La inacci¨®n del PAN tras su derrota electoral da opciones a la ultraderecha
Sandra Cuevas, una pol¨ªtica reacia al sistema, anuncia su intenci¨®n de crear una formaci¨®n por la familia y la seguridad, mientras el ultracat¨®lico Ver¨¢stegui afianza relaciones con los grupos antiaborto en Estados Unidos
La debacle sufrida por la oposici¨®n en las elecciones mexicanas del 2 de junio ha dejado al partido conservador Acci¨®n Nacional (PAN) sumido en un pasmo del que no se recupera y al que reclaman con urgencia un l¨ªder y un programa pol¨ªtico que puedan amalgamar las tendencias de derecha en el pa¨ªs. De otro modo, existe el riesgo de que la ideolog¨ªa ultra se escape del pelot¨®n en solitario, como ha pasado en otros pa¨ªses. Ser¨¢ complicado en M¨¦xico, por sus caracter¨ªsticas hist¨®ricas y las dificultades burocr¨¢ticas para montar un partido, pero no faltan candidatos que en los ¨²ltimos tiempos esgrimen los conocidos lemas por la familia, la seguridad, la vida y los valores cristianos. El camino est¨¢ allanado.
Tan singular como Javier Milei o rara como Donald Trump, la exalcaldesa del principal distrito de la capital mexicana, Sandra Cuevas, ha visitado estos d¨ªas Espa?a, donde se ha reunido con el expresidente panista Felipe Calder¨®n y su esposa, Margarita Zavala. Ha anunciado su inter¨¦s en fundar un nuevo partido para competir en 2030 por la presidencia, con una consigna de regustos ultraderechistas: Por la Familia y la Seguridad de M¨¦xico. Cuevas ha sido una de las figuras m¨¢s estramb¨®ticas de la pol¨ªtica mexicana de los ¨²ltimos a?os. Lo mismo se fotografiaba con una motosierra por las calles, segando las p¨¦rgolas de las terrazas que los bares montaron en pandemia, que vest¨ªa como un polic¨ªa garantizando ley y orden en las calles con su cuatrimoto, como reci¨¦n salida de una pel¨ªcula de acci¨®n estadounidense. ?Milei? ?Trump? ?Bukele? Ella es un h¨ªbrido al que no le faltan admiradores. Bronca, descarada y hastiada de la pol¨ªtica tradicional, ha ido probando en todos los partidos y abandon¨¢ndolos o siendo abandonada por todos.
Aclamado por la ultraderecha mundial, que le anima a postularse para presidente ¨DTrump ha sido uno de ellos¨D en las reuniones de la Conferencia Pol¨ªtica de Acci¨®n Conservadora (CPAC), Eduardo Ver¨¢stegui lo intent¨® en esta ocasi¨®n, pero la mara?a legal para constituir un partido en M¨¦xico y el n¨²mero de firmas que hay que recabar lo dejaron en la cuneta.
El ultracatolicismo de Ver¨¢stegui, anta?o cantante, corista y actor de telenovelas, impregna todos sus valores pol¨ªticos. Tambi¨¦n gusta de retratarse con fusiles amenazando con poner a los contrarios en su sitio. La editora de openDemocracy para Am¨¦rica Latina, Diana Cariboni, que ha estado persiguiendo datos sobre la financiaci¨®n de la ultraderecha en esta regi¨®n, conoce el trasiego de dinero que baja de poderosas organizaciones cat¨®licas estadounidenses para financiar estos movimientos. ¡°Se sabe que algunas organizaciones en Am¨¦rica del Norte tambi¨¦n lo han recibido, pero no es f¨¢cil determinar cu¨¢nto es para M¨¦xico o para Canad¨¢, no se dan esos desgloses¡±, afirma. ¡°No siempre es el dinero lo que los vincula, s¨ª sabemos que act¨²an muy coordinados y que hay mexicanos en varias de estas organizaciones¡±, afirma.
Quienes conf¨ªan en que el PAN levante cabeza para reorganizar en torno a ¨¦l a las huestes conservadoras mexicanas miran el reloj, inquietos. ¡°El PAN, sin ser en origen un partido radical, ha sabido canalizar los grupos de ultraderecha que siempre han existido en M¨¦xico, como el Yunque y otros¡±, explica Juan Ignacio Zavala, antiguo militante panista que clama por que su partido recupere sin complejos los valores que le son propios y defina una agenda cuanto antes. ¡°Al PAN le da verg¨¹enza decir que es de derecha, le cost¨® declararse democratacristiano. Hoy podemos decir que Claudia Sheinbaum [la presidenta electa que tomar¨¢ posesi¨®n el 1 de octubre] es la primera que ser¨¢ de izquierdas, que no procede del PRI, pero ?d¨®nde est¨¢ la derecha?¡±, se pregunta Zavala, gran analista de la pol¨ªtica mexicana. ¡°La derecha tiene sus causas, solo hay que agarrarlas¡±, afirma.
Riesgo es una palabra que muchos dan por v¨¢lida cuando se pregunta por la posibilidad de que la ultraderecha consiga su espacio en M¨¦xico. Lo hace el propio Zavala. ¡°Claro que existe el riesgo, como ha pasado en otros pa¨ªses. Trump se apoder¨® del partido Republicano y lo deshizo. [Marine] Le Pen [en Francia] ha tomado causas y motivos y ha crecido. O buscan causas que retomar o crecer¨¢n otros liderazgos al margen del PAN, sea Sandra Cuevas u otros. Familia y libertad son conceptos claros y relevantes para la sociedad y tambi¨¦n la seguridad, entendida como orden y respeto a la ley. Parecen palabras fachas, pero hay que perderles el miedo¡±, sugiere. Y en M¨¦xico podr¨ªan tener una buena acogida, dada la violencia, la corrupci¨®n y el descaro con el que se violan las leyes.
Tambi¨¦n ven ¡°riesgo¡± acad¨¦micos como Mario Santiago y Rodrigo Castro Cornejo, especialistas en estos movimientos pol¨ªticos, de un avance de la ultraderecha por la inacci¨®n del PAN tras su debacle electoral. ¡°Ante la falta de claridad discursiva del PAN, le van ganando terreno las opciones m¨¢s radicales. Es peligroso, ya lo hemos visto en Europa, por ejemplo. El electorado cambia a una velocidad tremenda¡±, sostiene Santiago, investigador del Instituto Mora, en M¨¦xico. Castro Cornejo, sin embargo, cree que el riesgo puede darse a futuro, si Claudia Sheinbaum ejerce un verdadero gobierno de izquierdas ¡°y se produce una reacci¨®n en el otro extremo, como pas¨® en Brasil tras Lula da Silva y Dilma Rousseff, con la llegada de Jair Bolsonaro, o en Chile. En ese caso [los radicales] podr¨ªan ver su oportunidad¡±, explica el profesor de la Universidad de Massachusetts Lowell.
Considera Castro Cornejo que, en la actualidad, estos movimientos no han sacado cabeza porque el propio gobierno de L¨®pez Obrador ¡°ha incorporado a grupos de ultraderecha, como los evang¨¦licos, la Luz del Mundo. Adem¨¢s, el presidente ha sido muy conservador en asuntos como el aborto, la comunidad LGTB o las drogas, por ejemplo, no ha habido lugar a la reacci¨®n¡±, dice. Y no ve f¨¢cil que Sheinbaum vaya a politizar estos asuntos, que ya fueron despenalizados por la Suprema Corte, aunque no se haya legislado del todo sobre ellos. Pero no descarta que otros agraviados a la derecha del PAN, como Sandra Cuevas, ¡°est¨¦n viendo el momento¡±.
La nueva reuni¨®n de la CPAC, a la que tradicionalmente asiste la flor y nata de la extrema derecha mundial, como Eduardo Bolsonaro, Steve Bannon, a veces Donald Trump, el chileno Jos¨¦ Antonio Kast, el argentino Javier Milei, el espa?ol Santiago Abascal y muchos otros, se celebra en M¨¦xico el 24 de agosto. De nuevo, Ver¨¢stegui encontrar¨¢ eco a sus propuestas y palmadas de ¨¢nimo en el hombro. La extrema derecha conecta bien con temas que impactan fuertemente en Am¨¦rica Latina, ¡°como el fracaso del Estado, la corrupci¨®n, la inseguridad entre la poblaci¨®n, la subjetividad meritocr¨¢tica, neoliberal, las nuevas formas de trabajo, las redes sociales, muy f¨¦rtiles en la creaci¨®n de contenidos¡±, explica Esther Solano, soci¨®loga en la Universidad Federal de S?o Paulo y especialista en ultraderecha. ¡°Son elementos que solidifican en la extrema derecha¡±,
En este ecosistema, destaca como fen¨®meno privilegiado ¡°la religi¨®n, sobre todo la pentecostal¡±, Por tanto, dice, ¡°la ultraderecha tiene posibilidad de consolidaci¨®n en Am¨¦rica Latina, porque tambi¨¦n hay ejemplos de movimientos que han triunfado, como el bolsonarismo, el bukelismo, el mile¨ªsmo¡±. A todo ello suma la fragilidad pol¨ªtica y social de la regi¨®n, con ¡°eventos r¨¢pidos y creativos de alto poder transformador¡±, as¨ª como la masificaci¨®n demogr¨¢fica, objeto de deseo para estos movimientos.
La religi¨®n es, sin duda, uno de los factores a los que no hay que quitarle el ojo. ¡°Los evang¨¦licos han crecido mucho en varias zonas y ahora algunos de los que antes estaban en M¨¦xico en el Partido Encuentro Solidario (PES), [aliados de L¨®pez Obrador] est¨¢n ahora con Ver¨¢stegui¡±, sostiene Mario Santiago. El profesor se?ala, sin embargo, el debilitamiento de la Iglesia cat¨®lica en M¨¦xico, ¡°que ya no tiene el peso pol¨ªtico que tuvo en anteriores elecciones. Ese es otro nicho de oportunidad, si el PAN o la propia Iglesia no lo hacen, esos valores podr¨ªan tomarlos otros¡±, dice, aunque no ve que esos grupos tengan a¨²n la fortaleza de convertirse en partidos. ¡°El que s¨ª tiene recursos inyectados por la Iglesia cat¨®lica en Estados Unidos es Ver¨¢stegui, de empresarios, seglares y algunos altos miembros de la jerarqu¨ªa cat¨®lica. Pero una cosa es tener discurso y otra, partido¡±, asegura.
Mientras, ¡°el PAN sigue pasmado¡±, dice Zavala. ¡°Ninguno de los candidatos que se postulan a presidir el partido te dice qu¨¦ quiere para el PAN. Deben buscar figuras relevantes para presidirlo, buscarlas fuera, ya sea en organizaciones empresariales o donde sea, l¨ªderes, empuje y banderas, no andarse con medias tintas¡±, afirma. Una figura llegada de fuera fue la candidata X¨®chitl G¨¢lvez, que se enfrent¨® a Sheinbaum en las elecciones y fracas¨® estrepitosamente. ¡°S¨ª, pero no nos enga?emos, no era buscada, era impuesta por algunos empresarios¡±, asegura Zavala. Y termina: ¡°Hay un riesgo claro con la ultraderecha, pero el PAN tiene todav¨ªa la posibilidad de hacerles entrar y proporcionarles un canal de representaci¨®n. Ellos tienen causas que no son dif¨ªciles de abanderar, porque como salgan, luego no hay forma de meterlos¡±.
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