El Taquito se despide del Centro Hist¨®rico: el restaurante que sirvi¨® a Marilyn Monroe, Mar¨ªa Felix y Diego Rivera
Su comida la prob¨® el Papa Juan Pablo II y hasta el Rey Carlos III de Inglaterra, pero m¨¢s de cien a?os de historia no fueron suficientes para soportar la poca afluencia provocada por el comercio informal que se apoder¨® de las calles del centro
Todas las paredes del restaurante taurino El Taquito est¨¢n llenas de fotograf¨ªas enmarcadas donde se pueden ver presidentes, artistas, toreros y periodistas. En muchas de ellas, esas figuras que transformaron la realidad de M¨¦xico est¨¢n en la misma mesa. Jacobo Zabludovsky con Ernesto Zedillo, o Diego Rivera con Emilio El Indio Fern¨¢ndez, Ruth Rivera y Jos¨¦ Clemente Orozco. Un siglo de im¨¢genes respaldan la importancia de El Taquito, que se convierte en otro de los emblemas del Centro Hist¨®rico que cierra sus puertas, aunque este lo hace para mudarse a otra zona de la ciudad, donde espera tener un renacimiento despu¨¦s de que el ambulantaje del centro lo obligara a irse.
Los inicios de El Taquito se remontan a 1917, cuando Marcos Guill¨¦n Gonz¨¢lez y Conchita Rioja de Guill¨¦n abrieron una recauder¨ªa en el Centro Hist¨®rico para vender frutas y verduras. Aunado a eso, Conchita comenz¨® a preparar antojitos mexicanos: chalupas, quesadillas, pambazos, entre otras cosas. La comida gan¨® terreno y pocos a?os despu¨¦s rentaron un local en la esquina de las calles Del Carmen y Rep¨²blica de Bolivia. ¡°Ampliaron una rec¨¢mara ya como un saloncito, y luego otro, y luego otro, y ya. Con muchos a?os de trabajo fue un restaurante en forma¡±, relata Rafael Guill¨¦n Hern¨¢ndez, nieto de los fundadores y actual due?o del establecimiento, que administra junto a su hermano Marco.
Una ubicaci¨®n perfecta
De acuerdo a Rafael, las claves del ¨¦xito fueron la saz¨®n de su abuela y la ubicaci¨®n del sitio, pues debido a la cercan¨ªa con Palacio Nacional, epicentro del gobierno mexicano por d¨¦cadas, muchos pol¨ªticos visitaron El Taquito. Prueba de ello es una fotograf¨ªa de Emilio Portes Gil, presidente interino de M¨¦xico entre 1928 y 1930, durante una comida en el restaurante.
Sin embargo, la consagraci¨®n del espacio se dio por la cultura taurina, pues su fundador era gran amigo de los toreros, en especial de Rodolfo Gaona, quien lo invitaba al restaurante despu¨¦s de los espect¨¢culos taurinos. ¡°Yo creo que el ambiente del toro jala al art¨ªstico y al pol¨ªtico (...) De ah¨ª la tradici¨®n de que viniera cada presidente¡±, cuenta Rafael, que vio pasar a todos los presidentes desde que era ni?o, hasta Vicente Fox e incluso recibi¨® la visita del actual presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador cuando fue Jefe de Gobierno del Distrito Federal.
Las estrellas m¨¢s grandes
Una de las figuras m¨¢s reconocidas en el lugar fue Mar¨ªa F¨¦lix, quien iba con frecuencia y dispon¨ªa de ocho meseros s¨®lo para ella. En otras ocasiones ped¨ªa mesas para m¨¢s de 40 personas que se organizaban en forma de ¡°U¡± para que ella siempre fuera protagonista. La comida de El Taquito se sirvi¨® en la boda de La Do?a y Jorge Negrete, La boda del siglo. Como testigo de la relaci¨®n de F¨¦lix con el lugar hay una foto donde saluda desde el balc¨®n de El Taquito a cientos de personas que la admiran desde la calle. Dolores del R¨ªo, Pedro Infante, Mario Moreno Cantinflas, Jos¨¦ Jos¨¦, Hugo S¨¢nchez, entre otros, son parte de las personalidades que se convirtieron en parte del legado del sitio y cuyas fotos hoy est¨¢n en esas paredes.
La fama lleg¨® a ser internacional. En 1962 Marilyn Monroe visit¨® el lugar y el diario Esto public¨®: ¡°En una sentada aprendi¨® la t¨¦cnica del taco¡±, tambi¨¦n lo hizo el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy. Hasta el rey Carlos III del Reino Unido aparece retratado.
Aprobaci¨®n del Vaticano
En el libro El Taquito: una historia que contar, de Rafael Guill¨¦n, cuenta c¨®mo en 1979 el abad de la Bas¨ªlica de Guadalupe, Guillermo Schulenburg, planific¨® la primera visita del papa Juan Pablo II a M¨¦xico. De acuerdo con Guill¨¦n, el monse?or frecuentaba el restaurante, donde hac¨ªa muchas llamadas telef¨®nicas y despu¨¦s de una en particular, invit¨® a Rafael padre a acompa?arlo al Vaticano, pero por sus compromisos en el local, mand¨® a su hijo Marcos, quien, sin saberlo hasta que estuvo en el vuelo a Europa, se convirti¨® en parte del grupo que convenci¨® al papa de visitar M¨¦xico. El 27 de enero de 1979, El Taquito sirvi¨® un entrem¨¦s ranchero, consom¨¦ de pavo, arroz a la mexicana, carne asada a la tampique?a, pastel, helado, ate con queso y caf¨¦ de olla al papa y a 2.000 personas en la Bas¨ªlica de Guadalupe.
Sobre la cena, el peri¨®dico Claridades public¨®, ¡°En esa comida Karol Wojtyla, convertido en S.S. Juan Pablo II, no bendijo el pan, bendijo el taco mexicano y, cari?osamente, lo llam¨® ante dos mil comensales, El Taquito. Curiosamente, toda la comida que se elabor¨® ese d¨ªa fue preparada en el popular restaurante taurino, que lleva el nombre de El Taquito¡±.
La p¨¦rdida de un ¨ªcono
El Taquito comenz¨® a perder clientes cuando las calles se llenaron de locales de comercio informal. Para los propietarios no es algo nuevo, recuerdan que hace d¨¦cadas ya hab¨ªa gente que vend¨ªa en las calles, pero en los ¨²ltimos a?os las cosas se volvieron insostenibles, ahora los puestos callejeros y el cierre de calles o desv¨ªos lo han convertido en un sitio olvidado, una figura en el fondo del paisaje entre puestos que toman las banquetas y calles. La ubicaci¨®n que en un momento fue clave del ¨¦xito del lugar hoy es su maldici¨®n. De acuerdo a Guill¨¦n, desde avenida Tlalpan y la calle 20 de noviembre hay cierres y desv¨ªos, por lo que cada vez llega menos gente. En entrevista para el peri¨®dico Reforma dijo que las ventas bajaron hasta un 90%.
Rafael menciona que desde hace diez a?os la situaci¨®n es dif¨ªcil, pero que increment¨® en 2023, con la llegada de migrantes de Venezuela, Cuba y Hait¨ª. Tambi¨¦n explica que los grandes negocios de productos chinos transformaron la escena por completo. ¡°Ellos siguen vendiendo sus cosas, ?no? Tienen derecho, pues tendr¨¢n todo el derecho, pero s¨ª afectan al tercero ya no es justo¡±, comenta.
?l se da cuenta de la iron¨ªa que supone que el centro sea una zona en su mayor¨ªa peatonal, ¡°pero realmente a los locales, o sea, los negocios fijos son los que afectan porque los ambulantes son los que reciben a la gente¡±. Rafael siente tristeza y pena de que el negocio haya terminado en esas circunstancias y desear¨ªa que hubiera existido una soluci¨®n desde el gobierno para regular el comercio informal. Respeta su derecho de trabajar, pero ve injusto que su negocio sufra a costa de ello.
El Taquito se mudar¨¢ en septiembre a unos 12 kil¨®metros de distancia en la colonia San Jos¨¦ Insurgentes. El n¨²mero 25 de la calle Miguel Nore?a ser¨¢ su nuevo hogar y se espera que la apertura coincida con las fiestas patrias. Despu¨¦s de todo, El Taquito cuenta m¨¢s de un siglo de historia entre sus paredes y la celebraci¨®n de la Independencia puede ser un buen augurio para la nueva etapa que est¨¢n por vivir.
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