EZLN: as¨ª ha caminado el zapatismo a 40 a?os de su fundaci¨®n
El EZLN pas¨® de una insurrecci¨®n armada que introdujo la realidad de los pueblos ind¨ªgenas a la agenda nacional de golpe, a un movimiento pol¨ªtico que avanza a trav¨¦s de comunidades aut¨®nomas
El zapatismo irrumpi¨® en la escena pol¨ªtica de M¨¦xico la madrugada del 1 de enero de 1994, cuando miles de combatientes ind¨ªgenas se levantaron en armas y tomaron cinco cabeceras municipales de Chiapas, en el extremo sur del pa¨ªs. Desde San Crist¨®bal de las Casas, los rebeldes se presentaron al mundo con una declaraci¨®n de guerra al Gobierno mexicano y definieron su origen en los procesos hist¨®ricos que, desde la Conquista, resultaron decisivos para el alzamiento. ¡°Somos el producto de 500 a?os de luchas¡±, explica la Primera Declaraci¨®n de la Selva Lacandona, que llam¨® a unirse a la insurgencia y reivindicar los derechos que les han sido negados hist¨®ricamente: ¡°trabajo, tierra, techo, alimentaci¨®n, salud, educaci¨®n, independencia, libertad, democracia, justicia y paz¡±.
La rebeli¨®n, sin embargo, comenz¨® a gestarse una d¨¦cada atr¨¢s: en noviembre de 1983, un grupo de seis integrantes de las extintas Fuerzas de Liberaci¨®n Nacional (FLN), una guerrilla fundada en 1969 en Monterrey y desaparecida durante la Guerra sucia en M¨¦xico, levantaron el primer campamento del Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional (EZLN) en la Selva Lacandona. Diez a?os despu¨¦s, tras acumular fuerzas en silencio, vincularse con comunidades ind¨ªgenas politizadas que formaron una base social que se cuenta por decenas de miles y aprender t¨¢cticas militares, el EZLN introdujo de golpe la realidad de los pueblos ind¨ªgenas a la historia nacional.
El levantamiento armado contrastaba con la narrativa que pretend¨ªa legar el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari de cara al siglo XXI: 1994, a?o electoral y de cierre de sexenio, marcaba la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canad¨¢ (TLC), un acuerdo que en el papel, afianzaba el desarrollo econ¨®mico como el motor para la modernizaci¨®n del pa¨ªs. Tras los primeros informes de inteligencia, que desestimaban el origen ind¨ªgena del levantamiento y lo atribu¨ªan a cuadros extranjeros con experiencia en guerrillas centroamericanas, la respuesta inicial del Gobierno consisti¨® en lanzar una ofensiva militar para sofocar la rebeli¨®n.
Con un despliegue de poco m¨¢s de 12.000 soldados, el Ej¨¦rcito mexicano recuper¨® la mayor¨ªa de las posiciones en manos rebeldes durante los primeros cuatro d¨ªas de combate oblig¨¢ndoles a replegarse. Sin embargo, la imagen de los zapatistas, con el rostro cubierto por pasamonta?as y paliacate rojo atado al cuello, dio la vuelta al mundo acumulando simpat¨ªas, especialmente entre pueblos ind¨ªgenas, estudiantes universitarios e intelectuales de izquierda. Sus demandas agitaron la esperanza del altermundismo, justo cuando la pugna entre socialismo y capitalismo parec¨ªa resuelta en definitiva.
El inicio del di¨¢logo
Tras una serie de bombardeos a¨¦reos indiscriminados y el inicio de una investigaci¨®n dirigida por la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos (CNDH) sobre ejecuciones sumarias cometidas por las tropas federales, el clamor por un alto al fuego se materializ¨® en una protesta multitudinaria en el Z¨®calo de la capital del pa¨ªs celebrada el 12 de enero de 1994, donde miles exigieron al Gobierno la retirada del Ej¨¦rcito de Chiapas, una condici¨®n de los zapatistas para establecer el di¨¢logo. El mismo d¨ªa, el presidente Carlos Salinas de Gortari anunci¨® el cese al fuego y se establecieron las bases para dialogar por primera vez desde el levantamiento: mientras el Gobierno nombra al canciller Manuel Camacho Sol¨ªs comisionado para la paz, los zapatistas proponen a Samuel Ruiz, obispo de San Crist¨®bal de las Casas, como mediador en v¨ªas de un proceso de pacificaci¨®n.
El di¨¢logo entre la Comisi¨®n de Paz y el EZLN arranc¨® oficialmente el 21 de febrero, con sede en la catedral de San Crist¨®bal. Durante poco m¨¢s de un mes, la t¨®nica general de los encuentros se estanc¨® entre las demandas presentadas por los zapatistas y las respuestas insatisfactorias del Gobierno, contenidas en un primer borrador llevado a consulta entre los zapatistas y sus bases de apoyo. La negativa llev¨® a una primera suspensi¨®n de las negociaciones, un escenario que se repiti¨® constantemente durante el resto del a?o.
En paralelo, y a pesar de que el presidente entrante, Ernesto Zedillo, ofreci¨® una salida pac¨ªfica al conflicto y asegur¨® que no habr¨ªa violencia por parte del Gobierno, el Ej¨¦rcito mantiene un cerco alrededor de las zonas de influencia zapatistas en Chiapas, con intromisiones y ataques constantes. El acoso, denunciado por los rebeldes como una ¡°guerra de baja intensidad¡± y negado por las fuerzas armadas, se convirti¨® en una constante en el conflicto, dando lugar a la aparici¨®n de grupos paramilitares y una ola de violencia que provoc¨® el desplazamiento forzado de miles de ind¨ªgenas.
La fundaci¨®n de los municipios aut¨®nomos
A finales de 1994, el EZLN rompe la tregua y anuncia la fundaci¨®n de una treintena de municipios aut¨®nomos en su zona de influencia, los Municipios Aut¨®nomos Rebeldes Zapatistas (MAREZ). La reacci¨®n del Gobierno recrudece la presencia militar en Chiapas y por primera vez desde el inicio del conflicto, libra ¨®rdenes de aprehensi¨®n por terrorismo contra quienes aseguran, lideran la insurrecci¨®n en Chiapas. Entre ellos, el Subcomandante Marcos, principal portavoz y el rostro m¨¢s visible de los zapatistas desde el levantamiento, cuya identidad es revelada: seg¨²n los informes de inteligencia del Estado, se trata de Rafael Sebasti¨¢n Guill¨¦n Vicente, un hombre de Tamaulipas y exprofesor universitario.
Al anuncio del Gobierno sigui¨® otra movilizaci¨®n popular en el coraz¨®n de la capital. El 11 de marzo de 1995, bajo la consigna ¡°Todos somos Marcos¡±, decenas de miles se congregaron en el Z¨®calo para exigir un alto a la militarizaci¨®n y la retirada de cargos contra los zapatistas. Al mismo tiempo, la Ley para el Di¨¢logo, la Conciliaci¨®n y la Paz Digna, una iniciativa que pretend¨ªa crear el marco legal para solucionar el conflicto, avanza en el Congreso y es enviada a los rebeldes.
Los acuerdos de San Andr¨¦s y la caravana zapatista
Entre octubre de 1995 y febrero de 1996, El EZLN y el Gobierno federal llevaron a cabo las primeras mesas de negociaci¨®n que dan como resultado los Acuerdos de San Andr¨¦s sobre Derechos y Cultura Ind¨ªgena; un documento que en el papel, sent¨® las bases para establecer una nueva relaci¨®n entre el Estado mexicano y los pueblos ind¨ªgenas a partir de su pleno reconocimiento constitucional, as¨ª como de sus derechos pol¨ªticos y culturales, adem¨¢s de su autonom¨ªa. Sin embargo, el compromiso de modificar la Constituci¨®n naufrag¨® como proyecto de ley ante las modificaciones propuestas al acuerdo, tanto del Gobierno de Ernesto Zedillo en 1997, como el de Vicente Fox en 2001.
La no consecuci¨®n de los Acuerdos de San Andr¨¦s, devenidos letra muerta, marc¨® un parteaguas en la fr¨¢gil relaci¨®n entre el Gobierno y los zapatistas. El 1 de diciembre de 2000, Vicente Fox tom¨® posesi¨®n como nuevo presidente de M¨¦xico, consolidando la alternancia pol¨ªtica tras siete d¨¦cadas de gobiernos priistas. En su discurso inaugural, Fox se dirigi¨® especialmente a los pueblos ind¨ªgenas y se comprometi¨® a solucionar el conflicto, impulsar como proyecto de ley la esencia de los Acuerdos de San Andr¨¦s y construir la paz: ¡°En Chiapas, ser¨¢n las acciones, no las palabras huecas, el eje vertebral de una nueva pol¨ªtica federal y presidencial que conduzca a la paz¡±, asegur¨® el presidente.
Un d¨ªa despu¨¦s de su toma de posesi¨®n, el EZLN anuncia una caravana integrada por 24 representantes que recorrer¨¢ 17 estados del pa¨ªs hasta llegar a Ciudad de M¨¦xico, con el fin de exigir al gobierno el cumplimiento de los Acuerdos de San Andr¨¦s. En marzo de 2001, los zapatistas alcanzaron el coraz¨®n de Ciudad de M¨¦xico. Arropados por decenas de miles, adem¨¢s del cumplimiento de los Acuerdos, exigieron la desmilitarizaci¨®n de Chiapas y la liberaci¨®n de presos pol¨ªticos para volver a entablar un di¨¢logo: ¡°M¨¦xico, no venimos a decirte qu¨¦ hacer, venimos a pedirte humildemente que nos ayudes. No permitas que vuelva a amanecer hasta que la bandera tenga un lugar para todos nosotros¡±, manifest¨® Marcos.
La creaci¨®n de los caracoles y la Otra campa?a
En agosto de 2003, el EZLN anuncia la mayor reorganizaci¨®n social en los Municipios Aut¨®nomos Rebeldes Zapatistas con la creaci¨®n de los caracoles, cinco regiones que en adelante agrupan a los m¨¢s de 30 MAREZ. Con la Juntas de Buen Gobierno, instituciones de autogobierno ind¨ªgena establecidas en cada caracol, los zapatistas ponen en pr¨¢ctica un proceso de autonom¨ªa que marca el retiro definitivo de las actividades militares del EZLN, una caracter¨ªstica que conservan hasta la actualidad.
Con las elecciones presidenciales de 2006 en puerta, los zapatistas lanzan la Sexta Declaraci¨®n de la Selva Lacandona en junio de 2005, un posicionamiento en el que llaman a establecer un ¡°programa de lucha nacional¡± y una nueva Constituci¨®n. La campa?a, respaldada por pueblos ind¨ªgenas y una base social cada vez m¨¢s amplia, llev¨® al Subcomandante Marcos y otros miembros de la Comandancia General a recorrer el pa¨ªs y reunirse con organizaciones pol¨ªticas y sociales de izquierda. El zapatismo no s¨®lo volvi¨® a poner en el centro del debate el abandono y la discriminaci¨®n a los ind¨ªgenas, tambi¨¦n se configur¨® como una alternativa cr¨ªtica a los partidos pol¨ªticos y el sistema electoral en general.
Mar¨ªa de Jes¨²s Patricio Mart¨ªnez, la primera precandidata ind¨ªgena
En v¨ªspera de un nuevo a?o electoral, en mayo de 2017 el Congreso Nacional Ind¨ªgena (CNI), un ¨®rgano creado en octubre de 1996 en el marco de los Acuerdos de San Andr¨¦s tras un llamado del EZLN a los pueblos ind¨ªgenas de M¨¦xico, decidi¨® presentarse a las elecciones presidenciales con una candidatura unitaria, respaldada por el zapatismo: Mar¨ªa de Jes¨²s Patricio Mart¨ªnez, Marichuy, una mujer defensora de los derechos humanos y m¨¦dica tradicional nahua, fue designada como vocera y representante del Concejo Ind¨ªgena de Gobierno de cara a las elecciones de 2018.
En octubre de 2017, Marichuy se registr¨® frente al Instituto Nacional Electoral (INE) como precandidata independiente a la contienda presidencial de 2018 y comenz¨® una gira por el pa¨ªs que interrumpi¨® tras un accidente carretero. Si bien la aspirante no logr¨® cumplir con las firmas requeridas para registrarse ante las autoridades como candidata presidencial y enfrent¨® un sinf¨ªn de trabas como la negativa de bancos para abrir una cuenta, as¨ª como los constantes fallas en la aplicaci¨®n m¨®vil del INE para recaudar firmas, el zapatismo volvi¨® a poner en el centro del debate la discriminaci¨®n y los derechos ind¨ªgenas en tiempos electorales.
En noviembre de 2023 y tras meses de advertencias sobre la escalada de violencia que enfrenta Chiapas derivada de la pugna entre grupos criminales, el EZLN anunci¨® la modificaci¨®n m¨¢s reciente a su estructura civil. En un documento firmado por el subcomandante Mois¨¦s, los zapatistas anunciaron la desaparici¨®n de los MAREZ y las Junta de Buen Gobierno. La medida, que no afecta la estructura de autonom¨ªa zapatista, traslada el poder de las Juntas de Buen Gobierno y los MAREZ a los Gobiernos Aut¨®nomos Locales (GAL), una acci¨®n obligada por la situaci¨®n limite que atraviesa el Estado, con ¡°bloqueos, asaltos, secuestros, cobro de piso, reclutamiento forzado y balaceras¡±, explica el comunicado.
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