Intereses pol¨ªticos, acusaciones de corrupci¨®n y renuncias masivas: el deslucido camino de la CNDH en la era L¨®pez Obrador
El organismo garante de los derechos humanos, en manos de Rosario Piedra Ibarra, atraviesa una ¨¦poca de desprestigio y denuncias tanto internas como externas
Aquellos que fundaron la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos, a principios de los noventa, recuerdan aquel nacimiento como el c¨®ctel de muchas circunstancias. El pa¨ªs no terminaba de tragarse las acusaciones de fraude electoral de 1988 y el mundo transitaba hacia el final de la Guerra Fr¨ªa. Bajo la lupa de sus vecinos, M¨¦xico se encaminaba a firmar un tratado comercial con Canad¨¢ y Estados Unidos. ¡°Ten¨ªa que pasar la prueba de que era un pa¨ªs que atend¨ªa sus derechos humanos, urg¨ªa una oficina de ¨®mbudsman¡±, recuerda uno de los fundadores, el diplom¨¢tico Luis Ortiz Monasterio, que entonces era director general de Derechos Humanos en el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari. El presidente le autoriz¨® abrir una oficina aut¨®noma y le propuso un edificio cerca de Los Pinos, donde operaba el Ejecutivo. Ortiz Monasterio y Jorge Carpizo, a quien eligieron como primer titular de la comisi¨®n, se negaron. Optaron por tomar distancia y asentarse en un sitio frente al Parque M¨¦xico. Al llegar a la oficina, lo primero que hicieron fue quitar el retrato presidencial que les hab¨ªan dejado colgado. Estaban abriendo camino y sab¨ªan que iban a tener que explicar eso de los derechos humanos y la autonom¨ªa tanto a funcionarios como a ciudadanos. ¡°No fueron f¨¢ciles los primeros pasos, fue un trabajo de artesan¨ªa¡±, cuenta.
M¨¢s de tres d¨¦cadas despu¨¦s, y con un largo recorrido en el que la CNDH parec¨ªa haberse consolidado, el organismo atraviesa ahora el final de una etapa marcada por los intereses pol¨ªticos del Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, acusaciones de corrupci¨®n y omisi¨®n, amenazas internas a sus miembros y renuncias masivas. Su actual presidenta, Rosario Piedra Ibarra, finaliza su mandato el pr¨®ximo 15 de noviembre. Aunque podr¨ªa ser reelegida para el cargo, m¨²ltiples voces de la sociedad civil pusieron el grito en el cielo y reclamaron a la futura presidenta de M¨¦xico, Claudia Sheinbaum, que cambiara de rumbo. Le han solicitado que elija a una persona imparcial e independiente del poder. La crisis se profundiz¨® este viernes, cuando un grupo de trabajadores de la instituci¨®n se sum¨® a la petici¨®n a la virtual mandataria con una carta que denunciaba que la actual dirigencia ha llevado la comisi¨®n a ¡°un estado deplorable¡±. En la misiva, acusaron desv¨ªo de fondos y negligencia. Este peri¨®dico se ha contactado con el organismo para pedir una versi¨®n a la titular, que hasta el momento no ha dado una respuesta.
Cuando Piedra Ibarra fue elegida en noviembre de 2019 para presidir la CNDH, los miedos de muchos estaban sobre la mesa. La oposici¨®n fue la primera en mostrar su disgusto, aunque no la ¨²nica. A los senadores que no pertenec¨ªan al Movimiento de Regeneraci¨®n Nacional (Morena), le secundaron activistas, organizaciones de la sociedad civil, expertos en derechos humanos y los propios consejeros del organismo. En aquel momento, la mitad de los miembros del Consejo Consultivo ¡ªuna especie de contrapeso al titular de turno¡ª renunci¨® en se?al de protesta. Tem¨ªan que la comisi¨®n perdiera legitimidad al poner a la cabeza a una activista con gran simpat¨ªa hacia L¨®pez Obrador y que hab¨ªa intentado sin ¨¦xito ser diputada por el partido del presidente. Reclamaban adem¨¢s que el proceso de selecci¨®n no hab¨ªa sido transparente y hab¨ªa estado rodeado de pol¨¦mica.
Las dimisiones estuvieron encabezadas por el antiguo sacerdote Alberto Athi¨¦, reconocido por su activismo en derechos humanos durante m¨¢s de cuatro d¨¦cadas. Al salirse, declar¨® lo que acabar¨ªa siendo el pr¨®logo de la crisis: ¡°La autonom¨ªa constitucional ha terminado¡±. Los sucesores que ocuparon esos cargos tuvieron un destino similar. El ¨®rgano completo acab¨® renunciando en octubre del a?o pasado, despu¨¦s de apuntar directamente contra su presidenta por ¡°obstaculizar¡± su trabajo. Le reprocharon que en su gesti¨®n se les hab¨ªa ignorado, amenazado y calumniado. Al marcharse, dijeron en una carta que no se les hab¨ªa permitido hacer su trabajo. ¡°No hemos podido mediar ni razonar con la presidenta de la CNDH, pr¨¢cticamente en ninguna de las actuaciones que ha llevado a cabo¡±, declararon despu¨¦s de pasar dos a?os bajo el mando de Piedra Ibarra. ¡°Era un circo y tratamos de aguantar el mayor tiempo posible¡±, dice telef¨®nicamente Adalberto M¨¦ndez, uno de los consejeros que dimiti¨®.
La CNDH tiene una Presidencia y un Consejo Consultivo. Uno es el ¨®mbudsman y el otro est¨¢ ah¨ª para establecer los lineamientos de trabajo de la instituci¨®n, hacer recomendaciones y aprobar el reglamento interno. Esta compuesto de 10 ciudadanos elegidos por el Senado, misma C¨¢mara que selecciona al titular. En la era de Piedra Ibarra, la tensi¨®n entre los dos ¨®rganos comenz¨® a construirse sobre peque?os gestos. Quienes presenciaron esos d¨ªas enumeran las ri?as que precedieron a la salida masiva. El consejero Bernardo Romero habl¨® p¨²blicamente sobre algunas inconsistencias en el trabajo de la presidenta, que le respondi¨® con una solicitud para su destituci¨®n al Poder Legislativo. El consejero Jorge Saavedra public¨® un meme en redes sociales que se burlaba de una piedra y recibi¨® como castigo un extenso reproche en forma de comunicado. Las reuniones eran tensas y las partes parec¨ªan coincidir en muy poco. La dirigencia lleg¨® a aprobar un presupuesto anual sin el aval del consejo, que no quiso dar su visto bueno entre presiones y premuras.
M¨¦ndez relata que la decisi¨®n de marcharse en bloque sucedi¨® cuando Piedra Ibarra dej¨® de escucharlos por completo. Sumamente cr¨ªtico no solo de la gesti¨®n actual sino tambi¨¦n de sus dos antecesores ¡ªLuis Gonz¨¢lez P¨¦rez y Ra¨²l Plascencia Villanueva¡ª, el consultor en derechos humanos asegura que los ¨²ltimos tres mandatos marcaron ¡°una degradaci¨®n sist¨¦mica¡± del organismo que fue heredando malas condiciones de una administraci¨®n a otra. ¡°Cada nuevo titular que llega es peor que el anterior¡±, comenta. El motivo reside, seg¨²n el abogado, en que el dise?o de la CNDH es un modelo anacr¨®nico nacido en un sistema presidencialista, que permite que la comisi¨®n sea tomada por el grupo pol¨ªtico con m¨¢s poder.
El mayor problema que tiene la CNDH actualmente, apunta M¨¦ndez, es que dej¨® de tomar postura en aquellos temas coyunturales para no molestar al Gobierno federal. ¡°Antes sol¨ªan meterse, suavecito, pero se pronunciaban¡±, dice y asegura que los anteriores presidentes no hac¨ªan un buen trabajo, pero disimulaban mejor que la actual presidenta. El abogado recuerda una reuni¨®n en la que le dijo a Piedra Ibarra: ¡°No tenemos que estar siempre de acuerdo con el presidente, eh¡±. Las omisiones que m¨¢s le reprochan a la comisi¨®n los activistas y las organizaciones civiles en los ¨²ltimos a?os son el aval a la reforma electoral propuesta por el Ejecutivo, la validaci¨®n de la militarizaci¨®n del pa¨ªs, el silencio frente a las m¨²ltiples violaciones de derechos humanos a los migrantes y el reciente apoyo a la reforma judicial de Morena, sobre la que inform¨® que no interpondr¨ªan una acci¨®n de inconstitucionalidad por tratarse de ¡°un triunfo del pueblo¡±.
Un recuento hecho por una veintena de organizaciones civiles que reclamaron esta semana una nueva dirigencia apunta que de 164 recomendaciones lanzadas en el periodo de Piedra Ibarra, unas 110 pertenecen a acciones cometidas en Administraciones anteriores. ¡°La CNDH claudic¨® en ejercer su mandato de protecci¨®n y de contrapeso, para plegarse al proyecto pol¨ªtico de la Administraci¨®n actual¡±, acus¨® Humberto Guerrero, del centro de investigaci¨®n Fundar, en una conferencia de prensa a la que convocaron las asociaciones. Las recomendaciones a los antiguos Gobiernos estaban enfocadas principalmente a seguridad y justicia, mientras que las 54 sobre el actual periodo estaban centradas en falta de acceso a la salud y acceso a la informaci¨®n. Y muchas estaban destinadas a los Ejecutivos municipales o estatales. ¡°Reflejan una tendencia a no revisar violaciones a los derechos humanos ejercidas por cuerpos de seguridad en esta Administraci¨®n¡±, se?al¨® Isa¨ªas Pablo, de Elementa DD HH.
La pol¨¦mica que rodea a Piedra Ibarra se agrav¨® en enero pasado, cuando ella misma propuso disolver la CNDH porque, seg¨²n dijo, ya ¡°no responde a las necesidades del pueblo¡± y plante¨® crear en su lugar una Defensor¨ªa Nacional de los Derechos. Adri¨¢n Alcal¨¢, el comisionado presidente del Instituto Nacional de Acceso a la Informaci¨®n (INAI), un organismo aut¨®nomo actualmente bajo ataque por parte de L¨®pez Obrador, califica las declaraciones como lamentables. ¡°En M¨¦xico se da un estancamiento en la garant¨ªa de los derechos humanos, est¨¢n las madres de personas desaparecidas, grandes colectivos, feministas y dem¨¢s que no son atendidos. Las violaciones est¨¢n y no ha habido una resoluci¨®n por parte de la comisi¨®n¡±, afirma. ¡°Vimos muy pocas actuaciones efectivas y quedan muchos pendientes. ?Por qu¨¦? Porque hay una dependencia evidente, un inter¨¦s pol¨ªtico evidente por parte de la titular¡±.
Un grupo de trabajadores y extrabajadores de la CNDH fueron los ¨²ltimos en sumarse a la bruma de quejas. Lo hicieron este viernes a trav¨¦s de un documento dirigido a Sheinbaum. Sin dar nombres pero s¨ª sus firmas, los empleados reclamaron comportamientos negligentes e incapacidad por parte de Piedra Ibarra, la p¨¦rdida de credibilidad en el trabajo que realizan, un despilfarro de dinero y corrupci¨®n ejercida por los principales funcionarios, entre quienes nombran puntualmente al secretario t¨¦cnico del organismo. ¡°Con una presidencia abandonada y caracterizada por la ausencia y falta de compromiso de Rosario Piedra, la CNDH ha quedado en manos de Francisco Estrada para su uso, abuso, venganza, aspiraciones pol¨ªticas e intereses personales, todo ello en detrimento de la propia comisi¨®n¡±, se?ala el mensaje.
El malestar de los trabajadores es un s¨ªntoma m¨¢s de la crisis que atraviesa el organismo. ¡°[A] quienes buscamos una CNDH que en verdad vea por los intereses de la sociedad, nos queda claro que en la Administraci¨®n de Rosario Piedra, donde se privilegia la mediocridad y la simulaci¨®n, ser o parecer inteligentes es motivo de despido, ser o parecer honrado es motivo de despido¡±, finalizan en su carta. El pedido que lanzaron va en la misma l¨ªnea que el que hicieron todos los actores anteriores. El fin del mandato de Piedra Ibarra abre una oportunidad para renovar la dirigencia y optar por un perfil m¨¢s imparcial, y los empleados quieren que Sheinbaum se despegue de la elecci¨®n de L¨®pez Obrador y presente una nueva candidatura para la comisi¨®n.
Desde la dimisi¨®n masiva del ¨²ltimo Consejo Consultivo, el organismo funciona sin este ¨®rgano porque el Senado, en medio de una guerra contra los organismos aut¨®nomos, no ha querido nombrar a los nuevos miembros. Dentro de la CNDH parece replicarse lo que el escenario nacional ha comenzando a dibujar desde el pasado 2 de junio, cuando Morena arras¨® en las urnas y se qued¨® con dos de los tres poderes del Estado, el Ejecutivo y el Legislativo: operar casi sin contrapesos a la dirigencia. Ortiz Monasterio, que en otra ¨¦poca abog¨® duramente para que esta instituci¨®n vea la luz, admite que quiz¨¢ es tiempo de revisar el modelo sobre el que la fundaron. Muchas cosas pasaron desde aquellas primeras veces en que el grupo de defensores de los derechos humanos, a quienes les hab¨ªan dado autonom¨ªa del todopoderoso PRI, se sentaron frente a secretarios de Estado a cuestionarles, con costura muy fina, su accionar. Todo sin que nadie entendiera en aquel momento la importancia de ese trabajo. El diplom¨¢tico a¨²n recuerda la pregunta que le hizo el reportero en la primera entrevista que dio como secretario t¨¦cnico de la comisi¨®n: ¡°A ver, expl¨ªqueme, ?qu¨¦ carajos quiere decir CNDH?¡±.
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