?Y los libros de texto en lenguas ind¨ªgenas? ?jxp?k
Ante las pol¨ªticas ling¨¹icidas hist¨®ricas, queda la autogesti¨®n educativa y en ese amplio terreno las posibilidades s¨ª que entusiasman. Manos a la obra
?Para qu¨¦ educar a la poblaci¨®n ind¨ªgena? ?C¨®mo educarla? ?Qu¨¦ libros de texto deb¨ªan dise?arse para esta poblaci¨®n? Claro, se refer¨ªan siempre a esa educaci¨®n que se imparte en las escuelas, organizado por grados y dise?ada desde el Estado, no a los complejos y distintos sistemas mediante los cu¨¢les distintas tradiciones culturales han transmitido y recreado conocimientos entre generaciones. Las respuestas del Estado mexicano post-revolucionario a estas preguntas iniciales fueron abierta y frecuentemente racistas, las palabras del c¨¦lebre Rafael Ram¨ªrez, encargado de la educaci¨®n rural en el M¨¦xico de principios del siglo XX as¨ª lo evidencian, entre los consejos que daba a los profesores encargados de la educaci¨®n escolar dirigida a poblaci¨®n infantil ind¨ªgena podemos encontrar extractos como ¨¦ste: ¡°Pero si t¨², para darles nuestra ciencia y nuestro saber, les hablas en su idioma, perderemos la fe que en ti ten¨ªamos, porque corres el peligro de ser t¨² el incorporado. Comenzar¨¢s por habituarte a emplear el idioma de los ni?os, despu¨¦s ir¨¢s tomando sin darte cuenta las costumbres del grupo social ¨¦tnico al que ellos pertenecen, luego sus formas inferiores de vida, y finalmente t¨² mismo te volver¨¢s un indio, es decir, una unidad m¨¢s a quien incorporar [¡] debes tener mucho cuidado a fin de que tus ni?os no solamente aprendan el idioma castellano, sino que tambi¨¦n adquieran nuestras costumbres y formas de vida que indudablemente son superiores a las suyas¡±. Con los ¨¢nimos dispuestos de esta manera, se entiende que el entusiasmo vasconcelista del que particip¨® Rafael Ram¨ªrez no se hubiera siquiera planteado crear libros de lecturas o materiales en lenguas ind¨ªgenas, esta posibilidad estaba fuera de discusi¨®n.
Obviamente esta situaci¨®n gener¨® problemas. Ante las dificultades que implicaba tratar de impartir materias como aritm¨¦tica en un idioma que nadie hab¨ªa ense?ado como segunda lengua a estudiantes ind¨ªgenas, surgieron posturas que consideraron que tal vez no era mala idea desarrollar algunos materiales de ense?anza en lenguas ind¨ªgenas en lo que se aprend¨ªa castellano y se olvidaba la lengua materna, una ense?anza aparentemente biling¨¹e que ayudara a transitar a un estado de ¡°s¨®lo castellano¡±.
Despu¨¦s sucedi¨® algo muy extra?o para un gobierno ideol¨®gicamente muy comprometido con el principio de estado laico, durante el sexenio de L¨¢zaro C¨¢rdenas se realiz¨® un acercamiento con el misionero cristiano bautista William Cameron Townsend que fue el fundador de Traductores de la Biblia Wycliffe y del famoso Instituto Ling¨¹¨ªstico de Verano (ILV), unos de sus principales prop¨®sitos era la traducci¨®n de la Biblia a lenguas ind¨ªgenas. En 1951, el ILV y la Secretar¨ªa de Educaci¨®n P¨²blica firmaron un convenio para atender a la poblaci¨®n ind¨ªgena; para esto, el ILV desarroll¨® cartillas de alfabetizaci¨®n en lenguas originarias y otros muchos materiales did¨¢cticos adem¨¢s de formar maestros. Los efectos de la presencia del ILV en las comunidades ind¨ªgenas fueron m¨¢s que cuestionables por sus intenciones de conversi¨®n e influencia claramente religiosa, los reclamos dieron por terminado el convenio en 1979 entre graves acusaciones. Las cartillas y materiales del ILV fueron lo m¨¢s cercano a libros de texto en los idiomas propios de los pueblos ind¨ªgenas.
Despu¨¦s de que esta controversial colaboraci¨®n con el ILV hubiera terminado, a partir de 1980, el Estado Mexicano ha desarrollado libros de textos y materiales did¨¢cticos en lenguas ind¨ªgenas como respuesta a una creciente demanda de una educaci¨®n biling¨¹e que respete la diversidad ling¨¹¨ªstica del pa¨ªs. Sin embargo, los libros de textos en estos idiomas se han tropezado con m¨²ltiples dificultades tanto de dise?o como de alcance, distribuci¨®n y cobertura. Yo misma particip¨¦ en el desarrollo de libros de alfabetizaci¨®n para adultos hablantes de lenguas ind¨ªgenas para constatar despu¨¦s con tristeza que, ante la falta de una planeaci¨®n y ejecuci¨®n adecuadas, muchos de estos libros terminaban humedecidos en bodegas sin que llegaran nunca a su destino.
Como un efecto del levantamiento del EZLN y de los traicionados acuerdos de San Andr¨¦s, el Estado impuls¨® algunos cambios en sus pol¨ªticas educativas dirigidas a poblaci¨®n hablante de lengua ind¨ªgena. Por ejemplo, en enero de 2001, la Secretar¨ªa de Educaci¨®n P¨²blica cre¨® la Coordinaci¨®n General de Educaci¨®n Intercultural y Biling¨¹e desde la que se avanz¨® en el desarrollo de materiales y libros de texto en lenguas ind¨ªgenas sin llegar a cubrir todas las necesidades. Ese entusiasmo que surgi¨® como respuesta al movimiento ind¨ªgena se ha ido diluyendo de manera alarmante y en la reciente controversia por los nuevos libros de texto gratuito ni por asomo se ha informado qu¨¦ ha sucedido con el dise?o de los libros de texto en lenguas ind¨ªgenas. Este tema parece no importar y, aunque no se dice abiertamente, la pol¨ªtica de desaparecer lenguas ind¨ªgenas sigue vigente aunque ahora sea por omisi¨®n, ¡°ya no es necesario matarlas, s¨®lo d¨¦jenlas morir¡± parece gritar el actual desinter¨¦s en el tema de la presente administraci¨®n.
Los derechos de los pueblos a recibir educaci¨®n en sus propias lenguas no es prioridad a pesar de los discursos y de la propia Ley General de los Derechos Ling¨¹¨ªsticos de los Pueblos Ind¨ªgenas publicada en 2003; es m¨¢s, las instituciones que m¨¢s deber¨ªan ocuparse de estos temas est¨¢n siendo adelgazadas o casi desaparecidas; en el paquete de cambios administrativos que propone Presidencia de la Rep¨²blica, se contemplaba que la Direcci¨®n General de Educaci¨®n Ind¨ªgena Intercultural Biling¨¹e que antes fue un ¨¢rea importante de una secretar¨ªa como la de Educaci¨®n P¨²blica se incorporara al Instituto Nacional de los Pueblos Ind¨ªgenas (INPI); gracias a la resistencia y a la oposici¨®n de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educaci¨®n esta propuesta fue cancelada. Lamentablemente no parece que el Instituto Nacional de Lenguas Ind¨ªgenas (INALI) corra con la misma suerte pues muy probablemente desaparezca como tal y se fusione con alguna de las ¨¢reas del INPI como pretende la propuesta presidencial. De cualquier modo, el INALI tiene casi tres veces menos presupuesto que el que se destina a promover el deporte favorito de L¨®pez Obrador, el beisbol.
Ante esta situaci¨®n, pretender que siquiera se discuta qu¨¦ sucede con los libros de texto en lenguas ind¨ªgenas parece una audacia. Ante estas lamentables pol¨ªticas ling¨¹icidas queda, como siempre, la autogesti¨®n educativa y en ese amplio terreno las posibilidades s¨ª que entusiasman. Manos a la obra.
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