¡®La noche ser¨¢ negra y blanca¡¯, de Socorro Venegas: una oda de amor al monstruo de la paternidad
La primera novela de la escritora mexicana se edita por primera vez, 15 a?os despu¨¦s de su publicaci¨®n, en Espa?a y Argentina
¡°Si el padre de Latinoam¨¦rica es un fantasma huidizo, nuestra madre es la escritura¡±, dice la escritora argentina Dolores Reyes en la solapa de la reedici¨®n de la novela La noche ser¨¢ negra y blanca (2009), de la mexicana Socorro Venegas. La frase condensa una idea sobre la paternidad que ha abrazado a generaciones enteras de mexicanos ¡ªy latinoamericanos, por supuesto¡ª que crecieron con la figura del padre Pedro P¨¢ramo, y que a un selecto y privilegiado grupo de autores y autoras les dio la materia prima para transformar una paternidad inocua y desdibujada ¡ªcasi fantasmal¡ª en el tema de varios de los grandes t¨ªtulos literarios que vio nacer la regi¨®n. Venegas es uno de esos nombres, y La noche ser¨¢ negra y blanca, otro eslab¨®n para ahondar en esa herida que reboza de amor y contradicci¨®n entre una mujer y su padre.
Socorro Venegas (San Luis Potos¨ª, 51 a?os) no es de recordar fechas exactas de eventos diversos en su propia hoja de vida, pero tiene muy claros los d¨ªas en los que su existencia y su forma de habitar el mundo han cambiado debido a la p¨¦rdida. La muerte de su hermano ¡ªcuando ella era todav¨ªa una ni?a¡ª o la de su pareja sentimental, son duelos que la escritora ha decidido volcar en casi todo lo que escribe, como una forma de entenderse a s¨ª misma y de continuar su paso por el mundo.
Su primera novela, La noche ser¨¢ negra y blanca, que public¨® en 2009 y que perfeccion¨® durante varios a?os hasta el cansancio, se reedita este 2024 para llegar a las manos de lectores de Espa?a (con Editorial Contrase?a) y de Argentina (Ediciones La parte maldita). Este libro, que la autora considera como su trabajo m¨¢s personal, fue uno de los primeros ejercicios que Venegas desarroll¨® como un intento para entender la p¨¦rdida, el luto y la muerte de sus seres amados. Adem¨¢s de que su origen estuvo custodiado y cuidadosamente acompa?ado por grandes autores de la literatura mexicana del ¨²ltimo siglo: Al¨ª Chumacero, Carlos Montemayor, Daniel Sada o Ricardo Garibay.
Venegas recapitula: ¡°Es una novela particular. Quer¨ªa contar m¨¢s sobre la muerte en mi hermano y he seguido explorando esa historia porque es muy dif¨ªcil comprender la muerte de un ni?o. Part¨ª de puntos cardinales, vitales, m¨ªos, muy m¨ªos, el tema del alcoholismo, por ejemplo, o el del padre, esa era como mi primera exploraci¨®n m¨¢s profunda, movi¨¦ndome entre lo muy m¨ªo, y lo que ya no s¨¦ hasta d¨®nde ya no era m¨ªo. Y ahora lo entiendo mejor, era una necesidad que me ven¨ªan las v¨ªsceras, yo necesitaba escribir esto, no es que quisiera, la principal justificaci¨®n era vital¡±, dice.
En La noche ser¨¢ negra y blanca, Andrea, la protagonista de la historia, es una mujer con una infancia dura y un tremendo apego a su padre, que pronto la abandona a ella y a su madre y que reaparece diez a?os m¨¢s tarde, tratando de reconstruir el v¨ªnculo con su hija. ¡°Tanto da?o en tan poco tiempo. El poder absoluto de los padres¡±, se dice a s¨ª misma en una de las p¨¢ginas del libro. La historia de Andrea empieza con ese momento confuso en el que tiene que decidir si desea o no retomar la comunicaci¨®n con un hombre al que acepta, no podr¨¢ reconocer m¨¢s. En esa b¨²squeda y en el reconocimiento de sus propias heridas, Andrea busca ese pilar de la paternidad en un escritor al que acude con la excusa de entrevistarlo; un intento para darle sentido a su decisi¨®n de convertirse tambi¨¦n en periodista.
Venegas acepta que el personaje de Mill¨¢, el escritor, est¨¢ hecho con peque?os extractos de la vida y la personalidad de varios hombres que influyeron en su vida, pero destaca, sobre todo, a Garibay: ¡°Ese encuentro con el escritor me parec¨ªa tambi¨¦n muy especial, porque ah¨ª estaba yo tomando una figura importante: Garibay ¡ªhoy muy poco le¨ªdo y muy olvidado¡ª. De ¨¦l aprend¨ª much¨ªsimas cosas y adem¨¢s fue fundamental en este libro, porque lo conoc¨ª en un momento en el que ¨¦l ya estaba muy afectado por el c¨¢ncer, aunque no se le notaba. Yo ya le¨ªa poes¨ªa, por ejemplo, pero creo que la descubr¨ª en su biblioteca. Nunca me perdonar¨¦ el no haberme podido despedir de ¨¦l¡±, recuerda.
En el fondo, Venegas tambi¨¦n acepta que la muerte de su hermano, cuando ella ten¨ªa 11 a?os, cre¨® un vac¨ªo profundo entre los ¡°sobrevivientes¡± ¡ªella y su hermano menor¡ª y sus padres, quienes rebasados por el dolor y el duelo estuvieron ausentes y les llevaron a convertirse pronto en personas independientes. ¡°El propio Garibay tiene un libro que me parece fundamental y que si vamos a hablar de escritura autobiogr¨¢fica como ahora se hace tanto, tendr¨ªamos que concederle a este libro un lugar muy importante en la literatura mexicana: Beber un caliz. Fue Garibay, sentado junto a su padre agonizante, que escribi¨® lo que ve¨ªa, lo que recordaba, la agon¨ªa del padre. Ese es un ejercicio que requiere a agallas porque est¨¢s ah¨ª luchando con tu dolor, porque hab¨ªa sido un padre terrible, un monstruo, pero uno ama ese monstruo y yo en este libro tambi¨¦n lo que estoy escribiendo es c¨®mo puedo amar a este monstruo¡±, recuerda.
La autora asegura en que gran parte de latinoamericanos llevan casi en el ADN el legado de aquella historia de Juan Rulfo: Pedro P¨¢ramo, una figura paterna ausente, que hiere y que lastima y que parece ser casi una ilusi¨®n. ¡±Qu¨¦ dif¨ªcil es ser justo con tus padres. ?Se puede, de verdad, ser justo? Esas son las preguntas que me importan. Esto que heredamos de Rulfo, el padre en Am¨¦rica Latina es ausente. Eso me pas¨® en el libro, sentir esta necesidad de mirar sin romantizar al padre, sin justificarlo, sin querer necesariamente ser justa por entenderlo. Y al final quiz¨¢s aceptarlo¡±, dice.
¡°Mis escritos trataban de ti, no hac¨ªa m¨¢s que depositar en ellos las quejas que no pod¨ªa hacerte directamente, apoyado en tu pecho. Era una despedida de ti, dilatada expresamente¡±, escribe Kafka en Carta al padre. Es el peque?o texto que aparece como ep¨ªgrafe en La noche ser¨¢ negra y blanca, un libro luminoso, lleno de aspectos fundacionales para Venegas: ella se convirti¨® en lectora cuando tras la muerte de su hermano, alguien olvid¨® una novela en su casa y ella la ley¨® varias veces, sumergi¨¦ndose en la ficci¨®n y ayud¨¢ndose a transitar su luto; tambi¨¦n retrata su necesidad infantil de encontrar un eco en sus padres y en quienes le rodean para poder entender su propio mundo interior y sus decisiones vitales. Venegas acepta que la exploraci¨®n del mundo de las heridas y de las muchas veces en las que se puede volver a empezar, estar¨¢ presente siempre en su literatura: ¡°No dejo de escribir sobre el duelo, sobre la p¨¦rdida porque aunque sigo explor¨¢ndolos yo no siento que haya nunca una repetici¨®n y eso es tremendo, porque te das cuenta de que son temas vitales, tan poderosos que no terminar¨¢s nunca de explorarlos, que vas a encontrar siempre una vertiente, una arista que no hab¨ªas visto¡±.
Suscr¨ªbase a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y al canal de WhatsApp y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.