El PRI ha muerto, viva el PDA

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?Qui¨¦n ha ganado las elecciones en M¨¦xico? Pues el PRI, qui¨¦n si no. La pregunta y su respuesta ven¨ªan siempre enlazadas sin lugar al equ¨ªvoco. As¨ª recibieron los resultados electorales mexicanos en el mundo durante d¨¦cadas. Una quiniela sin posibilidades de error. Tiempo despu¨¦s, con la transici¨®n, como la llaman, en la que se alternaron algunos gobiernos panistas y la llegada al poder de Morena con Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, el PRI se muere, pero sus formas no. ?Qui¨¦n ha ganado la presidencia del PRI? Pues Alito, qui¨¦n si no.

Cuando un l¨ªder ha perdido en su trayectoria casi 5,5 millones de afiliados y no hay un solo territorio donde haya ganado en las presidenciales, uno esperar¨ªa que hiciera la maleta, pero no. El domingo sali¨® reelegido para encabezar el partido cuatro a?os m¨¢s con un 97% de los votos. Eso ya no es una dictadura perfecta, sino muy imperfecta: puestos a perder la verg¨¹enza podr¨ªa haber conseguido el 100% de los sufragios y la sorpresa habr¨ªa sido la misma, o sea, ninguna.

El chiste es que ya no hay siquiera que usar el manual priista de anta?o para ama?ar bonito una elecci¨®n. Se puede dar por seguro que los votos emitidos esta vez son leg¨ªtimos, porque ya no estamos hablando del PRI, sino de un partido nuevo, el Partido de Alito (PDA), y los que est¨¢n dentro de ¨¦l son sus incondicionales. La ¨²nica oponente, Lorena Pi?¨®n, obtuvo ocho votos, los que calcularon que deb¨ªa sacar la, seg¨²n dicen, amiga de Alito, para dar por buena la limpieza interna. Frente a lo ocurrido este domingo, la indecorosa bronca que sostuvieron en Morena en 2020 para entronizar a Mario Delgado parece, ahora s¨ª, la democracia perfecta.

Para acabar con Alejandro Alito Moreno, antes de que ¨¦l acabe con el PRI, algunos militantes y dirigentes cr¨ªticos, de los pocos que quedan, han reunido ¨¢nimo y esperanza y se han lanzado a denunciar ante el INE el irregular proceso que ha desembocado en el victorioso domingo del l¨ªder. Pero el ¨¢nimo y la esperanza est¨¢n colgados del tiempo como los goteros en el hospital, agotando los segundos. No es f¨¢cil pensar que alg¨²n tribunal pueda resolver esto. El Partido de Alito (PDA) puede hacer nuevos estatutos para acomodar mejor sus criterios democr¨¢ticos.

Las despedidas siempre son tristes, tambi¨¦n la de un partido que ocup¨® todo un siglo en M¨¦xico con sus aciertos y sus vuelos tenebrosos. Pero a veces no queda m¨¢s remedio. Recientemente, se propuso un cambio de nombre y bien pensado no est¨¢ mal visto. Para qu¨¦ seguir llam¨¢ndose Pancracio si uno ya no es Pancracio. Quiz¨¢ ha llegado el momento dif¨ªcil de la desconexi¨®n, de mandar al carajo los tribunales, las luchas y los pesares. Ponerse frente al espejo del PDA y decidir si se quiere seguir militando o hasta aqu¨ª lleg¨® el camino. Fundar o refundar, esa es la cuesti¨®n. Ahora la oposici¨®n est¨¢ desintegrada, puede ser un buen momento para volver a construirla con nuevos o viejos cimientos.

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