Gisela Leal: ¡°El ser humano es bueno por naturaleza, pero en el camino se topa con cosas que lo van deformando¡±
La escritora mexicana publica su cuarta novela, ¡®La Soledad en tres actos¡¯, una espiral tr¨¢gica que explora la condici¨®n humana a partir de las pasiones que arrastran a sus protagonistas
La Ley de Murphy es clara: todo lo que puede salir mal, saldr¨¢ mal, y eso es exactamente lo que ocurre en la finca La Soledad. Su nombre es una advertencia y una condena para quien la habita: una familia disfuncional cuyos miembros viven tan ensimismados y obsesionados con sus propias ambiciones que no tienen ojos para nada de lo que les rodea. Su miop¨ªa tampoco alcanza a ver a la peque?a e invisible Antonia, protagonista de este entramado tr¨¢gico al que intenta sobreponerse una y otra vez con el ¨²nico objetivo de crecer como una ni?a normal, con poco ¨¦xito.
La espiral de dolor y desdicha en la que caen los personajes de La Soledad en tres actos (Alfaguara, 2023) avanza a la misma velocidad a la que se dejan llevar por sus mayores pasiones, el centro del universo de la escritora mexicana Gisela Leal (Cadereyta Jim¨¦nez, Monterrey, 36 a?os). Autora de El Club de los Abandonados (2012), con el que se convirti¨® en la narradora m¨¢s joven en publicar en la editorial, Leal vuelve ahora con su cuarta novela, una historia que no da tregua a sus personajes ni a un mundo abocado a la distop¨ªa tecnol¨®gica y el ecocidio.
Publicista de profesi¨®n, Leal no se plantea siquiera la opci¨®n de convertir la literatura en su modo de vida. ¡°Me gusta verlo como un escape¡±, alega. ¡°Es una actividad sumamente solitaria, casi no salgo de mi casa. Mi conexi¨®n con el mundo es el trabajo¡±, completa tras varios segundos para meditar la respuesta, y esas pausas se convertir¨¢n en la t¨®nica general de la entrevista, que tiene lugar por videollamada. El narrador del que se sirve como pantalla piensa y juzga por igual a un ritmo fren¨¦tico, en frases encadenadas por comas que no encuentran su punto final hasta el mismo final de la p¨¢gina. Es severo, ir¨®nico y mordaz. Rompe constantemente la cuarta pared y no est¨¢ muy claro si aprecia o desprecia a un lector que hace lo que puede por mantener el comp¨¢s.
Pregunta. ?C¨®mo se imagina a su lector ideal?
Repuesta. Uno con mucha apertura a la cr¨ªtica y con la plena conciencia de que, como seres humanos, estamos cargados de vicios, problemas y dificultades. Alguien que no tenga esa apertura no estar¨ªa dispuesto a escuchar muchas palabras de este narrador que, una gran parte de su raz¨®n de ser, es la cr¨ªtica. Y es un lector que tambi¨¦n tiene una intenci¨®n de mejorar lo que no est¨¢ bien en ¨¦l.
P. La sabidur¨ªa del narrador proviene en gran medida de sus reencarnaciones. ?Una vida no es suficiente para entender de qu¨¦ va todo esto?
R. La verdad, no creo. A menos que, desde que naces pr¨¢cticamente, te aboques a eso, y ni a¨²n as¨ª. Hay demasiadas cosas que descubrir, que aprender, y precisamente se puede llegar a eso a partir de los errores y las experiencias negativas que hemos tenido en el camino. Entonces me gustar¨ªa pensar que s¨ª, pero no lo creo.
P. ?Tiene m¨¢s o menos dudas que cuando empez¨® a escribir?
R. Yo creo que las mismas. No, puede que m¨¢s. Porque empiezas como muy convencido de algo y, cuando lo est¨¢s trabajando, te tienes que poner en la piel de estas personas que lo est¨¢n viviendo y, al hacerlo, te encuentras con conflictos que antes no estabas considerando o no ve¨ªas. Lo que s¨ª s¨¦ es que, a pesar de todas las ocasiones en que me he hecho una y otra vez las mismas preguntas, lejos de reducirse, se mantienen igual o m¨¢s, pero no se responden.
P. ?Cu¨¢l es la pregunta a la que siempre vuelve?
R. Qu¨¦ hacemos aqu¨ª, qu¨¦ es esto, de qu¨¦ va, por qu¨¦. Sobre todo el qu¨¦ hacemos aqu¨ª. Son tantos los factores que nos pueden llevar a una situaci¨®n, a una vida, que no terminas de analizar todas las posibles v¨ªas que te trajeron a eso.
P. En un momento habla de una hipot¨¦tica Antonia feliz que no ha pasado por todos esos traumas, pero el narrador considera que su falta de conflictos internos no aportar¨ªa suficiente drama para mantener al lector en la historia. ?La tragedia es m¨¢s literaria que la felicidad?
R. Definitivamente. [R¨ªe] Para empezar, cuando ves a un personaje, lo m¨¢s interesante es ver el arco dram¨¢tico que puede tener. Y, para tenerlo, tiene que pasar de la oscuridad a la luz, de lo malo a lo bueno, a diferentes niveles. A final de cuentas, las historias lo que hacen, adem¨¢s de hacernos sentir entendidos, es inspirarnos. Ver a ese personaje superar las dificultades a las que nosotros mismos nos enfrentamos te anima. Hay mucha riqueza en esa tragedia.
P. ?En la vida real las pasiones tambi¨¦n nos terminan llevando a la perdici¨®n?
R. Las pasiones son muy necesarias para vivir, son lo que mueve el mundo. Pero tambi¨¦n creo que muchas veces nos ponen en situaciones en las que se pierde la consciencia y, cuando pasa, es cuando puede haber mayor riesgo de que nos perdamos a nosotros. A veces, te das cuenta de que todo lo que pudiste haber sacrificado con tal de obtenerlo no merec¨ªa la pena.
P. ?A qu¨¦ pasi¨®n tiene m¨¢s miedo de sucumbir?
R. Al deseo. Es de lo m¨¢s b¨¢sico¡ y el m¨¢s potente y el m¨¢s presente.
P. Todos los personajes est¨¢n ensimismados y solos, incapaces de establecer v¨ªnculos reales con los dem¨¢s. ?C¨®mo se rompe esa soledad?
R. Tienen que conectar, pero eso es lo m¨¢s evidente. ?C¨®mo lograrlo? Viendo al otro y entendiendo un poco m¨¢s c¨®mo se construye una relaci¨®n. Hay tal fijaci¨®n de cada uno en sus intereses que no ven alrededor. Y se pierden de muchas cosas que los podr¨ªan ayudar a resolver esos conflictos que est¨¢n teniendo. Por ejemplo, Dionisio [el padre] y esta ambici¨®n desmesurada por conseguir ciertas cosas. Realmente lo ¨²nico que quiere es ser un gran hombre y ser la mejor versi¨®n de s¨ª mismo, y est¨¢ tan enfocado en su objetivo que no ve a su hijo, no ve a su esposa. Todos son como estas islas que simplemente est¨¢n ah¨ª tratando de llenar el vac¨ªo de las maneras m¨¢s err¨®neas.
P. Precisamente la familia, lejos de ser un refugio, es la principal causante de esa soledad. ?La familia es un entorno asfixiante?
R. Creo que la familia es la base. El entorno en el que crecemos define much¨ªsimo la persona que somos o que vamos a ser. Una familia en la que no hay entendimiento o comunicaci¨®n puede ser sumamente asfixiante y da?ina.
P. En el futuro dist¨®pico que se esboza cuando la protagonista ya es mayor, hay un momento frente a un libro escrito por inteligencia artificial en el que piensa que la literatura es el ¨²ltimo reducto humano del mundo. De llegar a ese escenario, ?cree que ser¨ªa lo ¨²ltimo en resistir?
R. Espero que no. Cuando estaba trabajando en esta novela, todav¨ªa no hab¨ªa pasado la pandemia, y toda la idea de la inteligencia artificial estaba afuera, pero de una manera no tan cercana y, en mi mente, este futuro dist¨®pico no estaba tan cerca. Al paso del poco tiempo, todas las cosas que estaba pensando suced¨ªan, lo que te hace pensar que el fin est¨¢ cerca. Pero eso siempre se ha sentido muy f¨¢cilmente a lo largo de la humanidad. El mundo tal cual lo conocemos va a dejar de serlo, si no es que todo el tiempo est¨¢ dejando de ser, pero me gustar¨ªa pensar que la vida como tal va a prevalecer. A pesar de los retos, vamos a seguir.
P. Es m¨¢s optimista como ciudadana que como escritora.
R. S¨ª, la verdad, s¨ª. Es verdad que el bien y el mal est¨¢n todo el tiempo presentes, pero creo que el ser humano por naturaleza es bueno. En el camino se va topando con cosas que lo van deformando desgraciadamente pero, en esencia, todos quisi¨¦ramos avanzar hacia una luz. Me gustar¨ªa pensar que ese es el destino final.
P. ?Le preocupa el intrusismo de la inteligencia artificial en la creaci¨®n art¨ªstica?
R. No, no. Creo que da mucho espacio para lo nuevo. Siempre que se han presentado estos grandes saltos: el cine, la televisi¨®n, internet¡ hay toda esta incertidumbre y vulnerabilidad y, sin embargo, si se le toma de un lado positivo, con un objetivo claro, tienen muchos beneficios.
P. En la novela aborda algunas cuestiones pol¨ªticas de nuestro tiempo, como el caudillismo o la relaci¨®n con el medioambiente. Sin embargo, ha evitado situar esos conflictos en un espacio y un tiempo concretos. ?Por qu¨¦?
R. Por dos cosas. Mi objetivo principal con esta obra era desmenuzar lo m¨¢s posible la condici¨®n humana, que es la misma en cualquier lugar, en cualquier tiempo. Y, por otro lado, porque creo que el escenario que se trata de reflejar puede existir en muchas partes, sobre todo en la mayor¨ªa de los pa¨ªses latinoamericanos. En las obras anteriores hab¨ªa sido pr¨¢cticamente adicta a las referencias, a los espacios y a los tiempos. Y en esta el reto que me puse fue no usarlos y que fuera una historia que puediera vivir en cualquier parte. Porque tambi¨¦n ve¨ªa c¨®mo la historia se repite una y otra, y otra vez.
P. ?El poder siempre corrompe?
R. ?Uf! Creo que, si te pones en el poder, est¨¢s poniendo mucho m¨¢s dif¨ªcil el no ser corrompido por ¨¦l. No creo que inevitablemente suceda. Pero wow, lo dif¨ªcil que es mantenerse sin romperse frente a ¨¦l, y no lo vemos nada m¨¢s en la pol¨ªtica. O sea, wow c¨®mo la religi¨®n crea personajes que dices, wow, el poder que tiene de deformar.
P. ?A qu¨¦ esperanza se agarra para creer en el triunfo de esa bondad frente a los desaf¨ªos y las pasiones?
R. A la consciencia. Tenemos una lente que puede estar totalmente opacada o deformada por lo que creemos. Pero, en el momento en que nos hacemos m¨¢s conscientes¡ Es sumamente dif¨ªcil porque estamos casados con nuestra mente al final del d¨ªa, pero es esa consciencia la que nos puede proteger.
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