Alonso Ruizpalacios: ¡°El racismo no tiene nacionalidad. Como la violencia, es algo de lo que todos somos capaces¡±
¡®La cocina¡¯, la nueva pel¨ªcula del director mexicano, forma parte de la competencia oficial en el Festival de Cine de Berl¨ªn. En su cuarto largometraje dirige su mirada a qu¨¦ sucede con los migrantes despu¨¦s de cruzar la frontera con EE UU
El director mexicano Alonso Ruizpalacios estren¨® su m¨¢s reciente pel¨ªcula, La cocina, como parte de la competencia del Festival Internacional de Cine de Berl¨ªn, una de las citas m¨¢s prestigiosas e importantes del s¨¦ptimo arte. Curiosamente, su retorno se produce una d¨¦cada despu¨¦s de su debut como realizador en el cine, el mismo espacio donde present¨® G¨¹eros, su ¨®pera prima. Ruizpalacios, de 46 a?os y oriundo de Ciudad de M¨¦xico, admite que ¡°le encanta¡± estrenar en la ...
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El director mexicano Alonso Ruizpalacios estren¨® su m¨¢s reciente pel¨ªcula, La cocina, como parte de la competencia del Festival Internacional de Cine de Berl¨ªn, una de las citas m¨¢s prestigiosas e importantes del s¨¦ptimo arte. Curiosamente, su retorno se produce una d¨¦cada despu¨¦s de su debut como realizador en el cine, el mismo espacio donde present¨® G¨¹eros, su ¨®pera prima. Ruizpalacios, de 46 a?os y oriundo de Ciudad de M¨¦xico, admite que ¡°le encanta¡± estrenar en la Berlinale, donde anteriormente fue reconocido con el Oso de Plata a Mejor guion, junto a Manuel Alcal¨¢, por su trabajo en Museo (2018).
¡°Volver a Berl¨ªn ahora, 10 a?os despu¨¦s, con esta pel¨ªcula que tambi¨¦n es en blanco y negro, es algo muy simb¨®lico. Me emociona mucho que salga al mundo y que esta sea la puerta, una muy noble, muy bonita, porque es un festival muy de cin¨¦filos. No es un festival mam¨®n. Es de a de ver¨¢s, donde cada funci¨®n est¨¢ llena de gente que ama el cine¡±, cuenta a trav¨¦s de una videollamada.
En La cocina, su cuarto largometraje, realiza un tributo tragic¨®mico a los invisibles indocumentados que trabajan entre fogones en un restaurante que es una trampa de turistas en Times Square, en Nueva York. Para esta nueva producci¨®n, cuenta con Ra¨²l Briones, quien ya trabaj¨® anteriormente con Ruizpalacios en Una pel¨ªcula de polic¨ªas, as¨ª como con la int¨¦rprete estadounidense Rooney Mara ¡ªnominada al Oscar por la pel¨ªcula Carol y por la que recibi¨® el galard¨®n a mejor actriz en Cannes¡ª, y coprotag¨®nicos adicionales como el de Anna D¨ªaz, como Estela ¡ªuna mexicana en busca de trabajo en la cocina reci¨¦n llegada a EE UU¡ª, y la dominicana Laura G¨®mez, entre otros.
La cocina es una adaptaci¨®n de The Kitchen, una obra teatral de Arnold Wesker, la misma que Ruizpalacios mont¨® en el Centro Universitario de Teatro de la UNAM hace 13 a?os. Su agrado por la obra del dramaturgo brit¨¢nico y la experiencia que tuvo como estudiante trabajando en cocinas en EE UU, llevaron a Ruizpalacios a concebir su propia versi¨®n para el cine del fervor que se desata en la trastienda de una moderna Torre de Babel, en la forma de una cocina, donde el so?ador Pedro (Briones) se enamora de Julia (Mara), pero cuando se convierte en el sospechoso de robar 800 d¨®lares de la caja, pronto la situaci¨®n se sale de control.
Pregunta. ?Qu¨¦ representa el espacio de una cocina para usted?
Respuesta. Trabaj¨¦ un tiempo en una cocina, primero de lavaloza y luego como mesero. Se me desarroll¨® una fascinaci¨®n y respeto por ese mundo, por el ritmo que tienen. Son una especie de microcosmos, un sistema de castas, muy jer¨¢rquico. Shakespeare dec¨ªa que el mundo es un escenario. Para m¨ª el mundo es una cocina y lo que quer¨ªa decir es eso, que es un lugar donde hay estratos muy marcados, en donde la gente viene, trabaja un tiempo y despu¨¦s se va se va casi sin decir adi¨®s. La pel¨ªcula se basa en la obra de Arnold Wesker, quien plantea una met¨¢fora de este mundo moderno que nos hemos construido, donde lo que importa m¨¢s es la productividad, el ritmo de trabajo que la calidad de lo que estamos haciendo y que las personas que lo est¨¢n haciendo. Tuve la oportunidad, cuando estaba haciendo la investigaci¨®n para esta pel¨ªcula, de viajar a Nueva York, donde entrevist¨¦ a muchos cocineros indocumentados y fue muy interesante constatar toda esta tesis de Wesker, que sigue siendo muy vigente.
P. ?Es La cocina una alusi¨®n a la Torre de Babel? ?Es una especia de reflejo de la actual crisis migratoria que se produce en las puertas de Estados Unidos?
R. Hay una broma que hacen los cocineros que entrevist¨¦. Dicen que en Nueva York no hay comida japonesa, italiana o china, todo es comida mexicana porque todas las hacen mexicanos. Nueva York es esta melting pot de gente de todos lados, entonces tambi¨¦n me interesaba que estuviera salpicada con otras nacionalidades. Hay muchas pel¨ªculas sobre el tema de la migraci¨®n. Es casi un g¨¦nero mexicano, pero siento que hay pocas que tratan qu¨¦ pasa despu¨¦s de que cruzas. Casi todas se terminan con el cruce, pero a m¨ª me interesaba que el cruce fuera casi el pr¨®logo. ?Se cumple el sue?o o no? ?Cu¨¢l es el precio del sue?o? Eso es lo que me interesaba explorar.
P. Los personajes, para no sentir esa nostalgia de la lejan¨ªa, parecen puestos dentro de una gran m¨¢quina capitalista, que los somete y que nos los deja parar. ?Existe un paralelismo entre c¨®mo ve y asimila su situaci¨®n Pedro, un migrante con muchos a?os fuera, frente a c¨®mo lo hace Estela, alguien reci¨¦n llegada, respecto a estos conceptos?
R. S¨ª, totalmente. Por eso la pel¨ªcula termina con ellos. Son como un espejo, pero a trav¨¦s del tiempo. Pedro es un migrante que ya est¨¢ quebrado por la experiencia, ya tiene esta cicatriz. Estela apenas la va a adquirir, apenas hizo el viaje y acaba de llegar y entonces por eso era importante empezar la pel¨ªcula con ella y de alguna manera jugar con el p¨²blico y sus expectativas sobre los personajes. Al inicio hay una frase de Henry David Thoreau que dice: ¡®Qu¨¦ ruido infinito. Me despierto casi todas las noches con el mec¨¢nico jadeo de la locomotora. Interrumpe mis sue?os¡¯. La obra de Wesker es esa. ?D¨®nde queda el hombre en medio de los engranajes de la producci¨®n en l¨ªnea? ?D¨®nde queda el alma? ?Hemos dejado espacio para ella? Y si no, ?cu¨¢l es el precio? ?Y el precio que se paga es muy caro? Entonces, s¨ª, pero para m¨ª, ese es uno de los grandes temas de la pel¨ªcula.
P. Una gran parte del protagonismo cae sobre Ra¨²l Briones y Rooney Mara. Sin embargo, cada personaje de la pel¨ªcula tiene una voz y aporte a la trama. ?C¨®mo fue manejar esta experiencia de una pel¨ªcula coral?
R. Es complejo, la verdad. Desde el guion siempre es bien dif¨ªcil ver que le est¨¦s haciendo justicia a cada uno. Hay una lecci¨®n que a m¨ª me gusta mucho, viene de la ¨®pera, y es que hasta el sirviente tiene su momento. Hasta el personaje que est¨¢ m¨¢s a la orilla, necesita el momento en el que la c¨¢mara est¨¦ con ¨¦l, tiene que sentirse vivo, lleno, tridimensional. Fue un trabajo de cuidar eso mucho en el guion, de reescribir y reescribir. Me ayud¨® un poco mi bagaje de actor. Siempre cuando escribo, actu¨® cada parte. Trato de ver la historia, aunque sea por ese momentito, desde el punto de vista de este personaje. Eso ayuda a hacerle justicia. Y luego, por supuesto, est¨¢n los actores. Y lo que hicimos con esta pel¨ªcula fue un periodo de ensayos. Entonces, s¨ª era muy importante para m¨ª que todos se sintieran vivos, que cada quien supiera exactamente qui¨¦n es su personaje y cu¨¢l es su relaci¨®n con los otros.
P. La pel¨ªcula no cae en lugares comunes respecto al racismo en EE UU, ya que vemos que no solo ¡°un gringo¡± puede ejercer violencia, sino tambi¨¦n el propio mexicano...
R. Para m¨ª es muy importante trascender esta simplificaci¨®n melodram¨¢tica de que los gringos son malos y los mexicanos son buenos. No es as¨ª, es mucho m¨¢s compleja la cosa. El racismo no tiene nacionalidad. Como la violencia, tristemente, es algo de lo que todos somos capaces. Creo que en el momento en el que plasmas al migrante, o al mexicano, como un santo, entonces le quitas su humanidad. Le robas agencia y humanidad, entonces tambi¨¦n para m¨ª retratar eso es importante.
P. La cocina est¨¢ llena de met¨¢foras, no solo en los di¨¢logos, sino tambi¨¦n dentro de la construcci¨®n visual que hace, de esta idea de introducir al espectador a las entra?as del sistema, que se refleja en este plano secuencia casi de un cuarto de hora que realiza. ?C¨®mo fue traducir este concepto al apartado visual?
R. El prop¨®sito de la pel¨ªcula era retratar lo que ocurre tras bambalinas, de lo que casi nunca vemos y sucede detr¨¢s de las puertas por donde sale nuestra comida. Toda la energ¨ªa estaba puesta en eso desde el principio. Ese plano secuencia en espec¨ªfico requiri¨® mucha energ¨ªa, mucha pr¨¢ctica. Todos los actores tomaron clases de cocina muy serias durante mucho tiempo hasta que lograron convertirse en cocineros cada uno. Cada uno sab¨ªa hacer realmente lo que le tocaba a su estaci¨®n. Entonces, primero, creamos realmente un restaurante y despu¨¦s lo hicimos para la c¨¢mara. Son dos etapas, una igual de compleja que la otra. Una vez que saben preparar tortellinis o el pollo marsala, ?c¨®mo hacemos que se vea chido para la c¨¢mara? Y s¨ª, fue un proceso de una semana y media que pasamos filmando nada m¨¢s esa secuencia. Y fue mucho ensayo. Es como montar una coreograf¨ªa. Es una danza con 50 personajes, no extras, ellos eran aparte. Entonces, s¨ª, fue s¨²per complejo, pero muy divertido.
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