De las culturas ind¨ªgenas al feminismo: el altavoz rebelde de las radios comunitarias en M¨¦xico
Cientos de emisoras han tenido que remar a contracorriente para poder transmitir en favor de comunidades y colectivos donde no llega la informaci¨®n. EL PA?S hace un recorrido por tres de estas estaciones
Para entrar a Ocumicho, un poblado ind¨ªgena en la zona occidental del Estado de Michoac¨¢n, hay que atravesar un ret¨¦n de hombres armados. Con fusil en mano y el rostro cubierto, los vigilantes, miembros de una ronda comunitaria, controlan el acceso a esta localidad que desde hace d¨¦cadas sufre los constantes embates del crimen organizado, talamontes y empresarios aguacateros que despojan a los pobladores de sus tierras. En el centro del pueblo, destaca una vivienda con una gran antena radiof¨®nica sobre el techo. Es la sede de Radio Ocumicho, una estaci¨®n comunitaria manejada por Esteban Cruz Rosas, quien todos los d¨ªas toma el micr¨®fono para alzar la voz en defensa de sus vecinos y difundir la cultura pur¨¦pecha, la colectividad ind¨ªgena predominante en esta localidad. Radio Ocumicho es una de las cientos de estaciones que desde el siglo pasado operan desde diferentes comunidades y colectivos donde no llegan los medios p¨²blicos y masivos en M¨¦xico.
En junio de 2013, el Gobierno presidido por Enrique Pe?a Nieto (2012-2018) dio paso a una reforma constitucional que permit¨ªa el otorgamiento de concesiones a las radios comunitarias e ind¨ªgenas, un modelo que hasta entonces operaba en M¨¦xico sin la aquiescencia de las autoridades. Esta reforma, y la subsecuente discusi¨®n y definici¨®n de sus lineamientos, permiti¨® a miles de ciudadanos ejercer su derecho a la comunicaci¨®n a trav¨¦s de una frecuencia radiof¨®nica y en un modelo opuesto a la centralizaci¨®n de los medios. La legislaci¨®n sigui¨® el camino que a?os antes se hab¨ªa empezado a labrar en diferentes pa¨ªses latinoamericanos como Argentina, Colombia y Chile, basado en las consideraciones de la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos que plantean la libre difusi¨®n de ideas ¡°sin limitaci¨®n de fronteras por cualquier medio de expresi¨®n¡±.
Cruz Rosas, un locutor, l¨ªder comunitario y abogado de 61 a?os, saluda a los radioescuchas en punto de las 6.00 con su programa Amanecer pur¨¦pecha. Alternando entre el castellano y la lengua originaria, el presentador da las noticias del d¨ªa a los pobladores de Ocumicho y de las comunidades aleda?as que su transmisor de 300 Watts de potencia logra alcanzar. ¡°Las radios comunitarias son en s¨ª las vivencias de la gente¡±, explica el locutor que fund¨® Radio Ocumicho en 1995. ¡°Empezamos como una forma de resistencia contra el despojo de tierras. Ven¨ªa gente de fuera, y sin siquiera procurar un traductor para los vecinos de esta comunidad, les quitaban sus terrenos. Ning¨²n medio se interesaba por cubrir lo que aqu¨ª ocurr¨ªa, es m¨¢s, solo tergiversaban la informaci¨®n¡±, cuenta. Ahora, esta radiodifusora no solo habla sobre el despojo, tambi¨¦n denuncia temas como el matrimonio infantil y la devastaci¨®n ambiental. Radio Ocumicho, la 97.3 de frecuencia modulada, se ha convertido en el altavoz del pueblo.
El entorno urbano y la radio comunitaria
La labor de las radios comunitarias en M¨¦xico no se limita al entorno rural e ind¨ªgena. En una austera casa en el centro de la ciudad de Hermosillo, capital del Estado de Sonora, se encuentra la sede de Pol¨ªtica y Rock¡¯n¡¯roll Radio. Sus fundadores, Am¨ªlcar Pe?¨²?uri Soto y Alejandro Cabral Porchas, alternan su d¨ªa a d¨ªa entre los micr¨®fonos de la estaci¨®n y su labor como profesores en diferentes centros educativos de la ciudad. El proyecto nace en 2005 como un noticiero dentro de la programaci¨®n de una radiodifusora local, pero en 2012 se establece propiamente como una estaci¨®n aparte. Pol¨ªtica y Rock¡¯n¡¯roll no solo se dedica a hablar de pol¨ªtica ni a reproducir m¨²sica. Sus locutores invitan a la lucha social, a la defensa de los animales y ofrecen un espacio a las v¨ªctimas de cualquier injusticia; buscan reivindicar la cultura comunitaria desde una perspectiva urbana y ajena a cualquier l¨®gica comercial. ¡°Hacer esta radio es contar las problem¨¢ticas que vive y sufre la gente, as¨ª como lo que nosotros platicamos con nuestros amigos y familias. Esa es la radio comunitaria, la voz de las calles de la ciudad con un micr¨®fono abierto¡±, explica Cabral Porchas.
En noviembre de 2015 Pol¨ªtica y Rock¡¯n¡¯roll se convirti¨® en la primera radiodifusora en obtener una concesi¨®n social comunitaria. El camino fue largo y tortuoso, y el tr¨¢mite, que estuvo a la espera durante m¨¢s de tres a?os, solo pudo avanzar gracias a la constante presi¨®n de los integrantes de la estaci¨®n. En el proceso, la emisora fue v¨ªctima de diversos ataques, como cortes de luz e internet, constantes robos y un incendio a las afueras de la cabina. Sin embargo, la mayor estocada ocurri¨® el 25 de marzo de 2014, cuando 17 patrullas llegaron a la estaci¨®n para detener a los locutores y confiscar computadoras y discos duros, esto con la excusa de que operaban sin licencia. Para entonces, la concesi¨®n ya estaba en tr¨¢mite, algo que poco import¨® a las autoridades que realizaron la redada. Ante las embestidas, los integrantes de Pol¨ªtica y Rock¡¯n¡¯roll siempre han optado por continuar al aire, as¨ª lo explica Cabral Porchas: ¡°Es lo mejor que podemos hacer, incluso por nuestra propia seguridad, porque alejarnos nos pon¨ªa en un plano de m¨¢s vulnerabilidad. Hoy afortunadamente lo podemos platicar m¨¢s como una an¨¦cdota, no como otros compa?eros que ya no lo pueden contar¡±.
Los lineamientos definidos para la operaci¨®n de las radios comunitarias e ind¨ªgenas, limitan la potencia de las estaciones a 3.000 Watts, una cifra muy limitada si se compara con los 100.000 que puede alcanzar una radio comercial. Tambi¨¦n se establece la distribuci¨®n de hasta el 1% de la publicidad oficial como m¨¦todo para generar ingresos, una cifra que Pe?¨²?uri Soto asegura es insuficiente: ¡°Es una cantidad que no alcanza ni para cubrir los gastos operativos. Tenemos que competir con la calidad de audio de las estaciones comerciales, pagando los mismos equipos y los mismos precios por servicios como electricidad, solo que con ingresos muy limitados¡±. La mayor¨ªa de las personas que hacen radio comunitaria no perciben un salario por su trabajo. Para sacar adelante a Pol¨ªtica y Rock¡¯n¡¯roll, sus integrantes tienen que organizar conciertos y vender souvenirs. En el caso de Radio Ocumicho, su fundador ha logrado mantener la emisora gracias a su labor alterna como productor musical.
La radio comunitaria como voz del movimiento feminista
En 2019 inician las transmisiones de Violeta Radio, una emisora comunitaria operada por diferentes organizaciones feministas en Ciudad de M¨¦xico. Mar¨ªa Eugenia Ch¨¢vez Fonseca, una de sus fundadoras, explica que la esencia de clasificarse como una ¡°radio feminista¡± tiene que ver con abordar la vida del pa¨ªs desde una perspectiva que busca igualdad, pluralidad y diversidad. Su programaci¨®n se distribuye entre programas de car¨¢cter informativo, cultural y social, as¨ª como una variedad de m¨²sica interpretada por mujeres. Tras casi tres a?os de tr¨¢mites ante el Instituto Federal de Telecomunicaciones, organismo p¨²blico responsable de otorgar las concesiones radiof¨®nicas, Violeta Radio se convirti¨® en la primera radio comunitaria con licencia en Ciudad de M¨¦xico.
Elizabeth Borges conduce en Violeta Radio el programa Culturama, que aborda la cultura mexicana desde la visi¨®n feminista. La locutora explica que su objetivo es que ¡°se note todo lo que tienen que hacer las mujeres para vivir en esta gran ciudad¡±. Su voz es una de las de cientos de conductoras que han tenido que abrirse paso en un medio hist¨®ricamente dominado por hombres, pero que gracias a proyectos como Violeta Radio la balanza ha empezado a equilibrarse. Seg¨²n el ¨²ltimo informe del Proyecto de Monitoreo Global de Medios, realizado en 2020, el 44% de las personas que toman los micr¨®fonos de una radiodifusora en M¨¦xico son mujeres, una cifra ampliamente superior al 20% que figuraba en 2010.
Las colaboradoras de Violeta Radio, que ocupa la frecuencia 106.1 de FM, no se conforman con sentarse al micr¨®fono y presentar el ¨¦xito musical del momento. Esta emisora busca la transformaci¨®n social. Y para lograrlo, Ch¨¢vez Fonseca hace un llamado a las autoridades a promulgar pol¨ªticas p¨²blicas que faciliten la operaci¨®n y la supervivencia de las radios comunitarias. ¡°Hacer radio es una actividad ben¨¦fica en los sentidos de organizaci¨®n, libertad, expresi¨®n, entendimiento y di¨¢logo entre diversas personas. Es un medio muy ben¨¦volo al que se le tiene que apostar¡±, concluye Ch¨¢vez Fonseca.
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