad, cortarme la vida de un tijeratazo¡±.
Enfermedad y amnist¨ªa
Dentro del penal de Santa Martha Acatitla, como en el sistema penitenciario en general, todo tiene un costo, desde el garraf¨®n de agua potable al papel higi¨¦nico y jab¨®n. Cada presa se encarga de costear sus necesidades b¨¢sicas de higiene, insumos que dentro de la c¨¢rcel cuesten varias veces m¨¢s que en el exterior. Las presas y sus familiares denuncian que la atenci¨®n m¨¦dica es escasa. Una unidad m¨¦dica brinda atenci¨®n b¨¢sica, pero incluso cuando el m¨¦dico receta alg¨²n tratamiento, se viven carencias constantes de medicamentos en la farmacia del penal.
En estas condiciones, en noviembre del a?o 2013, a Rodr¨ªguez le detectaron lesiones en los ri?ones. Tres a?os despu¨¦s, fue confirmado el diagn¨®stico de poliquistosis renal, un padecimiento cr¨®nico que ha terminado con la vida de algunos de sus familiares, entre ellos su madre.
La enfermedad implica el crecimiento de quistes en los ri?ones, que poco a poco obstruyen el funcionamiento de otros ¨®rganos. Desde su diagn¨®stico, Rodr¨ªguez ha tenido acceso espor¨¢dico al medicamento que requiere su condici¨®n. No se sabe en qu¨¦ fase de la enfermedad se encuentra, sin embargo, ha desarrollado varios padecimientos a ra¨ªz de la misma, entre ellos hipertensi¨®n, la cual de acuerdo a la Sociedad Espa?ola de Nefrolog¨ªa indica un estado avanzado de poliquistosis renal.
Amnist¨ªas fallidas
En agosto del 2019, a Rodr¨ªguez se le notific¨® que su caso estaba bajo revisi¨®n. Le entregaron un documento que afirmaba que se encontraba dentro del llamado Plan de Atenci¨®n a Mujeres Privadas de su Libertad en la Ciudad de M¨¦xico, una iniciativa promovida por la entonces nueva jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum destinado a casos de mujeres presas con enfermedades cr¨®nicas degenerativas.
¡°Me hicieron todos los estudios pertinentes y todas las ¨¢reas de la instituci¨®n me apoyaron y dieron respuesta favorable¡±, relata. ¡°La directora [del penal de Santa Marta] me ense?¨® el oficio y vi que mi nombre era el primero de la lista¡±.
Rodr¨ªguez ya llevaba 12 a?os presa. Pensaba que por fin iba a ver alg¨²n tipo de justicia. La entonces subdirectora de programas sociales, le inform¨® que al salir llegar¨ªa al Casa Hogar Paola Buenrostro, un albergue para mujeres y poblaci¨®n LGBTQ+ en la Ciudad de M¨¦xico. ¡°Me dijeron que todo marchaba muy bien, que lo m¨¢s seguro es que no pasara la Navidad del a?o 2019 aqu¨ª sino en la calle. Yo estaba muy ilusionada, no me la pod¨ªa creer. Me asegur¨® que casi estaba yo libre¡±.
Ilusionada, se preparaba para volver a la vida que le hab¨ªa sido arrebatada. Pero de repente dej¨® de saber de los oficiales. Lleg¨® la Navidad. Ella llamaba y llamaba. La respuesta es que ya no estaba la servidora que hab¨ªa prometido su libertad. Le dijeron que el nuevo encargado estaba revisando el papeleo de nuevo. No la volvieron a contactar. Pocos meses despu¨¦s, lleg¨® a M¨¦xico la pandemia de la covid-19. Rodr¨ªguez segu¨ªa dentro de la c¨¢rcel. Casi dos a?os despu¨¦s, Rodr¨ªguez se enterar¨ªa que su solicitud nunca fue siquiera presentada ante el juez.
Pandemia
En marzo del 2020, la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos (CNDH), tambi¨¦n entr¨® al caso de Rodr¨ªguez. En esa ¨¦poca, se anunci¨® la liberaci¨®n la liberaci¨®n de 78 presos del sistema penitenciario de la Ciudad de M¨¦xico para reducir el riesgo de contagio. Rodr¨ªguez segu¨ªa en la c¨¢rcel. ¡°Ella se?alaba muchas violaciones a sus derechos humanos, entre ellas, que a pesar de sus padecimientos m¨¦dicos no se le prove¨ªa de atenci¨®n m¨¦dica oportuna ni medicinas, ense?ando recetas m¨¦dicas en el que le pon¨ªan la leyenda ¡®no hay¡±, apunta V¨ªctor Hugo Rodas, que en aquel momento trabajaba para la CNDH. El acceso a su expediente m¨¦dico era otra de sus demandas.
Poco a poco, se dio a conocer su caso en algunos medios de comunicaci¨®n. Abogados de organizaciones nacionales e internacionales se fueron sumando a su defensa. Pero mientras m¨¢s se organizaban para buscar su liberaci¨®n, m¨¢s trabas encontraban de las autoridades. Tras una reuni¨®n con el Subsecretario del Sistema Penitenciario de la Ciudad de M¨¦xico donde Rodas y otras activistas insistieron en las violaciones a los derechos humanos de Macarena, el servidor de la CNDH recibi¨® una denuncia por golpear a un polic¨ªa dentro de las instalaciones del penal y acab¨® saliendo del caso de Rodr¨ªguez. ¡°A partir de ese momento, continu¨¦ con el caso por mi cuenta como defensor de derechos humanos¡±, comenta.
A partir de ah¨ª, las autoridades penales empezaron a tratar a Rodr¨ªguez con m¨¢s dureza que nunca. Fue castigada con la medida de aislamiento en diversas ocasiones, siendo obligada a permanecer por varios d¨ªas en celdas que no ten¨ªan servicios de luz el¨¦ctrica o acceso al agua potable. No se le permit¨ªa el acceso de medicinas y ten¨ªa que dormir en el suelo.
Sin embargo, ella manten¨ªa la esperanza. En mayo del 2021, se cas¨® con una mujer que conoci¨® dentro del penal. La boda fue asistida por el equipo de abogados y activistas que acompa?aban su caso. Tuvo lugar en el patio de visitas de Santa Martha, entre paredes de hormig¨®n, algunos pintados con murales que buscan dar color al espacio austero.
Las novias posaban para sus fotos de boda frente a un fondo de alambre de espino y la torre de control. Mientras se abrazaban, Rodr¨ªguez narraba los sentimientos encontrados que le deparaba el d¨ªa. ¡°Estoy muy nerviosa, muy emocionada. Hoy es el d¨ªa mas feliz de mi vida, pero ya quiero que se me abran las puertas de este lugar, porque ya son 13 a?os lo que llevo aqu¨ª y ya no puedo m¨¢s¡±, afirm¨®.
Entre felicitaciones y platos de ensalada, carne y tarta de nata y chocolate, Rodr¨ªguez aprovech¨® para comentar detalles de su caso a voz baja con los defensores y periodistas, algunos que solo conoc¨ªa por llamadas telef¨®nicas. ¡°Mi estado de salud cada vez es peor y no me hacen los estudios pertinentes¡±.
Obst¨¢culos continuos
Entre presiones constantes de la propia CNDH, sus abogados metieron un amparo para exigir la atenci¨®n m¨¦dica. Lo ganaron, pero las autoridades apenas cumplieron a medias. Al regresar al penal, la mandaron otra vez a una celda de aislamiento.
En mayo del 2022, lleg¨® otra esperanza. El ministro Arturo Zald¨ªvar visit¨® a Santa Martha para revisar casos de mujeres injustamente encarceladas. Se reuni¨® con un grupo de mujeres que las autoridades penitenciarias hab¨ªan se?alado que eran presas por sentencias injustas. Rodr¨ªguez comparti¨® su historia con el entonces presidente del alto tribunal del pa¨ªs. Entre la lista de presas a ser consideradas para amnist¨ªa estaba ella. El Instituto Federal de la Defensor¨ªa P¨²blica formul¨® una solicitud de un indulto para Macarena, la cual tampoco ha obtenido respuesta.
El a?o pasado, Rodr¨ªguez intent¨® suicidarse, seg¨²n pudo confirmar Rodas, que sigui¨® visit¨¢ndola por fuera de la CNDH. Ha perdido cerca de 20 kilos, y su vientre est¨¢ abultado por los quistes en sus ri?ones. Tras los obst¨¢culos y la persecuci¨®n de las autoridades, su esposa tambi¨¦n la dej¨® de visitar.
A finales del 2022, el c¨®nsul espa?ol solicit¨® el traslado a Espa?a. La Fiscal¨ªa mexicana tard¨® siete meses en entregar los documentos esenciales para la tramitaci¨®n de la petici¨®n de traslado. El jueves 6 de julio, a poco menos de un mes de cumplir 15 a?os de su detenci¨®n, un juez por fin aprob¨® la solicitud. Ahora Macarena espera que se lleve a cabo la log¨ªstica necesaria para trasladarla a su pa¨ªs de origen.
En agosto en el patio de visitas de Santa Martha, Rodr¨ªguez fumaba un cigarro, hablaba de sus ra¨ªces gitanas y la m¨²sica que siempre estaba presente en su casa, tratando de subirse los ¨¢nimos mientras lamentaba su situaci¨®n. ¡°Tenemos que poder volar¡±, dijo, ¡°y aqu¨ª es como una jaula¡±.
Este trabajo ha sido financiado por la beca de National Geographic COVID-19 Emergency Fund for Journalists
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