Zoe Joffre, activista trans: ¡°Le pido a la nueva presidenta que nos escuche¡±
La activista por los derechos de las personas trans aboga porque haya un mayor reconocimiento de sus derechos bajo la Administraci¨®n de Sheinbaum: ¡°Me alegra que haya una presidenta, pero siento que estos triunfos no nos cubren a todas¡±
Zoe Joffre sale sonriente del elevador. Luce fresqu¨ªsima, vibrante. Lleva un vestido de lunares y collar de cuentas en el cuello. Saluda con mucho cari?o, como si se encontrara con viejas amistades, y se muestra dispuesta a la entrevista, a la que dedica un tiempo generoso y una apertura entusiasmada. La conversaci¨®n se desarrolla en la redacci¨®n de EL PA?S en Ciudad de M¨¦xico, a un lado del Paseo de la Reforma donde se dejar¨¢ retratar con el mismo arrollador entusiasmo. Joffre (Monterrey, 1992) es actriz, conductora de televisi¨®n y un fen¨®meno en redes sociales. Trabaja en el Estado de M¨¦xico y ha venido a la capital a participar en un evento relacionado al mes del orgullo LGBT. No hay temas vetados en la charla y ella habla sin timidez de pol¨ªtica, de lo que espera de la presidenta electa Claudia Sheinbaum, de su activismo, de la violencia contra las mujeres y las personas trans, incluida la violencia sexual, y la discriminaci¨®n que ha sufrido a lo largo de su vida. ¡°He decidido que eso me hace m¨¢s fuerte, y cuando me dicen que no puedo ocupar un espacio, busco la forma de hacerme visible de la mejor manera posible¡±, afirma sonriente.
Pregunta. En M¨¦xico ha sido electa por primera vez una mujer como presidenta, ?c¨®mo lo recibe?
Respuesta. Es un avance, una muestra de que como pa¨ªs estamos mirando a las mujeres. A m¨ª me llena de orgullo, por todas las mujeres que estuvieron antes y todas las mujeres que tuvieron que luchar para que ella pueda estar en esa posici¨®n, pero tambi¨¦n me entra un sabor agridulce.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque no todas las mujeres tenemos los mismos derechos ni el mismo reconocimiento. Te puedo decir que siendo una mujer trans no siento que estos triunfos nos cubran a todas. Nos alegran a todas, por supuesto, pero las mujeres trans no tenemos una ley de identidad de g¨¦nero, ni siquiera estamos siendo reconocidas jur¨ªdicamente.
P. ?El hecho de que una mujer llegue a la presidencia no se traduce en derechos y garant¨ªas para las mujeres trans?
R. Siempre he dicho que el cuerpo no asegura que las cosas est¨¦n hechas con garant¨ªas para todos, todas y todes. Tengo fe en que las pol¨ªticas de inclusi¨®n que se llevaron a cabo en Ciudad de M¨¦xico durante el mandato de la hora presidenta electa sean replicadas a nivel nacional. Pero creo que falta voluntad para hablar sobre reformas que se tienen que hacer, que garanticen la identidad de las personas trans, su acceso a la educaci¨®n, que las violencias hacia ellas est¨¦n tipificadas en leyes.
P. ?Qu¨¦ le pide a la nueva presidenta?
R. Le pedir¨ªa que nos escuchara, que se sentara hablar con nosotras, que nos diera el espacio de contarle nuestras realidades y la oportunidad de llevarla a ver a las familias de las mujeres trans asesinadas y que les diga que ya est¨¢ resuelta la violencia por cr¨ªmenes de odio. Si lleg¨® ella, que nos agarre de la mano a todas y todas podamos avanzar.
P. ?Qu¨¦ rol debe jugar el Estado frente a, por ejemplo, los cr¨ªmenes contra las mujeres trans?
R. Lo he analizado por mucho tiempo. A la conclusi¨®n que he llegado es que nada va a cambiar si como sociedad no nos miramos como iguales. Pueden haber pol¨ªticas p¨²blicas que garanticen derechos, pero tambi¨¦n tenemos que educar. Ahora, en el mes del orgullo, estamos acostumbrados a ver el Paseo de la Reforma lleno de banderas, todas las marcas llenas de arco¨ªris, inclusi¨®n por todos lados, pero acabando junio las personas trans volvemos a estar ocultas.
P. ?Se ha banalizado la marcha por el orgullo?
R. Los disturbios de Stonewall fueron apenas en 1969, somos un movimiento muy joven, que ha avanzado muy r¨¢pido en ciertos sectores. Si t¨² me preguntas que si creo que hacer las cosas tan comerciales est¨¢ mal, de pronto creo que no. Est¨¢ bien que los bancos, que las marcas se unan, siempre y cuando eso venga acompa?ado de una voluntad de las empresas de capacitar y desarrollar a los trabajadores para que esos sean espacios seguros para las personas de la diversidad.
P. ?Cree que este movimiento visibiliza lo suficiente a las personas trans?
R. No de la manera correcta. Como una persona trans, por supuesto que voy a querer ver a otra persona trans en un puesto de toma de decisi¨®n, que ya las hubo, pero las dejan solas. Buscan perfiles que representan la estigmatizaci¨®n de las personas trans, pero no vemos las que se han preparado por mucho tiempo y que necesitan el apoyo de todas y todos. No creo que, por ejemplo, en los medios de comunicaci¨®n sea correcto que seamos vistas por ser trans y no por ser buenas hablando, actuando, cantando. T¨² no ves en un noticiero a una mujer trans hablando de la situaci¨®n en el mundo, de las guerras que est¨¢n pasando, no las ves hablando de cultura.
P. ?Se las frivoliza?
R. ?Claro, claro! Para m¨ª la lucha no es no solo ser visibles, sino serlo de una manera correcta, en donde nuestra identidad sea una parte de lo que somos, pero que nuestra vida no gira en torno a ello.
P. Usted trabaja como activista desde los 18 a?os, ?c¨®mo ha cambiado M¨¦xico desde entonces frente a los derechos de las personas trans?
R. Recuerdo que cuando ten¨ªa 18 a?os la gente no ten¨ªa idea de la palabra trans, usaban otras palabras para dirigirse a nosotras. No exist¨ªa una ley de identidad de g¨¦nero como las que hay en ciertas ciudades. Antes ten¨ªas que demandar al Estado para poder acceder a tu identidad. No se te patologizaba, ten¨ªas que pasar por muchos estudios, ten¨ªas que sufrir un viacrucis para poder acceder a tu identidad. De estudiar ni hablamos, no hab¨ªa una palabra en un libro que te dijera que exist¨ªan las personas trans, no exist¨ªan en las empresas pol¨ªticas de inclusi¨®n, hasta estaba permitido que te discriminaran. A las mujeres que son de mi generaci¨®n nos toc¨® confrontar eso, exigir, educar. Las nuevas generaciones est¨¢n viviendo lo que para nosotras hubiera sido un para¨ªso.
P. ?Con qu¨¦ dificultades se top¨® cuando comenz¨® a trabajar como activista?
R. No empec¨¦ siendo activista por los derechos de la comunidad trans, empec¨¦ apoyando a comunidades ind¨ªgenas y estuve trabajando en Estados como Oaxaca, Puebla, Tlaxcala. Estuve aprendiendo mucho sobre la causa y la desigualdad hacia las mujeres, ese siempre fue un tema para m¨ª. Llegu¨¦ a Ciudad de M¨¦xico hace unos 10 a?os y conoc¨ª un mundo donde no ten¨ªa que estar escondida. Comenc¨¦ a hacer activismo LGBT y me di cuenta que no hab¨ªa nadie que normalizara nuestra existencia en las empresas, que casi siempre est¨¢bamos exigi¨¦ndole al Gobierno, pero no a las empresas. Llevo ya casi 10 a?os capacit¨¢ndolas, fui la primera mujer trans en un anuncio de Scotiabank. He capacitado a empresas como MasterCard, Walmart.
P. ?Qu¨¦ temas quedan a¨²n pendientes en la lucha por reconocer los derechos de las personas trans?
R. De pronto me di cuenta de que nadie les est¨¢ hablando a las familias de las infancias trans. Ya educamos a ciertos sectores, pero ahora hay que educar los entornos, hay que llegar a los hogares.
P. ?C¨®mo le fue con su familia?
R. Mira, h¨ªjole, fue un sube y baja. Soy muy afortunada de haber tenido una abuela maravillosa que me cuid¨®, me cri¨®, am¨® y respet¨®. Con mi madre tengo una relaci¨®n en la que nos reconocemos como mujeres. Tengo una hermana menor para la que he sido su hero¨ªna. Todo ha estado muy bien con mi familia cercana, pero con la familia de alrededor no muy bien. Vengo de una familia que es muy cat¨®lica, muy tradicional y entenderlo les cost¨®, pero supongo que no les qued¨® de otra m¨¢s que hacerlo.
P. ?C¨®mo deben involucrarse las familias, c¨®mo deben actuar los padres, frente a un ni?o trans?
R. Primero le dir¨ªa a las infancias trans que no hay nada malo con su cuerpo. Que no compren estos discursos de que estamos en cuerpos equivocados o viviendo vidas equivocadas, porque vivimos la vida que nos toc¨® y para la que estamos hechos, que el futuro es esperanzador y que nada es imposible. Yo tambi¨¦n estuve ah¨ª, pero despu¨¦s me di cuenta de que no pod¨ªa pasar un d¨ªa m¨¢s odiando mi cuerpo. Evidentemente, le he hecho modificaciones, porque las necesitaba, pero les dir¨ªa a las infancias y a sus familias que no hay prisa por entender todo en un d¨ªa, no hay prisa por hacer cambios legales, f¨ªsicos, endocrinol¨®gicos.
P. Un tema controvertido son las cirug¨ªas de cambio de sexo, principalmente en adolescentes. ?C¨®mo deben manejarlo las familias?
R. Lo que le dir¨ªa a esos padres de familia es que primero amen a sus hijos, hijas, hijes. Que nos ense?en a amarnos va a hacer que cuando lleguemos a estas decisiones, lo hagamos desde el amor a nuestro cuerpo. Cuando hice una cirug¨ªa de resignaci¨®n me pregunt¨® el doctor si estaba segura, porque es un viaje de ida y no de vuelta, y me di cuenta de que la sociedad nos obliga a llegar a esos momentos desesperadas, que ya te urge operarte, porque est¨¢s enojada y frustrada con tu cuerpo. No nos ense?an que en el momento que sea adecuado lo debemos hacer con amor y con respeto a una misma.
P. A pesar de los avances que vemos en los derechos de las personas de la diversidad, ?se siente a¨²n discriminada?
R. S¨ª he sentido discriminaci¨®n, negarlo ser¨ªa absurdo, pero creo que de manera personal he decidido que eso me haga m¨¢s fuerte y cuando me dicen que no puedo ocupar un espacio, busco la forma de hacerme visible de la mejor manera posible. Por otra parte, reconozco que he sido una persona muy privilegiada, que se ha rodeado de personas que me han protegido much¨ªsimo. No vivo la realidad que sufren las compa?eras que ejercen el trabajo sexual, que est¨¢n en las calles todos los d¨ªas arriesgando la vida. Las violencias que yo he vivido han sido m¨¢s enfocadas a lo laboral, salvo las violencias o intentos de violaci¨®n sexual que he tenido, que han sido varios en espacios que cre¨ªa seguros. La discriminaci¨®n la sent¨ª en el momento de denunciarlo.
P. ?Qu¨¦ respuesta tuvo?
R. Por ser trans me dijeron que no. Las primeras veces era menor de edad y ni siquiera fuimos a denunciar. La segunda vez fue un intento de abuso sexual aqu¨ª en Ciudad de M¨¦xico y cuando fui a denunciar, los polic¨ªas y las personas que me atendieron me dec¨ªan: es que no pas¨® nada, va a estar ca?¨®n que encontremos qui¨¦n fue. La tercera ocasi¨®n me tom¨® m¨¢s molesta. Esas ser¨ªan las discriminaciones que he vivido y que fueron las veces que me desesperanc¨¦ de la realidad, de decir, si eso me pasa a m¨ª que soy una persona p¨²blica, imag¨ªnate lo que est¨¢n viviendo las dem¨¢s mujeres.
P. En un pa¨ªs donde matan a 11 mujeres al d¨ªa.
R. Y no pasa nada. Creo que nuestra clase pol¨ªtica deber¨ªa de cuestionarse si de verdad las causas le importan o ser m¨¢s honestos y decir ¡®no nos importan¡¯. A¨²n falta mucho por hacer. Para todas las personas que piensan que el Pride, que el feminismo, que la marcha del 8M, que todos los movimientos sociales, que todas esa causas son por moda, o por rencor, o por alguna frustraci¨®n, no es cierto, es porque afuera de nuestras casas y de nuestros privilegios existen muchas realidades que no vamos a entender hasta que nos atraviesen.
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