Diego Rivera se reencuentra con Modigliani en Ciudad de M¨¦xico
El Museo Nacional de Arte (MUNAL) exhibe por primera vez en Latinoam¨¦rica cuadros de la Colecci¨®n Pearlman del pintor italiano junto a obras de Van Gogh, C¨¦zanne, Renoir, Manet o Pissarro que ¡°dialogan¡± con los grandes artistas mexicanos como Dr. Atl, Orozco o Rodr¨ªguez Lozano
El muralista mexicano Diego Rivera viaj¨® en 1907 a Europa con una beca del Estado de Veracruz. La idea era estudiar en Espa?a las obras de destacados artistas como Goya o El Greco y empaparse de las tendencias que marcaban el paso en Madrid, pero el inquieto Rivera dej¨® Espa?a dos a?os despu¨¦s para trasladarse a Par¨ªs, en donde sent¨ªa que estaba la verdadera movida art¨ªstica de la ¨¦poca. Fue all¨ª donde conoci¨® a Amedeo Modigliani y se forj¨® una amistad intensa entre ambos artistas.
La capital francesa bull¨ªa con la vanguardia y la Belle ?poque, con el entusiasmo por la ciencia y el progreso. ¡°Tuvieron una amistad verdaderamente poderosa¡±, afirma H¨¦ctor Palhares Meza, director del Museo Nacional de Arte Moderno (MUNAL), localizado en un imponente edificio del coraz¨®n de Ciudad de M¨¦xico. ¡°Se visitaban en el estudio de Pablo Picasso, compart¨ªan los talleres donde pintaban, porque el perfil del artista bohemio era pagar entre tres o cuatro los alquileres de los ateliers¡±, dice Palhares, quien es tambi¨¦n el curador de una exposici¨®n que presenta por primera vez en M¨¦xico y Latinoam¨¦rica parte de la colecci¨®n de obras del empresario estadounidense Henry Pearlman. La muestra ha sido titulada Di¨¢logos de vanguardia y re¨²ne cuadros de Modigliani, Vincent Van Gogh, Alfred Sisley, Camille Pissarro, Paul C¨¦zanne, Henri de Toulouse-Lautrec, ?douard Manet y Pierre-Auguste Renoir. ¡°Un banquete¡±, dice el director del MUNAL, en el que estos artistas vanguardistas ¡°dialogan¡± con sus pares mexicanos: Rivera, Clausell, Montenegro, Dr. Atl, Orozco, Rodr¨ªguez Lozano, Parra y Gedovius.
El magnate estadounidense Pearlman (1895¨C1974) hizo su fortuna en la industria de contenedores de almacenamiento y refrigeraci¨®n a trav¨¦s de la compa?¨ªa Eastern Cold Storage Insulation Corporation. Era un apasionado coleccionista y durante tres d¨¦cadas reuni¨®, junto a su esposa Rose, un nutrido conjunto de obras, principalmente de artistas impresionistas y postimpresionistas. Decenas de cuadros de creadores como Paul C¨¦zanne, Vincent van Gogh, Modigliani, Paul Gauguin, ?douard Manet, Cha?m Soutine o Henri de Toulouse-Lautrec forman parte de la colecci¨®n, que tras el fallecimiento del empresario y por decisi¨®n de su esposa, pas¨® en 1976 en comodato permanente al Museo de la Universidad de Princeton, en Nueva Jersey. Varias de las obras de la colecci¨®n se han exhibido en grandes museos de Estados Unidos, Europa y Asia, pero nunca hab¨ªan estado en Latinoam¨¦rica y la puerta de entrada al subcontinente ha sido M¨¦xico.
Palhares Meza explica de que la idea de traer a M¨¦xico parte de los cuadros de esa colecci¨®n surgi¨® hace cuatro a?os, con la intenci¨®n de que fuera una muestra mayor que la actual, pero los planes se cruzaron con la pandemia de covid-19. La exposici¨®n ha sido cuidadosamente montada y pensada para generar un di¨¢logo entre los autores europeos y mexicanos. Al lado de cada cuadro de los ¡°invitados¡±, como los llama Palhares Meza, se expone una obra de un artista de este pa¨ªs. Es as¨ª como Diego Rivera se encuentra nuevamente con su gran amigo, el italiano Modigliani, el artista famoso por esa t¨¦cnica tan hermosa de alargar los rostros y las figuras. ¡°La intenci¨®n es tener una doble mirada: la mirada de Europa desde M¨¦xico, pero tambi¨¦n c¨®mo se ve a M¨¦xico desde Europa. La mayor parte de estos artistas se conocieron en el Viejo Continente, se nutrieron, hubo di¨¢logos en sensibilidades, en estilos, en b¨²squedas est¨¦ticas¡±, explica el director del MUNAL.
Rivera y Modigliani forjaron ¡°una gran relaci¨®n¡±, no solo como colegas, sino una amistad muy personal. ¡°Convivieron con Jeanne, la esposa de Modigliani, y ten¨ªan una relaci¨®n muy particular, en ese universo de bohemia, de creaci¨®n, de decontrucci¨®n del mundo. Rivera pas¨® una temporada muy importante en la casa estudio de Picasso en Montmartre, en Par¨ªs, donde entr¨® en contacto con estos grandes maestros. Estas afinidades art¨ªsticas no solamente se proyectaron en el arranque de las vanguardias, sino tambi¨¦n en relaciones muy cercanas, en esa Belle ?poque revestida de todo un ideal bohemio, de consumir opio, ajenjo, el trabajo hasta la madrugada, el desvelo, el caberet, los centros nocturnos, todo lo que representa el perfil de un artista que deseaba vivir con intensidad. Modigliani ten¨ªan un gran consumo de alcohol, que da?¨® severamente su salud¡±, cuenta Palhares Meza. La muerte del pintor italiano con apenas 35 a?os debido a la tuberculosis para Diego Rivera ¡°fue un golpe muy severo, emocional, porque Modigliani era una s¨ªntesis, por muchas razones, del arte antiguo, del arte polinesio, de arte africano que tanto gustaban a Rivera¡±, acota el director del MUNAL.
Tras la muerte de Modigliani, su esposa Jeanne, embarazada, se arroj¨® desde la ventana de su apartamento. ¡°Esta exhibici¨®n permite entender todos esos ciclos pasionales, emotivos¡±, afirma Palhares Meza. La sala donde se ha montado la muestra ha sido decorada para reflejar el Par¨ªs de las primeras d¨¦cadas del pasado siglo, con el boom industrial, la electricidad, la tecnolog¨ªa, la m¨²sica can can, la construcci¨®n de obras magn¨ªficas como la Torre Eiffel, un mundo que se abr¨ªa a la modernidad. La sala abre con un hermoso arco que recuerda precisamente el Art nouveau franc¨¦s. Y es all¨ª donde se re¨²nen nuevamente los amigos. Diego Rivera con un retrato de Adolfo Best Maugard pintado en 1913, que titul¨® Joven en el balc¨®n, y que muestra un estilo colorista y abstracto, en el que el paisaje de fondo es la urbe parisina, la estaci¨®n de tren de Montparnasse y el humo de la locomotora fundi¨¦ndose con el de las chimeneas de las f¨¢bricas. A su lado aparece el retrato del poeta franc¨¦s Jean Cocteau, pintado en 1916 por Modigliani, vestido con un traje azul marino muy elegante, con ese estilo de rostros alargados que caracteriza la obra del italiano. Desde el MUNAL cuentan que cuando Cocteau vio la obra dijo: ¡°No se parece a m¨ª, pero s¨ª a Modigliani, lo cual es mejor¡±.
Esta idea de ¡°di¨¢logo¡± entre artistas europeos y mexicanos, explica Palhares Meza, intenta reflejar las ¡°b¨²squedas de cada artista, los intereses comunes, sus propuestas¡±. El funcionario comenta, por ejemplo, la pasi¨®n que ten¨ªa a Dr. Atl (Gerardo Murillo) con la vulcanolog¨ªa, un verdadero cient¨ªfico. Su obra La nube, de 1931, es una muestra de su ¨¦poca art¨ªstica cuando buscaba en los paisajes su fuente de inspiraci¨®n. A su lado est¨¢ Monte Sainte-Victoire, que entre 1904 y 1906 pint¨® Paul C¨¦zanne, ¡°que estudia el paisaje a trav¨¦s de la raz¨®n, de una percepci¨®n de c¨®mo el horizonte tiene que ser curvil¨ªneo, como la forma del ojo¡±, dice Palhares Meza. Esta pintura fue creada por C¨¦zanne acompa?ado por cient¨ªficos en una expedici¨®n a Provenza, en el sur de Francia. ¡°Se encontraron en las faldas del volc¨¢n Sainte-Victoire restos f¨®siles, paleontol¨®gicos, por lo que la obra es tambi¨¦n toda una mirada cientificista, que sigue los preceptos de Darwin de la evoluci¨®n de las especies. Iban a pintar el origen de la modernidad, de un siglo que se interesa por la tecnolog¨ªa, por la ciencia, por la velocidad¡±, afirma el director del MUNAL sobre los dos pintores.
Uno de los invitados m¨¢s especiales de este ¡°banquete¡± de vanguardia es, c¨®mo no, Vicent Van Gogh. En el centro de la muestra se expone Diligencia tarascona, su cuadro de 1888, cuando el artista se hab¨ªa trasladado al sur del Francia con la idea de crear una comuna de artistas, su famosa Casa Amarilla, donde pasaron otros genios como Paul Gauguin. El holand¨¦s ya estaba atormentado por los demonios que lo llevaron m¨¢s tarde a ser encerrado en un psiqui¨¢trico. Tambi¨¦n se atormentaba por el valor o la calidad de su obra y por una vida casi siempre en la pobreza. ¡°Van Gogh no vendi¨® en su vida m¨¢s que un ¨®leo, que fue el famoso Vi?edo en rojo. Vendi¨® dibujos y bocetos, pero el ¨²nico ¨®leo fue ese, porque eran artistas que romp¨ªan con lo que implicaba el valor del impresionismo¡±, comenta Palhares Meza. En una carta que el pintor env¨ªo a su hermano Theo, en la que inclu¨ªa un dibujo de la pintura que se muestra en el MUNAL, el artista escribi¨®: ¡°Perdona este boceto tan malo, estoy casi muerto de tanto pintar esa diligencia de Tarasc¨®n y veo que no tengo cerebro para dibujar¡±. La obra toma como referencia la novela Tartar¨ªn de Tarasc¨®n, de Alphonse Daudet, que apasionaba al pintor. ¡°Es una obra muy entra?able¡±, aclara Palhares Meza. Es una muestra de los ¡°impulsos¡± de Van Gogh, de esa ¡°psicosis esquizofr¨¦nica que iba tambi¨¦n vinculada con todo su trabajo creativo, el uso del color, su manera de vivir y de sentir¡±, agrega.
La exhibici¨®n es un proyecto internacional que permite a los amantes del arte encontrarse por primera vez con piezas de los grandes maestros de la pintura, de la mano de artistas mexicanos y europeos. La exposici¨®n abri¨® el 12 de septiembre y estar¨¢ disponible hasta enero. Desde el MUNAL informan que ya la han visitado 17,469 personas, todo un ¨¦xito. ¡°Es una selecci¨®n verdaderamente cuidada. Cada uno de estos pintores son comensales invitados a un banquete de primer orden¡±, define el director del MUNAL. Paisajes, retratos, desnudos, naturalezas muertas, vanguardia, trazos geom¨¦tricos, estallido de colores. El arte marcado por las ilusiones y pasiones de los artistas, la locura y felicidad, la b¨²squeda de la belleza y, por su puesto, la amistad, como la de Diego Rivera y Amedeo Modigliani, que se encuentran de nuevo en estas paredes de uno de los museos m¨¢s hermosos de Ciudad de M¨¦xico.
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