El significado del huipil: de la romantizaci¨®n centralista al racismo y el despojo
La indumentaria tradicional ind¨ªgena ha sido adoptada para la imagen pol¨ªtica de las candidatas presidenciales de cara a las elecciones de 2024
El otro protagonista del proceso electoral en M¨¦xico es el huipil. Desde que comenzaron a recorrer el pa¨ªs como aspirantes a la candidatura presidencial de sus respectivos partidos, Claudia Sheinbaum y X¨®chitl G¨¢lvez han usado la prenda tradicional como parte de su discurso pol¨ªtico. En redes sociales, la exjefa de Gobierno de la Ciudad de M¨¦xico presumi¨® su colecci¨®n de huipiles y dijo que hered¨® de su madre el amor por ¡°nuestras tradiciones¡±. Mientras tanto G¨¢lvez, quien ha afirmado tener ra¨ªces ind¨ªgenas, confront¨® a Samuel Garc¨ªa luego de que el gobernador de Nuevo L¨¦on asegurara que no habr¨ªa ¡°nada de huipiles¡± para su hija, Mariel.
Aunque la intenci¨®n de ambas es mostrar un sentido de pertenencia a trav¨¦s de su vestimenta, como mujeres en posiciones de poder no han tenido que lidiar con el racismo y el extractivismo al que se enfrentan mujeres ind¨ªgenas, para quienes producir y portar un huipil adquiere un significado radicalmente distinto, asociado principalmente al sustento de sus comunidades y la resistencia.
El origen del huipil
El huipil es una prenda de vestir femenina que tiene forma de t¨²nica. Su uso en Mesoam¨¦rica precede la ¨¦poca de la Conquista, y aparece representado en documentos hist¨®ricos como el C¨®dice Florentino. La palabra se origina del n¨¢huatl huipilli, que significa blusa o vestido adornado, sin embargo, una de las principales problem¨¢ticas que ha surgido a consecuencia del centralismo es la generalizaci¨®n del t¨¦rmino, ya que se le dice huipil a prendas que en realidad son diferentes para cada comunidad, explica Ariadna Sol¨ªs, mujer yalalteca, polit¨®loga e historiadora del arte egresada de la UNAM.
¡°En el caso del huipil de mi comunidad la prenda se llama lhall xha (en espa?ol huipil de Yal¨¢lag), y el ajuar completo se compone de al menos otras 5 prendas¡±, menciona. Para Sol¨ªs, esto da cuenta de una historia centralista y homog¨¦nea construida por el Estado mexicano, ¡°el hecho de que esta palabra sea tan lejana de pronunciar o relacionar con una imagen para la gran mayor¨ªa de los mexicanos habla de la invisibilizaci¨®n hist¨®rica de las comunidades ind¨ªgenas y, por lo tanto, de las historias de sus objetos y sus particularidades ling¨¹¨ªsticas¡±.
Sus usos
En las comunidades donde se producen los huipiles, el uso de estas prendas puede indicar jerarqu¨ªas sociales, roles de g¨¦nero y tambi¨¦n la noci¨®n de pertenencia, ha detallado Sol¨ªs. ¡°En contextos como el mexicano ¡ªcuyo presente se ha constru¨ªdo a trav¨¦s del racismo y el proyecto nacional de desaparici¨®n de los diversos pueblos ind¨ªgenas¡ª el uso de prendas como huipiles es un forma de sostener y dar continuidad a la vida en los t¨¦rminos que deseamos, con los materiales que tenemos en nuestros territorios y con las formas en las que los hemos usado en nuestros cuerpos¡±, a?adi¨®.
Adem¨¢s de su valor cultural, la producci¨®n y venta de prendas como los huipiles aporta a la permanencia de la vida comunitaria, puesto que el papel de las mujeres ind¨ªgenas en relaci¨®n a los textiles es crucial. Sin embargo, rara vez las artesanas se ven tan beneficiadas como las marcas que imitan sus creaciones para venderlas masivamente, a precios significativamente m¨¢s elevados.
La apropiaci¨®n cultural
En almacenes de lujo como El Palacio de Hierro, el precio de un huipil puede alcanzar los 9.000 pesos mexicanos, pero por m¨¢s que las marcas y dise?adores utilicen argumentos como el de ¡°aportar visibilizaci¨®n¡± al arte de las comunidades ind¨ªgenas, este gesto ha sido criticado por su naturaleza performativa, ya que en mucho casos los bordados y las siluetas son copiados casi en su totalidad. ¡°No es ajeno a la cultura mexicana el uso de huipiles por parte de intelectuales, artistas o pol¨ªticos por igual para sacar provecho. Adem¨¢s, las marcas de moda y la mayor¨ªa de los medios ¡ªcomo parte de un sistema visual hegem¨®nico¡ª romantizan el uso del huipil, siempre y cuando est¨¦ en ciertos cuerpos y pr¨¢cticas¡±, reflexion¨® Sol¨ªs.
Firmas como Pineda Covalin, Carolina Herrera, Dior o Herm¨¨s han utilizado los dise?os textiles ind¨ªgenas citando su ¡°inspiraci¨®n en el arte mexicano¡± sin ninguna retribuci¨®n colectiva. Ante esta problem¨¢tica, la actual administraci¨®n implement¨® la Ley Federal de Protecci¨®n del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Ind¨ªgenas y Afromexicanas, pero esto no ha sido suficiente, y a?o con a?o se documentan m¨¢s casos de plagio. Para proteger la enorme herencia textil, varias comunidades se han organizado para luchar contra la apropiaci¨®n cultural y el extractivismo, sin embargo, son pocas las ocasiones en las que se ha puesto a los artesanos en el centro de las negociaciones.
¡°Existen muchas voces organizadas colectivamente que est¨¢n generando estrategias desde sus propias comunidades y las problem¨¢ticas que son urgentes para cada una, sin embargo las actuales instituciones estatales y los gobiernos en turno no parecen estar interesadas en hacer interlocuci¨®n con estas comunidades, para ejemplo est¨¢n las iniciativas que procuran generar alianzas con corporativos globales y no con los colectivos trabajando de manera organizada, o el hecho de que la supuesta Ley de Protecci¨®n del Patrimonio no est¨¦ traducida a ninguna lengua ni se est¨¦ trabajando en ello¡±, concluy¨® Sol¨ªs.
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