Filas interminables, viajeros confundidos y una ardua negociaci¨®n: la batalla entre taxistas y plataformas por el aeropuerto de Ciudad de M¨¦xico
Los taxis de base acusan competencia desleal y pugnan por tener la exclusividad de los servicios de transporte, mientras que las empresas tecnol¨®gicas defienden la libertad de los usuarios de elegir la opci¨®n que prefieran
La pen¨²ltima batalla del conflicto entre los taxistas y aplicaciones como Uber o Didi se libra ahora dentro de los terrenos del Aeropuerto Internacional de Ciudad de M¨¦xico, el AICM. Los usuarios de las plataformas de viaje han inundado las redes sociales con quejas sobre una nueva medida que los obliga a desplazarse entre 200 y 300 metros para abordar los viajes, pero el problema va mucho m¨¢s all¨¢ y est¨¢ atravesado por una disputa que ha durado m¨¢s de una d¨¦cada. Los taxis de base acusan competencia desleal y pugnan por tener la exclusividad de los servicios de transporte, mientras que las empresas tecnol¨®gicas defienden la libertad de los usuarios de elegir la opci¨®n que prefieran.
Entre amenazas de protestas y bloqueos que paralizar¨ªan los desplazamientos de miles de usuarios, las autoridades intentan aplicar la disposici¨®n ¨D promovida desde 2022¡ª y buscan un acuerdo que satisfaga a todas las partes involucradas. Mientras eso pasa, miles de turistas y viajeros confundidos aterrizan en la capital y se topan con la informaci¨®n de que la zona de abordaje de taxis de aplicaci¨®n ha sido trasladada fuera del per¨ªmetro del aeropuerto, lo que causa el malestar de muchos. Otros tantos deciden utilizar los taxis del aeropuerto que, en muchas ocasiones, se ven desbordados ante la enorme demanda del p¨²blico. Ante esta situaci¨®n, el AICM baraja la posibilidad de ampliar la flota de taxis de base para cubrir la demanda.
¡°Es muy inc¨®modo salir hasta ac¨¢¡±, dice Eduardo Cruz, un turista de El Salvador, de 61 a?os. Es la primera vez que ¨¦l y su esposa visitan la Ciudad de M¨¦xico. ¡°El servicio de Uber es importante y deber¨ªa de existir la opci¨®n de tomarlo adentro del aeropuerto¡±, agrega Sulma Figueroa, de 58. ¡°Se arruina un poco la magia del viaje de turismo¡±, dice el esposo molesto mientras sostiene el celular. Faltan cuatro minutos para que llegue su chofer. Junto a ellos, otros viajeros arrastran sus maletas a un costado del boulevard Puerto A¨¦reo, una v¨ªa r¨¢pida en la que pasan camiones y veh¨ªculos a toda velocidad. Bajo un puente, fuera de los terrenos del aeropuerto, un fuerte olor a orina recibe a los viajeros con una cara poco amigable de la capital del pa¨ªs.
Sergio F¨¦lix, de Sinaloa, es otra de las personas que espera paciente en la fila. Su vuelo tambi¨¦n aterriz¨® hace una hora en la Terminal 1. ¡°Yo aqu¨ª no me parar¨ªa en la noche. Menos si voy con maletas, no quiero que me asalten¡±, dice con rotundidad. Lo mismo opina Ainara, una turista espa?ola de unos 30 a?os. ¡°A m¨ª me da miedo, no me hace ninguna gracia estar aqu¨ª esperando¡±, asegura. ¡°Si hubi¨¦ramos llegado por la noche, por fuerza, tendr¨ªamos que pagar la tarifa que nos impongan en el aeropuerto. Los taxistas son una mafia coludida con las autoridades¡±, dice enojado el se?or F¨¦lix. Fuentes cercanas al aeropuerto comparten con este diario que para los pr¨®ximos meses hay programada la construcci¨®n de una bah¨ªa en este punto que permita la subida de pasajeros de manera m¨¢s c¨®moda.
La llegada hace 10 a?os de los taxis por aplicaci¨®n a M¨¦xico cambi¨® para siempre la concepci¨®n que la gente ten¨ªa del transporte y modific¨® la conducta de los usuarios. Estos cambios, impulsados por la tecnolog¨ªa, empujaron las reglas del juego y pusieron contra las cuerdas al sector del taxi que requiere de una actualizaci¨®n y modernizaci¨®n. De igual manera, la legislaci¨®n de 1993 qued¨® rebasada por las nuevas formas de viajar. El problema entre los taxistas y las plataformas resulta m¨¢s complejo de lo que parece en un inicio. Hay implicaciones pol¨ªticas, econ¨®micas y sociales por ambas partes. La ley mexicana es expl¨ªcita sobre los requisitos necesarios para ser un taxi del aeropuerto, por tratarse de una zona federal. Requisitos que Uber no cumple en estos momentos. ¡°Para empezar, es necesario que uno tramite una licencia federal, examen m¨¦dico federal, seguro para el pasajero, hay que pasar un examen de la Secretar¨ªa de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) y pagar una contraprestaci¨®n al aeropuerto por cada auto¡±, dice Carlos Maya Mu?oz, de la agrupaci¨®n de taxistas Sitio 300.
Esa contraprestaci¨®n, de unos 2.300 pesos (119 d¨®lares) al mes, por auto, es una cuota que cada taxista debe pagar al aeropuerto por el uso de suelo federal. ¡°Si las apps quieren entrar, que se haga conforme a la ley, que se haga un concurso mercantil y trabajen en igualdad de condiciones. Si quieren entrar a la brava, va a ser dif¨ªcil¡±, dice el taxista. El pasado 10 de septiembre, la SICT suspendi¨® la reforma de la ley que iba a regular las operaciones de plataformas como Uber, Cabify o Didi en los aeropuertos por amenazas de bloqueos en aeropuertos de todo el pa¨ªs. Desde las plataformas denuncian la interferencia con su forma de trabajar y se dicen abiertos a una negociaci¨®n entre las partes. ¡°Estamos en un di¨¢logo constante desde hace meses con el Gobierno federal para que se promueva una reforma al reglamento de autotransportes federal y servicios auxiliares. Creemos que con una regulaci¨®n incluyente y discutida a fondo podemos incentivar el turismo y dar la mejor cara de M¨¦xico de cara al exterior, en particular rumbo a la Copa del Mundo de futbol que albergaremos en 2026¡å, afirma Juan Pablo Eiroa, Director General de Uber M¨¦xico.
Actualmente, Uber mueve a ocho millones de personas a la semana solo en Ciudad de M¨¦xico. Tan solo en las terminales 1 y 2 del aeropuerto estas plataformas son utilizadas por m¨¢s de 4.000 personas al d¨ªa, seg¨²n datos del aeropuerto. Por su parte, los taxistas denuncian que sus viajes se han reducido un 50% desde que entr¨® la competencia. ¡°Mire, yo estoy de acuerdo con las aplicaciones. Mis hijos y yo mismo las usamos¡±, dice el taxista y agrega: ¡°Hay que definir bien el ¨¢rea de trabajo de cada quien. Cuando los taxis de la calle vienen aqu¨ª, dejan pasajeros pero no pueden cargar pasajeros; lo mismo que si yo llevo a alguien a un hotel, no puedo subir pasaje all¨¢. Solo en el aeropuerto. Las aplicaciones quieren todo, est¨¢n explotando la ciudad y quieren tambi¨¦n las zonas federales y no se vale¡±, comenta Maya Mu?oz.
Uber ya opera fuera de zonas federales como el aeropuerto de Puerto Vallarta o el aeropuerto de Canc¨²n, despu¨¦s de fuertes enfrentamientos en otras partes del pa¨ªs. En la ciudad del Caribe, el conflicto entre el sector del taxi, fuertemente agremiado, y la plataforma digital deriv¨® hace un a?o en bloqueos de carreteras y agresiones callejeras que llegaron hasta la Fiscal¨ªa y el Gobierno estatal. ¡°Nosotros siempre estaremos a favor de que la cara que M¨¦xico da al mundo sea la mejor, y eso pasa necesariamente por brindar una experiencia ¨®ptima a los millones de viajeros que nos visitan cada a?o. Lo sucedido en los ¨²ltimos d¨ªas va en contra de esa experiencia positiva, pero esperamos que a trav¨¦s del di¨¢logo podamos llegar a una soluci¨®n que beneficie a todos¡±, dice el director de Uber en M¨¦xico.
La semana pasada, despu¨¦s de no llegar a un acuerdo entre las partes, el Gobierno federal decret¨® que ninguna plataforma puede operar dentro del aeropuerto, debido a la legislaci¨®n vigente, y oblig¨® a estas empresas a recoger viajeros fuera de las lindes del aeropuerto. ¡°Nosotros, por un lado, nos preocupamos por darle el mejor servicio que podamos al pasajero. Y, por otro lado, debemos de cumplir con la regulaci¨®n¡±, afirma el almirante Jos¨¦ Ram¨®n Rivera Parga, director del Aeropuerto de Ciudad de M¨¦xico. ¡°Lo ideal es que se llegue a una regulaci¨®n donde ambos servicios puedan convivir de manera legal para beneficio del pasajero. Todas las autoridades estamos buscando lograr eso¡±, agrega.
La propuesta del Gobierno buscaba regular el servicio de taxis por aplicaci¨®n con una serie de requisitos como un examen m¨¦dico y un permiso para que las plataformas pudieran recoger pasaje, sin embargo, los sindicatos de los taxistas rechazaron el acuerdo por considerar que ellos cumplen con requisitos m¨¢s estrictos y cuotas m¨¢s elevadas. Por su parte, Uber asegura que cuenta con una suspensi¨®n que lo blinda frente a la prohibici¨®n. El amparo fue resuelto en octubre del a?o pasado por un juez federal y permite a los conductores seguir operando de la misma manera que hasta ahora, seg¨²n comenta la empresa. ¡°La suspensi¨®n protege a los socios conductores que realicen viajes exclusivamente con la aplicaci¨®n de Uber. Por ello pueden realizar viajes desde y hacia los aeropuertos del pa¨ªs con la tranquilidad de que ninguna autoridad se los puede impedir. Queremos reiterar a socios conductores y a usuarios de la aplicaci¨®n que todo se mantiene exactamente igual y los puntos para tomar viajes siguen siendo exactamente los mismos que antes¡±, se?ala el director de Uber M¨¦xico.
En 2015, Ciudad de M¨¦xico se convirti¨® en la primera ciudad en Am¨¦rica Latina en regular a Uber. El acuerdo incluy¨® un pago del 1,5% por cada viaje al Gobierno de la capital, permisos anuales para los conductores y reglas sobre las condiciones de los autom¨®viles. Sin embargo, existe un vac¨ªo en cuanto a la operaci¨®n de Uber en los aeropuertos. En otros pa¨ªses, como es el caso de Espa?a, Aena, encargada de la gesti¨®n de los aeropuertos del pa¨ªs, lleg¨® a un acuerdo con las tecnol¨®gicas para la concesi¨®n de un espacio dentro de los aeropuertos de Madrid, Barcelona y M¨¢laga, a cambio del pago de una renta anual.
No es la primera vez que la regulaci¨®n ha sido objeto de debate p¨²blico. En diciembre de 2021, el Gobierno de Ciudad de M¨¦xico plante¨® revisar la norma tras las quejas de los ciudadanos por el aumento en las tarifas y la llamada tarifa din¨¢mica. Sin embargo, algunos usuarios siguen prefiriendo el precio de las aplicaciones por delante de las tarifas fijas del aeropuerto, a las que califican como ¡°abusivas¡±. ¡°La aplicaci¨®n me cobra 270 pesos (14 d¨®lares) a mi casa y en un taxi del aeropuerto me piden 380 [pesos] (unos 20 d¨®lares)¡±, comenta Pablo, reci¨¦n llegado de Canc¨²n, Quintana Roo.
En la Terminal 2, la que m¨¢s vuelos recibe al d¨ªa, los pasajeros hacen largas filas en la bah¨ªa de carga y descarga de viajeros. Son casi las 14.00 de la tarde y la zona de llegadas est¨¢ en plena ebullici¨®n. Mientras unos esperan a ser recogidos por un taxi autorizado junto a la puerta 4, otros miran de manera compulsiva su aplicaci¨®n de Uber, esperando a que llegue el chofer. Ning¨²n operativo revisa el origen de los veh¨ªculos. Ninguna autoridad ha cambiado su manera de organizar el tr¨¢fico y dar paso a los cientos de coches que se acercan a la puerta. Pese a las prohibiciones y los ¨²ltimos acontecimientos, las cosas parece que contin¨²an, m¨¢s o menos, como siempre.
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